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EL AÑO QUE SE INICIA
Por Gustavo Espinoza M. 
Diario UNO / Domingo 31 de diciembre del 2023
El 2024
 se inicia con un acontecimiento fastuoso: el 65 aniversario de la 
Revolución Cubana, operado formalmente el 1 de enero de 1959. 
Por
 las curiosidades de la historia, este hecho guarda relación con otro de
 enorme importancia: El Bicentenario de las batallas de Junín y 
Ayacucho, jornadas que consagraron el triunfo de la definitiva 
independencia de América del Imperio Español, en 1824.
No son los únicos acontecimientos notables en la vida de los pueblos. 
El
 24 de enero del 2024 el mundo conmemorará el Centenario de la muerte de
 Vladimir Ilich Lenin, gestor y realizador de la Gran Revolución 
Socialista de Octubre.
Aunque
 Lenin falleciera en el sanatorio Gorki de Moscú, su mensaje, 
pensamiento y obra perdura en el tiempo; y sus ideas brillan a despecho 
del odio que concitan en los explotadores.
Con
 su bandera, combaten hoy millones en todos los países. Gracias a su 
legado, la denuncia de la estrategia guerrerista del Imperio y la 
solidaridad con la causa Palestina, estarán en el puño y el corazón de 
los pueblos el 2024.
El
 año asoma para los peruanos cargado de retos y certidumbres. Afrontamos
 una singular dictadura policiaca que busca “imponer el orden” mediante 
viejos procedimientos: intimidar a la población. 
No
 otro fin tienen las disposiciones que cerraron el año que termina. Por 
un lado, incrementaron las penas, multiplicaron los delitos; y por otro,
 le arrebataron el Ministerio Público la titularidad de la Acción Penal 
entregándola a la policía. 
En
 otras palabras, de hoy en adelante, el Parte Policial asumirá el papel 
de Prueba para el encarcelamiento de cualquier ciudadano.
Así,
 tendremos muchísimos casos de personas que resulten literalmente 
“empapeladas” por el accionar policial. Esto ocurrió antes, en las 
dictaduras del pasado y bajo el Fujimorismo. Pero se cambió en la medida
 que la Autoridad Civil se impuso ante la barbarie. 
De ese modo fue posible restaurar los derechos ciudadanos y reestablecer el imperio de la razón. 
Que
 esto habrá de ocurrir, no lo dude nadie, pero en el entretiempo, miles 
de peruanos sufrirán los efectos del salvajismo imperante.
En
 el 2024 tendrán lugar importantes acciones de lucha. Ellas comenzarán 
en enero, cuando recordemos la brutal represión policial consumada 
contra el pueblo de Juliaca en enero del año que termina. 19 personas 
perecieron en esa circunstancia víctimas de balas asesinas, y no han 
tenido aún sepultura debida. 
Los
 que ordenaron los disparos, no han pagado sus culpas. Y, es más, se han
 mantenido en el anonimato pese a que todo el país sabe cuáles son sus 
nombres. La impunidad se ha enseñoreado como “consigna de honor” en este
 régimen infausto.
Además de estas muertes, hay otras muchas que cabe recordar, y que responden a la misma autoría y a idéntica responsabilidad. 
Que
 el pueblo tiene memoria, y que no olvida, constituye una ley de la 
vida. Bien se dice que la sangre es más densa que el agua y, por lo 
tanto, no desaparece fácilmente.
El
 2024 se recuerdan hechos referidos a José Carlos Mariátegui. Se 
cumplirán 130 años de su nacimiento ocurrido el 14 de junio de 1894. Hoy
 su imagen crece y se proyecta en la conciencia de los peruanos. 
Sus
 ideas no se borran. Su legado no solo conserva actualidad, si no que se
 proyecta en el futuro. Hoy y siempre necesitaremos hombres como él, que
 produzcan ideas, que promuevan reflexiones, que alienten batallas, que 
simbolicen compromisos con las causas más justas. Es decir, que luchen 
por el socialismo en, las tierras de Túpac Amaru y Micaela Bastidas.
Estas
 tierras conocieron otros episodios de similar valor y de indiscutible 
importancia. En el 2024 se conmemorarán 110 años de la insurrección de 
Mateo Pumacahua y los hermanos Angulo, en el Cusco y cuya secuela fuera 
la inmolación de Mariano Melgar, el Poeta Mistiano, capturado luego de 
la Batalla de Umachiri. 
Esta
 valerosa acción en la que participara también un ilustre sacerdote, el 
cura Muñecas; formó parte de diversas acciones signadas por la misma 
voluntad liberadora.
Crespo
 y Castillo, Aguilar y Ubalde, Francisco de Zela y otros, que ofrendaron
 sus vidas por lo que se concretara poco más tarde en las batallas de 
Junín y Ayacucho.
El
 6 de agosto del 2024, recordaremos los 200 años de la Batalla de Junín 
y, poco después, el 9 de diciembre celebraremos la epopeya de Ayacucho. 
En
 ambas acciones el genio de Bolívar, la firmeza de Sucre, el heroísmo de
 Córdoba, de Miller y de otros muchos; confirmaron una certeza que 
asomaba escrita en el horizonte: los pueblos de América serían libres 
del dominio Imperial. 
Los
 años no han pasado en vano. Han cambiado los episodios y han variado 
los personajes, pero el sentido de esa lucha se ha mantenido enhiesto: 
los pueblos serán libres, o dejarán de ser pueblos.
Hoy
 la lucha tiene otras connotaciones, y también otros enemigos. El 
Washington de nuestro tiempo es el Madrid de antaño y el dominio 
Imperial que asoma ahora, expresa un poderío aun mayor que el derrocado.
 Por eso, la lucha impone mayores sacrificios. Pero igualmente el 
mensaje que se deriva de ella refleja el mismo contenido: la libertad de
 los pueblos se impone y los privilegios de los poderosos caen.
Que
 el 2024 sea entonces un año de lucha y de victorias y que señale un 
paso más en la histórica tarea que tenemos los peruanos enfrentados hoy 
aun oprobioso régimen policiaco. Nosotros también formamos parte del 
Ejército Emancipador Latinoamericano que recoge el legado de El Moncada y
 rememora las gloriosas gestas de Junín y Ayacucho. (FIN)
 
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