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LAS CALLES DE SAN FRANCISCO 
Por Gustavo Espinoza M. 
Diario UNO / Domingo 19 de noviembre 2023
Así se
 denominaba una interesante serie de la televisión USA en los años 70 
del siglo pasado. Con Karl Malden y Michael Douglas como protagonistas, 
mostraba a la policía civil encargada de combatir el crimen organizado 
que pululaba en las arterias de esa ciudad. 
Los
 detectives, no contaban con los Escuadrones Especiales con los que 
cuenta hoy la policía peruana, ni con la parafernalia que luce. Apenas 
se valía de su inteligencia propia y su información clasificada; y 
enfrentaba exitosamente las actividades delictivas pacificando la urbe, 
una de las más importantes ciudades del país del norte.
Dina
 no conoció esa historia, ni pudo recorrer las calles de San Francisco 
en su reciente visita a la APEC. No pudo desplazarse libremente, pero no
 por la acción de malhechores en retiro; sino por la movilización activa
 de centenares de colectivos que hicieron una convocatoria paralela a la
 cita Asia-Pacífico prevista por los organismos oficiales. 
Miles
 de activistas de todos los colores se movilizaron allí para expresar su
 protesta por la presencia de los “altos dignatarios” convocados. 
Defensores
 de la Bio Diversidad y el medio ambiente; luchadores contra la 
contaminación ambiental; enemigos del calentamiento global y luchadores 
de los derechos humanos; se sumaron para alzar la voz contra las 
dictaduras, y repudiar el genocidio israelí en Gaza. 
Como
 no sucediera antes, esas calles estuvieron pobladas por numerosos 
contestatarios. Dina, no habría podido desplazarse allí, como le ocurre 
cuando está por estos lares. 
Aquí tiene que acomodar y modificar rutas y adecuar auditorios, preparados para que no le muestren rechazo. 
De
 todos modos, a través de la Tele, escuchamos su cacofónica perorata. Y 
no pudimos sino asociarla con la cháchara de los charlatanes de feria 
que ofrecen los productos que tienen entre manos señalando sus 
cualidades: “compren esta botella, está bien conservada y tiene líneas 
astrales y bellos colores”; suelen decir para embabucar a despistados 
viandantes. 
Algo
 así dijo Dina aludiendo a las riquezas y bondades del Perú, a sus 
minas, a sus gentes y a sus paisajes; con la esperanza que algunos 
incautos le compren su oferta. Y es claro que otra vez estará sin 
suerte. 
No
 se atrevió Dina a contar la realidad del Perú. No habló de la huelga y 
las movilizaciones que se operan en Huanta; ni de las manifestaciones 
masivas em Andahuaylas; ni de la huelga de los trabajadores de salud; ni
 de la iniciativa de los pobladores del Barrio Chino, en Ica, para 
bloquear carreteras; ni de las similares acciones de quienes viven en 
Chao y Virú; ni de las Marchas en Chiclayo, ni de las protestas en 
distintos lugares de la capital. 
No
 les dijo que hoy Loreto entero se moviliza en defensa del Lote 8 de 
Petróleo; y Chumbivilcas, en Cusco, arde. Tampoco, claro, del absoluto 
fracaso de la “Emergencia” dictada en distritos de Lima y hoy rechazada 
por el 96% de su población. 
Tampoco
 dijo que las recientes encuestas le reconocen apenas el 10% de 
aceptación ciudadana en un país que no visita. (el suyo) razón por la 
que un ingenioso en redes le recordó que ya viajó tres veces a Estados 
Unidos, y ni una sola a Puno. Y ni habló tampoco de la selección de 
futbol, que sigue “salada” y volvió a perder. 
Y
 claro, hasta guardo silencio en torno a la censura parlamentaria a su 
ministro del Interior, al que -en consuno con Otárola- “apapachó” hasta 
el fin para salvarle el cargo. Esta vez fueron 75 los votos que sumó en 
contra Dina, abandonada por varias bancadas., la más numerosa de las 
cuales fue Fuerza Popular. 
“Sin
 nosotros, no eres nada”, parecieron decirle los fujimoristas, que ahora
 toman distancia para no contaminarse con el maleficio que ataca a la 
presunta “Titular del Ejecutivo”.
Se
 avecina pronto el 7 de diciembre. Y el país recuerda que ese día, 
aprovechando un discurso del Presidente Castillo, la Mafia le asestó un 
verdadero Golpe, y lo derribó sumariamente confinándolo a una prisión 
que aspira sea perpetua.
Pero
 se acercan también otros aniversarios. Será un año de la matanza de 
Ayacucho, y de la de Andahuaylas; y después, un año de la masacre de 
Juliaca, que dejara 21 fallecidos; y los muertos en Lima, y en el norte.
 Total, 76 
Y es que las calles de Lima, y las de otras ciudades del Perú, lucen más movidas que las de San Francisco, sin duda. (fin)
 
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