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También le incumbe a Perú
SALIDA DE BOLIVIA AL MAR (I)
Julio Yao Villalaz
Primer
 Foro Internacional ‘Bolivia y su salida al mar', Auditorio de la 
Facultad de Administración Pública de la Universidad de Panamá, del 31 
de agosto al 1 de septiembre de 2010. Fragmento de conferencia.
Ante
 la extrema brevedad del tiempo concedido para comentar una problemática
 compleja como lo es la cuestión de Bolivia y su salida al mar, 
expresamos nuestro asombro de que una controversia que surgió, 
evolucionó y ha ido de tumbo en tumbo desde hace 131 años, sea objeto 
apenas hoy de un Primer Foro Internacional. Esto da cuenta del olvido, 
del abandono, de la orfandad en que se ha encontrado Bolivia en su 
calvario con un Chile que no ha manifestado interés en exponer y menos 
limar las aristas oscuras de su ilegal ocupación y apropiación de una 
vasta porción de territorio boliviano.
Chile
 no aparece como víctima sino como victimario, y los agresores por 
definición no gustan que se hable de sus felonías. Por eso los voceros y
 defensores oficiosos del violento despojo, al pedido boliviano de 
justicia, responden arrogantemente: ‘¡Pacta Sunt Servanda!'. Es decir, 
los tratados son de obligatorio cumplimiento, y punto.
Lo
 dijeron hace 131 años y lo continúan diciendo en el siglo 21: ‘¡Pacta 
Sunt Servanda!'. Pero, ¿acaso no pueden revisarse o abrogarse los 
tratados que encadenen para siempre a unos Estados con otros, cuando son
 fruto del uso ilegítimo de la fuerza?
Los
 tratados violatorios del derecho internacional, especialmente los que 
contradicen normas que tienen el carácter de Jus Cogens, no son 
obligatorios y pueden ser anulados. Algunos tratados desiguales, 
impuestos por una potencia ocupante a un país ocupado, como los de 
Estados Unidos con Panamá posinvasión y el tratado de 1904 entre Bolivia
 y Chile, no tienen validez legal y pueden ser denunciados 
unilateralmente.
Hemos
 sido siempre partidarios de una salida al mar de Bolivia, mas no en las
 condiciones que ofrece SALIDA DE BOLIVIA AL MARChile sino como reconocimiento de la razón que 
esgrime Bolivia y por un sentido elemental de justicia. Bolivia no debe 
recuperar sus patrimonios ni su acceso al mar como dádiva del vecino 
país, sino porque es su legítimo dueño. El Movimiento Continental de 
Unidad Latinoamericana, del que fui vicepresidente ejecutivo, expidió 
declaraciones anualmente a favor de Bolivia entre 1975 y 1993 en 
cónclaves continentales y subregionales.
Pero
 la justicia que necesita Bolivia no cae del cielo: hay que luchar 
denodadamente por ella. No existe un tribunal internacional ni 
negociadores ni árbitros ni mediadores que de manera oficiosa impartan 
justicia a menos que nuestras razones SALIDA DE BOLIVIA AL MARsean puestas a su consideración y 
sean escuchadas, atendidas y apoyadas por un amplio auditorio que ayude a
 incorporarlas en acuerdos aceptables. Y esas razones deben contener y 
transmitir la fuerza del derecho, para derrotar las mentiras de la 
contraparte basadas en su ‘derecho' a la fuerza.
El
 derecho internacional no se acata siempre, pero sin el mismo no pueden 
existir los Estados, particularmente los débiles. Al derecho 
internacional se deben los revolucionarios que luchan por la liberación;
 los Estados que antes eran colonias y fideicomisos; las repúblicas que 
luchan por su independencia SALIDA DE BOLIVIA AL MARy su integridad territorial; las poblaciones
 que defienden sus derechos humanos. Por esa razón, el derecho 
internacional debe ser el marco de referencia de la diplomacia. Sin el 
derecho internacional, no poseeríamos los panameños el Canal 
interoceánico ni el mundo hubiese votado unánimemente en contra del 
bloqueo a Cuba. Claro que las grandes potencias imperialistas no lo 
necesitan y lo esquivan cada vez que quieren, como lo hizo EE.UU. 
cuando, a raíz del incidente del 11 de septiembre, su presidente declaró
 que, en su lucha contra el ‘terrorismo', no reconocería obligaciones 
internacionales ni soberanías, y que se desvinculaba de la Convención de
 Viena sobre el Derecho de Tratados.
El
 presidente George Bush justificó la invasión del 20 de Diciembre de 
1989 a Panamá, pretextando que las Fuerzas de Defensa habían maltratado a
 un oficial de la Marina de EE.UU. y a su esposa, dos días antes. Hubo 
un desmentido de la noticia al día siguiente, pero la maquinaria bélica 
se había echado a andar mucho antes y cayó sobre Panamá dos días 
después. Es decir, que en apenas dos días se juntó toda la parafernalia 
infernal sobre Panamá, que costó 7000 muertos y más de 750 millones de 
dólares, y fue la proyección militar más grande de EE.UU. después de la 
Guerra de Vietnam, contra nuestro país, que ni siquiera tenía radares ni
 defensa antiaérea.
EL AUTOR ES ANALISTA INTERNACIONAL, EXASESOR DE POLÍTICA EXTERIOR Y DIPLOMÁTICO DE CARRERA
COLUMNISTAS 12:02 a.m. martes 13 de febrero de 2018
SALIDA DE BOLIVIA AL MAR (II)
Julio Yao Villalaz
En
 Bolivia, ¿cuál fue el pretexto para agredirla?SALIDA DE BOLIVIA AL MAR El cobro de 10 centavos 
por quintal de guano y salitre extraído por una compañía de Antofagasta,
 de capital anglo-chileno, subsidiaria del consorcio inglés Melbourne 
and Clarke. La empresa se había negado a pagar el impuesto por más de un
 año, y el Gobierno boliviano, en ejercicio de su soberanía, decidió 
rematarla el 14 de febrero de 1879, fecha en que Chile atacó, ocupó e 
inició su desmembramiento de Bolivia. Transcribimos lo que relata el Dr.
 Rodolfo Becerra de la Roca:
‘No
 se comprende cómo la intención del cobro de un gravamen de 10 centavos 
pudo provocar un conflicto bélico que le significó al agresor aumentar 
su territorio en más de 200 000 kilómetros cuadrados, incluido el 
peruano, cuajados de fabulosa riqueza milyunanochesca; sorprende que un 
gravamen dispuesto legalmente, sin transgredir el artículo 4º del 
Tratado de 1874, como se tiene demostrado, que no se efectivizó, que más
 bien fue revocado, sirviera de pretexto para apropiarse de un 
patrimonio ajeno y que ese gravamen aumentado en veinte veces más por el
 acusador, más otros ingresos que se apoderó del suelo invadido, 
hubiesen servido a Chile para sostener la invasión y consolidar la 
conquista de territorios a título de indemnización de guerra, que Chile 
se engulle como trofeo de su victoria y Bolivia tiene que soportar como 
castigo eterno'.
Chile
 se había estado preparando para una gran contienda muchos años antes de
 1879; había adquirido en Europa las naves de guerra más avanzadas, 
mientras que los intereses ingleses estaban detrás de la expropiación de
 que Bolivia iba a ser objeto. El cobro de diez centavos al salitre y el
 guano extraídos por chilenos e ingleses, al que tenía derecho Bolivia, 
fueron un simple pretexto.
Que
 la agresión a Bolivia tenía como objeto la anexión y expropiación de 
sus riquezas lo demuestra el ultimátum que dirigió el señor Abraham 
Koening, enviado diplomático de Chile en Bolivia, quien se expresó de la
 manera siguiente el 13 de agosto de 1900:
‘Hace
 muchos años que mi país desea convertir el Pacto de Tregua en Tratado 
de Paz, arreglar de una vez por todas sus diferencias con Bolivia. No 
podemos esperar más, el Gobierno y el pueblo chileno consideran que han 
esperado con paciencia. Es un error muy esparcido que Bolivia tiene 
derecho a exigir un puerto en compensación de su litoral. No hay tal 
cosa. Chile ha ocupado el litoral con el mismo título con que Alemania 
anexó al Imperio la Alsacia y la Lorena, con el mismo título con el que 
EE.UU. ha tomado Puerto Rico. Nuestros derechos nacen de la victoria, 
ley suprema de las naciones. Que el litoral es rico y que vale muchos 
millones, eso ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale, que si nada 
valiera no habría interés en su conservación. Terminada la guerra, la 
nación vencedora impone sus condiciones y exige el pago de los gastos 
ocasionados. Bolivia fue vencida, no tenía con qué pagar y entregó el 
litoral. Fue una entrega absoluta, incondicional, perpetua. En 
consecuencia, Chile no debe nada, no está obligado a nada, mucho menos a
 la cesión de una zona de terreno y de un puerto'.
Que
 el despojo territorial de Bolivia obedecía a un consciente acto de 
expropiación y usurpación queda muy claro del ultimátum del agente 
Koening a Bolivia. Pero además lo confirma el artículo XII del Tratado 
de 1904, relativo a la solución de controversias que surjan de la 
interpretación del tratado:
‘Todas
 las cuestiones que llegaren a suscitarse con motivo de la inteligencia o
 ejecución del presente Tratado, serán sometidas al arbitraje de Su 
Majestad el Emperador de Alemania'.
En
 los tratados modernos, la solución de controversias se remite a los 
medios diplomáticos, al arbitraje y a la Corte Internacional de 
Justicia.
A
 Bolivia se le privó de unos 158 000 km2 de territorio. Esta área 
equivale a más de 110 veces la antigua Zona del Canal y más de dos veces
 nuestro territorio nacional. El territorio expropiado es mayor que el 
más grande país de Centroamérica, Nicaragua, con 130 373 km2, y equivale
 a más de un tercio del área total de los siete países que conforman 
Centroamérica..
En
 los territorios arrancados a Bolivia se localizan los yacimientos de 
cobre más grandes del mundo, que hacen de Chile el primer exportador 
mundial, así como reservas de salitre, guano, azufre, litio y agua, y a 
estos se suma la riqueza ictiológica y de los fondos marinos.
EL AUTOR ES ANALISTA INTERNACIONAL, EXASESOR DE POLÍTICA EXTERIOR Y DIPLOMÁTICO DE CARRERA.
COLUMNISTAS 12:02 a.m. miércoles 14 de febrero de 2018
SALIDA DE BOLIVIA AL MAR (III)
Julio Yao Villalaz
Bolivia nunca fue Estado mediterráneo hasta que se le privó de su condición marítima en 1879
Bolivia
 sufre cuantiosas pérdidas económicas, puesto que, al carecer de costas,
 su producción e intercambio resultan costosos y complicados, y deja de 
beneficiarse de corrientes migratorias e inversiones que se orientan a 
países con costas.
La
 Convención sobre el Derecho del Mar reconoce las dificultades de los 
Estados mediterráneos, sin litoral o acceso al mar. Pero una cosa son 
los Estados mediterráneos que lo son por geografía o historia, y otra, 
los que sufren tal condición por una acción de fuerza en violación del 
derecho internacional.
Bolivia nunca fue Estado mediterráneo hasta que se le privó de su condición marítima en 1879.
Al
 enclaustramiento de Bolivia se suman otras violaciones a tratados y 
actos que vulneran el desarrollo del país y que producen los efectos de 
un bloqueo –que, desde la Conferencia Naval de Londres de 1909, es un 
acto de guerra– y que en el derecho contemporáneo y en la Declaración de
 la ONU sobre la Definición de Agresión (1974) se le califica como un 
acto de agresión.
Pero
 las guerras están prohibidas desde la Liga de las Naciones hasta las 
Naciones Unidas como delito de lesa humanidad. El bloqueo intenta 
impedir o limitar el libre desarrollo de un país castigado y bajo asedio
 para imposibilitar su defensa y, en el fondo, niega el derecho a la 
existencia nacional. Aún en tiempos de paz, ‘bloqueo' significa cortar, 
cerrar, incomunicar con el exterior para lograr la rendición del sitiado
 por la fuerza o el hambre.
Al
 país bloqueado se le priva de, o se le dificultan las relaciones 
internacionales, la explotación de sus recursos, su comercio exterior, y
 el flujo de inversiones y capitales. En este sentido, la no resolución 
del enclaustramiento y a la mediterraneidad impuestos y mantenidos por 
Chile, constituye una violación masiva de los derechos humanos de la 
nación boliviana. Pero a Bolivia no se le ha bloqueado solamente sino 
desmembrado. Los mismos señalamientos jurídicos que se han hecho al 
infame bloqueo de EE.UU. a Cuba, se aplican mutatis mutandi a Bolivia.
EE.UU.,
 que bloqueó a Libia, Cuba y Panamá el siglo pasado, mantuvo una 
oposición al bloqueo en tiempos de paz, cuando expresó en 1916:
‘Los
 Estados Unidos no reconocen a ninguna potencia extranjera el derecho de
 poner obstáculos al ejercicio de los derechos comerciales de los países
 no interesados, recurriendo al bloqueo cuando no exista estado de 
guerra'.
Como
 panameño y latinoamericanista, y con el respeto que nos merecen los 
Gobiernos de Bolivia y Chile, deseamos culminar esta conferencia con las
 siguientes recomendaciones:
1.—
 Bolivia debe negociar su causa con Chile dentro de la unidad 
latinoamericana, pero no a costa de la soberanía boliviana ni de su 
historia;
2.—
 reformular su política exterior, latinoamericanista e integradora, para
 resolver con transparencia y franqueza y de manera integral, sus 
problemas con Chile;
3.— elaborar una reclamación histórica que incluya una teoría para la recuperación de su condición marítima;
4.— incorporar los fundamentos de su reclamación a los textos escolares;
5.— crear los institutos y centros académicos indispensables para elaborar una estrategia marítima a largo plazo;
6.—
 integrar y formar equipos de diplomáticos y otros profesionales capaces
 de explicar la problemática con persuasión, tanto a nivel nacional como
 internacional;
7.— instruir al personal del Servicio Exterior para que represente con dignidad y responsabilidad la causa nacional;
8.—
 promover una campaña de concienciación a nivel nacional acerca de sus 
objetivos para que toda la población apoye su política internacional;
9.— hacer uso de los foros y tribunas internacionales a su alcance para dar a conocer su posición y recabar apoyo mundial;
10.— no debe mezclar en su agenda con Chile el problema del enclaustramiento con otros temas bilaterales;
11.— desarrollar una diplomacia colectiva que le permita fortalecer su causa;
12.— examinar, firmar y ratificar los tratados internacionales que puedan coadyuvar a su causa;
13.— procurar una declaración conjunta con Chile que sea base firme de negociaciones;
14.—
 prepararse para elaborar los fundamentos jurídicos de una Solicitud de 
Demanda contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia con un 
estudio preciso sobre la competencia de dicho tribunal en el caso.
EL AUTOR ES ANALISTA INTERNACIONAL, EXASESOR DE POLÍTICA EXTERIOR Y DIPLOMÁTICO DE CARRERA.
Enviado por: Guillermo Cohen Degovia <cohendegovia@hotmail.com>
de: Guillermo Cohen Degovia cohendegovia@hotmail.com [nuestramerica] <nuestramerica@yahoogrupos.
responder a: nuestramerica@yahoogrupos.com.
fecha: 15 de febrero de 2018, 10:54
asunto:        [nuestramerica] Salida de Bolivia al mar (III) FINAL
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 19 de febrero 2018
 
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