domingo, 28 de febrero de 2021

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sábado, 27 de febrero de 2021

NN: ¿Dónde está la izquierda? Al fondo a la derecha POR QUE SE LES LLAMA IZQUIERDA Y DERECHA A LAS 2 PRINCIPALES TENDENCIAS QUE RIGEN EL MUNDO

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 NN: ¿Dónde está la izquierda? Al fondo a la derecha

 

POR QUE SE LES LLAMA IZQUIERDA Y DERECHA

A LAS 2 PRINCIPALES TENDENCIAS QUE RIGEN EL MUNDO

 

Luis XVI fue el último rey de Francia y murió en la guillotina el 21 de enero de 1793

Era 28 de agosto de 1789 y en la Asamblea Constituyente de Francia se hacía la pregunta más revolucionaria de la época: ¿Cuánto poder debe tener el rey?

A eso se resumía la disyuntiva fundamental que tenía ante sí la Revolución francesa: darle continuidad a la decadente monarquía o ponerle fin.

Pocos podían predecir entonces que la cuestión precipitaría el fin, pocos años más tarde, de los omnipotentes reyes de Francia.

Y que Luis XVI y su esposa María Antonieta terminarían sus días ejecutados en la guillotina, ante el desafiante pueblo parisino que aplaudía entre gritos de "!Viva la República!".

La escena, antes de esa pregunta central, era simplemente impensable.

Pero los franceses se enfrascaron en su Revolución, el proceso que puso fin al poder absoluto de la monarquía y de la Iglesia, cuestionado por los burgueses que emergieron como nueva fuerza política.

Y así inició una transformación social y económica que tuvo un profundo impacto en el orden político y cuya influencia llegó hasta hoy, no solamente en Francia sino en el mundo.

De ese convulso periodo surgieron, además de conceptos como los "derechos del hombre" y "nación", los nombres de las dos principales tendencias políticas que han regido el mundo desde entonces: la izquierda y la derecha.

La dicotomía izquierda derecha se coló en el lenguaje político

Desde 1789 les hemos llamado izquierda y derecha a las dos principales tendencias políticas que han regido el mundo occidental.

Y en esta definición tan dicotómica y contrapuesta desde su propio origen, tuvieron que ver unas sillas.

Las sillas de la Asamblea

Para explicarlo, tenemos que volver a la sala de la Asamblea Constituyente, a ese día de agosto de 1789 en el que estaba teniendo lugar la votación sobre el poder que debía tener Luis XVI.

Cuenta la historia que el debate desatado en la asamblea, integrada tanto por seguidores de la Corona como por revolucionarios interesados en tumbarla, era tan acalorado y pasional que los contrincantes se terminaron ubicando estratégicamente en la sala según sus afinidades.

De un lado, en las sillas ubicadas a la derecha del presidente del organismo, se sentó el grupo más conservador.

Eran los leales a la Corona, quienes querían contener la Revolución y que el rey conservara el poder y el derecho al veto absoluto sobre toda ley.

Eran partidarios de que en Francia se instalara una monarquía constitucional, algo parecido al ejemplo inglés. Es decir, un rey poderoso con un Parlamento que dependiera en gran medida de su figura.

Asamblea Constituyente francesa 1789

Las sillas de la derecha las ocuparon los fieles a la monarquía y las de la izquierda los que pedían menos poder para el rey Luis XVI

Del otro lado, en las sillas de la izquierda, se comenzaron a reunir los revolucionarios que tenían una visión opuesta.

Eran los más progresistas de la sala, los que pedían un cambio de orden radical.

Para ellos, el rey solo debía tener derecho a un veto suspensivo.

Es decir, si este no estaba de acuerdo con una propuesta de ley podía suspender el proceso por un tiempo determinado, pero no podía detenerla definitivamente ni cancelarla.

Suponía el fin del poder absoluto del monarca.

Según recogen los registros del Senado francés, la votación de ese día la ganaron los que estaban sentados a la izquierda, con 673 votos frente a los 325 que emitieron los de la derecha.

Eso terminaría marcando el curso de la Revolución francesa.

Con este resultado, la monarquía había comenzado a enterrarse en Francia.

Declaración de los derechos del hombre: ¨Los hombres nacen y permanecen libres e iguales de derechos¨ dice la Declaración de los derechos del hombre de la Revolución Francesa

Pero más allá de aquella jornada, los asambleístas siguieron ubicándose en la sala por afinidades.

Y la dicotomía no tardó en colarse en el lenguaje político, algo que terminó siendo muy práctico para los editores de las primeras actas de la Asamblea y de los primeros periódicos revolucionarios.

Para Pierre Brechon, politólogo francés y profesor emérito de ciencias políticas de la Universidad Sciences Po, una de las razones por las que los términos se quedaron en la jerga política tiene que ver con su simpleza.

"El pensamiento tiene este aspecto dicotómico y para entender, al menos en un primer momento, necesitamos de cosas simples. Podríamos haber encontrado otros términos que pudieron haberse difundido mundialmente, pero lo que es importante es que se necesitaba un vocabulario simple (…). Y en las discusiones políticas la derecha y la izquierda son puntos de referencia simples", le dice a BBC Mundo.

Para hablar de política necesitamos un lenguaje simple, opina el politólogo Pierre Brechon.

Brechon recuerda que esta dicotomía política en Francia no se quedó en la discusión sobre los poderes que debía tener el rey, y que más bien evolucionó marcando algunos de los hitos de la historia del país.

Así, una vez que la monarquía se derrumbó, en el sigo XIX el debate se centró en qué tipo de república debía establecerse: si una más conservadora, con un Estado ligado a la Iglesia, tal como lo prefería la derecha, o si una república laica, como pedía la izquierda.

Luego, en el siglo XX, la división se manifestó hacia lo económico, con la derecha a favor de un mercado liberal y la izquierda por uno regulado.

La popularización de la izquierda y la derecha

Durante una buena parte del siglo XIX, los términos izquierda y derecha fueron únicamente usados por políticos.

En realidad, pasaron muchos años hasta que esas nociones salieron de los predios de la Asamblea Nacional francesa y llegaron a la gente común.

Para que eso sucediera hizo falta educación.

Hay que recordar que en Europa algunos países como Alemania y Francia, esta última en plena efervescencia de su revolución, fueron pioneros en el establecimiento de sistemas educativos públicos a principios del siglo XIX.

Y según el politólogo Brechon, una cosa trajo a la otra.

La popularización de los términos izquierda y derecha "estuvo ligada a la politización progresiva de los individuos y a la elevación del nivel educativo de las sociedades desarrolladas", le explica a BBC Mundo.

No fue hasta el final del siglo XIX que los términos izquierda y derecha se popularizaron.

Pero si bien los términos nacieron en Francia, lo cierto es que se expandieron en el mundo occidental.

Y más allá de los nombres de las tendencias, se extendió esa noción de la política como una oposición de fuerzas, en blanco y negro, en lugar de ese espectro diverso que en realidad es.

Aunque la pareja de opuestos más universal es la de izquierda vs. derecha, bajo la misma lógica existen también progresista vs. reaccionario, conservador vs. liberal o demócrata vs. republicano.

De la dicotomía a la pirámide

Más de dos siglos después del surgimiento de la izquierda y la derecha, el espectro político lo compone una gama de grises en la que, como suele quedar patente en las encuestas, se sitúa la mayoría de la gente.

Brechon lo describe de forma gráfica como una pirámide. Llegó a esa figura en una de sus últimas investigaciones sobre identidad política, que realizó durante las elecciones presidenciales de 2017 en Francia, un país con más de 80 partidos y movimientos políticos.

La mayoría de los franceses se ubica en el centro políticamente.

En la encuesta, los investigadores pidieron a los participantes que se posicionaran políticamente en una escala del 0 al 10, en la que el 0 representaba la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha.

"Lo que observamos es una especie de pirámide que tiene su cima en la posición central, en el número 5, y después desciende hacia los extremos, donde se ubican muchas menos personas. La media de los franceses se sitúa en el 5".

Aunque esto no aplica a todas las naciones.

Quiénes son los líderes que están detrás del auge de la extrema derecha y el nacionalismo en Europa

El espectro político varía dependiendo del país, su historia y su contexto.

Polarización en Estados Unidos

Estados Unidos vive un escenario de polarización política.

Del otro lado del Atlántico, Estados Unidos, un país con una tradición de dos partidos fuertes que se han alternado el poder durante gran parte de su historia —el Demócrata, que se identifica con una tendencia liberal y el Republicano, más conservador y a la derecha— , acaba de vivir una de las elecciones más polarizadas de su historia.

Como un partido de fútbol

Lilliana Mason, profesora de gobierno y política de la Universidad de Maryland y autora del libro "Acuerdo incivil: cómo la política se convirtió en nuestra identidad"(Universidad de Chicago, 2018), dice que en EE.UU., el país en el que vive y enseña, la política se está viviendo como una suerte de evento deportivo.

Según Mason, en su país, la ideología ha quedado a un lado para dar paso a otra categoría, la de los ganadores y perdedores, algo que marcó el ritmo de los discursos de la última campaña electoral.

Para Mason ahora la política se divide entre ganadores y perdedores

"No se trató de políticas, se trató de 'vamos a ser los ganadores o vamos a ser los perdedores'. El electorado está mucho más entusiasmado con qué equipo es el que va ganando, como si estuvieran viendo un partido".

Para la experta, esa polarización, aunque ahora se hace más evidente, lleva cuatro décadas gestándose.

Lo que hay es "básicamente un Partido Republicano que representa en gran medida los intereses de grupos tradicionales de alto estatus, hombres blancos, cristianos y del otro lado el Partido Demócrata, que representa a todo lo demás. Y la principal discusión entre ellos es sobre si la jerarquía social todavía existe y si debe ser sacudida".

Quiénes son y qué buscan los Demócratas Socialistas, el fenómeno político que impulsa a EE.UU. más a la izquierda

Así, más de 230 años después, la polarización termina por recordar a ese escenario dicotómico, de polos opuestos en el que estalló la Revolución francesa.

Una sublevación que, cuando cuestionó el poder absoluto de Luis XVI, también puso en tela de juicio la jerarquía social de la época, dividiendo a la sala entre aquellos que decidieron sentarse a la izquierda y los que se inclinaron por las sillas de la derecha.

Ana María Roura @anamaroura BBC-Mundo. 6 febrero 2021

 

COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

 

                                                   26 de febrero  2021

 

jueves, 25 de febrero de 2021

Argentina. Indigenismo, Federalismo y Marxismo, en Francisco René Santucho

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Nos concierne: “Presencia ausente!”

 

Argentina. Indigenismo, Federalismo y Marxismo,

 

en Francisco René Santucho

 

Francisco René Santucho (1925-1975) propuso una indagación de nuestra realidad nacional trazando una original intersección entre la tradición de izquierda marxista, el federalismo y el indigenismo radical. Desde una perspectiva tanto teórica como práctica, en sus facetas de intelectual y organizador político, el “otro” Santucho nos legó una serie de tesis e intuiciones aún parcialmente inexploradas en los medios intelectuales, militantes y académicos de nuestro país.

Nos proponemos aquí trazar tres hipótesis para explicar este olvido, así como invitar a su revalorización y redescubrimiento. Publicado en Debates Urgentes Nº 6, Diciembre de 2017

Santucho, el negro, el otro

Hay otro Santucho, subterráneo, clandestino, ensombrecido por la figura de Mario Roberto, el ya mítico fundador del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Otro Santucho que le resulta en cierta medida paralelo, contradictorio y convergente a la vez. Se trata de Francisco René (1925-1975), “el negro”, el hermano mayor, el otro Santucho. Miembro también de una familia de notables militantes e intelectuales de izquierda, que sufrió en la década del ´1970 toda la saña de la represión militar “anti-subversiva” con el objetivo, apenas disimulado, de extirpar toda una genealogía de sujetos tan incómodos como ilustres.

Por eso es que la reciente edición de las obras completas de Francisco René Santucho (FRS de aquí en adelante) (Barco Edita, Colectivo AlCarajo, Dimensión, INDES, UMAS: 2016) implica, verdaderamente, repasar la historia a contrapelo. Y junto con ellas, el estudio preliminar de César Gómez a dicha edición, resulta un buen itinerario para introducirse en las condiciones de producción, en la praxis intelectual y en la dimensión político-organizativa de FRS. Se reseñan allí, apretadamente, algunas de sus obsesiones fundamentales.

Quizás las marcas corporales sean un buen comienzo para comprender una trayectoria intelectual que parte desde la piel y el rostro, antes que de un imposible intelecto cartesiano, libre de determinaciones, puro y abstracto. Es decir, comenzar por el cuerpo como punto de partida epistemológico, en línea con las indagaciones del intelectual afro-caribeño Frantz Fanon. No casualmente “el negro” y “el cacique” fueron los dos sobrenombres que le endilgó la vida social y familiar, sin estigmas evidentes, a Francisco René Santucho (FRS de aquí en adelante).

FRS expresa un modelo de intelectual en el que la itinerancia y la captación directa, sin mediaciones librescas de la realidad social, constituye un rasgo determinante.

Lo “negro” entendido como lo “no blanco”, como una reducción contraria al tono oficial de nuestra identidad colonial excluyente, dado que de ser más precisos deberíamos hablar de una piel de tono terroso o cobrizo. Colores que, junto con los rasgos fenotípicos, marcan las huellas indelebles de una genética preamericana. La apelación al “cacique” refirió comprensiblemente a sus serenos dotes de conducción y liderazgo, pero nuevamente situándolo implícitamente en una genealogía indígena. Así lo recuerda, por ejemplo, una semblanza reciente: “Atrapado en ese presente oscuro se miraba al espejo y veía a un indio de rasgos afilados con ropa de burgués. La piel marrón y el pelo negro duro. Los ojos pequeños, estirados hacia atrás y hacia arriba, en una mirada casi asiática” (Picco, 2016). Estas marcas, estas genealogías reales o imaginarias (o más bien míticas, como conjugación de ambos elementos) son, por tanto, centrales para comprender sus indagaciones y sus obsesiones intelectuales en relación a la cuestión indígena, tanto en su dimensión local como en su proyección nacional y latinoamericana.

Otro dato de interés se relaciona con su formación autodidacta. Rebelándose frente al mandato de Francisco del Rosario Santucho, el recio patriarca familiar, FRS abandonó sus estudios secundarios y frustró las expectativas familiares de una prometedora carrera universitaria, que debía estar en sintonía con la consumada formación profesional de la mayoría de sus hermanos y hermanas. Paradojalmente, su abandono de los estudios formales fue de la mano de una intensificada labor intelectual, en la que combinó las tareas de librero, editor, crítico literario, promotor cultural, historiador, ensayista y teórico revolucionario.

Pero también desarrolló una serie de tareas manuales, “trabajos humildes”, que no podemos relegar al lugar de mero accidente biográfico: “fue agricultor y capataz de obras viales, y luego fue empleado en el hospital de Las Termas (…) Después se alejó más de la capital santiagueña y recorrió los obrajes de Weisburd y Monte Quemado, en el norte boscoso de la provincia” (Picco, 2016). Creemos que estas actividades son tan importantes como sus labores específicamente intelectuales, dado que FRS expresa un modelo de intelectual en el que la itinerancia y la captación directa, sin mediaciones librescas de la realidad social, constituye un rasgo determinante. Ejemplo de esta praxis es su aprendizaje del quechua, cuyos primeros rudimentos los aprendió de los susurros cómplices de los hacheros santiagueños, hasta perfeccionarlo mediante la formación autodidacta, y depurarlo finalmente en cursos formales durante su exilio boliviano.

Sus iniciativas culturales más destacadas fueron la fundación de la librería “Aymara” (más tarde rebautizada como “Dimensión”), epicentro de la contracultura capitalina santiagueña, y de la revista homónima. Expresiva, junto a otras tantas repartidas por toda la geografía nacional, de una transición intelectual-cultural de gran escala operada durante el postperonismo y también de la radicalización progresiva de amplias capas de las clases medias argentinas. La cuestión nacional, la cuestión indígena, el drama federal y la búsqueda de una identidad latinoamericana, son tópicos recurrentes de “Dimensión”, en la pluma anticipadora de FRS pero también en la del resto de sus miembros y colaboradores.

¿Por qué las contribuciones de FRS nos han pasado desapercibidas en este largo ciclo de revalorización intelectual y política de las producciones nacionales y latinoamericanas, después de un prolongado silenciamiento producto de la hegemonía del pensamiento único y las derivas “post” de nuestras intelectualidades nativas pero eurocentradas? ¿Por qué su prestigio no corre paralelo o siquiera sigue de cerca al de su hermano Mario Roberto, con quien compartió la fundación del PRT y junto a quién se desempeñó como uno de sus referentes pioneros?

Respecto a su dimensión político-práctica, FRS se destacó como fundador, en 1961, del Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP), una organización político revolucionaria hondamente influida por la experiencia de la peruana Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), liderada por Víctor Raúl Haya de la Torre, pero también por el parteaguas de la insoslayable Revolución Cubana. Menos obvia y visible, pero también significativa, es la influencia de exponentes de la llamada izquierda nacional, como Jorge Abelardo Ramos, José Hernández Arregui, Raúl Scalabrini Ortiz y John William Cooke.

El FRIP, de inserción fundamentalmente norteña, con núcleos militantes en las provincias de Salta, Tucumán y Santiago del Estero, fue la organización que a partir de su confluencia con la organización trotskista Palabra Obrera, dio pasó a la fundación en 1965 del PRT. FRS también fue parte de esta experiencia, aunque prontamente eligió renunciar a sus tareas de conducción, conforme fue consolidándose el liderazgo y la orientación política de su hermano Mario Roberto, con quién mantendrá algunas diferencias, fundamentalmente vinculadas al debate sobre la lucha armada.

Tres hipótesis para explicar un olvido

Pero, después de un prolongado silenciamiento producto de la hegemonía del pensamiento único y las derivas “post” de nuestras intelectualidades nativas pero eurocentradas ¿Por qué las contribuciones de FRS nos han pasado desapercibidas en este largo ciclo de revalorización intelectual y política de las producciones nacionales y latinoamericanas, después de un prolongado silenciamiento producto de la hegemonía del pensamiento único y las derivas “post” de nuestras intelectualidades nativas pero eurocentradas? ¿Por qué su prestigio no corre paralelo o siquiera sigue de cerca al de su hermano Mario Roberto, con quien compartió la fundación del PRT y junto a quién se desempeñó como uno de sus referentes pioneros? ¿Por qué han tardado tanto en urgir estas obras completas de las que hoy disponemos en una edición cuidada y accesible, considerando que hasta hace poco apenas si circulaban unos escasos folletos de nuestro autor por circuitos casi clandestinos? ¿Por qué las teorizaciones del FRIP nos resultan tan opacas pese a su creatividad, más aún si consideramos que sus tesis centrales influyeron el accionar de una de las más importantes guerrillas de la década del ´1970? Nos permitiremos indicar al menos tres respuestas hipotéticas para orientar la lectura de quiénes se arrimen al descubrimiento de FRS y el FRIP.

1.- La construcción de un canon: peronización y culturización

Sostenemos que el emplazamiento de antiguos cuadros y dirigentes de la izquierda peronista en sitios clave de la gestión cultural e intelectual durante los sucesivos gobiernos kirchneristas, ha operado para habilitar la consagración de los escritores, artistas e intelectuales que durante las décadas del ´1960 y el ´1970 se movieron al amparo de las estructuras justicialistas o de otras afines, dando lugar a la constitución de un verdadero “canon” de izquierda peronista a través de figuras emblemáticas como las de Rodolfo Walsh, Francisco “Paco” Urondo, Ricardo Carpani y Juan Gelman, entre otros.

En un segundo escalafón han quedado relegadas otras figuras de igual jerarquía y más nítidamente vinculadas a la izquierda marxista, como las de Silvio Frondizi, Haroldo Conti, Jorge Ricardo Masetti, Roberto Santoro o Humberto “Cacho” Constantini, o incluso los hermanos Francisco René y Mario Roberto Santucho. Casi todos ellos pertenecieron al PRT, al Frente de Artistas y Trabajadores de la Cultura (FATRAC) o al Frente Anti-imperialista por el Socialismo (FAS). Quizás la excepción más notable a esta tendencia radique en la presencia insoslayable del documentalista Raymundo Gleyzer, marxista, “perro”, y animador del colectivo Cine de la Base.

Para constatar la asimetría de esta construcción canónica, basta echar una mirada a algunos de los más progresivos contenidos curriculares para la enseñanza media de los últimos años, o repasar algunas de las producciones de los canales estatales de televisión vinculadas a la radicalización política de las mencionadas décadas.

A la par, sostenemos que el recorte que implica la conformación de este canon, construido desde un período democrático y desde sujetos en función de gobierno, buscó tomar distancia de un período signado por la lucha armada y la violencia política, y por eso operó realzando figuras del campo de la cultura por sobre otras referencias más nítidamente políticas, o destacando las funciones específicamente culturales de intelectuales y dirigentes que se desempeñaron simultáneamente en múltiples campos. Así aparece subrayada la labor periodística de Rodolfo Walsh por sobre su función dirigencial o sus tareas dentro del Departamento de Informaciones e Inteligencia de Montoneros, o se reduce la multidimensionalidad de Francisco “Paco” Urondo a su rol de poeta.

expandimos esta tesis para hablar de la “presencia ausente” de los indigenistas en la Argentina, confinados, por sus indagaciones intelectuales, a la marginación simbólica respecto de los campos culturales y políticos en nuestro país. Víctimas de esta suerte de “maldición indigenista”, han sido, en nuestra opinión, autores como Rodolfo Kusch, Bernardo Canal Feijóo, Liborio Justo, Joaquín V. González y Juana Gorriti

2.- La “presencia ausente” de los indigenistas argentinos

Los autores Silvia Hirsch y Gastón Gordillo (2010), han caracterizado lo que llaman la “presencia ausente” de lo indígena en la Argentina. Fenómeno consistente en la activa invisibilización de las poblaciones originarias tras el genocidio imperfecto perpetrado por las campañas militares comandadas por Julio Argentino Roca y Benjamín Victorica a los territorios soberanos indígenas del Chaco, la Pampa y la Patagonia.

Sobre la política militar de tierra arrasada, se impuso la trilla de las operaciones culturales e ideológicas que extirparon a lo indígena de las nociones hegemónicas de la “argentinidad”. La exotización paternalista de los remanentes indígenas, su confinamiento territorial a los márgenes estatales, el “blanqueamiento ideológico” de los sujetos mestizados, la operación mistificadora de un supuesto “crisol de razas” machacado hasta hace pocos años en la enseñanza escolar y el aluvión inmigratorio confluyeron en esta clausura más o menos definitiva. Así, lo que en otros países se expresó como la disyuntiva inclusión subordinada-exclusión represiva de los pueblos indígenas, se radicalizó en estas latitudes entre las opciones de un genocidio implacable y la negación más palmaria de la realidad indígena.

Por nuestra parte, expandimos esta tesis para hablar de la “presencia ausente” de los indigenistas en la Argentina, confinados, por sus indagaciones intelectuales, a la marginación simbólica respecto de los campos culturales y políticos en nuestro país. Víctimas de esta suerte de “maldición indigenista”, han sido, en nuestra opinión, autores como Rodolfo Kusch, Bernardo Canal Feijóo, Liborio Justo, Joaquín V. González y Juana Gorriti (a quién se suma, presumiblemente, la negación debido a su condición sexo-genérica). Y, va de suyo, el autor que aquí nos convoca, dado que algunos temas prioritarios de la indagación de FRS a lo largo de toda su vida se vincularon a la cuestión indígena en la Argentina: su gravitación inocultable en el Noroeste Argentino en general y en Santiago del Estero en particular, la pervivencia de sus pautas culturales, económicas y políticas, la proletarización de campesinos e indígenas en los ingenios, y la estrecha ligazón de la problemática indígena con la cuestión federal.

FRS se interesó y escribió sobre un curioso acontecimiento del período colonial. Se trató del caso de Juan Balumba, indígena santiagueño procesado por vestirse “a la española”, hecho ocurrido en 1676 en el poblado de Savagasta. Los términos del sumario son de por sí elocuentes: “se ha vestido en traje de español con medias zapatos capa ungarina y espada queriéndose introducir a mestizo” (itálicas nuestras). El pecado de los indigenistas pareciera ser precisamente inverso, pero en lo esencial idéntico, al crimen de Juan Balumba: querer introducirse a indios, en un país en dónde ellos, presuntamente, no existen.

Este rabioso anti-indigenismo de las élites y de los sectores medios argentinos aparece estrechamente asociado a una visión centralista del país, ya que solo desde el centro de las grandes ciudades capitales, y desde las presuntas “zonas de colonización perfecta”, es posible intuir un país exclusivamente blanco, europeo y de clase media.

El objeto invisible contagia e invisibiliza a su investigador. La vindicación deslegitima las propias competencias intelectuales de quién parece hablar en el vacío. Y es precisamente un vacío, sin proceso ni sumario, lo que generan los circuitos intelectuales y políticos en torno a estos indigenistas que salpican con sus indagaciones discontinuas nuestra historia nacional. Incluso voces progresistas o de izquierda, reacias a aceptar la dimensión etno-racial de nuestros sistemas de desigualdad (en dónde las clases tienen color, y en particular algunas tienen “mal color” al decir de Bartolomé Hidalgo) corroboran en ocasiones esta maldición indigenista al presuponer, en este caso con remordimientos, la consumación perfecta del genocidio y, por tanto, la perfecta irrelevancia de la cuestión indígena para comprender la realidad social nacional. Nada más alejado de las intuiciones del intelectual del que nos ocupamos.

3.- El centralismo persistente de nuestro campo intelectual-cultural

Este rabioso anti-indigenismo de las élites y de los sectores medios argentinos aparece estrechamente asociado a una visión centralista del país, ya que solo desde el centro de las grandes ciudades capitales, y desde las presuntas “zonas de colonización perfecta”, es posible intuir un país exclusivamente blanco, europeo y de clase media. Tesis que está a tono con una fábula plurisecular que conecta desde el “Facundo” de Domingo Faustino Sarmiento hasta los entusiasmos de una Segunda Internacional Comunista que vio en la “blanca y pulcra” Argentina el terreno propicio para desarrollar una revolución comunista a la europea, con sustento prioritario en sus masas trabajadoras inmigrantes.

Este centralismo llevó aparejado la negación sistemática de la propuesta federalista rioplatense, iniciada con el líder oriental José Gervasio Artigas y continuada durante todo el siglo XIX por las montoneras federales, en una trayectoria que conduce desde las “Instrucciones para la asamblea del año XIII” y el “Reglamento provisorio” del artiguismo, hasta la proclama “¡Viva la unión americana!” del catamarqueño Felipe Varela. Pese al intento explícito de los historiadores-mistificadores Bartolomé Mitre y Vicente Fidel López por “enterrar históricamente” al artiguismo y a su programa, diversos intelectuales seguirán esa huella durante el siglo XX.

FRS, como actualizador de la corriente federalista argentina, y como enunciador provinciano de un discurso americanista, indigenista, marxista, santiagueñista y anti-porteño, quedó por fuera de las redes de circulación, legitimación y consagración intelectual que tienen su nodo central, hasta el día de hoy, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en sus instituciones culturales y académicas.

Pensemos que Ricardo Rojas, un intelectual de renombre, también santiagueño e indigenista a su modo, debió, para escapar excepcionalmente de esta marginación, desarrollar su labor intelectual en la ciudad-puerto, valorizando su capital político como hijo dilecto de la oligarquía santiagueña y como mediador entre las élites provincianas y portuarias, amplificando desde allí su discurso y legitimando nacional y continentalmente su obra. Y aun así, son sus obras nacionalistas más que aquellas específicamente indigenistas, las que realzan hasta hoy su figura.

La trayectoria de FRS, pese a la similitud de sus indagaciones intelectuales, contrasta notablemente. Sin un sustancial capital político familiar que explotar, fijó su residencia permanentemente en su provincia natal (con la excepción de sus años de exilio) e insistió permanentemente en dinamizar desde allí un campo cultural local que se proyectara hacia todo el noroeste, evadiendo la mediación centrípeta de la Ciudad de Buenos Aires que el mismo describiera.

Creemos, en fin, que éstas claves de lectura permitirán un mejor abordaje de unas obras completas que han llegado en buena hora. Obras que permiten arrojar un haz de luz sobre una trayectoria que aún sigue parcialmente en penumbras, realzando la figura y las contribuciones teóricas de este intelectual y militante santiagueño.

Bibliografía

-Gordillo, G.y Hirsch, S. M. (2010). “La presencia ausente: invisibilizaciones, políticas estatales y emergencias indígenas en la Argentina”. En Movilizaciones indígenas e identidades en disputa en la Argena, pp. 15-38. 1a ed. Buenos Aires: La Crujía. ISBN 978-987-601-118-1.

-Picco, E. (2016). “Santucho vuelve”, Revista Crisis, 3/12/2016. http://www.revistacrisis.com.ar/notas/santucho-vuelve.

-Santucho, F. R. (2016). Obras completas. 1a ed., Santiago del Estero: Barco Edita; Colectivo AlCarajo; Dimensión; INDES (FHCSyS); Umas. ISBN 978-987-9447-23-9.

http://www.cecs-argentina.org/debates-urgentes-2/debates-urgentes-6/

FUENTE: Todos los Puentes. Resumen Latinoamericano, 19 de febrero de 2021

 

de: Resumen Latinoamericano Diario de Urgencia <resumenlatinoamericanodiario@gmail.com>

responder a: resumen@nodo50.org

para: Resumen Latinoamericano Diario de Urgencia <ResumenLatinoamericanoDiario@gmail.com>

fecha: 20 feb 2021 4:01

lista de distribución: Boletín de Resumen Latinoamericano <diariodeurgencia.listas.nodo50.org>

enviado por: listas.nodo50.org

Importante según el criterio de Google.

 

 

COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

 

                                                       25 de febrero 2021

 

miércoles, 24 de febrero de 2021

21 DE FEBRERO DÍA DE LA LENGUA MATERNA

                                                             -0-

Más de 12 millones hablan runasimi

 

21 DE FEBRERO

 

DÍA DE LA LENGUA MATERNA

 

LENGUA

DE LA

FRATERNIDAD

 

Danilo Sánchez Lihón

 

Ninguna cultura exaltó tanto a la mujer como en el mundo andino y en el imperio incaico, en donde lo femenino se adoraba y era sagrado. Así había tres entidades supremas: la Mama Pacha, que era la tierra; la Mama Cocha, que era el agua; y Mama Quilla, que era la luna, diosa de la fertilidad.

Milton Sánchez LA MUJER EN EL MUNDO ANDINO 05.02.21

 

1. La hablan, pero la esconden

Actualmente en quechua se comunican y se expresan cotidianamente 12 millones de personas extendidas a lo largo de varios países de la América andina. Ocupa el décimo quinto puesto entre las lenguas más habladas del planeta Tierra; y el cuarto lugar de los sistemas lingüísticos que diariamente se utilizan en América.

Es la lengua nativa que ocupa la primera jerarquía por el número de personas que la usan en el continente. Y el que sea así es una historia en donde hay mucho de maltrato, de perversidad y crimen, por un lado, por parte de quienes quisieron destruirla y desaparecerla de la faz de la tierra por considerarla subversiva.

Y hay mucho de resistencia heroica, de fe sacrosanta y devoción indesmayable por quienes la acunaron, escondiéndola viva en lo más recóndito de su alma; volviéndose junto con ella en muertos vivientes con el fin de no dar su brazo a torcer defendiéndola. Y con ella defendiendo su ser, para legárnosla a nosotros viva tal como está hoy, pero ¿qué hacemos para hacerla vigente?

2. Su raíz original

En Lima el 50 % de su población conoce o habla quechua, aunque no lo manifieste ni declare ni lo haga ostensible, sino que más bien lo elude y oculta por prejuicio. Son mudos del quechua, autoimpuestos, por auto opresión y censura propia.

La historia también nos revela y da a conocer que los incas inicialmente no utilizaron el quechua sino el “puquina”, después el “aymara” y finalmente adoptaron el quechua por su expresividad, riqueza y amplitud de extensión en el antiguo espacio terráqueo de esta parte del mundo.

Es la lengua inicialmente de los chinchaysuyos, que tuvieron como ámbito de surgimiento y desarrollo al actual departamento de Ancash. Y su raíz original y no es está ni en Andahuaylas ni en Ayacucho como antes se creía.

3. Lengua del regocijo

Es la lengua de quienes se hicieron fibras de agua para desde dentro de su esencia cantarina llevarla de cumbre en cumbre de las montañas donde construyeron sus viviendas y que son nuestros egregios antepasados.

Es la lengua de la ternura más honda, de la capacidad del ser humano para tener compasión, para inclinarse y adorar, para sumergirse en el reconocimiento de lo sagrado, sin hacer de ello una abstracción sino reconociéndolo hasta en el más mínimo grumo de arena.

Es la lengua del regocijo, del canto a la vida más acrisolada, de aquella que ha reconocido en el ser más pequeño e indefenso la unción por mirarlo todo con ojos y el alma pasmados.

Es la lengua de nuestros niños andinos que desde muy tiernos no les tienen miedo a los caminos oscurecidos y que los horadan con sus pasos y sus ojos que traspasan las sombras.

4. Diste ser y valor

He aquí el fragmento de una oración o rezo incaico, dicho y recogido en la dulce, conmovedora y estremecida lengua quechua por un cronista anónimo de la Conquista del Perú:

Aticsi wiracochan caylla wiracocha tocapo ac unpo wiracochan camachurac caricachon huarmicachon nispallurac rurac camascaique churascayqui casilla quispilla canca musac maipimcaiqui ahuapichu ucupichu puyupichu llantupichu hoyarihuay hayni guay nihuay ymay pachacamac haycay pachacamac canca chihuay marcarihuay y batallihauay cadcuzcay tarichasquihuai may piscapos wiracochaya”.

“¡Oh hacedor! que estás en los fines del mundo sin igual, que diste ser y valor a los hombres y dijiste sea este hombre y a las mujeres sea esta mujer; diciendo esto los hiciste y los formaste y diste ser. A estos que hiciste, guárdalos que vivan sanos y salvos, sin peligro viviendo en paz. ¿A dónde estáis? ¿En lo alto del cielo o abajo en los truenos o en los ñublados de las tempestades? Óyeme, respóndeme y concede conmigo y danos perpetua vida para siempre, tenednos de tu mano; y esta ofrenda recíbela a doquiera que estuvieres, oh Hacedor.”

5. El sentido colectivo

En tiempo de los Incas se la llamó Runa Simi o “Lengua humana”, o puede traducirse también como lengua madre; que es un idioma aglutinante, onomatopéyico, basado en el uso de sufijos, donde los nombres se marcan por caso y persona.

Su estructura es nominativa acusativa, de fonemas binarios que permite que se adapte con gran ductilidad al lenguaje informático. Su fonología es simple y bien diferenciada, que se adapta a la conformación del aparato fonológico universal, sin exigir forzamientos en el órgano bucal.

El sistema vocálico dominante es principalmente es de tres vocales, cuales son: la e, la i, y la u. No contiene verbos irregulares. No tiene género gramatical y donde el marcador plural es kuna. El orden de la frase es: sujeto, verbo y objeto.

Es el idioma en el cual se plasmaron los valores primigenios y sustanciales de la cultura y el alma andina. Es la lengua en donde ha quedado el alma de quienes con la palabra dieron razón y latido a la fraternidad, al sentido colectivo de la historia.

6. Somos aquello que hacemos

Es la lengua de la reciprocidad, de la filiación y de la pertenencia. Con ella se perfiló el carácter auroral, que es el sello indeleble de la actitud que hay que asumir frente a la vida.

Mil años hace que existe el quechua, idioma con el cual se ama, se adora a las divinidades, se crea y se sueña en un mundo mejor, lengua sagrada desde el reino de los huaris. ¿Qué nos falta para defenderla? Nada. Las políticas culturales establezcámoslas nosotros, el común, el pueblo real, concreto y sufrido.

Entonces hablemos, proclamemos y gritemos el quechua ya, en este momento y desde ahora mismo, hablándolo en calles, en los paraderos y en los ómnibus a los cuales nos subimos. En las escaleras que se suben y se bajan, y en las puertas que se atraviesan.

Pronunciemos la primera palabra y la primera frase. Desatemos una revolución cultural. Esto depende de nosotros mismos y de nadie más. Lo que yo haga no es decisión del gobierno. Ellos al final no deciden nada. Entre nosotros se oficializó el quechua por cierto período y por Decreto Ley, y eso no tuvo ningún efecto práctico.

7. Paso a paso

La comunicación en quechua ahora involucra a varias naciones. Es una lengua viva, dulce y constructiva, porque en el idioma quechua no se han encontrado palabras procaces, cínicas ni que inciten a la violencia.

Su resurgimiento y su destino dependen de que lo hablemos tú, yo, él, ella. Porque al final los seres humanos y las sociedades somos aquellos que la padecemos, como hacemos el bien para marcar los días y con ello nuestros destinos sobre la faz de la tierra.

Hablemos el quechua porque es la lengua de la vida que se afirma paso a paso, que le ha puesto una nota de humanidad y de dulzura a las adversidades.

Es la lengua uterina, sanguínea y tutelar de quienes más han mirado el cielo estrellado para conocer sus incógnitas y misterios y de él han recogido los contenidos y los signos para alentar en la vida.

Como la devoción más inmensa por la naturaleza y los seres vivientes que deambulan con sus pasos, morada donde no somos ni los dueños ni los amos.

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de: Milton Sanchez <mbcdj122@aol.com>

responder a: Milton Sanchez <mbcdj122@aol.com>

fecha: 22 feb 2021 10:35

asunto:        21 de febrero. Día de la Lengua Materna. / Lengua de la fraternidad.

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                                                       24 de febrero 2021