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LOS RESTOS PRE-INCAS EN EL PERÚ
         Racsa
  Sabemos que los restos pre-incas en el Perú son abundantes, sobre todo en la sierra, sede del imperio de los 
Incas (Cusco, su capital). En  la costa también los 
hay, y los pocos que aún existen, dependen del clima húmedo costeño que 
corroe rápidamente al adobe de barro, que fueron los utilizados por el 
indígena costeño peruano en sus construcciones;
 en cambio en la sierra, su material fue la maciza piedra, de mayor 
durabilidad, y por lo mismo, más perdurables en el tiempo.
  Uno, de 
los centenares de esos sugestivos documentos del Perú milenario, es 
precisamente los restos arqueológicos de Racsa, ubicado en las alturas 
cálidas de la Comunidad campesina de La Perla-Chaupis,
 de fácil ubicación y llegada, y dentro de las cercanías y a pocas horas
 de las costas de la provincia de Huaral, región Lima.
  Racsa, a 
diferencia de sus vecinos colindantes de Añay(Pallac), 
Rupac(Pampas),Chiprac (Huascoy), no tiene los timbres de una ciudadela, 
sino más bien es un documento vivo de como los peruanos en
 los tiempos del Tawantisuyu valoraban la tierra tanto como valoraban el
 agua y la luz solar. El ayllu y su poder de la posesión 
colectiva-producción como su administración y gobierno, se manifestaban 
en la armonía del trabajo: Minga o colaboración, Ayni o
 reciprocidad, Llankay o iniciativa. Este era el espíritu de la 
colectividad, ajeno a los cálculos individuales, el que poseía todo el 
poder político representado en el Inca como el Estado en el 
Tawuantinsuyu. De esta espontánea, natural, sabía disposición,
 provenía todo el trabajo ejecutado con alegría en todos los quehaceres 
de la vida incaica: orfebrería, tejidos, cerámica, ganadería, etc.
  Ingresemos
 un poquito siquiera a las interioridades de Racsa de ayer y sus 
sugestivas enseñanzas en el presente. Los que tengan la oportunidad de 
visitarla algún día, encontraran 
en la semiplanicie del cerro denominado Racsa, los restos de una 
construcción de forma cilíndrica de un espacio aproximado de 1m con 50cm
 a ras del piso y un cálculo aproximado de 2 mts de alto (por qué esta 
derruída). De redondez muy fina de pura piedra,
 que no tiene nada que envidiar a una de obra de arte arquitectónica. A 
unos escasos metros de ella, hay otra construída de forma muy similar, 
pero más pequeña de alto y más estrecha al ras del piso, y un canal o 
acequia con un portillo triangular en el centro,
 que a la altura media de una de sus paredes, como si fuera una correa, 
lo atraviesa. Pues bien, que nos sugiere dicho hallazgo. Nos sugiere que
 eran represados de agua. El primero, el espacioso y alto era la represa
 mayor que tenía que estar siempre llena
 de agua. La otra, la mediana, era la represa repartidora de agua, que 
recibía de la mayor para evacuarla a través del portillo triangular, 
conectado 
a los canales de regadío que abarcaba a todas las sementeras 
cultivables. Esos canales de regadío y sus portillos en forma 
triangular, por donde salía el agua a cada una de las sementeras, 
también están allí y a distancias muy grandes, y que fueron trabajados
 por los abuelos y bisabuelos de nuestros padres. Las huellas están 
allí, para cualquier observador interesado en conocer su pasado para 
comprenderlo y, sobre todo, que hacer en el presente moderno.
  A que 
vienen estas explicaciones. Pues, bien, no podemos ser turistas sobre 
las cosas y problemas peruanos. Si rescatamos las excelencias de 
nuestras costumbres milenarias es para recrearnos en los
 tiempos modernos en el trabajo por el advenimiento de un Perú nuevo en 
el mundo nuevo. El Perú Integral.
 Héctor Félix D.
21.04.19
 Nota.-
 La palabra Racsa, proviene de la voz quechua, que con el pasar del 
tiempo llegó a nosotros ya muy adulterada por el imperante idioma 
castellano, por eso es bastante peregrino el trabajo
 de encontrarla en el diccionario quechua de hoy.
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
21 de Junio 2019
 
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