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El Mundo Hoy
AGRICULTURA 4.0
Digitalización y poder corporativo en la cadena industrial alimentaria
*Verónica Villa Arias
Las
 fusiones extremas entre las corporaciones de la cadena agroindustrial y
 el avance vertiginoso de la digitalización de los procesos agrícolas 
están afectando la agricultura y
 la alimentación en todo el mundo. A este fenómeno le apodamos 
Agricultura 4.0. El control mediante plataformas de datos masivos y 
automatización se extiende sobre los factores más importantes de la 
seguridad alimentaria mundial. Por supuesto, la soberanía
 alimentaria no es prioritaria en este esquema. Reseñamos el texto de 
Pat Mooney y el Grupo ETC “Blocking the Chain”, que puede leerse 
completo en castellano en la página del Grupo ETC.
1. El hardware – La maquinaria
La
 Agricultura 4.0 usa robots, drones aéreos y acuáticos, tractores 
auto-pilotados, inteligencia artificial, miles de sensores eléctricos, 
biológicos, acústicos, visuales, olfativos
 e imágenes hiper-espectrales. Quien posea estos datos encabezará las 
tendencias en la producción agrícola. En la convergencia para el control
 horizontal y vertical de la producción agrícola John Deere es un 
paradigma, pues desde 2001 compra información de
 semillas y agrotóxicos. Hoy puede combinar la información de los 
sistemas de posicionamiento geográfico y la robotización de sus máquinas
 con la información genética y química que adquirió de quienes dominaron
 el mercado de insumos los últimos 18 años.[1]
Ya
 se diseñan drones aéreos que detectarán cultivos y malezas, 
distribuirán nutrientes o plaguicidas, ahorrarán combustible y reducirán
 despilfarros. Hay máquinas que pastorean,
 vigilan plantaciones de palma (y a sus jornaleros), y monitorean 
plagas. Hay ciber-insectos que vigilan cultivos y se supone sustituirán 
los polinizadores naturales. Drones sumergibles pueden controlar cercas 
eléctricas y jaulas móviles y desplazarlas a mejores
 condiciones climáticas y alimentarias para maximizar los rendimientos 
de la cría y captura de peces. La invasión de maquinaria inteligente en 
las cuencas y océanos puede terminar cercando uno de los últimos ámbitos
 comunes del mundo, el mar abierto, dejando
 en vulnerabilidad total a más de 10% de la humanidad, los pescadores no
 industriales.
2. El software - Interfaz entre datos masivos y biociencias
El
 software más importante en la Agricultura 4.0 son los datos masivos de 
genética vegetal y animal. La más grande inversión es en el desarrollo 
de interfaces entre plataformas de
 datos masivos y biociencias, como la biología sintética.
Hoy
 es posible codificar, almacenar, transferir y descargar información 
genética. Se dice “edición genética” como si se tratara de textos. La 
inteligencia artificial (IA) y la robotización
 en laboratorios abaratan y agilizan la secuenciación genética a tal 
punto que el virus de la influenza puede escribirse en pocas horas, 
incorporarse a una base de datos o enviarse por correo electrónico para 
recrearlo vivo, en menos de tres días, en cualquier
 parte del mundo. En teoría ya no es necesario que las muestras físicas 
viajen o que haya acuerdos de transferencia de material. Fitomejoradores
 interesados en producir tomates tolerantes a la sequía, podrían 
reconstruir la secuencia genética de resistencia
 a la sequía de variedades de Ecuador, Perú y Chile, y mediante edición 
genética introducirla en sus cultivos para venderlos en América del 
Norte o Europa. Si el empresario no cuenta con el laboratorio adecuado, 
puede dirigirse a las más grandes biofundidoras
 del mundo en Singapur, Boston o Londres. Estas técnicas de manipulación
 de la vida avanzan pese a que existe una discusión global sobre la 
necesidad de prohibir la liberación de todas las formas de vida 
alteradas con edición genética.
La
 biología sintética afirma que las partes que componen el ADN pueden 
ensamblarse cual si fueran redes eléctricas. Siguiendo esta teoría, el 
ADN con distintas “funciones” puede
 insertarse en diversos organismos, supuestamente con resultados 
predecibles. Uno de sus procedimientos más lucrativos es producir 
ingredientes activos de valor comercial con levaduras, algas y bacterias
 “reprogramadas” genéticamente para ello. Las empresas
 aseguran que pronto producirán los 250 ingredientes más buscados por 
los procesadores de alimentos, cosméticos y medicinas. Hay más de 300 
iniciativas para reemplazar productos como vainilla, azafrán, vetiver, 
estevia, aceite de oliva y cacao. Argumentan que
 así se estabilizan rendimientos y costos y se asegura la calidad, se 
eliminan vicisitudes de la naturaleza y del trabajo, y se reduce la 
emisión de gases con efecto invernadero de la agricultura. Pero también 
eliminarán mercados e ingresos de millones de familias
 campesinas que cultivan artesanalmente, en condiciones geográficas y 
políticas sumamente arduas.
3. Fintech - Tecnologías financieras
Un
 tercer ámbito son las plataformas digitales que brindan servicios 
financieros. Las fintech más conocidas son las cadenas de bloques 
(blockchains), que funcionan como libros de
 contabilidad donde se registran los pasos de cada transacción de valor,
 y las criptomonedas.
Los
 blockchains son enormes bases de datos, conectadas en redes de nodos, 
que registran desde operaciones fabriles de gran escala hasta genomas 
digitalizados, música, títulos de
 tierra, patentes, créditos de carbono, incluso votos. Cada nodo 
verifica la autenticidad del registro lo que supuestamente hace difícil 
falsificar las transacciones. Cada verificación se agrega al final de la
 cadena, como un “bloque” más. El valor de este
 sistema radica en que asegura que puede rastrear cada operación, 
confirmar que todos los pasos se cumplan y que los pagos encriptados se 
hagan. Permite a las partes navegar las complejidades del comercio 
mundial sin papeles ni intermediarios. Los mayores comerciantes
 y procesadores de materias primas creen que pueden reducir los costos 
de transacción entre 20% y 40% utilizando blockchains. Como los 
registros matemáticos son anónimos, banqueros y cárteles de la droga por
 igual pueden usarlos para cortar sus costos administrativos.
 Las criptomonedas operan mediante los blockchains, son su medio de 
traslado. Para poseer una moneda electrónica hay que comprarla 
previamente con dinero real, y el valor actual de un solo bitcoin 
(agosto de 2019) es de 12 mil dólares.
En
 2018, el blockchain Easy Trading Connect concretó la venta de un 
cargamento de soya de Estados Unidos a China, negociando con las 
megaprocesadoras de materias primas Louis Dreyfus,
 Shandong Bohi Industry y las aseguradoras y financiadoras ING, Société 
Générale y ABN-AMRO. Pero las fintech se proponen también para 
agriculturas en pequeña escala, como en el caso de Andra Pradesh en 
India, que busca promover la agroecología mediante transacciones
 en blockchain con la empresa suiza ChromaWay, registrando como “activos
 de información” la tenencia de la tierra, los procesos agroecológicos, y
 rastreando los subsidios. En Perú, en el Parque de la Papa (un espacio 
para proteger la diversidad de las papas
 manejado por organizaciones campesinas), empresarios de Silicon Valley 
diseñan junto con economistas locales un blockchain para registrar las 
tierras y los títulos de propiedad.
En
 2018, el Foro Económico Mundial propuso crear el Banco de Códigos de la
 Tierra (EBC, por sus siglas en inglés), para colocar toda la 
información genómica de los seres vivos en
 ese blockchain y asegurar “que los activos biológicos de la naturaleza 
sean accesibles a los innovadores del mundo, al tiempo que se vigila la 
biopiratería y se garantiza el reparto de beneficios”. El EBC 
concentraría y distribuiría información de interés
 comercial sobre secuencias genéticas, redactaría contratos inteligentes
 entre compradores y vendedores de los códigos genéticos y aplicaría a 
los contratos las cláusulas de la legalidad propia emanada desde ese 
blockchain.
Impactos de la Agricultura 4.0 en la subsistencia, la naturaleza y la justicia
Las
 tecnologías digitales no pueden analizarse aisladamente, pues el 
contexto de sus aplicaciones determinará sus alcances. Una sola 
transacción de blockchain usa la misma energía
 que un hogar estadunidense durante una semana. La información de las 
transacciones tal vez se transmita de forma invisible, pero la 
infraestructura que requiere está perturbando la vida de cientos de 
comunidades en el mundo como cualquier otro megaproyecto.
 La historia comprueba que una tecnología de punta, utilizada en ámbitos
 de corrupción y guerra, exacerba las diferencias y la injusticia. 
Solamente donde ya existe una infraestructura poderosa pueden 
aprovecharse las conexiones inalámbricas y se podría aspirar
 a que sirvan a la transparencia y transacciones comerciales justas. Lo 
más seguro es que las fintech serán centralizadas por los oligopolios 
que ya monopolizan el poder monetario y político para imponerlas.
La
 velocidad con que ocurren las innovaciones técnicas y las fusiones 
entre sectores de la agroindustria rebasa la capacidad de los 
agricultores para comprender sus impactos, y la
 de los reguladores para normar algo tan vital y delicado como los 
sistemas alimentarios. La integración vertical y horizontal que ocurre 
en la Agricultura 4.0 puede darle el control total de los sistemas 
alimentarios globales a un puñado de corporaciones cuyos
 razonamientos empresariales nada tienen que ver con lo que necesita la 
gente o con las dificultades socioeconómicas de los pueblos y sus 
territorios. Las nubes saturadas de datos masivos no apuntalan el 
bienestar de las comunidades rurales, que pese al desprecio
 que el sistema económico les dispensa, hoy contribuyen con 70% de la 
alimentación mundial.
La
 soberanía alimentaria debe ser la base para crear políticas 
alimentarias nacionales. Las tecnologías en la Agricultura 4.0 son 
adoptadas y promovidas por los actuales monopolios
 de la agroindustria, y es difícil pensar que esas mismas corporaciones 
estén promoviendo descentralizar, democratizar y cooperar en vez de 
competir. Si esas tecnologías se instalan, debe haber un control público
 de sus procedimientos y deben crearse instrumentos
 internacionales que eviten que la digitalización y el poder corporativo
 controlen los sistemas alimentarios.
[1]
 Conocidos como “gigantes genéticos” Syngenta, BASF, Dow, Monsanto, 
DuPont, BAYER dominaron el mercado de semillas y agroquímicos entre 2000
 y 2018.
*Verónica Villa Arias, responsable de proyectos del Grupo ETC en México.
Artículo publicado en la
Revista América Latina en Movimiento No. 543:
Tecnologías: manipulando la vida, el clima y el planeta 06/09/2019
de: Alai-AmLatina <alai-amlatina@alai.info>
 a través de 
alainet.org 
fecha: 17 sept. 2019 11:49
lista de distribución: <alai-amlatina.listas.alainet.org>
enviado por:
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COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
24 de septiembre de 2019
 
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