LA MINERÍA Y EL PERÚ 
Por Gustavo Espinoza M.
Diario UNO / Domingo 26 de mayo 2024 }
El 2021,
 la señora que hoy ejerce la Presidencia de la República participó en un
 evento celebrado en el Valle de Tambo. En él, aseguró que nunca se 
autorizaría el proyecto minero de “Tía María” por ser lesivo al interés 
nacional, afectar la riqueza de la región y no contar -por eso mismo- 
con la Licencia Social indispensable. 
Hace
 poco la misma señora aseguró que “su gobierno” pondría en marcha el 
Proyecto “Tía María” para asegurar el desarrollo de la minería y la 
ampliación de la economía peruana. La contradicción evidente, sugiere 
algunos comentarios. Veamos.
Hay
 quienes creen que la minería es progreso, y que la explotación de los 
recursos mineros es fuente de trabajo y riqueza. Si así lo fuera, las 
regiones más desarrolladas y prósperas de nuestro país, debieran ser las
 mineras. 
En
 otras palabras, el progreso y el bienestar tendrían que ser 
particularmente evidentes en Cerro de Pasco, Huancavelica, Cajamarca y 
Apurímac. Y en ningún otro lugar sino en ellos, los trabajadores de la 
zona tendrían que gozar de los ostensibles beneficios de la minería. 
Obviamente, no es así. 
La
 estadística muestra que el 97% de los niños en Pasco tienen los 
pulmones tomados por Plomo que deriva de la explotación minera; que 
Cajamarca es la región más pobre del país; que Huancavelica registra el 
más alto índice de desnutrición y que en Apurímac el 60% de la 
población, vive en condiciones de miseria.
En
 ese marco, ¿Puede asegurarse que la minería genera riqueza, progreso y 
desarrollo? Sin duda que sí, pero sólo para los grandes consorcios 
mineros. 
La
 Southern Perú Cooper que explota los yacimientos de Toquepala desde 
1953 y los de Cuajone desde 1973, es particularmente poderosa y hoy 
-como versión mexicana- busca asentar sus reales en “Tía María” 
destruyendo el riquísimo valle de Tambo, que constituye el más 
importante emporio de riqueza agraria del sur peruano. 
No
 es la primera vez que los incondicionales de la explotación minera le 
echan el ojo a ese proyecto. Ese -y el de Conga, en Cajamarca- 
estuvieron de moda hace algunos años, pero ambos fueron archivados 
porque concitaron el repudio masivo de la población tanto en Arequipa 
como en Cajamarca. 
Ni
 el gobierno de Alan García ni el de Ollanta Humala pudieron impulsar la
 explotación de esos yacimientos, ante la firme voluntad de la 
ciudadanía que rechazó de plano tales iniciativas. 
La
 Southern presiona por detentar las tierras del Valle de Tambo, del 
mismo modo que Yanacocha se empeña en asegurar para si los yacimientos 
de Conga. Pero una y otra empresa reciben el rechazo masivo de la 
población que sabe, por experiencia propia, que la explotación minera 
genera contaminación ambiental, envenenamiento de las aguas, destrucción
 de la bio diversidad y afectación del ganado y sus derivados. 
En otras palabras, la Mina es una fuente de calamidades, y no de riqueza. 
¿’Significa
 esto que nunca debe explotarse una mina? No, tampoco. Puede emprenderse
 un proyecto minero, pero en otras condiciones, con la cautela del caso y
 en las proporciones debidas.
No
 con el afán de riqueza que caracteriza a la inversión privada, sino con
 la perspectiva de desarrollo que debe regir la vida en un país 
realmente independiente, soberano, dueño de sus propios recursos.
Todos
 saben que la lógica de los consorcios privados es simple: gastar lo 
menos y ganar lo más. Y mientras menos se invierta, más se habrá de 
ganar. Es una verdad de Perogrullo. 
Si
 hoy, la señora Boluarte traiciona sus propias palabras por “quedar 
bien” con sus nuevos amigos, se dará con un palmo de narices porque todo
 el pueblo rechazará tal entrega. Cajamarca entera se movilizará por 
Conga; y Arequipa toda combatirá por Tía María, y el resto de las 
poblaciones del país, serán solidarias con esa lucha. Sólo sangre y 
muerte podría imponer la felonía que el régimen pretende. 
Tras
 estos propósitos verdaderamente antinacionales está la ultra derecha, 
que jamás asumió la defensa del país. Esta vez, será derrotada por un 
pueblo consciente de sus deberes y sus derechos. La lucha por esta causa
 será el eslabón decisivo para forjar la unidad popular, indispensable 
para ganar batallas. 
No
 hay que tenerle miedo a la reacción. Ella será derrotada pese a todos 
sus esfuerzos y maniobras. Aunque en un determinado momento ella 
pareciera estar a la ofensiva logrando avances, eso se esfumará pronto 
por una simple causa: no tiene la razón. Esa, le asiste al pueblo. 
Recientemente,
 Patricia Benavides fue derrotada. Sus propios allegados, pensaban que 
podría perder, pero creían que por un estrecho margen. Esta vez, la 
golearon. Perdió por 5 a 0. No le quedó ni el resuello.
A
 la inquilina de Palacio no le importa mucho el tema. Vive en otro 
escenario. Para mostrar su interés en los problemas del Perú y viendo el
 futuro de la Patria, su gobierno declaró como “El Día del Queso, el 
último viernes de mayo de cada año”, 
Y
 ante la tragedia que generó la explosión de gas en Villa María, 
resolvió “declarar en Emergencia” dos distritos, gracias a lo que las 
empresas podrán firmar contratos sin licitación y otros trámites.
La señora mostró entonces que no sólo la minería es negocio. En el Perú, hay negocios que son una mina (fin)
 
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