04:35 02/10/2014
Vicky Peláez
Occidente
 no conquistó el mundo por la superioridad de sus ideas, valores o 
religión, sino por la superioridad de la violencia organizada. (Samuel 
Huntington).
En política no hay nada casual o como decía
 el filósofo griego Leucipo de Mileto “nada sucede porque sí, sino todo 
sucede con razón y por necesidad”. Por eso cuando en junio pasado el ex 
vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney advirtió que antes de 2020
 habrá otro ataque terrorista como el 11-S y que era probable “que sea 
mucho más letal que el anterior”, el mundo se dio cuenta que algo gordo 
estaban “cocinando” los globalizadores.
Un artículo aparecido días después en The 
New York Times,  escrito por el economista Tyler Cowen afirmando que “la
 falta de grandes guerras posiblemente estaba afectando el crecimiento 
económico”, confirmó  el inicio de un nuevo ciclo y posiblemente más 
agresivo, de la guerra “preventiva” y con toda certeza, en el Medio 
Oriente- poseedor de 800 mil millones de barriles de petróleo del total 
de 1,5 millones de millones que existen en el mundo.
No podría ser contra Rusia o China, pues 
Estados Unidos no está acostumbrado a entrar en conflicto bélico con 
otras potencias aunque sean en su estimación de dimensión regional. 
Siempre ha preferido atacar naciones débiles y fragmentadas, pero con 
suficientes recursos naturales que sean de su  llamado “interés 
nacional”, como Irak y Libia cuyas reservas comprobadas de petróleo son 
de 140 y 50 mil millones de barriles respectivamente o los países 
ubicados estratégicamente para los planes hegemónicos de EEUU. En este 
aspecto Afganistán abría el camino hacia Asia Central y China y Siria 
hacia Irán. La conquista del Medio Oriente no podría ser completa sin 
dominio sobre Siria e Irán. Precisamente estos países están actualmente 
en la mira del Gran Patrón.
También Irak está nuevamente incluido en 
esta lista de la guerra preventiva debido al fracaso de la invasión de 
Washington para establecer el control sobre sus yacimientos petroleros. 
Resultó que el gobierno del primer ministro shiita Nouri al-Maliki 
impuesto por Norteamérica permitió que India, China y Rusia ganaran los 
contratos de petróleo más lucrativos en Irak en 2012, mientras que las 
grandes petroleras como ExxonMovil, Chevron y BP tuvieron que 
contentarse con los depósitos del oro negro en el Kurdistán iraquí. Por 
aquel atrevimiento al-Maliki perdió su puesto y salió de la gracia de 
Norteamérica que sembró tanta sangre y muerte iraquí para apoderarse de 
todo.
Precisamente en este tiempo apareció como 
por  magia en Siria e Irak un nuevo grupo yihadista sunita 
extremadamente radical, el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS en 
inglés y EIIS en español) que actualmente ocupa la tercera parte del 
territorio de Siria y de Irak con una población de aproximadamente 
cuatro millones de habitantes. No hay que olvidar que desde el comienzo 
del primer ciclo de la guerra preventiva de EEUU y sus aliados usaron su
 habitual táctica de “divide y reina”. Así sacaron del poder a sunitas 
en Irak que constituían el 20% de la población e instalaron a los 
shiitas y actualmente en Siria, donde están en el poder alauitas-una 
rama de Islam shiita, organizaron grupos de resistencia sunitas para 
terminar con el gobierno de Bashar al-Asad. Los más famosos son Jabhat 
al-Nusra (Frente al-Nusra), el Ejército Libre Sirio (ELS) y actualmente 
EIIS junto con otros 60 grupos que siguen la misma causa. Entre estos 60
 grupos  está sobresaliendo una enigmática célula, Grupo Khorasan que 
está recibiendo una inusitada publicidad de la prensa globalizada por 
sus bien publicitadas amenazas de “atacar a Estados Unidos en su propio 
territorio”.
Los auspiciadores financieros e ideológicos
 de estos grupos son Arabia Saudita, Kuwait, Qatar y Turquía donde en el
 poder están sunitas y sus mentores logísticos, asesores militares, 
instructores y proveedores de armamento son EEUU, Australia, Reino 
Unido, Francia, Turquía, Canadá, Israel y Alemania. En el libro The 
Jihadis Return, su autor Patrick Cockburn cita a un general del Ejército
 Libre Sirio que afirmó que “que ELS recibe órdenes de Washington y los 
16 comandantes en el norte de Siria y los líderes de otros 60 grupos 
menores en el sur reciben sus armas, asesoría de instrucciones 
directamente de los norteamericanos”.
Todos estos grupos que actúan tanto en Irak
 como Siria pertenecen a las organizaciones que se llaman en EEUU 
“amigos-enemigos”. En Afganistán eran muyahidines bautizados por Ronald 
Reagan como “luchadores por la libertad” y aliados incondicionales de 
Washington. Después, la CIA y su homólogo pakistaní, el ISI los unieron 
en al-Qaeda declarada la enemiga principal de los EEUU cumpliendo al 
mismo tiempo su rol principal de promotora del terror en el Medio 
Oriente, especialmente en los países donde Norteamérica y sus aliados 
los estaban balcanizando con el propósito de acabar con la unidad 
nacional.
En Siria el EIIS, el Frente al-Nusra y en 
Irak el EIIS son utilizados con un fin doble. De un lado son aliados 
incondicionales de Washington para acabar con el régimen de Bashar 
al-Asad y mantener a la defensiva a los shiitas en Irak, considerados 
aliados de Irán y Líbano. Y del otro lado los guerrilleros del EIIS y su
 permanente campaña de terror constituyen un pretexto para bombardear 
supuestamente sus posiciones en Siria. La semana pasada el vice primer 
ministro iraquí, Bahaa al-Araj declaró a The New York Times que “sabemos
 quién ha creado DAESH (EIIS): la campaña militar de EE.UU. contra EIIS 
no disminuye las sospechas que coinciden en las calles de Bagdad así 
como en los más altos círculos gubernamentales que la CIA está detrás de
 los extremistas del EIIS.
Según la publicación Global Research, en la
 mayoría de los casos antes de los ataques de aviones norteamericanos, 
franceses, británicos, belgas y daneses contra las posiciones y 
cuarteles del ISIS, sus miembros se retiran de estos lugares tras 
recibir un “soplo” sobre el inminente ataque. En Irak, el gobernador de 
la ciudad Haditha, Abdul Hakim de Jigaifi denunció hace poco que los 
supuestos ataques aéreos contra los terroristas del EIIS por parte de 
EEUU y sus aliados no hicieron ningún daño a esta organización tal como 
si existiera un convenio secreto ente Norteamérica y el EIIS. Durante el
 último ataque de los aviones aliados las bombas cayeron sobre los 
blancos del Frente al-Nusra pero evitaron bombardear los centros del 
EIIS.
En realidad, todos los quehaceres del 
Estado Islámico de Irak y Siria (EIIS) son deliberadamente exagerados 
por los medios de comunicación globalizada. A la vez su sofisticación en
 el uso de medios virtuales, su conocimiento de la técnica de 
propaganda, su armamento moderno y la preparación de sus combatientes 
indican claramente la participación de los occidentales, en especial 
norteamericanos e israelíes. Sorprende también el documental del canal 
de Rupert Murdoch, Vice News, “Spread of Caliphate” de cinco capítulos 
que muestra cierta simpatía a EIIS.
Y cómo no, si esta formación ofrece un 
sólido pretexto a Washington primero, para sacar del poder a Bashar 
al-Asad y dividir Siria; segundo, justificar su presencia en el Medio 
Oriente y asegurar su control sobre 800 mil millones de barriles de 
petróleo;  tercero, asegurar la seguridad de su mayor aliado en la 
región, Israel según el “Plan Yinon”; cuarto, facilitar nuevamente la 
entrada de “las botas militares” a Irak y ya se está hablando de un 
posible envío de unos 15,000 marines para comenzar; quinto, terminar con
 el nacionalismo árabe y reemplazarlo con el sectarismo; y el sexto, y 
quizás más importante, acelerar el proceso de la militarización de 
Estados Unidos, iniciado con el “USA Patriot Act” (Ley Patriota) 
promulgada el 26 de octubre 2001.
En un reciente programa de Fox News, su 
presentadora Jeanine Pirro exhortó a los norteamericanos a prepararse 
para protegerse de los ataques terroristas islámicos. Aconsejó a cada 
familia tener depósitos de comida y agua potable y agudizar la 
vigilancia en sus lugares de trabajo y en su vecindad. Y lo curioso de 
todo esto es que de acuerdo a la Voz de América, Washington está 
considerando poner en marcha la creación de Redes de Vigilancia 
Comunitaria al estilo de los Comités de la Defensa de la Revolución en 
Cuba (CDR). Estas redes estarán en coordinación con el Departamento de 
Justicia y el Fiscal General de la nación para detectar cualquier 
elemento peligroso que represente una amenaza a la seguridad del país y 
estadounidenses
Por desgracia allí no termina la historia. 
Barak Obama, el Premio Nobel de la Paz, el presidente de EEUU que en 
2009 prometió liberar el mundo de las armas nucleares ya anunció el 
programa de renovación a gran escala de las fuerzas nucleares. En los 
próximos 30 años, según The New York Times, EEUU intentará invertir 
hasta un millón de millones de dólares en el programa que comprende la 
compra de 12 submarinos, 100 aviones para las misiones estratégicas y 
400 misiles. A la vez uno de los “iluminados” del planeta, Henry 
Kissinger ofrece solucionar el terrorismo en el mundo creando un 
ejército mercenario para luchar contra el terrorismo internacional. Este
 ejército tendría que ser pagado por una coalición de naciones y 
supervisado por el congreso norteamericano.
¡Cuán grande sabiduría! Y a todo esto 
Barack Obama considera, como lo anunció en las Naciones Unidas, “el 
mejor momento en la historia mundial”. Por algo dijo alguna vez Oscar 
Wilde que “el cínico es un hombre que sabe el precio de todo y el valor 
de nada”.
Fuente: Novosti
 

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