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Ejemplo de investigación
INFORME. LAS ESTRATEGIAS DESTITUYENTES
DE LA OPOSICIÓN EN VENEZUELA
POR Javier Calderón, Silvina Romano y Gisela Brito / Investigadores Observatorio de Coyuntura CELAG /
Resumen Latinoamericano, 4 noviembre 2016.-
El
 calendario electoral de la República Bolivariana de Venezuela es el más
 activo de la región, con un promedio de año o año y medio entre cada 
llamado democrático para elegir en las urnas alcaldes, gobernadores, 
diputados o presidente. La Constitución de 1999 introdujo la figura del 
revocatorio de mandato a los funcionarios elegidos por voto popular. Se 
trata de una figura novedosa en la región utilizada por primera vez en 
2004 para consultar a las mayorías si el presidente Hugo Chávez debía o 
no continuar en el cargo.
En
 18 años de gobierno bolivariano se llevaron a cabo 18 elecciones. A 
pesar de esta innegable práctica democrática, el chavismo ha estado bajo
 permanente sospecha antidemocrática por parte del poder mediático 
hegemónico [1].
 Además, en reacción a las continuas derrotas electorales, la oposición 
ha reaccionado organizando acciones desestabilizadoras como el intento 
de golpe cívico-militar en el 2002, el paro petrolero en 2002-2003 y las
 más recientes medidas de fuerza callejera en febrero de 2014.
La Mesa de Unidad Democrática (MUD) es el nombre que reúne a 18 partidos políticos [2]
 de la derecha venezolana entre los que destacan Un Nuevo Tiempo, 
Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática y el COPEI, que 
tienen como principal objetivo candidaturas unitarias en los procesos 
electorales para contrarrestar el poder comunal y electoral del Partido 
Socialista Unido de Venezuela-PSUV. Lo fundamental es que estos partidos
 también gobiernan en diferentes niveles, con gobernadores y alcaldes 
electos y conforman el bloque mayoritario en la Asamblea Nacional, 
realidad que impide desde cualquier perspectiva racional hablar de 
dictadura.
El referendo revocatorio
A
 comienzos del 2016, la oposición empezó el proceso revocatorio del 
presidente Nicolás Maduro, tramitado por el Consejo Nacional Electoral –
 CNE, órgano rector de los procesos electorales, que establece las 
condiciones de tiempo y forma que deben cumplirse para realizar el 
referendo.  El proceso,  durante el 2004, demoró cerca de un año y 
cuatro meses para ser legalizado, puesto que no es un trámite notarial, 
sino un proceso electoral que pretende la participación ciudadana y pone
 en juego derechos adquiridos de los elegidos y los electores. En el 
referendo propuesto por la MUD este año, los procedimientos que deben 
seguirse son los mismos que en el anterior:
1.                 Recolección y posterior validación de firmas del 1% del padrón electoral en cada Estado,
2.                 Recolección
 y posterior validación de firmas y huellas del 20% de los electores de 
cada Estado que desean revocar el mandato del presidente de la República
3.                 Convocatoria y realización del referéndum según los plazos legales.
El
 CNE explicó el 26 de abril -cuando emitió los formularios para 
recolección de firmas que daría inicio al proceso- que el tiempo 
constitucional para el aval de las firmas era de 170 días hábiles, lo 
cual indicaría que en el mejor de los casos el referendo se realizaría a
 finales de Enero de 2017, eso sin contar los días corridos por el 
análisis de quejas, reclamos o denuncias ciudadanas sobre el proceso.
El
 último 20 de octubre, los Tribunales Penales de los Estados de 
Carabobo, Aragua, Bolívar, Monagas y Apure sentenciaron la anulación de 
la primera etapa del proceso de recolección de firmas del referendo, por
 encontrar razón a las demandas interpuestas por ciudadanos quienes 
demostraron falsedad en la identidad de los firmantes, suplantación de 
identidad y utilización de identidades de personas fallecidas. Estas 
decisiones judiciales obligaron al CNE a posponer la segunda fase del 
referendo revocatorio.
Se
 trata de hechos judiciales emanados de un poder público que tiene 
procedimientos y leyes establecidas, a las cuales acuden los ciudadanos 
para tutelar sus derechos constitucionales. Estos Tribunales deben velar
 por la protección de los derechos de todos los ciudadanos, tanto los de
 derecha como los que apoyan al actual gobierno.
De
 realizarse, el referendo revocatorio tendría lugar en el 2017. Esto 
siempre bajo la condición de que la oposición logre conseguir las firmas
 necesarias sin acudir a las irregularidades detectadas por la justicia 
de los cinco estados mencionados. En tal caso, las elecciones se 
realizarán 20 días después de la certificación del 20% del padrón 
electoral. Este es el meollo de la cuestión, pues la derecha encuentra 
insostenible esta situación, ya que, de acuerdo a las normas 
constitucionales, de darse un referendo revocatorio pasados los tres 
años de gobierno y de resultar consumado el mandato revocatorio, el 
vicepresidente asumirá el cargo de presidente para finalizar el mandato.
 Esto quiere decir que aún con un resultado adverso para el oficialismo 
en el referéndum, el mandato del PSUV continuaría hasta el 2019.
Las divisiones en la oposición, ¿gobernar o desestabilizar?
La
 MUD surgió en el 2006 como un conglomerado de fuerzas cuyo único punto 
de acuerdo era –y es– la alianza electoral con la intención de poner fin
 al gobierno de la Revolución Bolivariana. La pretendida “unidad” de la 
oposición venezolana es desde entonces solo un eufemismo: en la alianza 
opositora coexisten tendencias irreconciliables que se manifiestan en 
estrategias políticas divergentes, las cuales van atravesando ciclos de 
tensión variable.
Actualmente,
 a cada comunicado de la MUD publicado supuestamente en representación 
de todas las fuerzas que la integran, le siguen un gran número de 
denuncias desde distintos sectores opositores que acusan a la dirigencia
 de la Mesa de tomar decisiones inconsultas. A lo anterior hay que sumar
 la disputa por el liderazgo. Hasta la actualidad, la MUD no cuenta con 
un liderazgo claro y unificado, ni tampoco con un perfil potencialmente 
candidato en el hipotético escenario de unas elecciones anticipadas. Así
 lo señala un reconocido opositor que dirige una empresa de 
investigación social: “La oposición tiene fuertes divisiones internas 
alrededor de cómo enfrentar al gobierno para provocar su salida y quién 
se quedaría después (…) Las batallas entre los líderes opositores por 
capitalizar el liderazgo no son secundarias, son un problema real” [3].
Durante todo el año 2016 la oposición trabajó en tres frentes, en los que también se observan estas diferencias internas:
1.                 La Asamblea Nacional
El
 rol de la AN durante el 2016 no fue proponer un proyecto alternativo de
 gobierno, sino que se redujo a la utilización de los resortes 
institucionales para forzar una salida anticipada del gobierno de 
Nicolás Maduro. En la misma sesión de instalación de la nueva Asamblea, 
Henry Ramos Allup estableció un plazo de seis meses para terminar con el
 gobierno.
En
 el proceso eleccionario para la Asamblea Nacional, la oposición 
advirtió a nivel nacional e internacional sobre las acciones 
fraudulentas que llevaría a cabo el partido en el gobierno para mantener
 mayoría en el Parlamento [4]. Esto no sucedió.
Primera
 acción: denunciar al Poder Ejecutivo (23 diciembre 2015). Luego de ser 
conocidos los resultados, que dieron mayoría a la oposición en la 
Asamblea Nacional, la oposición comenzó advertir sobre “golpe judicial” 
contra el Parlamento.
Primer proyecto vetado: la ley de emergencia promulgada por el Poder Ejecutivo [5].
 En ese momento quedó claro que la oposición apostaría por la 
desestabilización, en lugar de apoyar los caminos para una salida 
conjunta de la crisis.
Primer
 proyecto aprobado: Amnistía a presos políticos (30 marzo 2016). Esta 
amnistía abarcaba desde enero de 1999 hasta el 2016, incluyendo a 
personas “…injustamente presas o perseguidas por motivos políticos, de 
su responsabilidad civil, penal, administrativa, disciplinaria o 
tributaria” (art. 2). Esto implica todo tipo de delito (por ejemplo el 
uso de menores para delinquir o el porte ilegal de armas de fuego) y 
abre el cuestionamiento de cómo se garantizaría que los que apelen a la 
amnistía sean los –supuestos– presos políticos y no lisos y llanos 
estafadores,  delincuentes o gente que se haya enriquecido de manera 
ilícita [6] [7].
“Juicio político”:
 La MUD convocó el pasado domingo 23 de octubre a la Asamblea Nacional 
para iniciar un “juicio político” en contra del presidente Maduro, como 
forma de sustituir el referendo revocatorio. Se trata de un 
procedimiento que evoca los aplicados en Honduras, Paraguay y Brasil, 
pero que no existe jurídicamente en la legislación venezolana. En esa 
sesión, la oposición suscribió una declaración titulada “Acuerdo para la
 restitución del orden constitucional en Venezuela” [8]
 en la que se afirma que el país vive una “ruptura del orden 
constitucional y la existencia de un golpe de estado cometido por el 
régimen de Nicolás Maduro”. En el texto, se desconocen abiertamente las 
instituciones y los poderes públicos de Venezuela, especialmente al 
Tribunal Supremo de Justicia y al Consejo Nacional Electoral y se hace 
un llamado explícito a la desobediencia de las FFAA.
Para
 el 1 de noviembre se convocó a una comparecencia del presidente Maduro 
en la AN. Durante la sesión se definió a pedido del representante de 
Primero Justicia, Julio Borges, diferir la convocatoria a la espera de 
los resultados de las mesas de diálogo instaladas a partir del 30 de 
octubre con participación del Vaticano y Unasur, y convocar una nueva 
sesión para el 8 de noviembre. Se busca declarar la “responsabilidad 
política” del mandatario en la situación económica, lo cual no tendría 
ningún efecto jurídico, sino que se trata de una declaración política. 
En paralelo se estudia la aplicación de la figura de “abandono del 
cargo” contemplada en el artículo 233 de la carta magna como uno de los 
casos de “falta absoluta” del presidente (entre los que también están 
incluidos el fallecimiento o la renuncia). Esta figura no procede en 
términos jurídicos y sería, de ser aprobada, declarada inconstitucional,
 por lo cual también tendría un efecto más político que legal. Ambas 
iniciativas están destinadas a aumentar la presión mediática de la 
“comunidad internacional”.
El
 TSJ ha declarado inconstitucional seis de los diez proyectos de ley que
 ha aprobado la Asamblea desde su formación en enero. Desde septiembre 
la AN se encuentra “en desacato” por no cumplir una sentencia de la Sala
 Electoral del TSJ referida la juramentación irregular de tres diputados
 cuya elección está bajo investigación. Es decir sus actos son 
considerados inconstitucionales y carentes de fuerza jurídica según la 
sentencia 808 de la Sala Constitucional del TSJ [9].
2.                 La protesta en las calles
Primera
 movilización: en abril Capriles lideró la convocatoria a un referéndum 
revocatorio del presidente Maduro y adicionalmente la MUD pedía la 
“renuncia voluntaria” del presidente [10].
 Desde el gobierno se exigió que se cumplan los tiempos y formas 
estipuladas en la constitución para el referéndum (como enunciamos más 
arriba).
El 1 de septiembre se llevó a cabo la “Toma de Caracas”, primera manifestación multitudinaria de la oposición.
Ante
 el pronunciamiento del CNE por las inconsistencias en la reunión de 
firmas para el revocatorio, varios líderes de la oposición, entre ellos 
Capriles y Machado, llamaron a “Tomar Venezuela” el 26 de octubre. La 
marcha se desarrolló sin inconvenientes, “lamentablemente” para la 
oposición, que auguraba represión e inconsistencias por parte del 
gobierno.
3.                 Convocatoria a la comunidad internacional
OEA: En
 mayo-junio, debido a la presión de la oposición, el Secretario General 
de la OEA pide aplicar la Carta Democrática a Venezuela. A pesar de que 
el presidente de la Asamblea Nacional, Ramos Allup, consideró que estaba
 activada desde el momento en que Almagro declaró su deseo de aplicarla [11], en la votación la aplicación fue denegada.
El
 secretario General de la OEA prosigue su tarea de desestabilizar al 
gobierno venezolano. El 28 de octubre se reunió con el ex presidente de 
Bolivia José “Tuto” Quiroga quien le entregó un documento elaborado por 
la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) en el que se 
expresa la “preocupación por la situación de Venezuela” y pide acciones.
Mercosur:
 desde el 13 de septiembre de 2016, los gobiernos de Argentina, Brasil, 
Paraguay y Uruguay han dado a Venezuela un “ultimátum” hasta el 1 de 
diciembre para cumplir con los pactos del Mercosur y se han negado a 
reconocer que la presidencia del bloque es ejercida legalmente por el 
país caribeño. Está pendiente ver cómo procederán para demostrar que hay
 una “ruptura del orden institucional” en Venezuela que justifique una 
suspensión del bloque, lo que no han podido probar hasta ahora.
Presión mediática:
 Desde el primer gobierno de Hugo Chávez, medios locales, 
latinoamericanos, estadounidenses y europeos se han ocupado de 
reproducir una imagen negativa sobre Venezuela. Para ello recurren a 
notas de opinión escritas incluso por miembros de la oposición 
venezolana; notas editoriales; entrevistas a “expertos”, “informes” de 
investigación; noticias varias que suelen carecer de fuentes razonables o
 suficientes, e incluso información falsa [12].
 Generalmente se repiten argumentos sobre: crisis económica, crisis de 
gobernabilidad, indicadores de violencia, corrupción, incapacidad de los
 gobernantes, etc. Algunos de los principales medios son: El Nacional, 
El Universal, Diario de las Américas, Clarín, The New York Times, The 
Washington Post, El País, El Mundo, ABC, entre otros [13].
 Esto se refuerza con publicaciones de tanques pensantes y revistas de 
relaciones internacionales y de negocios, como Foreign Affairs, The 
Economist, Forbes cuyos discursos son legitimados por la voz de los 
“expertos”.
El Diálogo y la oposición venezolana
Las
 tensiones internas de la MUD volvieron a quedar en evidencia ante la 
convocatoria al Diálogo del gobierno nacional, el cual cuenta con 
participación de la comisión mediadora auspiciada por UNASUR y con 
oficio del Vaticano. El secretario ejecutivo de la MUD (José Chúo 
Torrealba) acudió a la primera reunión, mientras Voluntad Popular se 
abstuvo y emitió un comunicado al respecto[14]. Incluso trascendió que Leopoldo López (líder de VP) afirmó que “no hay condiciones para dialogar” [15].
 Una posición similar mantienen María Corina Machado (VV), Antonio 
Ledezma (ABP) y al menos otras 12 organizaciones minoritarias.
En cuanto a los avances del diálogo gobierno-oposición, se acordó organizar el trabajo en las siguientes mesas temáticas: 1. Paz, Respeto al Estado de Derecho y a la Soberanía Nacional, coordinada por José Luis Rodríguez Zapatero; 2. Verdad, Justicia, Derechos Humanos, Reparación de Víctimas y Reconciliación, coordinada por el representante del Vaticano; 3.
 Económico-Social, coordinada por Leonel Fernández; 4. Generación de 
Confianza y Cronograma Electoral, coordinada por Martín Torrijos. Además
 se estableció una nueva fecha de reunión para el 11 de noviembre. En 
paralelo se produjeron reuniones por separado de la oposición y del 
ejecutivo con el subsecretario para Asuntos Políticos del Departamento 
de Estado estadounidense, Thomas Shannon.
Como
 muestra de la “voluntad de diálogo”, la MUD decidió suspender la marcha
 que tenía convocada con una clara intención destituyente hacia el 
palacio de Miraflores para el jueves 3 de noviembre. Varios partidos y 
dirigentes de la Mesa manifestaron su desacuerdo, entre ellos VP, aunque
 acataron la decisión estableciendo un nuevo “plazo” para marchar a 
Miraflores -el próximo 12 de noviembre- condicionado a los resultados de
 las mesas de diálogo, de las que tampoco participan. Henrique Capriles 
(PJ), quien parece en las últimas semanas estar más cercano a estos 
sectores en cuanto a su estrategia política, fue uno de los convocantes 
más activos la marcha del 3 de noviembre, aunque finalmente su partido 
apoyó su suspensión.
Para
 que exista una disputa política tiene que haber un reconocimiento del 
adversario en tanto tal. En el contexto actual, un sector de la 
oposición venezolana aglutinada dentro de la MUD sustenta su estrategia 
política en el supuesto de que en el país gobierna una “dictadura” o un 
“régimen”, aun cuando se trata de un gobierno elegido legítimamente bajo
 los mismos mecanismos institucionales que le permiten a la misma 
oposición ejercer gobierno en municipios, estados y obtener una 
representación mayoritaria en la AN. De esta manera, no reconoce al 
chavismo como un adversario político sino que lo asume como un enemigo a
 aniquilar. Al hacerlo no solo pretende impugnar de raíz el proceso de 
transformación profunda que vivió la sociedad venezolana en los últimos 
18 años sino que además abandona todo cauce genuinamente democrático. De
 ser un actor político pasa a erigirse como un sector obstinado en el 
derrocamiento de un gobierno cuyas estrategias oscilan entre el 
desconocimiento de las reglas de juego institucionales y la acción 
violenta antisistema en las calles.
[2]Ver: http://www.celag.org/informe-
[4]Por ejemplo, http://www.el-nacional.com/
[7]http://www.celag.org/cinco-
[8]http://www.
[9]Sentencia 808. http://historico.tsj.gob.ve/
[10]http://laopinion.com/2016/
[11]http://www.
[12]Un
 ejemplo paradigmático es el video del 11 de abril de 2002 (filmado en 
ocasión del golpe de Estado) utilizado para difundir la versión de que 
el gobierno bolivariano había ordenado reprimir una marcha opositora. El
 autor del video fue galardonado con el “Premio Internacional de 
Periodismo Rey de España”. Posteriormente, el propio “periodista” que lo
 filmó reconoció que había sido manipulado. https://www.rebelion.org/
[13]Un
 análisis documentado del tratamiento que la prensa hegemónica da a 
Venezuela puede consultarse en el libro “Antiperiodistas. Confesiones de
 las agresiones mediáticas contra Venezuela” de Fernando Casado (FOCA, 
2015). http://www.akal.com/libros/
[14]https://www.lapatilla.com/
[15]http://quepasaenvenezuela.
de: Resumenrebel <resumenrebel@gmail.com> a través de listas.nodo50.org
responder a: resumen@nodo50.org
para: Resumen Latinoamericano <resumen@nodo50.org>
fecha: 4 de noviembre de 2016, 20:53
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11 de noviembre 2016
 

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