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LA LUCHA CONTRA LA PANDEMIA NO SE GANA CON “DONACIONES”
(15 de abril de 2020)
Por Miguel Aragón
Me sorprende que más de 78 personas, hayan comentado el mensaje y la propuesta enviada por Carlos Alberto S.C.,
 quien en forma airada reclama que “la Sra. Gisela Valcárcel convoque  una Teletón”
(¿Carlos Alberto “es, o se hace….”?)
Lo
 que critica y lo que propone Carlos Alberto es algo totalmente 
intrascendente, y la mayoría de los 78 comentarios
 en face book, también son superficiales e intrascendentes (mil 
disculpas si alguno se ofende, no es mi intención ofender a nadie).
La
 Sra. Gisela Valcárcel tiene muy poco que ver en este gran problema en 
que nos encontramos los pobladores
 de Lima, de Perú y del mundo entero. Ella no es la persona indicada 
para coordinar, y menos dirigir, la lucha contra la actual “crisis 
sanitaria y social”, que pronto podría
 convertirse  en “crisis económica y 
política”. Y digo “podría”, porque ahora el manejo de la actual crisis 
depende de nosotros, es decir de la mayoría del pueblo peruano, que 
somos más de 30 millones de personas.
La gran inversión económica que necesaria e inevitablemente
 tiene que hacerse, para superar las grandes deficiencias 
que tienen el actual “sistema de salud” y el actual “sistema educativo” 
en el país, no se pueden afrontar con donaciones. No seamos ingenuos, y 
mucho menos ignorantes.
Tampoco se resuelve con hipócritas descuentos de los sueldos de “los que
 supuestamente más ganan” (congresistas, ministros, presidente, otros funcionarios públicos).
A corto plazo, para obtener los fondos necesarios para afrontar la crisis sanitaria debemos de plantear y exigir
 un IMPUESTO A LAS SOBREGANANCIAS de las grandes empresas mineras, las grandes empresas comerciales y los bancos.
Durante
 los últimos 20 años, la producción y el comercio en el país han crecido
 a niveles superiores a la mayoría
 de países del continente, por eso se hablaba del llamado “milagro 
económico peruano” y hasta se proponía que Perú se debía integrar “al 
club de los ricos”,
 a la OCDE. ¿Se acuerdan o ya nos olvidamos?
Durante este lapso de 20 años de crecimiento extraordinario, las grandes empresas mineras, comerciales y los
 bancos, además de recuperar su inversión en capital constante (materiales e instalaciones)
  y en capital variable (sueldos y salarios), 
también obtuvieron una ganancia similar a las otras empresas (ganancia 
media), y adicionalmente, por encima de esa ganancia media, obtuvieron 
una descomunal “sobreganancia”.
Todo ese inmenso monto está debidamente contabilizado por los organismos públicos respectivos. Durante los últimos
 20 años “los ricos se hicieron más ricos, y los pobres nos  hicimos
 más pobres”.
Nuestra propuesta, acorde al momento actual,
 debe ser decretar con carácter de urgencia UN IMPUESTO A LAS SOBREGANANCIAS.
Con este impuesto, no se afectan las ganancias “normales” de las empresas, ni se afecta la “estabilidad” de
 las empresas. 
Por lo tanto, no nos pueden acusar de proponer medidas “socialistas”, y mucho menos de propuesta “terrorista”.
Esta propuesta, simplemente es una propuesta democrática, “que paguen más,
 los que más tienen”.    
 
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