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Elecciones EUA: “reality show con suspenso y emoción”
DE LOS ESCÁNDALOS A LAS RAREZAS DEL SISTEMA:
TODO LO QUE DEBE SABER SOBRE LAS
ELECCIONES EN EE.UU.
Publicado: 30 oct 2016 12:09 GMT
Última actualización: 30 oct 2016 12:22 GMT
El próximo 8 de noviembre se celebran en EE.UU. las 58.as elecciones presidenciales, en las que los votantes elegirán al sucesor del actual mandatario, Barack Obama.
Ese
 día culminará una de las carreras presidenciales más inusuales de la 
historia de EE.UU., protagonizada por el republicano Donald Trump y su 
rival demócrata, Hillary Clinton. A continuación resumimos todo lo que 
hay que saber sobre esta campaña, los candidatos a la presidencia y el 
proceso electoral.
Elecciones en EE.UU.: preguntas, respuestas y rarezas
¿Quién puede optar a la presidencia de EE.UU.?
En
 teoría, para convertirse en candidato a la presidencia de EE.UU. solo 
es necesario haber nacido en el país y tener la ciudadanía 
estadounidense. Los candidatos deben tener más de 35 años y haber 
residido en EE.UU. durante al menos 14.
En
 la práctica, desde 1933 casi todos los presidentes estadounidenses han 
sido gobernadores de un estado, senadores o militares de alto rango 
antes de convertirse en inquilinos de la Casa Blanca. Además, para ser 
candidato hay que ser nominado por un partido y atraer la atención de 
los medios de comunicación si se quieren tener más oportunidades de 
ganar las elecciones.
Los
 actuales candidatos a la presidencia fueron elegidos por sus partidos 
en elecciones primarias entre febrero y junio de 2016. 
Este 8 de noviembre, los estadounidenses eligen a su presidente... ¿o no?
En
 EE.UU., el presidente no es elegido directamente por el pueblo, sino 
mediante un sistema conocido como 'colegio electoral'. Lo que hacen los 
ciudadanos este 8 de noviembre es elegir a compromisarios, o electores, 
que representarán a sus estados en el colegio electoral.
El
 número de compromisarios de cada estado depende de su número de 
habitantes, y es igual al número de senadores y representantes de ese 
estado en el Congreso de EE.UU. Al Distrito de Columbia, que no es un 
estado, se le otorgan tres electores. Actualmente, el colegio electoral 
consta de 538 miembros.
Aunque
 no en todos los estados hay una normativa al respecto, los electores se
 comprometen a depositar sus votos electorales a favor del candidato que
 ganó en sus estados. 
En
 la mayoría de los estados, el aspirante más popular entre los votantes 
se lleva todos los votos electorales, incluso si la diferencia entre el 
número de partidarios de diferentes candidatos es de un solo voto. Las 
excepciones son Nebraska y Maine, que optan por un reparto proporcional.
Para convertirse en presidente, el aspirante tiene que obtener al menos 270 votos electorales.
¿Se puede ganar en votos y perder las elecciones?
La
 elección presidencial en EE.UU. representa, en realidad, el resultado 
de 51 comicios separados, y es posible que un candidato sea más votado a
 nivel nacional (gracias a estados con mucha población) pero pierda el 
voto electoral y no sea el ganador final.
Así
 pasó, por ejemplo, en 2000, cuando Al Gore obtuvo medio millón de votos
 más que George W. Bush pero este último recibió el apoyo de 271 
electores, lo que fue suficiente para ganar los comicios. De la misma 
forma ganaron las elecciones Andrew Jackson en 1824, Samuel Tilden en 
1876 y Grover Cleveland en 1888. 
Por
 otro lado, si ningún candidato obtiene la mayoría de votos electorales,
 el presidente es nombrado por la Cámara de Representantes.
¿Por qué las elecciones son siempre un martes?
EE.UU.,
 a diferencia de otras democracias del mundo, celebra sus elecciones en 
día laborable, una tradición que ha sido criticada en varias ocasiones 
como causa de los bajos niveles de participación.
El martes después del primer lunes de noviembre se estableció como fecha de la elección presidencial en EE.UU. en 1845. 
Por
 aquel entonces, EE.UU. era un país agrícola, y para emitir su voto los 
agricultores tenían que desplazarse en carros de caballos hacia el 
centro de votación más cercano, que a veces se encontraba a una 
distancia de muchos kilómetros de sus granjas. Como resultado, el viaje 
podía durar un día entero. 
El
 sábado era un día de trabajo, y el domingo los estadounidenses de la 
época iban a la iglesia y no viajaban por motivos religiosos, mientras 
que el miércoles se descartaba por ser un día de mercado. Por ese motivo
 el lunes se reservaba para el viaje, y el martes, para la votación. 
Por
 otro lado, se decidió celebrar las elecciones a principios de noviembre
 porque en esa época del año ya había terminado la cosecha y aún no 
había empezado el invierno.
¿Cuáles son los estados que más importan?
Muchos
 estados apoyan tradicionalmente al mismo partido, de manera que los 
candidatos se concentran más en ganarse el apoyo de los llamados estados
 indecisos, que tienden a cambiar sus preferencias.
Según
 señala 'Financial Times', este año el mapa de los estados indecisos es 
más amplio y volátil de lo habitual. En la lista están los indecisos 
habituales, como Florida (con 29 votos electorales), Ohio (18) o 
Carolina del Norte (15). La situación es similar en Nuevo Hampshire (4),
 Iowa (6) y Nevada (6).
Además,
 dos estados tradicionalmente republicanos podrían en esta ocasión 
cambiar de opinión: Arizona (11) y Georgia (16). Sin embargo, la mayor 
sorpresa podría ser Texas, un estado que ha votado por los republicanos 
desde 1980 pero que está indeciso de cara a las elecciones de este 8 de 
noviembre.
¿Qué es el período del 'pato rengo'?
Durante
 unos días o incluso semanas después las elecciones, el ganador forma su
 oficina y comienza a desarrollar un programa detallado de futuras 
acciones como presidente.
Mientras
 tanto, el presidente saliente poco a poco 'recoge sus cosas'. Aunque 
sus poderes aún no han expirado, el país ya vive con el nuevo 
presidente.
De
 acuerdo con la Constitución de EE.UU., la toma de posesión del 
presidente se celebra el 20 de enero del año siguiente al de la 
elección. El periodo ente la elección del nuevo presidente y esta fecha 
suele denominarse el 'periodo del pato rengo', cuando el poder político 
del presidente saliente disminuye, pero al mismo tiempo posee una mayor 
libertad para tomar decisiones impopulares debido a que no debe pagar 
las consecuencias de sus acciones en una elección posterior. 
'Who is who': todo lo que hay que saber sobre los candidatos
DONALD TRUMP
Edad: 70 años.
Fortuna:
 Más de 3.000 millones de dólares según 'Forbes' y Bloomberg; unos 9.000
 millones según el propio Trump. Su principal negocio es la 
construcción, aunque The Trump Organization se dedica a una gran 
variedad de actividades, entre ellas, la organización de concursos de 
belleza.
Carrera
 política: Nunca ha ejercido ningún cargo público ni ha participado en 
unas elecciones, aunque desde 1980 ha expresado en repetidas ocasiones 
su deseo de convertirse en presidente de EE.UU. o en gobernador de Nueva
 York. Desde esa década Trump cambió tres veces de afiliación política: 
en un primer momento fue partidario de los republicanos; después apoyó 
al partido de la Reforma; entre 2001 y 2008 fue demócrata, y luego 
regresó a los republicanos. En 2011, Trump se declaró no afiliado 
durante cinco meses, pero luego se reunió al partido Republicano.
Camino
 a la nominación: La victoria de Trump en las primarias republicanas fue
 una gran sorpresa: antes del inicio de la carrera electoral, se creía 
que serían Hillary Clinton y Jeb Bush los que competirían por el 
Despacho Oval. Sin embargo, la retórica populista de Trump, sus 
declaraciones escandalosas y el cansancio que causan en los votantes los
 políticos tradicionales y sus numerosos errores dieron sus frutos: Jeb 
Bush fue el primero en abandonar la carrera presidencial, seguido por 
Marco Rubio, Ted Cruz y John Kasich.
Puntos
 clave de su programa: Construir un muro en la frontera con México, 
dejar de inmiscuirse en las políticas de otros países para conseguir 
cambios de régimen, vencer al Estado Islámico, aumentar la duración de 
las bajas por maternidad, crear 25 millones de puestos de trabajo y 
proteger el derecho de posesión de armas.
Propuestas
 sobre los impuestos: Acabar con las lagunas de evasión de impuestos, 
introducir recortes fiscales para las familias, reducir los impuestos 
para las empresas y garantizar que los impuestos no perjudican a los 
negocios. Según Forbes, Trump propone reducir los impuestos en 6,2 
billones de dólares en los próximos 10 años.
Ideas
 sobre la inmigración: Promete construir un muro en la frontera con 
México, alerta del peligro que suponen los inmigrantes musulmanes, insta
 a endurecer los controles fronterizos y argumenta que los puestos de 
trabajo deben ofrecerse primero a los estadounidenses.
Trapos
 sucios de la campaña: Numerosas denuncias de acoso sexual después de 
que afirmase que nunca ha abusado o besado a ninguna mujer sin su 
consentimiento, así como la publicación de una entrevista realizada hace
 11 años que revela comportamientos inapropiados hacia las mujeres. El 
resto de golpes, como las acusaciones de incompetencia o de evasión de 
impuestos, apenas le han afectado.
Por
 qué lo elogian: Por ser franco, por no parecerse a los políticos 
tradicionales, por su conservadurismo extremo y su promesa de hacer que 
EE.UU. vuelva a ser grande. Trump dice lo que muchos piensan pero no se 
atreven a decir. Se cree que refleja los intereses de la población 
estadounidense ignorada por otros políticos.
Por
 qué lo critican: La oposición le acusa de racista, sostiene que no 
tiene suficiente cualificación y experiencia para dirigir el país y 
afirma que es demasiado impulsivo para hacerse cargo del arsenal nuclear
 de EE.UU.
Relaciones
 con Rusia: Trump ha dicho en repetidas ocasiones que podría llevarse 
bien con Vladímir Putin, aunque ha subrayado también que no conoce al 
presidente de Rusia y no sabe qué pasará en un futuro. En general, se 
muestra a favor de mejorar las relaciones con Rusia y critica a la 
Administración de Obama por no negociar con Putin, pero ni en sus 
discursos públicos ni en el programa electoral ha dado especial 
relevancia a las relaciones con Moscú. 
HILLARY CLINTON
Edad: 69 años.
Fortuna:
 Más de 30 millones de dólares provenientes en su mayoría de regalías 
por sus intervenciones públicas y de las consultas realizadas en los 
últimos 15 años.
Carrera
 política: Primera dama de Arkansas (1983-1992 y 1979-1981); primera 
dama de EE.UU. (1993-2001); senadora de EE.UU. por Nueva York 
(2001-2009); secretaria de Estado (2009-2013).
Camino
 a la nominación: Incluso antes de ser nominada oficialmente, Clinton 
era considerada la favorita absoluta de las primarias entre los 
demócratas. Sin embargo, tuvo que enfrentarse a la inesperada 
competencia del senador de Vermont, Bernie Sanders. La intriga se 
mantuvo hasta los resultados de la votación interna del partido.
Puntos
 clave del programa: un sistema de impuestos justo, igualdad de derechos
 para las personas del colectivo LGBT, prohibición de la discriminación 
por motivos de raza y orientación sexual, protección de los derechos de 
la mujer, un control de armas más estricto. El programa electoral de 
Clinton es extenso y abarca cuestiones desde la lucha contra la 
enfermedad de Alzheimer hasta la protección del medio ambiente.
Propuestas
 sobre los impuestos: Propone un complejo esquema de reformas de la 
legislación fiscal que afectará a todos los que ganen más de 250.000 
dólares al año (que deberán pagar más impuestos) y planea terminar con 
las soluciones utilizadas por las empresas de Wall Street para la 
evasión fiscal legal y simplificar la tributación de las pequeñas 
empresas. Promete aumentar los impuestos en 1,4 billones de dólares en 
los próximos 10 años.
Ideas
 sobre la inmigración: Promete desarrollar una reforma integral del 
sistema de inmigración que permita a los inmigrantes ilegales no 
separarse de sus familias y tener derecho legal a vivir en EE.UU.
Trapos
 sucios de la campaña: La publicación de las comunicaciones internas del
 Comité Nacional Demócrata que mostraron que trataron de impedir la 
designación de Bernie Sanders. La campaña de Clinton acusó a Rusia de 
haber participado en el 'hackeo' de los documentos.
Por
 qué la elogian: Hillary Clinton es una política experimentada con una 
larga lista de logros como secretaria de Estado, una representante de la
 clase política de EE.UU. y la primera mujer candidata en la historia de
 los principales partidos estadounidenses.
Por
 qué la critican: Los opositores destacan la actividad sospechosa de la 
Fundación Clinton, el escándalo de la correspondencia electrónica desde 
su correo personal como secretaria de Estado y el ataque a la embajada 
de EE.UU. en Bengasi (Libia).
Relaciones
 con Rusia: Aunque Clinton organizó en 2009 el llamado 'reinicio' de las
 relaciones entre Washington y Moscú, actualmente critica constantemente
 a Rusia y a Vladímir Putin. En caso de que sea elegida hay pocas 
esperanzas de que las relaciones entre las dos potencias mejoren 
significativamente.
A
 la presidencia también aspiran otros dos candidatos, Gary Johnson, del 
Partido Libertario, y Jill Stein, del Partido Verde. Dadas las 
particularidades del sistema político bipartidista de EE.UU., estos dos 
candidatos tienen menos probabilidades de ganar las elecciones que el 
republicano y el demócrata, como lo demuestra que en toda la historia 
del país los aspirantes de la 'tercera fuerza' nunca han sido elegidos.
GARY JOHNSON
El
 gobernador del estado de Nueva México entre 1995 y 2003 se presenta por
 el Partido Libertario. Hablando de sus planes políticos, Johnson 
destacó que EE.UU. debería reducir su actividad militar en el 
extranjero. En general los libertarios abogan por la economía de 
mercado, el libre comercio, la protección de los derechos de los 
ciudadanos y la no intervención en los asuntos internos de otros países.
 En las anteriores elecciones presidenciales Johnson terminó en tercer 
lugar con cerca de un 1% de votos. 
El
 candidato libertario se vio en el centro de críticas cuando durante una
 entrevista televisiva dijo que no sabía qué es Alepo, uno de los 
lugares clave del conflicto de Siria. La confusión se produjo cuando le 
preguntaron sobre las medidas que tomaría Johnson respecto a la ciudad 
Siria en el caso de que ganara las elecciones presidenciales. "¿Qué es 
Alepo?", dijo Johnson. Tras asegurarse de que no estaba bromeando, el 
presentador le explicó que Alepo se encuentra en Siria y que "es el 
epicentro de la crisis de refugiados". Otro momento incómodo se produjo 
cuando le preguntaron a qué líder extranjero admiraba y Johnson no fue 
capaz de nombrar a ninguno.
JILL STEIN
La
 candidata del Partido Verde, Jill Stein, es una doctora titulada en 
Harvard a la que 'The New Yorker' definió como "la candidata de Occupy",
 en referencia al movimiento de protesta estadounidense. Stein promulga 
una agenda progresista tanto en empleo como en políticas energéticas y 
medioambientales, así como en sus propuestas económicas y sociales. En 
particular, la aspirante aboga por una transición hacia una economía 
verde, por la reducción de los gastos en defensa, un seguro médico 
universal y una educación superior gratuita.
El
 7 de septiembre un juez estadounidense emitió una orden de arresto para
 Stein, que se enfrenta a cargos de vandalismo por pintar un mensaje con
 aerosol en una excavadora durante las protestas contra la construcción 
de un oleoducto que atravesaría una reserva indígena de Dakota del 
Norte.
'Bombas' mediáticas antes de las elecciones
Filtraciones de WikiLeaks
De
 cara a las elecciones estadounidenses, el portal WikiLeaks ha publicado
 ya decenas de miles de correos electrónicos de John Podesta, jefe de la
 campaña presidencial de Hillary Clinton. Los correos revelan un gran 
número de confidencialidades de la cúpula del Partido Demócrata y de 
Clinton, entre ellas estrategias de campaña, transcripciones completas 
de discursos y cuestiones internas del partido.
Desde
 que el pasado 7 de octubre se publicara la primera tanda de los 
'emails' del jefe de campaña demócrata se han revelado varios casos de 
corrupción, como cuando la Fundación Clinton se vio favorecida con 
importantes contratos para la reconstrucción de Haití tras el terremoto 
de 2011, los discursos pagados por bancos o el secretismo existente en 
torno a los comprometedores correos electrónicos de la candidata 
demócrata y las relaciones extramaritales de Bill Clinton.
El estado de salud de Clinton
El
 estado de salud de Hillary Clinton se ha convertido en un tema de 
debate y especulaciones en varios medios de comunicación de EE.UU. y en 
las redes sociales tras la divulgación de un video en el que la política
 se desmaya debido a una neumonía, según la explicación posterior.
La
 candidata demócrata también fue blanco de críticas por su "siniestra 
sonrisa" y por unos movimientos de cabeza que extrañaron a los 
internautas. 
Además,
 entre las últimas filtraciones de WikiLeaks se ha encontrado una carta 
de la principal asistenta de Hillary Clinton en la que la asesora 
comenta que la ex primera dama "no está bien de la cabeza". 
Trump y los escándalos sexuales
El
 escándalo más sonado en torno al candidato republicano y el que supuso 
el peor golpe a sus ambiciones presidenciales fue el video publicado por
 el diario estadounidense 'The Washington Post' en el que se escucha 
cómo Trump realiza diversos comentarios vejatorios y malsonantes sobre 
las mujeres durante una conversación informal con el presentador de 
televisión Billy Bush. 
La
 grabación, la más escandalosa que ha protagonizado el multimillonario 
hasta la fecha, originó un instantáneo alboroto entre los políticos, la 
prensa internacional y la opinión pública. Unas horas después de la 
publicación del video, Trump pidió disculpas y prometió "ser un hombre 
mejor mañana".
Además,
 desde que se publicó la polémica grabación, más de diez mujeres han 
acusado al candidato republicano de abusos sexuales. Sin embargo, Trump 
se describió en respuesta como la víctima "de una de las mayores 
campañas de difamación política de la historia" de EE.UU., y afirmó que 
las acusaciones vertidas contra él son "100% falsas".
"Van
 a por mí para tratar de destruir lo que incluso ellos consideran el 
movimiento más grande en la historia de nuestro país", señaló el 
aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos para agregar 
que "el 'establishment' político está tratando de detenernos porque 
saben que vamos a detener la corrupción en el Gobierno. Nadie es más 
corrupto que la deshonesta Hillary".
El 'factor Putin' en la campaña presidencial de EE.UU.
Más
 allá de los dos candidatos, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha 
irrumpido en la campaña presidencial estadounidense como si se tratase 
de un candidato más. No hay intervención política o debate electoral en 
el que Rusia no acabe siendo la protagonista. 
Por
 un lado, Hillary Clinton acusa directamente al presidente ruso de estar
 detrás de la filtración de los correos electrónicos que cuestionan su 
integridad política para beneficiar a su rival, Donald Trump. Por otro 
lado, el candidato republicano no cesa de loar a Putin, del que ha 
llegado a decir que ha sido "mejor líder" que su homólogo 
estadounidense, Barack Obama.
Clinton y la 'mano negra' del Kremlin
La
 gran filtración de WikiLeaks ha revelado al mundo muchos 'trapos 
sucios' de Hillary Clinton. Sin embargo, lejos de dar las pertinentes 
explicaciones públicas y confirmar la autenticidad o no de los correos, 
la campaña de Clinton se ha limitado a señalar a Rusia como culpable y a
 elevar la cuestión a la categoría de problema nacional, algo que 
recuerda los viejos discursos políticos de la Guerra Fría. "La 
interferencia de Rusia en estas elecciones y aparentemente en nombre de 
Trump es, creo, de máxima preocupación para todos los estadounidenses, 
independientemente de si son demócratas, independientes o republicanos",
 afirmó John Podesta.
Mientras
 tanto, el propio mandatario ruso negó que Moscú esté involucrado en las
 filtraciones y denunció que el Gobierno estadounidense trata de 
manipular a la opinión pública. "La histeria ha sido originada 
únicamente para desviar la atención del pueblo estadounidense de lo que 
los 'hackers' han publicado. En esencia, se trata de una manipulación de
 la opinión pública, pero por alguna razón nadie habla de ello. Todos 
hablan sobre quién lo hizo", dijo el presidente.
Trump y los elogios
Por
 otro lado, los continuos 'piropos' entre Trump y Putin han contribuido a
 la utilización política de la retórica antirrusa entre las filas 
demócratas. El magnate de los negocios llegó a decir de Putin que es 
"mejor líder" que su homólogo estadounidense, Barack Obama, y el 
mandatario ruso definió a Trump como "un hombre talentoso y brillante".
Asimismo,
 el multimillonario ha manifestado en varias ocasiones que está 
dispuesto a establecer buenas relaciones con Rusia y a negociar con 
Putin. Unas declaraciones que sientan como un jarro de agua fría entre 
las élites conservadoras, acostumbradas a la utilización de un discurso 
bélico contra Rusia para ganar votantes. 
De
 hecho, en el segundo debate entre los dos candidatos a la Casa Blanca, 
Trump criticó la política exterior de EE.UU. en Oriente Medio y la 
postura agresiva de Clinton hacia Rusia cuando el Gobierno ruso "está 
combatiendo al Estado Islámico". "Rusia va tras el EI, Siria va tras el 
EI, Irán va tras el EI. Entonces, ¿por qué vamos contra ellos?", 
preguntó irónicamente.
Tan
 grande es el espacio que sin querer ha ocupado Putin en las elecciones 
presidenciales estadounidenses, que Kit Dotcom, el famoso 'hacker' y 
empresario alemán fundador del sitio Megaupload (cerrado por el FBI), 
lanzó recientemente una encuesta en Twitter en la que pregunta: "¿Quién 
te gustaría que fuera el próximo presidente de los Estados Unidos?", y 
da tres opciones: Hillary Clinton, Donald Trump y Vladímir Putin. 
"Quiero
 tranquilizar a todos, incluyendo a nuestros amigos y socios 
estadounidenses. Nosotros no pretendemos influir en los resultados de 
las presidenciales de EE.UU., y la respuesta es simple: no sabemos qué 
es lo que pasará después de las elecciones".
Sorprendentemente,
 el presidente ruso obtuvo una amplia ventaja sobre los dos candidatos 
reales a la Casa Blanca: el 65% de los 13.726 participantes en la 
encuesta dijeron que votarían a favor de Putin, frente al 21% que lo 
haría por Trump y el 14% por Clinton.
A
 su vez, Putin ha afirmado que Rusia no tiene la intención de influir en
 las elecciones de EE.UU. y ha expresado su confianza en que sea posible
 mejorar las relaciones con EE.UU. luego de que termine la campaña 
electoral en el país norteamericano.
"Quiero
 tranquilizar a todos, incluyendo a nuestros amigos y socios 
estadounidenses. Nosotros no pretendemos influir en los resultados de 
las presidenciales de EE.UU., y la respuesta es simple: no sabemos qué 
es lo que pasará después de las elecciones" de noviembre próximo, 
aclaró.
Según
 Putin, Donald Trump insta por una cooperación con Rusia, mientras que 
Hillary Clinton insiste en una retórica más agresiva. "Moscú no sabe si 
cualquiera de los candidatos cumplirá o no con sus intenciones".
"Entre lo malo y lo peor"
La
 encuesta lanzada por Kit Dotcom revela algo que no tiene que ver ni con
 el liderazgo de Putin ni con la retórica antirrusa, sino con la escasa 
popularidad que tienen los dos candidatos reales a presidir la Casa 
Blanca entre los electores estadounidenses. 
Otra
 reciente encuesta realizada entre jóvenes muestra el gran descontento 
con las elecciones a las que se enfrentan. De acuerdo con Reuters, el 
53% de las personas entre 18 y 35 años afirmaron que preferirían ver un 
meteoro destruyendo el mundo antes que ver a Trump en el Despacho Oval. 
Por otro lado, resultó que el 34% de los consultados prefiere "la 
aniquilación planetaria" antes que la victoria de Clinton.
Aunque
 los autores de la consulta no creen que los encuestados respondieran en
 serio, la investigación sí que expuso algo muy importante acerca de la 
"desafección política mostrada por los jóvenes de EE.UU.".
Y
 es que algunos analistas coinciden en que, como presidentes, Hillary 
Clinton y Donald Trump serían "las dos peores cosas que podrían 
sucederle a EE.UU.", y que la pregunta es solo "cuál de estas opciones 
sería la peor y cuál sería la segunda peor", según observaron dos 
columnistas en un artículo para CNBC.
Las
 candidaturas tanto de Clinton como de Trump se ven rodeadas de 
escándalos, lo que parece provocar una gran decepción entre los expertos
 y el pueblo estadounidense. Los propios aspirantes a la Casa Blanca no 
desaprovechan ninguna oportunidad para sacar a la luz todo lo que pueda 
comprometer a su oponente y lo utilizan como arma política, como pudo 
observarse perfectamente en el debate final.
"El 'establishment' político está tratando de detenernos porque saben que vamos a detener la corrupción en el Gobierno".
A
 este respecto, el presidente de Irán, Hasán Rohaní, recalcó en un 
reciente discurso que el tono de los debates presidenciales en EE.UU. 
demuestra la falta de moralidad en el país. El mandatario iraní recordó 
que en una ocasión se le preguntó si prefería al candidato republicano o
 a su rival demócrata. "Pregunté si debía preferir lo malo por encima de
 lo peor, o lo peor por encima de lo malo", observó el mandatario sin 
precisar quién representa "lo malo" y quién "lo peor" entre los 
candidatos. 
Finalmente,
 WikiLeaks publicó recientemente una serie de tuits afirmando que las 
elecciones en EE.UU. no existen y que el presidente es en realidad 
elegido por el 'establishment'. "En Estados Unidos no hay elecciones. 
Hay consolidación del poder. Hay primarias amañadas, medios amañados y 
candidatos-'flautistas de Hamelín' amañados que impulsan la 
consolidación", tuiteó la organización.
En la elaboración de este artículo se han utilizado los archivos multimedia de RT, Reuters 
Preparado por María Lekant, Belova Ksenia
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
4 de noviembre 2016
 

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