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Humanismo Hoy
HUMANISMO URGENTE
*Fernando Buen Abad
        
Una Revolución Cultural llamada Humanismo. Contra las 
desesperanzas y las depresiones, urge un Humanismo renovado en su 
carácter emancipador y movilizador. Urge en las consignas supremas de 
las luchas sociales, como Marx lo pensaba, a la luz de la Historia
 e indivisible en el contenido consciente insuflado por las fuerzas 
sociales en sus luchas. Humanismo de “nuevo género” como solución 
posible para las fuerzas que se fundamentan en la democracia 
participativa. Humanismo, hoy más necesario que nunca, para no
 sucumbir al mercantilismo extremo y la opresión ideológica más feroz en
 la sustracción de plusvalía. Humanismo contra el capitalismo salvaje 
“per se”, que no se detiene ante nada, que devora a la naturaleza, que 
destruye el patrimonio cultural 
financiando a los negocios de las guerras, de los bancos y de los “mass media”.
        
Humanismo Urgente
        
Piensan muchos, no sin razón, que toda lucha que ponga por 
prioridad suprema el desarrollo de sociedades emancipadas (sin opresores
 ni oprimidos) ya contiene la idea de Humanismo. Que, en cualquier caso,
 invocar al Humanismo exige actualizarlo contra
 toda emboscada ideológica que lo reduzca al individualismo. Que el 
Humanismo necesario, a estas alturas de la Historia, debe ser un 
programa concreto de acción directa que no sirva para esconder la lucha 
de clases y tampoco eclipse la, también urgente, tarea
 de salvar al planeta. En todo caso un Humanismo antitético del 
capitalismo. Aunque haya quienes creen que es un tanto “cursi” eso de 
hablar de Humanismo, es preciso ratificar lo que mil voces han propuesto
 para un Humanismo de nuevo género, sin ilusionismos
 ni idealismos.
        
¿Quién hubiera imaginado que la especie humana, al mirarse al 
borde del abismo neoliberal, se inspiraría para iniciar su propia 
transformación y convertirse, a sí misma, en una Revolución Cultural?. 
Tenemos una Historia Latinoamericana sobre un Humanismo
 nuestro (Guadarrama) desprendido de las luchas contra el colonialismo, 
la alienación y la exclusión, Historia que posee herencias 
extraordinarias cocinadas entre vapores de combate (Fidel) como proyecto
 de los pueblos irredentos. Pero el Humanismo no acepta
 sectarismos territoriales. Herencia plena de posiciones 
anticapitalistas, pronunciándose abiertamente por la necesidad de 
encontrar paz con identidad y dignidad para todos y en todo el orbe. 
(Martí) Un humanismo que también es de paz, sin abandonar una sola
 de sus armas. (Fernández Retamar)
        
La Historia nos exige ratificación del Humanismo, como proyecto 
emancipador, porque es necesario y útil no sólo para una crítica 
“relowded” contra el capitalismo, sino porque impone una ruta certera 
para no extraviarnos en emboscadas ideológicas. Y eso
 implica también una Guerrilla Semiótica en el corazón del Humanismo, 
sus herencias, las desfiguraciones infligidas, las esclavitudes a que ha
 sido sometido al antojo de verborreas filantrópico escapistas, 
disímbolas. Para la construcción o consolidación de
 tal Humanismo, para reforzar su capacidad movilizadora de las masas, 
requerimos un Humanismo objetivo, como programa que asciende a la 
práctica de forma inconfundible y convertido en carne de la lucha hasta 
alcanzar su punto de no retorno en lo inmediato (Chávez).
        
Tal Humanismo entraña la conciencia de su deseabilidad, su 
posibilidad y sus realización (lo deseable, lo posible y lo realizable: 
Sánchez Vázquez) porque hace evidentes los valores que dignifican a la 
especie humana que renueva su moral de lucha, es
 decir revolucionario, que es su más alto peldaño (Ché) y pone al 
alcance de toda comprensión el valor de su consolidación inmediata. 
Irrefutable y valioso porque justifica su naturaleza axiológica en la 
superioridad de sus valores contra todo sistema opresor
 y explotador. Porque moviliza a todos hacia una meta que puede ser 
alcanzada si saldamos nuestras deudas por la unidad y la organización de
 los pueblos. (Perón, Puiggros, Jaramillo)
        
No se trata de un Humanismo reformista o anestésico ni 
decorativo, de lo que se trata es de transformar el mundo existente y no
 de conservarlo o de conciliarse con él. (Mondolfo) Entonces se trata de
 un Humanismo como programa de lo inmediato capaz de
 elevar la conciencia, con reivindicaciones de libertad, igualdad, 
justicia y democracia hasta pasar de los buenos deseos a su realización 
concreta. Humanismo para cambiar el modo de producción y las relaciones 
de producción. Humanismo para no perder las esperanzas
 de luchar contra las tergiversaciones y para ampliar las libertades, la
 igualdad y justicia social. Humanismo, democrático y pleno, de seres 
humanos libres y creadores. (Althuser)
        
Insistamos. Se trata de una concepción del Humanismo ligada a la 
crítica social. No un Humanismo abstracto o filantrópico burgués, no 
reducido a punto de vista gnoseológico, sino activado como una acción 
social transformadora. Humanismo real “recargado”.
 Humanismo de una nueva (renovada) integridad moral, ética y estética 
necesariamente históricas y sociales para la acción en el corazón, la 
panza y el cerebro de las relaciones sociales. Humanismo de un tiempo y 
un lugar concretos para la Revolución cultural
 y científica que permita asumir la realidad en términos de 
significación, esta vez, transformadora del mundo. (Mészáros)
        
Expresión crítica de la Historia, sus procesos políticos y 
económicos… la ideología de la clase dominante. Humanismo como la medida
 que refunda la fe objetiva en mundo humano, capaz 
de humanizar cuanto toque. O en otros términos, Humanismo donde 
la potencia de lo humano sea creación que se despliega renovada e 
ilimitadamente. Humanismo expresión de libertad, de espiritualidad 
concreta, de lo verdaderamente creador y proyectil contra
 la mediocridad, el vacío espiritual y el “gusto” banal… Humanismo para 
elevar la conciencia de la realidad con sus propios medios colectivos.
        
Humanismo atento a la dialéctica cultural de las luchas entre las
 clases sociales y sensible a la dialéctica, realmente existente, del 
internacionalismo y los sentimientos nacionales. Humanismo por la vida y
 contra todo los que la corroe, la destruye
 o la deprime. Humanismo como ética de la resistencia. También.
        
La esencia humana reclama su emancipación revolucionando las 
relaciones sociales. Eso requiere un Humanismo producto de su propia 
praxis transformándose también en sus propias circunstancias. Humanismo 
pleno, histórico y creador. Tal Humanismo no pudo
 nacer sino en el corazón mismo de la barbarie capitalista, es su 
contradicción más aguda. Está llamado a ser fuerza emergente superadora 
de una etapa histórica mayormente “deshumanizada”, vergonzosa y macabra.
 Humanismo que debe recoger lo mejor de los seres
 humanos para hacerse nuevo en nosotros y con nosotros. Humanismo como 
una concepción lógica de la política y como ética de lo colectivo. Una 
idea de lo humano que, por tanto, al no echar la filosofía por la borda,
 permite distinguir con claridad los territorios
 de sus luchas más concretas e inmediatas. De lo que se trata es de 
acrisolarlo en la praxis. Estamos a tiempo.
9 septiembre 2019
        
*Fernando Buen Abad Domínguez
 es mexicano de nacimiento, (Ciudad de México, 1956) especialista en 
Filosofía de la Imagen, Filosofía de la Comunicación, Crítica
 de la Cultura, Estética y Semiótica. Es Director de Cine egresado de 
New York University, Licenciado en Ciencias de la Comunicación, Master 
en Filosofía Política y Doctor en Filosofía. Miembro del Consejo 
Consultivo de TeleSUR. Miembro de la Asociación Mundial
 de Estudios Semióticos. Miembro del Movimiento Internacional de 
Documentalistas. Miembro de la Red de Intelectuales y Artistas en 
Defensa de la Humanidad. Rector-fundador de la Universidad de la 
Filosofía. Ha impartido cursos de postgrado y conferencias en
 varias universidades latinoamericanas. Ha obtenido distinciones 
diversas por su labor intelectual, entre ellos, el Premio Nacional de 
Periodismo Simón Bolívar que otorga el Estado venezolano. Actualmente es
 Director del Centro Universitario para la Información
 y la Comunicación Sean MacBride y del Instituto de Cultura y 
Comunicación de la Universidad Nacional de Lanús
TeleSUR 10 de septiembre 2019
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
 17 de septiembre de 2019
 
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