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LECTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA DEL 
DISCURSO INAUGURAL DE PPK 
(II y final)
10/08/2016
Opinión
Foto: OtraMirada
PPK y Thorne ofrecen una política fiscal con expansión del gasto y reducción de ingresos tributarios, una apuesta muy riesgosa.
Los
 compromisos de gastos y la reducción del IGV en un punto porcentual 
anunciados por el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) —sumados al 
mantenimiento de las reformas tributarias regresivas del exministro 
Segura y a la notable reducción de la tributación minera—, aumentarían 
el déficit fiscal hasta muy por encima del 3% del PBI.
No
 habría, entonces, manera de cumplir con el objetivo anunciado por el 
ministro Alfredo Thorne de reducir el déficit que se registraría este 
año, a 2.5% en el año 2017, a menos, claro está, que se renuncie a esos 
compromisos y/o se recorte gastos. Pero este no sería el único objetivo 
que incumpliría el gobierno.
Tampoco
 aumentaría la formalización con la reducción del IGV ni se 
incrementaría, por lo tanto, la recaudación tributaria. La causa de la 
informalidad (véase nuestros artículos del 13/09/2014 y del 08/11/2014),
 no está por el lado tributario ni por el de las supuestas rigideces del
 mercado laboral.
La
 causa está en el estilo de crecimiento y acumulación de capital 
primario exportador, dependiente de factores externos, que desaceleró el
 ritmo de expansión del stock de capital per cápita. Este creció 43.5% 
durante el período 1960-1980, pero en período neoliberal 1990-2013 
aumentó solo 26.9%.
No
 se expandió la capacidad productiva industrial y agroindustrial, ni se 
modernizó la agricultura donde se encuentra cerca del 50% del empleo 
informal, por eso aumentó la participación de los sectores terciarios 
(comercio y servicios) en la generación de empleo de baja productividad.
 Esta participación pasó de 36.3% en el período 1960-1980, a 53.9% en el
 período 1990-2010.
Las medidas tributarias de Thorne y el crecimiento
No
 habría, tampoco, un incremento de la presión tributaria, incremento que
 podría aliviar el creciente déficit fiscal que se generaría con la 
expansión del gasto anunciada por PPK. La rebaja del IGV (de 18 a 17), 
la reducción del impuesto a la renta efectuada por el exministro Segura 
(y que el ministro Thorne dice que evaluará si se mantiene o no) y la 
notable caída de la tributación minera, darán lugar a reducciones 
significativas de los recursos del Estado. La recaudación disminuirá, en
 lugar de aumentar.
     
 El ministro Thorne y PPK están ofreciendo una política fiscal con 
expansión del gasto y reducción de ingresos tributarios. Esta es una 
apuesta muy riesgosa. La reducción de impuestos, según la evidencia 
empírica, tiene un casi nulo efecto positivo en el crecimiento del 
producto. 
   
 Las otras medidas tributarias, en su mayoría sensatas y pertinentes, 
—factura electrónica; modificación de regímenes tributarios de las micro
 y pequeñas empresas; amnistía para el retorno de capitales peruanos al 
país; amnistía de moras para la deuda judicializada; revisión de la ley 
anti-elusión; reemplazo del RUC por el DNI para convertirse en 
contribuyente; deducciones mayores para el pago del impuesto a la renta;
 conversión del gasto realizado mediante un POS, en factura; y, la 
limitación del uso de efectivo para la compra de automóviles e 
inmuebles— tendrán efectos diferenciados y no de corto plazo en la 
recaudación. 
Tómese
 en cuenta, además, que estas reformas se realizarían en un periodo de 
estancamiento de la economía internacional y de desaceleración de la 
economía nacional, que han acrecentado la incertidumbre para las 
decisiones de gasto del sector privado. Por eso decimos que en el año 
2017 será imposible reducir el déficit a 2.5% del PBI, si los gastos 
anunciados se realizan.
El financiamiento de los compromisos de PPK
El
 ministro Thorne ha dicho que en el año 2017 el ratio de deuda a PBI 
podría situarse alrededor de 28%; que no pasaría el techo de 30%; y, que
 este ratio empezaría a bajar a partir de 2018. El ministro está 
pensando que los déficits de este año (algo más de 3%) y del próximo 
(2.5%), y que sumados se acercan a 6% del PBI, son los que elevarán el 
ratio de deuda a PBI hasta cerca de 28%. (El año 2015 terminó con un 
ratio de deuda a PBI de 23.06%). Sin embargo, por las razones explicadas
 antes, el déficit fiscal puede elevarse hasta superar el 5% del PBI, 
con lo cual el ratio de deuda pública pasaría el techo de 30%.
¿Con
 que tipo de deuda se financiará el déficit? Lo más probable es que se 
financie básicamente con endeudamiento externo. La deuda pública externa
 representa cerca del 60% de la deuda pública total y es equivalente a 
aproximadamente el 15% del PBI. La suma de esta deuda con la deuda 
externa privada, representa el 33% del PBI.
Si
 como acabamos de señalar, el déficit fiscal se aproxima al 5% del PBI, 
este porcentaje se elevaría hasta situarse alrededor del 40% del PBI. 
Ciertamente, un ratio de deuda externa, pública y privada, de 40% del 
PBI, expuesta al riesgo cambiario, conspiraría absolutamente contra la 
sostenibilidad de las cuentas fiscales. En consecuencia, optar por el 
endeudamiento externo es alimentar la fragilidad financiera pública y 
privada.
Fuentes y efectos de la reactivación económica
El
 ministro Thorne sabe que el impacto en el crecimiento de las 
inversiones en minería efectuadas en el pasado, se acabará en el año 
2017. Este impacto equivale a un poco más del 50% de la actual tasa de 
crecimiento del PBI de 4.0% anual. Para compensar dicho agotamiento y 
asegurar un crecimiento de 5% como desea el ministro, se requieren otros
 motores distintos a la minería.
El
 ministro cree que esto será posible con el impulso al crecimiento del 
consumo y de la inversión que provendría de las reformas y de algunos 
importantes proyectos de inversión que serían destrabados en los 
primeros 100 días de gobierno (como la carreta de Ica y la Línea 2 del 
Metro). No hay una propuesta integral de diversificación productiva.
El
 aumento del gasto anunciado por el gobierno hará crecer, sin duda, la 
demanda interna. Pero no todo este crecimiento impulsará la expansión de
 la producción interna, pues parte importante del mismo se desviará 
hacia las importaciones. La producción industrial y agrícola ha perdido 
participación en el mercado interno con la notable penetración de las 
importaciones.
Por
 lo tanto, la reactivación de la economía mediante el crecimiento de la 
demanda interna, sin cambios en el patrón de acumulación de capital y 
con exportaciones en continua desaceleración, incrementará el déficit en
 la cuenta corriente de la balanza de pagos que en la actualidad es de 
5% del PBI.
En
 resumen, la estrategia de crecer con aumento de la deuda externa y 
crecientes desequilibrios macroeconómicos, es muy riesgosa. Puede 
socavar el objetivo de Modernización Democrática propuesta por PPK. Pero
 hay tiempo para cambiar de ruta.
Publicado en el Diario Uno, 6 de agosto de 2016
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fecha: 10 de agosto de 2016, 14:26
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