En todas partes se cuecen habas…
TEORÍA
Felipe Alcaraz
Esperando a los bárbaros
No
 hay práctica revolucionaria sin teoría. No hay teoría revolucionaria al
 margen del movimiento real. El pensamiento dominante (el de la clase 
dominante durante muchos años) separa teoría de práctica y le asigna a 
aquella el sambenito de ficción. La posmodernidad ha llevado esto a su 
máximo extremo, despejando de teorías “anómalas” el terreno colonizado 
por la teoría de mercado, que tras recibir el término preferido de la 
burguesía mercantil, libertad, es explicado como la equivalencia exacta 
de democracia. Donde no hay mercado libre, por tanto, no hay democracia.
En
 la misma dirección funcionan los términos estrategia y táctica. Cuando 
la táctica no son los pasos de una coherencia de largo alcance, se 
produce el tactismo de un presente sin causas y de consecuencias, en 
todo caso, inmediatas. De ahí que la memoria, el pensamiento complejo, 
el estudio de las causas y la relación con las consecuencias, el 
contexto articulado (económico, político e ideológico y cultural), la 
concatenación dialéctica de condiciones subjetivas u objetivas, no sean 
ingredientes importantes del pensamiento débil de la posmodernidad.
Algo
 ocurre de similar manera en el terreno político cuando lo electoral 
ocupa el centro, la hegemonía, el santo y seña de toda la práctica 
política, que se divide, así, en preelectoral, electoral y poselectoral.
 Y ya no se saben ver los acontecimientos consuetudinarios que acontecen
 en la rúa (“lo que pasa en la calle”, nos corrige don Antonio Machado).
 Y algo de todo esto nos puede ocurrir cuando mezclemos tres factores, 
tres objetivos, en nuestros debates consuetudinarios del próximo 
período. Me refiero a Izquierda Unida como movimiento político y social,
 a Unidad Popular no como marca “registrada” sino como estrategia, y a 
Partido Comunista soberano, es decir, sin intermediarios en la 
organización y dirección de la unidad popular.
Lo
 que queréis es presentaros en las elecciones como PCE, lo que queréis 
es cambiar en todos los grupos municipales de IU el nombre por UP. Lo 
que queréis…
Pues
 no, mire usted, lo que queremos es salir del apagón, tras analizar las 
causas que nos han llevado a una situación muy difícil donde no sólo nos
 jugamos quién organiza los próximos 30 años de este país, sino también 
el mismo futuro de la izquierda marxista en España. Y si, por ejemplo 
hablamos de unidad (sin pérdida de identidad), no es porque seamos 
“podemitas” (de Podemos). A propósito, puede que haya “podemitas” en IU,
 pero teniendo en cuenta a los que conciben como preferente la 
estrategia en torno al PSOE (Partido Socialista Obrero Español), habría 
que decir (considerando a la lideresa del sur), que también puede haber 
“susanitos”
Sólo
 es posible salir del apagón yendo a las causas, a veces dolorosas 
causas, de nuestras derrotas. Sin una teoría seria de la derrota no es 
posible avanzar. No se vive celebrando victorias, sino superando 
derrotas (que dijo el Che)
En Mundo Obrero
Mensual del PCE
Nº 294, marzo de 2016, pág. 28
Sección Cultura y Comunicación
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
3 de junio de 2016
 
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