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EL FUTURO
SE ACELERA EN LLEGAR
Dr. Hugo SALINAS
Como
 consecuencia de la pandemia COVID-19, el futuro de las personas y de la
 sociedad se acelera en llegar. Se sienten grandes cambios a nivel 
planetario. La producción y elaboración de bienes
 económicos está cambiando de eje. Los hábitos de consumo abren nuevos 
caminos hacia el bienestar general y, como consecuencia, las grandes 
desigualdades socio-económicas se cuestionan con mayor vigor y claridad.
 El equilibrio mundial de las grandes potencias
 se reacomodan. Un modelo socio-económico alternativo al capitalismo se 
dibuja con mayor claridad.
La
 economía industrial que tuvo como emblema a las fábricas, está dando 
paso aceleradamente a los centros de investigación y de aplicación que 
son el emblema de la economía inmaterial, llamada
 también economía de los conocimientos o economía digital. En suma, la 
“producción” está dejando su lugar de importancia a la “elaboración” de 
bienes económicos. Mientras la primera se caracteriza por una producción
 en serie, de millones de unidades del mismo
 producto, la segunda es la elaboración de un bien económico único. Cada
 bien económico no admite ni siquiera un duplicado.
Son
 dos formas de trabajar diferentes, En el primer caso se trata del 
Proceso Artificial de Producción, producción de bienes materiales por 
excelencia, como los automóviles, aviones, casas, sillas,
 mesas… En el segundo caso se trata del Proceso de Trabajo de 
Concepción, elaboración de bienes económicos que son el resultado de un 
invento, una creación, una innovación o un descubrimiento. Es decir, la 
pandemia del coronavirus está acelerando la llegada
 de un nuevo mundo; una nueva manera de trabajar y de vivir.
El
 Proceso de Trabajo de Concepción tiene a los conocimientos y 
competencias del trabajador como su elemento fundamental. Y esto hará, 
como lo veremos luego, una gran diferencia no solamente
 en la evolución de los procesos de trabajo sino también, y sobre todo, 
en el cambio del tipo de repartición del resultado de la actividad 
económica. Dicho con mayor claridad, el elemento fundamental del Proceso
 de Trabajo de Concepción impide la creación y
 desarrollo de las grandes desigualdades socio-económicas. Este proceso 
de trabajo, como lo hicieron en su tiempo los procesos de trabajo a mano
 desnuda y con herramientas, impedirá la explotación del hombre sobre el
 hombre.
Asimismo,
 el COVID-19 no solamente está acelerando la instalación de un nuevo 
proceso de trabajo sino que también, al mismo tiempo, está poniendo de 
relieve un nuevo sector de la actividad económica.
 Mientras que el proceso de trabajo que anima la economía industrial 
puso delante de la escena al confort material, el proceso de trabajo que
 anima la economía inmaterial está incidiendo con prioridad, en su 
camino de evolución, en la salud del ser humano.
 Un campo de la actividad económica que había sido dejado de lado por el
 principio de rentabilidad y de las ansias de hacer dinero y más dinero,
 en agravio de la salud de las personas y, muy especialmente, de los 
trabajadores, de sus familias, de los desempleados
 y marginados.
Una
 recomposición en la importancia de los sectores de la actividad 
económica, la misma que redundará inevitablemente en una recomposición 
del equilibrio de poder a nivel mundial. La pululación
 de los uno mil centros de investigación y aplicación serán los agentes 
directos del cambio. El centralismo de los Estados Unidos en el 
ordenamiento planetario está siendo cuestionado con mayor vigor. Y un 
transitorio multipolarismo se hará presente con mayor
 claridad.
De
 igual modo, los hábitos de consumo de las personas están desplazando su
 prioridad hacia la salud de los seres humanos y de la sociedad. Porque 
el COVID-19 lo está mostrando con claridad que,
 no es suficiente tener un buen control sanitario a nivel de la persona 
si la sociedad no está implementada correctamente para proteger ese 
control sanitario personal. Los centros de salud, el personal que lo 
compone y las correctas disposiciones sanitarias
 están tomando una importancia vital para el buen vivir tanto de las 
personas como de la sociedad.
Estas
 dos cosas, la gran diseminación de centros de investigación y de 
aplicación, así como los nuevos bienes de consumo para preservar y sanar
 la salud de las personas, requieren de un cierto
 nivel de poder adquisitivo y de financiamiento, a nivel de cada persona
 y de la sociedad. Esto se hace tan evidente y se convierte en una 
exigencia diaria y vital de las personas de casi todos los estratos de 
la sociedad, así como de los recursos financieros
 con los que debe contar el Presupuesto Público del país. 
De
 ahí que, se hace evidente que los recursos financieros destinados a la 
salud en proporción al Producto Bruto Interno del país, deben ser más 
consecuentes. La persona y su bienestar deben volver
 a ser la primera prioridad en el objetivo de la actividad económica y 
en el reparto equilibrado del resultado de dicha actividad económica.
Al
 respecto, el COVID-19 nos está ilustrando que las personas no pueden 
tener como única fuente de ingresos ya sea los salarios o los 
dividendos. Si la empresa que les brinda ese tipo de ingresos
 quiebra, la mayoría de dichas personas se quedarán en la completa 
orfandad. Y en el caso de los trabajadores que pierden su centro de 
trabajo es mucho más grave. Sin ningún recurso para sobrevivir, menos 
aún para adquirir los medicamentos o tratamientos que
 exige su estado de salud. Los trabajadores ocupados que pierden su 
trabajo y, por tanto, su única fuente de ingresos, están destinados a 
morir.
Los
 trabajadores que pierden su única fuente de ingresos pasarán a aumentar
 la masa de personas que se encuentran en la plena orfandad tales como 
los trabajadores desocupados, los otros miembros
 de la familia, las personas de la tercera edad, los inválidos, los 
niños y jóvenes abandonados o que pierden sus padres por accidentes de 
la vida, etc. Esta es la dura realidad de la sociedad capitalista.
Ante
 tal calamidad que nos brinda la sociedad capitalista, la Humanidad está
 encontrando una salida a este problema, en algunos casos por intereses 
egoístas como es lo que sucede con las empresas
 petroleras en Alaska. A principios de este milenio, y habida cuenta de 
que el suelo de Alaska contiene inmensos yacimientos de petróleo, las 
empresas crearon un apreciable fondo de compensación para ser repartido,
 en partes iguales, entre todos los habitantes
 del país. Una especie de Icome Basic (Remuneración de Base) para cada 
persona, que serviría a compensar los efectos nocivos de la explotación 
petrolera.
En
 Europa así como en América Latina se expande la idea de una 
Remuneración de Base, producto de una reflexión sobre el nivel inhumano 
en el que viven grandes franjas de la población. La Remuneración
 de Base se orientaría a paliar la falta de recursos monetarios para 
sufragar las necesidades básicas de la persona y de las familias. Esta 
remuneración no estará ligada a ninguna contraprestación. Ella se 
recibirá solamente por el hecho de ser parte de su
 sociedad.
A
 esta corriente de aplicación de la Remuneración de Base, en plena 
ebullición a progresión creciente, la podemos clasificar en dos según 
sus fuentes de financiamiento. Los unos piden que el
 fondo monetario que serviría a cubrir la aplicación de la Remuneración 
de Base debe provenir del Presupuesto Público del país. Los otros, 
sostienen que esta Remuneración de Base debe provenir de la totalidad de
 las utilidades de las empresas-país. Dos puntos
 de vista con su pro y su contra.
Mientras
 que el monto de la Remuneración de Base proveniente del Presupuesto 
Público del país estaría completamente supeditado a los caprichos de los
 políticos y de los gobernantes,  la Remuneración
 de Base proveniente de las utilidades de las empresas-país sería 
recibida automáticamente y sin ninguna supeditación a los caprichos de 
políticos y gobernantes, pero requiere de un Gran Cambio de la base 
socio-económica del país, así como del consentimiento
 de la totalidad de la población del país.
Son
 dos proposiciones sustentadas en dos modelos socio-económicos 
diferentes. La propuesta que recurre a utilizar los fondos del 
Presupuesto Público del país responde a la decisión de conservar
 el modelo socio-económico capitalista vigente. Su único objetivo es de 
“reformar” o “mejorar” el modelo pero, en esencia, opta porque quien 
maneja el acto económico se siga apropiando la totalidad del resultado 
de la actividad económica generado por un pueblo,
 presente y pasado. Es decir, a partir de esta opción se estaría optando
 porque continúen las grandes desigualdades socio-económicas al interior
 del país.
En
 cambio la opción de obtener la Remuneración de Base a partir de la 
totalidad de las utilidades de las empresas-país se orienta a realizar 
un cambio de la base socio-económica del país y, con
 ello, facilitar la instalación de nuevas instituciones que remplacen a 
aquellas de la Democracia Representativa que, a través de su 
centralismo, justifica y preserva las grandes desigualdades 
socio-económicas.
Es
 bueno saber que la Remuneración de Base a partir de la totalidad de las
 utilidades de la totalidad de las empresas-país significa, en otros 
términos, la Repartición Igualitaria de la totalidad
 de las utilidades de la totalidad de las empresas-país. 
Esta
 Repartición Igualitaria será una decisión de sociedad. Es decir, la 
totalidad de la población del país decidirá la instalación de este 
mecanismo que creará, en términos bien concretos, los
 lazos de hermandad entre todos los miembros de la sociedad. Pero para 
que esta “decisión de sociedad” persista en el tiempo será indispensable
 poner de pie la institución que lo valide en el tiempo. Y esta es 
precisamente la Propiedad Comunitaria o Propiedad
 Colectiva de las empresas-país, en el sentido de que la propiedad es de
 todos y de ninguno en particular. Con ello estamos diciendo que las 
empresas-país serán de propiedad del pueblo, en el sentido de propiedad 
comunitaria, como la nueva y principal institución
 jurídica del país. 
Algo
 más, en base a la propiedad comunitaria de todas las empresas-país se 
podrá sustentar un nuevo sistema financiero que facilitará un 
Financiamiento Ilimitado para la creación y desarrollo
 de empresas-país. Empresas que pertenecerán a todos los habitantes del 
país, que formarán el sector económico más importante del país, y sobre 
cuyos activos, físicos y financieros, se podrá emitir dinero en la forma
 de financiamiento de nuevas empresas-país
 o del desarrollo de las mismas.
El financiamiento ilimitado de empresas-país será la
condición suficiente para que se elimine de una vez por todas, la explotación del hombre sobre el hombre.
Recordemos que la
condición necesaria para impedir la explotación de un hombre 
sobre otro hombre está dado por el elemento fundamental del Proceso de 
Trabajo de Concepción que son los conocimientos y habilidades del 
trabajador. Este elemento de dicho proceso de trabajo
 se encuentra esencialmente localizado en el cerebro del trabajador, con
 lo cual se hace imposible que una tercera persona pueda apropiársela en
 forma permanente, como sucedió con los centros de alimentación o las 
herramientas, elementos fundamentales del Proceso
 de Trabajo a Mano Desnuda y el Proceso de Trabajo con Herramientas.
Ahora, con el financiamiento ilimitado para la creación y desarrollo de empresas-país se pondrá en acción la
condición suficiente para impedir la explotación de un hombre 
sobre otro hombre, basado en la hegemonía de la Repartición 
Individualista del resultado de la actividad económica, que permite, 
como sucede desde hace unos diez mil años, que un reducido
 número de personas se apropie del 100% del resultado de la actividad 
económica.
De
 otra manera, estamos llegando al fin del impero de la Repartición 
Individualista del resultado de la actividad económica, y de su forma 
externa de presentación, la economía y sociedad capitalista.
Lima, 13 de abril del 2020
 
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