El doctor Neal Barnard no se cansa de exponer que el queso 
(en todas sus formas) favorece el sobrepeso, sube el colesterol 
perjudicial, eleva la presión sanguínea, provoca diabetes y favorece las
 enfermedades autoinmunes. Pero este doctor en medicina, profesor en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Washington, presidente y fundador del Comité de Facultativos para la Medicina Responsable, aún va más allá, y en su último libro llamado La trampa del queso (ediciones Urano) desvela los intereses económicos y políticos que han convertido al queso en un pilar de nuestra alimentación. 
En 1985, Barnard fundó el Comité de médicos para la medicina responsable, contrató a dos abogados y se puso a investigar la industria del queso.
 Gracias a la Ley por la Libertad de la Información salieron a la luz un
 montón de contratos entre el Gobierno de los Estados Unidos y las 
cadenas de comida rápida para impulsar el consumo de queso. Burger King,
 Wendy’s, Pizza Hut, Subway o Taco Bell son algunas de las cadenas de 
comida rápida que han firmado contratos gubernamentales. 
    – Usted denuncia que el gobierno de los Estados Unidos fomenta el
 consumo de queso y otros productos lácteos a causa de las presiones que
 recibe de las empresas, ¿es así? 
– Mucha gente ignora por completo que estos grupos industriales 
gastan millones de dólares cada año presionando al gobierno para 
garantizar que sus intereses estén representados en nuestra política 
alimentaria federal, incluidas las Pautas dietéticas para 
estadounidenses y el Programa nacional de almuerzos escolares. 
El gobierno de los EE. UU. en realidad recibe 140 millones de dólares
 cada año de la industria del queso para canalizarlo a una corporación 
llamada Dairy Management Inc., que trabaja con restaurantes de comida 
rápida para desarrollar y promocionar el queso en sus menús. 
    
  
    El gobierno de los EE. UU. en realidad recibe 140 millones de dólares cada año de la industria del queso”
 
Recientemente, trabajaron con McDonald’s para aumentar la 
cantidad de queso cheddar en algunos de sus productos en un 30 por 
ciento. La mayoría de los clientes de comida rápida desconocen que estos
 productos están desarrollados específicamente por la industria del 
queso y el gobierno para lograr que consuman más comida rápida. 
No importa cuánta grasa y colesterol tenga el queso; por ley, nuestro
 gobierno se ha comprometido a promocionarlo gracias al implacable lobby
 de la poderosa industria láctea, que ha patrocinado la creación de una 
extensa gama de programas federales para promocionar la leche. Y ha 
funcionado: la venta de queso no deja de crecer cada año. 
    – Si hay estudios que revelan los aspectos perjudiciales del 
queso en nuestra salud, ¿por qué los gobiernos no apuestan por la 
prevención en lugar de favorecer a las industrias? 
– En los Estados Unidos hay un gran conflicto de intereses. El 
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos es responsable de la 
creación de las Pautas alimentarias de nuestro país, pero también son 
responsables de promover los productos agrícolas. 
En otras palabras, la misma agencia que tiene la obligación de 
proporcionar información sobre la mejor nutrición para la prevención de 
enfermedades está tratando simultáneamente de aumentar las ventas de 
tocino, salchichas y queso. 
    
  
    No importa cuánta grasa y colesterol tenga el queso; por ley, nuestro gobierno se ha comprometido a promocionarlo”
 
Es un conflicto de intereses inherente, porque sabemos que 
estos alimentos están repletos de grasas saturadas y colesterol, lo que 
puede contribuir a muchas de las principales causas de muerte en nuestro
 país, incluidas las enfermedades cardíacas, la diabetes y la obesidad.
 El estadounidense promedio ya come 33 libras de queso por año, lo 
que suma más de 60,000 calorías por persona, por lo que lo último que 
nuestro gobierno debería hacer es tratar de que comamos más queso. 
    – Así que mientras Michelle Obama hacía campaña contra la 
obesidad infantil, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos 
estaba trabajando para aumentar las ventas de queso… 
– Así es, esa es la contradicción de la que hablaba. Pero todavía hay
 más. Desde pequeños nos han inculcado la idea de que la leche fortalece
 los huesos y sigue teniendo los mismos índices de popularidad que Santa
 Claus y el Conejo de Pascua, pero no es real. Aunque el cuerpo necesita
 el calcio, no lo necesita en grandes cantidades. 
El gobierno ha estado promocionando el calcio en cantidades de hasta 
1.300 miligramos diarios para las adolescentes. Pero investigaciones de 
Harvard demuestran que una vez has ingerido 600 miligramos, ya no 
obtienes ningún beneficio extrae al tomar más. 
    
  
    Desde pequeños nos han inculcado la idea de que la leche 
fortalece los huesos y sigue teniendo los mismos índices de popularidad 
que Santa Claus y el Conejo de Pascua, pero no es real”
 
Además, el calcio no tiene por qué proceder de los lácteos. 
Está presente en una amplia gama de alimentos mucho más saludables como 
las judías y hortalizas de hoja verde. La afirmación de que la leche 
fortalece los huesos es un reclamo comercial y ha quedado grabada en las
 mentes de padres e hijos durante generaciones. 
    – ¿Qué sabe de la relación de los europeos con el queso? 
– Al igual que los estadounidenses, los europeos consumen más de 30 
libras de queso por persona, en promedio, cada año. En general, los 
europeos consumen alrededor de 10 millones de toneladas de queso cada 
año. Todas las variedades de queso, incluido el suizo, no son 
saludables. Sólo una onza de queso suizo contiene más de 100 calorías y 
casi 8 gramos de grasa, la mayoría de las cuales es grasa saturada. 
También está lleno de colesterol y sodio, que es una receta para las 
enfermedades cardiovasculares, la diabetes y otros problemas de salud. 
Que el queso es adictivo ya lo han demostrado diversos estudios, uno de los más recientes de la Universidad de Michigan. 
    – ¿Puede recordarnos por qué el queso es tan adictivo? 
– El caso es que al digerirse el queso libera unas sustancias 
químicas llamadas casomorfinas (una sustancia estructuralmente parecida a
 las endorfinas que genera una agradable sensación de bienestar) y que 
provocan una fuerte adicción. 
    
  
    Todas las variedades de queso, incluido el suizo, no son saludables”
 
Las casomorfinas se adhieren a los receptores de opiácidos del
 cerebro, provocando un efecto calmante muy parecido a la manera en que 
lo hacen la heroína y la morfina. Y dado que el queso tiene un contenido
 concentrado de casomorfinas, puede ser llamado el crack lácteo.
 

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