Capitalismo Hoy
UNO: MARX
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EL CAPITAL Y SU LÍMITE 
El verdadero límite de la producción capitalista lo es el propio capital;
es éste: que el capital y su autovalorización aparece como punto de 
partida y punto terminal, con motivo y objetivo de la producción, que la
 producción sólo es producción para el capital, y no a la inversa, que 
los medios de producción son meros medios para
un desenvolvimiento constantemente ampliado del proceso vital, en 
beneficio de la sociedad de los productores. Los límites dentro de los 
cuales únicamente puede moverse la conservación y valorización del valor
 de capital, las que se basan en la expropiación
y empobrecimiento de la gran masa de los productores, esos límites 
entran, por ello, constantemente en contradicción con los métodos de 
producción que debe emplear el capital para su objetivo, y que apuntan 
hacia un aumento ilimitado de la producción, hacia
la producción como fin en sí mismo, hacia un desarrollo incondicional de
 las fuerzas productivas sociales del trabajo. El medio desarrollo 
incondicional de las fuerzas productivas sociales entra en constante 
conflicto con el objetivo limitado, el de la valorización
del capital existente. Por ello, si el modo capitalista de producción es
 un medio histórico para desarrollar la fuerza productiva material y 
crear el mercado mundial que le corresponde, es al mismo tiempo la 
constante contradicción entre esta su misión histórica
y las relaciones sociales de producción correspondientes a dicho modo de
 producción. 
Carlos Marx 
EL CAPITAL 
1867 
Tomo III CAPÍTULO XV 
1894 
DESARROLLO DE LAS CONTRADICCIONES INTERNAS DE LA LEY* 
*Se refiere a Sección Tercera LEY DE LA TENDENCIA DECRECIENTE DE LA CUOTA DE GANANCIA Capítulo XIII LA LEY COMO
TAL 
(Énfasis agregado) | 
DOS: VAROUFAKIS
| 
La mayor amenaza al capitalismo es el capitalismo mismo 
El capitalismo está en crisis, dice usted. Pero, ¿de qué capitalismo estamos hablando, del anglosajón, el
alemán, el chino? 
Desde
 luego, hay muchas formas de capitalismo. Por mi parte, hablo del 
capitalismo como sistema global, que
está en crisis desde 2008. Es la crisis más larga y más seria que hemos 
vivido desde hace 200 años. Hay similitudes con algunos aspectos de la 
crisis de los años 1920–1930. Pero los responsables de los bancos 
centrales son hoy más hábiles a la hora de responder
a ella. 
¿Qué es lo que resulta disfuncional? 
Un
 ejemplo: en los Estados Unidos y en Europa, estos tres últimos meses el
 montante total de las inversiones
se ha elevado a cerca de 34.000 millones. Al mismo tiempo, más de 50.000
 millones siguen ociosos sin nada que hacer en el sistema financiero. 
Por un lado, tenemos una deuda extremadamente elevada; por el otro, 
tenemos una enorme cantidad de dinero inutilizado,
que no se invierte, que queda en el circuito de las instituciones 
financieras. 
Es
 un derroche extremo, y eso explica en gran medida la situación de 
Europa. Los bancos centrales han fracasado
y están cada vez más lejos de sus objetivos. En Occidente, Japón 
incluido, hasta un 30% de quienes tienen entre 18 y 50 años está en 
situación de desempleo. Se trata de una crisis de envergadura para el 
capitalismo. Se podría seguir con el catálogo. Todo lo
que tenía sentido hasta 2008 ya no lo tiene. Tenemos una crisis de 
inversión, una crisis de deuda, una crisis de ese dinero que está 
ocioso. Nunca hemos tenido un volumen de ahorro tan elevado en Europa y 
un volumen tan débil de inversiones. Este es el problema. 
¿Cuál es su remedio? ¿Hay que salir del capitalismo, es reformable? 
La izquierda ha tenido siempre el proyecto de substituir el capitalismo por el socialismo. Ese proyecto murió
en 1991. Sencillamente, no estaba en situación de llevarlo a buen término. La mayor amenaza al capitalismo es el capitalismo mismo.
Puede usted observarlo en Europa. Europa no está amenazada por la 
izquierda. Hasta un pequeño país dirigido por la izquierda, en el que yo
 era ministro de Economía, ha acabado por tomar medidas muy 
conservadoras, simplemente para tratar de estabilizarlo para
los bancos. Este diálogo debería haberse producido hace un siglo cuando 
la izquierda tenía un proyecto para substituir al capitalismo. Pero el 
socialismo ha muerto. Dicho esto, si esperamos que el mercado obre un 
milagro y coordine una salida para esta crisis,
vamos sin más a fracasar. 
¿Qué hacer? 
La
 solución no puede venir sólo del mercado, hay que tener a la gente en 
cuenta. Los mercados están prisioneros
de profecías autocumplidas que agravan los problemas. ¿Por qué no hay 
inversiones? Porque los inversores, los industriales, los que controlan 
esos billones durmientes, temen que si invierten el dinero, no acudirá 
la demanda que lo haga rentable. Dado que no
invierten, no hay demanda, y eso confirma sus expectativas negativas de 
que no habrá demanda. El mercado no hace más que repetir este esquema. 
Al mismo tiempo, los Estados están paralizados, son incapaces de actuar.
 Los Estados miembros de la zona euro están
ya fiscalmente al límite, no pueden pedir más prestado para gastar más. 
Los Estados Unidos son casi ingobernables con un Congreso que bloquea a 
la Casa Blanca. China ya está bastante intervenida y no puede hacer ya 
más. Nos hace falta una coordinación política
racional en el plano del G20, sin la cual va a acabar sucediendo algo 
terrible. En la década de 1930, fue la guerra finalmente la que tuvo 
como resultado una coordinación de la política de intervención. La 
innovación tecnológica interviene en el plano de la
microeconomía. Esos progresos son a la vez muy prometedores y muy 
inquietantes. Los nuevos cambios de la productividad y los aparatos que 
facilitan el trabajo son la clave del futuro. Este puede revelarse 
sombrío o agradable. La diferencia vendrá de la forma
en que nuestros gobiernos, sobre todo en el plano del G20, respondan a 
los retos. 
El marxista que es usted preconiza una solución política… 
Todo
 es política. La cuestión estriba en saber si se trata de una acción 
política racional o no, si está coordinada.
Comprar un «ipod», un «smartphone» o un automóvil son actos políticos. 
El problema con el mercado es que todos estos actos políticos no están 
bien coordinados. El capitalismo no es duradero, pero la izquierda ha 
desperdiciado todas las ocasiones que ha tenido,
y todos los modelos teóricos, para substituir al capitalismo. Pero el 
capitalismo – ese es mi lado marxista – es un sistema contradictorio que
 produce su propia Némesis deconstruyendo el orden social. 
Volvamos a la innovación: ¿cómo hacerla «agradable» a sus ojos? 
Tomemos
 el ejemplo de las impresoras 3D, una tecnología descentralizada basada 
en Internet, que va a hacer cada
vez más improbable la supervivencia de las empresas que hoy existen. 
¿Por qué tenemos necesidad de empresas? Por razones de constancia y de 
escala de producción, pero ese se vuelve cada vez más redundante. El 
modelo de capitalismo de empresas se ve cada vez
más minado por los productos de esas empresas. Sabiendo que vamos a 
asistir a una descomposición del poder de las empresas, la cuestión 
consiste actualmente en saber qué es lo que va a reemplazarlas. ¿Vamos 
hacia un escenario de segunda era del maquinismo,
con un fracaso masivo en producir suficiente demanda para los productos 
de estas máquinas o encontraremos una vía en la que reestructuremos la 
forma en la que mantenemos relaciones entre nosotros y relaciones con 
las máquinas para producir y compartir la prosperidad
que estas tecnologías hacen posible? 
Es
 una cuestión política. No se puede resolver por medio de abogados ni 
por medio de compradores ni de vendedores.
Hace falta un esfuerzo por parte de los gobiernos, de los actores del 
mercado financiero, así como del mundo empresarial. Hay que crear algo 
nuevo, y acaso se le llame postcapitalismo. En todos los casos, el tipo 
de acuerdo que resulte de ello será enormemente
inestable. 
¿Cómo explica usted que los Estados Unidos, parangón del capitalismo, sea el país que mejor se ha recuperado
desde 2008 siendo a la vez el principal crítico de la austeridad en Europa? 
Los
 norteamericanos son pragmáticos. No son de los que tiran el dinero. 
Cuando Richard Nixon se dio cuenta,
a finales de los años 60, de que el sistema de Bretton Woods estaba 
muerto (un sistema inventado por los norteamericanos en los años 40), 
acabó con él. Los Estados Unidos creen que hay que eliminar lo que ha 
fracasado. Comprenden que hay que acabar con una
deuda insostenible. Entienden que hay que substituir una arquitectura 
financiera que se ha desfondado. A la inversa, el capitalismo europeo, 
dado que es bastante más oligárquico, es bastante menos capaz de 
autocríticas. En el caso griego, los norteamericanos,
sean representantes del gobierno o de Wall Street, están completamente 
de acuerdo conmigo cuando digo que los problemas de Grecia desde 2010 
son imputables a los banqueros. No es más que simple sentido común. 
¿Se siente decepcionado porque Alexis Tsipras prosiga la misma política que sus predecesores con un tercer
plan de ayuda europea? 
Evidentemente,
 esa es la razón por la que dimití. Está claro que estoy en contra, pero
 no quiero personalizar,
la política debe seguir siendo civilizada. Este tercer plan es el mismo 
que el primero o el segundo. Se prolonga la crisis, se ahonda, 
pretendiendo que se va a resolver pidiendo prestado a los estados 
banqueros todavía más dinero de acuerdo con condiciones
que nos arruinan. Todavía tendrán que pasar diez años para que nos demos
 cuenta de que esto no puede funcionar. 
Ha declarado usted que la política de austeridad de la que es adalid Alemania se dirigía en realidad a Francia.
¿Qué quiere usted decir exactamente?  
Lo
 que he dicho es que la implosión de las finanzas mundiales en 2008 ha 
actualizado las fragilidades de la
arquitectura del euro. Las reglas sobre las cuales había acuerdo eran 
imposibles de respetar, pues estaban mal concebidas. Antes que 
plantearse la cuestión de qué nuevas reglas necesitamos para que 
funcione, Europa se ha quedado en la negación. Fue el primer
periodo durante el cual Bruselas, Frankfurt y Berlín trataban sólo de 
apagar un incendio. Fue una simple gestión de crisis. Más recientemente,
 el Banco Central Europeo, gracias a Mario Draghi, que es el operador 
más hábil de Europa, ha logrado contener los
incendios con un cierto éxito. Eso permite ganar tiempo. Los políticos 
empiezan a reflexionar. París y Berlín están de acuerdo en mejorar la 
arquitectura, hay una necesidad de unidad política a causa de la unión 
monetaria. 
Pero
 hay una diferencia de importancia en lo que se refiere a saber qué tipo
 de unión política es necesaria:
los franceses quieren bastante más reciclaje de los superávits de la 
zona euro hace aquellas partes que son deficitarias, los alemanes 
quieren más disciplina. Hay un conflicto directo. En esta lucha a Grecia
 se le ha reservado el papel de laboratorio. ¿Por
qué este desorden? Puesto que su relación es problemática, su diálogo no
 progresará. 
¿Va a terminar por imponerse la salida de Grecia del euro [Grexit]? 
No.
 Jamás he apoyado el «Grexit» ni he utilizado este argumento como 
mercadeo. Hace años que digo que no debíamos
haber entrado en el euro. Pero desde el momento en que estamos dentro, 
hay que resolver el problema. Creo por contra que deberíamos proceder a 
una suspensión de pagos de nuestra deuda. Cuando se tiene una deuda 
insostenible, lo que no se puede pretender es
que se puede gestionar. Habría que volver a poner en solfa un acuerdo 
que no funciona, según todas las evidencias.   
Hoy saluda usted el valor de la señora Merkel en su gestión de la crisis de los refugiados… 
Nada me regocija más en principio que ver a un oponente político que hace algo bueno. Creo que es mi deber transmitir
mis felicitaciones a la señora Merkel. Ha estado absolutamente brillante al dar pruebas de humanismo en un universo sombrío. 
Berlín dice que puede mostrarse generoso porque el presupuesto del estado está controlado. ¿No le da eso
la razón a su gestión económica? 
Eso
 no tiene nada que ver con el presupuesto. ¿Por qué habría que tener un 
presupuesto equilibrado? Las familias
deben tener un presupuesto equilibrado, pero eso no sirve de nada en el 
caso de un país. Los Estados Unidos no han tenido jamás un presupuesto 
equilibrado desde su revolución. Lo que hace falta es un presupuesto 
duradero. Los Estados no tienen que reembolsar
su deuda, todo lo que tienen que hacer es refinanciarla. Mientras 
dirijas una política fiscal responsable y crezca tu PIB, se puede 
mantener un poco de déficit. Si Merkel tuviera un déficit superior al 
3%, ¿habría hecho regresar a los refugiados, les habría
cerrado las fronteras al acercarse? No lo creo. 
Suiza ha puesto fin al secreto bancario. ¿Qué piensa usted de la cooperación entre Berna y Atenas en materia
de intercambio de información fiscal? ¿Está usted satisfecho de cómo se desarrolla? 
No.
 Queda mucho por hacer. Yo tenía muy buena relación de trabajo con mi 
homóloga suiza [Eveline Widmer-Schlumpf]
y estaba dispuesto a cooperar con aquellos griegos que hicieran una 
declaración voluntaria de sus cuentas en Suiza. Pero hubiera querido que
 la transparencia anunciada para 2018 se aplicara desde ahora. A todo el
 mundo se le dice que la transparencia se la
ha impuesto a Suiza la Unión Europea. ¿Por qué no aplicarla 
inmediatamente? Habría sido estupendo que mi ministerio –mientras era yo
 ministro– hubiera tenido acceso a los datos de los ciudadanos griegos, 
al montante de sus haberes en los bancos suizos. Eso
habría facilitado la persecución de los defraudadores y ayudado a 
nuestro presupuesto. Esto nunca llegó a suceder, nunca. Suiza podía 
haberlo hecho mucho mejor. 
Según sus informaciones, ¿cuánto dinero griego hay en las arcas suizas? 
No lo sabemos. 
Yanis Varoufakis 
Declaraciones recogidas por Frédéric Koller para el diario ginebrino Le Temps. 
(Énfasis agregado) 
Se
 presenta como economista marxista y se distinguió por ser el principal 
contradictor de Alemania y su ministro
de Finanzas, Wolfgang Schäuble, durante la crisis griega. El exministro 
griego de Economía, Yanis Varoufakis – que dimitió del gobierno de 
Alexis Tsipras en julio tras el referéndum sobre el tercer plan de 
rescate –, estaba invitado el martes [8 de diciembre]
por la tarde a un TEDGlobal celebrado en Ginebra. FK 
Fuente:
Le Temps, 9 de diciembre de 2015 
Traducción:
Lucas Antón 
Fwd: "Hay
que crear algo nuevo" 
Yanis Varoufakis ex-ministro griego de Economía 
25 de enero 2016 11:52 | 
TRES: UN COMENTARIO
| 
No
 podemos seguir en la enredada y soslayada teoría de Francis Fukuyama 
del Fin de la Historia
y el Último Hombre y cantar el final del socialismo. El socialismo sigue
 y seguirá existiendo y quienes seguimos esa doctrina no somos los que 
hemos abortado, sino el influjo del peso del imperio del capitalismo que
 por acciones propagandísticas de sus grandes
medios de comunicación, el uso de agresivas políticas de estado, la 
manipulación de la moneda y el uso de las armas, impide que el 
socialismo impere como respuesta a las arremetidas vulgares del 
capitalismo; empero, los que impiden el surgimiento del socialismo
son economistas o personas como usted, que creen junto con el citado 
escritor, que el socialismo murió en 1991 y que además promueven esa 
teoría y que han sido incapaces, como usted, que aun detentando el poder
 en la Grecia Posclásica, no pudo con su inexacta
ciencia, dar siquiera un puntal de reorganización de la economía griega 
para que aún que no se apartara del dominio de la banca de occidente, se
 avizorara por lo menos entre difusas cortinas del Gobierno Griego una 
solución que salvara al pueblo griego de la
debacle económica y social y la sorprendente es que su genialidad 
fukuyamista y su tendencia extremista que llama, se encaminó por la 
renuncia en la creencia ciega de que esta es la única alternativa de 
gobernar un pueblo como el griego preñado de tanta historia
y que tantas clases de democracia y del poder y de las ciencias ha dado a
 la rueda de la historia, en aras de hacer posible en alguna manera, el 
imperio de la justicia, la equidad, la igualdad y el reparto equitativo 
de la riqueza y la disminución de la pobreza
y en fin del respeto de los derechos fundamentales del pueblo. ¡Qué 
orgullo, para Grecia!, que su genialidad esté sustentada en gritar que 
el cadáver del socialismo yace desde el año de 1991 en Wall Street, en 
los bancos y en las bolsas de sistema capitalista
o neocapitalista o que la solución de los grandes problemas de los 
países pobres se asiente en el extremismo de ¿derecha? ¿Dónde generó 
usted idea genial alguna para posibilitar que el pueblo griego no siga 
irradiando al mundo miseria, pobreza, desolación,
terror, miedo y angustia y que no siga gritando viva el extremismo y 
viva el empobrecimiento y viva el hambre? 
Remite: Jairo Mayorga jairomayo@gmail.com 
25 de enero 2016 11:52 | 
         Nota.-
¿Qué es lo que está en estado terminal: el capitalismo, el izquierdismo, el socialismo?
         La
crisis griega es punto clave para comprender este tema de actualidad.
         No
es lo mismo señalar el límite del capital, como
lo dice Marx, que señalar la amenaza al capital,
como lo dice Varoufakis.
         Marx
no
 alcanzó a redactar totalmente su medular obra. Pero en el tercer tomo 
adelantó la guía de todo su análisis, que es lo que cobra ahora mayor 
actualidad. Con esta guía se comprende mejor la obra total. Queda para 
una próxima entrega exponer sus hitos de actualidad:
la reproducción simple (una ficción teórica que le hizo posible iniciar 
el análisis), y el mundo sólo de capitalistas y obreros (una ficción 
teórica que le hizo posible exponer el límite del capital)
         Cierto,
para
 Varoufakis “el cadáver del socialismo yace desde el año de 1991 en Wall
 Street, en los bancos y en las bolsas de sistema capitalista” Y por eso
 se inventa lo de “post-capitalismo” ¿Acaso el feudalismo fue un 
“post-esclavismo”? ¿Acaso el capitalismo fue
un “post-feudalismo”? Esto nomás indica el límite teórico a que ha 
llegado el izquierdismo, en Grecia y en todas partes.
         Por
eso ahora, más que nunca antes, se impone hacer la diferenciación tajante entre izquierda
y socialismo. La
izquierda
 está atada
de pies y manos al capitalismo y su etapa terminal, la bancocracia, el 
financierismo. El socialismo está unido al presente-futuro cercano de la
 humanidad. Por eso el
socialismo es humanista y el humanismo es socialista.
         Lo
ocurrido
 recientemente en Grecia, con Tsipras como político y Varoufakis como 
economista, nos sirve de libro abierto para comprender lo ocurrido en 
nuestro país, sobre todo en el reciente proceso electoral. En uno y otro
 lado la crisis económica se expresa
en crisis social, ésta en crisis cultural, ésta en crisis política. Si 
no comprendemos la primera, mal podemos comprender las restantes, menos 
la política.
         Para
eso, la comprensión básica de la medular obra de Marx nos puede abrir las puertas para comprender nuestra realidad actual.
         Es
lo que se procurará cumplir en próxima entrega.
Ragarro
30.01.16
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
30 de enero de 2016
 
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