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PERÚ. EL TRIÁNGULO DE LAS BERMUDAS 
Por Gustavo Espinoza M. 
Diario UNO / Domingo 10 de diciembre 2023 
El Triángulo
 de las Bermudas -un área geográfica entra las Islas Bermudas, Puerto 
Rico y Miami- fue considerado altamente peligrosa para la navegación 
marítima y aérea. 
En
 la segunda parte del siglo pasado, no menos de 50 barcos de distinto 
calado y algo más de 20 aviones, simplemente desaparecieron allí, sin 
dejar rastro. Nunca se supo del destino de esas naves, ni de sus 
tripulantes; de tal modo que el lugar quedó en la memoria como sinónimo 
de extremo peligro. 
Los
 peruanos podemos percibir que en el escenario nacional registramos un 
episódico Triángulo de las Bermudas, donde confluyen diversos fenómenos 
aun no claramente definidos, pero que colisionan entre si generando 
daños de alta magnitud, y dejan una secuela funesta.}
Podemos
 hablar de tres vértices de este sospechoso triángulo que semeja al 
fenómeno geográfico del Caribe. Nos referimos a lo que ocurre en los 
días actuales aquí. Y que podría alimentar el imaginario de escritores 
como Vincent Gaddis o Charles Bertlitz, que popularizaron lo ocurrido en
 esta área en los años 60. 
Las
 tres puntas de la crisis, son, efecto, la caída del gobierno de Pedro 
Castillo, ocurrida el 7 de diciembre del 2022; el naufragio de la Fiscal
 de la Nación, Patricia Benavides, registrado la noche del miércoles 
pasado, y el Indulto de la vergüenza, ejecutado por Dina Boluarte a 
contramano de las disposiciones internacionales que rigen la materia y 
pese a las advertencias de la CIDH. Estos, colisionaron en el transcurso
 de la semana que termina y generaron momentos particularmente tensos. 
El
 jueves 7 de diciembre grandes multitudes llenaron calles y plazas en 
todo el país condenando lo que realmente fue un Golpe de Estado: el 
ejecutara por el Pentágono nativo con la complicidad de Washington, e 
integrado por la dirección de los Partidos ultra derechistas, el 
Congreso, el empresariado, la cúpula militar y la Prensa Grandes, y 
debido al cual fue derribado Pedro Castillo y asumió Dina Boluarte, la 
mandataria más repudiada de la historia política del país y la más 
desprestigiada del continente. 
El
 hecho, ocurrió de manera ilegal. Tomando como pretexto una absurda 
proclama de Castillo, se le detuvo sin mandato legal y se le confinó 
finalmente en la DIROES, donde actualmente se encuentra. Se le “vacó” 
sin trámite, en una sesión en la que se festinó todo y se abrió paso a 
un “nuevo orden”, de sangre y muerte, a espaldas de la voluntad 
ciudadana. 
La
 secuela de esa aventura, fue excepcionalmente trágica: alrededor de 80 
muertos y más de mil heridos, muchos de los cuales aun registran 
secuelas. 
Nada
 de lo que dijo Dina a partir de entonces se orientó a esclarecer los 
hechos, ni sancionar responsables. Por el contrario, el convenio de la 
impunidad quedó pactado como un “acuerdo” entre el Ministerio Público 
-la Fiscalía de la Nación- el Tribunal Constitucional, el Congreso y el 
Ejecutivo.
Fue
 un sello de sangre que perdura en la memoria de los peruanos. Hoy en 
todas partes se recuerdan los dolorosos sucesos derivados de esta acción
 siniestra que puso al pueblo peruano frente a las bayonetas. 
El
 segundo elemento, estuvo signado por la crisis de la Fiscalía de la 
Nación. Como era notorio, la titular del cargo lideraba la entidad a su 
capricho y a espaldas de los intereses del país. Denunciadas sus 
acciones finalmente quedó suspendida por seis meses y procesada por la 
Junta Nacional de Justicia.
Es
 indispensable que se ahonde en el caso. Podría demostrarse que las 
“declaraciones” de “colaboradores eficaces” mostradas contra Castillo, 
fueron artificialmente creados para derribarlo, y que sus “testimonios” 
son falsos. 
Eso,
 se grafica en el hecho que hasta hoy no hay un solo proceso, ni 
acusación formal contra el presidente derrocado. Bien podría insinuarse 
incluso que los miembros actuales del TC fueron promovidos mediante 
procedimientos turbios. 
El
 tercer elemento, es la liberación de Alberto Fujimori. Ella fue 
dispuesta por el Tribunal Constitucional, pero hoy se sabe que no hubo 
sesión del TC para ese fallo. Fueron 3, de 7 miembros los que 
suscribieron el documento. Los otros, no fueron convocados, y se ignoró 
la posición singular de un Tribuno. 
Para
 cumplir el requisito formal de presentar cuatro votos, el titular del 
organismo hizo uso del voto “dirimente”, es decir, votos dos veces- 
¡Vaya! 
El
 Indulto, es írrito hasta por un principio elemental del Derecho: sólo 
un juez puede ordenar una captura; y sólo un juez puede disponer una 
libertad. No hubo un juez en el procedimiento usado. El de Ica, se negó a
 participar en la farsa, y dejó el desnudo la trama. 
Por
 lo demás, la decisión contraria las normas de la CIDH de la que el Perú
 forma parte. Y es bueno que se recuerde que la Constitución vigente 
-esa que dicen defender- señala que los Convenios Internacionales son 
obligatorios {a y tienen fuerza de ley. 
Pareciera
 que el dúo Boluarte / Otárola, actuó con sentido estratégico. Apunta a 
abandonar la Corte Interamericana pensando en ellos mismos. Si el Perú 
se retira, ninguno de los dos será juzgado en el fututo por sus 
crímenes¨. 
Por
 eso pasaron por alto todo: AFF no pagará los 57 millones de reparación 
civil, no pedirá perdón a los familiares de sus víctimas, ni colaborará 
al esclarecimiento de los hechos generados por su acción. 
Se
 conoció después (Fin) el pedido de la Fiscalía para que se disponga la 
detención domiciliaria del Indultado a la luz de nuevos procesos: la 
matanza de Pativilca y otros. Veremos si progresa. 
El
 Triángulo nuestro no se puede equiparar al de las Bermudas, pero deja 
ya secuela de golpeados y contusos. Hay para contar. (Fin)
 
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