Escribe: Milcíades Ruiz
El precio del dólar viene superando los 
S/. 3.50 como no se veía hace 14 años lo cual, causa gran preocupación 
por sus efectos nocivos en la economía nacional y familiar. Es que a 
medida que sube el precio del dólar se descuadra automáticamente la 
estabilidad económica del país. Por un lado nuestra moneda se devalúa y 
por otro sube como espuma la inflación que encarece todo lo que tenga 
componente importado.
Eso obliga a que las autoridades que 
manejan la política monetaria tomen medidas para contrarrestar este 
problema antes de que se vuelva incontrolable pues la devaluación con 
inflación puede causar estragos sociales, sobre todo en los sectores más
 indefensos como sucedió en el primer gobierno de Alan García en que 
nuestra moneda fue devaluada considerablemente. Esa devaluación causó la
 ruina de millones de ahorristas y de gente común que vieron que su 
dinero no valía nada. El gran culpable de esta desgracia masiva ni 
siquiera fue castigado sino premiado con un segundo mandato y todavía 
pretende un tercero.
 
 
Como
 bien sabemos, en la pirámide social los de arriba trasladan los efectos
 de la devaluación a los de abajo para mantener entera su rentabilidad. 
Pero la capa más baja de la sociedad no tiene ya a quien trasladar ese 
peso, razón por la cual asume todas las pérdidas reduciendo costos 
alimenticios, de educación, salud, vestimenta, etc. Es decir, la familia
 incluyendo niños, deberá comer menos, tendrán que dejar de estudiar y 
no enfermarse. La pobreza aumenta.
Es que, con el reajuste de precios el 
importador corre traslado de las pérdidas al comerciante mayorista, este
 al minorista y este al consumidor para mantener sus márgenes de 
ganancias. Entonces sube el precio de los alimentos que utilicen 
componentes importados como el aceite comestible, la carne de pollo, 
menestras, cereales, derivados del trigo y del maíz, etc. También por su
 puesto los insumos industriales, repuestos y demás artículos 
importados.
El Banco Central de Reserva del Perú 
trata de contrarrestar los efectos negativos utilizando el pozo de 
reserva de divisas que posee para atenuar los altibajos a la vez que 
protege nuestra moneda. De este modo, los créditos para los negocios son
 ahora más caros pues la tasa de interés referencial ha sido subida a 
4.25 % y las inversiones nacionales se retraen sobre todo para los 
pequeños negocios. Entonces, las dificultades económicas se acrecientan 
en contraste con los alegres ofrecimientos electorales.
De primera instancia nuestro pueblo no 
logra identificar al autor mediato de los daños económicos que ocurren 
por el alza del dólar. Son movidas mundiales que parten de la política 
monetaria de EE UU cuyos alcances desconoce la gente pero lo sufre. Es 
el Banco Federal de Reserva de este país- FED (sistema de Reserva 
Federal) el que mueve las fichas que por efecto dominó hacen caer las 
fichas de los demás países bajo su dominio. Lo viene haciendo ahora al 
elevar la tasa de interés para recuperar el valor del dólar que se vio 
afectado por la crisis capitalista que se arrastra desde el 2008. Ese 
nivel todavía no ha sido recuperado, motivo por el cual los ajustes 
continuarán en el 2016 según se dice, cada trimestre probablemente.
Eso quiere decir que el dólar seguirá 
subiendo no por culpa nuestra sino por el interés de los EE UU. Nuestro 
pueblo inocentemente sigue trabajando sin tomar consciencia de este 
problema. Pero los salarios tienen ahora menos valor que el año pasado 
al haberse devaluado en 2.72 %, mientras los artículos de primera 
necesidad han subido por encima del 4%. La gente se queja de la subida 
de precios de los alimentos y de otros productos que golpean la economía
 familiar pero sin llegar a explicarse el por qué, el dólar complica 
nuestras vidas.
¿Es que el dólar condiciona nuestra 
existencia? En cierto modo es así, aunque nunca tengamos un dólar en 
nuestras manos ni lo conozcan en las comunidades rurales. Cuando el 
dólar sube de precio todas las demás monedas del mundo pierden parte de 
su valor de manera automática. Sucede esto porque el sistema monetario 
internacional gira en torno al dólar como sucede con el sistema solar en
 que sus planetas giran a su alrededor, presas de su campo 
gravitacional.
Hemos llegado a esta situación por el 
proceso de desarrollo capitalista. En el mercado de abastos, cuando hay 
sobreabastecimiento de papa el precio baja porque la oferta es mayor que
 la demanda pero cuando escasea este producto el precio sube debido a 
que la demanda es mayor que la oferta. Esto que es tan sencillo de 
aprender, resulta ocioso reiterarlo. Pero esto que sucede en el mercado 
de la papa ocurre también en el mercado del dinero o mercado financiero.
El dinero es una mercancía como cualquier
 otra. Cuando hay sobreoferta de dinero por encima de la demanda 
entonces su precio baja (se devalúa). Si hay escasez y mucha demanda de 
dinero su precio sube (se fortalece). Por eso es importante que la 
cantidad de dinero circulando en el mercado (en las calles) mantenga el 
equilibrio entre la oferta y la demanda para lograr estabilidad en el 
valor monetario. Para eso existe en cada país el Banco Central de 
Reserva o similar, como organismo que maneja este mercado financiero 
evitando los altibajos dañinos.
Siendo el BCR el que maneja la política 
monetaria nacional puede también arbitrariamente subir el precio de la 
moneda nacional provocando su escasez o, reduciendo la velocidad de 
circulación. Una de estas formas es elevando la tasa de interés para el 
ahorro y los créditos. Esto es precisamente lo que viene haciendo el FED
 al subir la tasa de interés al dólar en EE UU obligando a que hagamos 
lo mismo acá para evitar lo peor.
Pero mejor retrocedamos en el tiempo para
 entender el por qué sucede este entrampamiento. En el intercambio 
internacional el manejo monetario sale de nuestro control y se necesita 
encontrar una forma de medir las equivalencias entre las diversas 
monedas del mundo para facilitar el comercio y transacciones diversas. 
En los tiempos antiguos se logró tener como referente el oro y la plata 
por ser metales de alto valor y la riqueza de las naciones se medía por 
estos metales almacenados. En el Perú, hemos tenido el sol de oro y el 
sol de plata que podían ser cambiadas por otras monedas según el peso y 
calidad.
La revolución industrial que se inició en
 Inglaterra en los albores del capitalismo expandió el uso del dinero en
 la comercialización internacional. Donde no había libras esterlinas se 
pagaba su equivalente en oro que era el metal con que estaba hecha esa 
moneda inglesa o con monedas de oro propias de cada lugar. La libra era 
la principal moneda de reserva de los países y de ahorros particulares. 
Así, el financiamiento de inversiones podía hacerse en libras esterlinas
 o, en su equivalente en oro.
Pero trasladar y viajar con tanto peso 
era dificultoso y riesgoso. Por razones prácticas se tuvo que cambiar 
este sistema trabajando con equivalencias de papel que garantizaban el 
cambio por el valor que representaban, tanto en papel moneda como en 
cheques bancarios. Así fue evolucionando el sistema monetario mundial 
corrigiendo imperfecciones y muchos problemas de contabilidad 
internacional.
Los países de Europa habían pasado por la
 primera guerra mundial en 1914 que devastó sus economías y luego 
tuvieron que afrontar la crisis del capitalismo en 1929 que les causó 
estragos económicos y cuando estaban en proceso de recuperación 
sobrevino la segunda guerra mundial en 1940 que les hizo perder hasta 
sus reservas.
EE UU nunca ha tenido una guerra 
internacional en su territorio por lo que sus fábricas no fueron 
bombardeadas y la guerra fue una gran ocasión para vender de todo a los 
países en conflicto que, al no tener liquidez por la guerra recurrieron 
al endeudamiento con este país que conservaba intacta su economía y su 
aparato productivo.
Con motivo de la guerra muchos capitales 
europeos se fueron a EE UU, la guerra fue un gran negocio aprovechado 
por este país para vender armamento, barcos de guerra, aviones y 
alimentos que por la guerra no se podía producir en Europa. A falta de 
liquidez se endeudaron con EE UU que se enriqueció con la guerra y se 
adueñó de puntos geográficos estratégicos. Era el único país solvente 
después de la guerra. Todos los países europeos le debían dinero y 
necesitaban financiamiento para recuperarse.
EE UU necesitaba asegurarse que todos los
 países endeudados le pagasen los créditos pero estos no estaban en 
condiciones de hacerlo al haber quedado arruinados por la guerra. 
Entonces preparó un plan de enganche para lo cual reunió a esos países 
durante los primeros días de Julio de 1944 en Nueva York a fin de para 
tomar acuerdos sobre dicha situación. La conferencia se realizó en el 
balneario de Bretton Woods donde EE UU presentó su esquema de 
recuperación mundial bajo su dominio, lo que dio lugar al nacimiento del
 Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otros enganches.
Uno de los principales enganches logrados
 fue imponer a los 44 países representados en la conferencia la 
obligación de adoptar el dólar como divisa internacional, bajo la garantía de la Reserva Federal
 estadounidense. Es allí que empieza a funcionar uno de los resortes del
 poderío de EE UU como mecanismo de succión de riqueza a otros países.
Como ya se dijo, el dinero es una 
mercancía y quienes la negocian obtienen una rentabilidad. Cuanto más se
 vende esta mercancía mayor es la rentabilidad. Siendo el dólar la 
moneda comercial para el comercio internacional la demanda de esta 
moneda se hizo mundial en beneficio rentable para EE UU. Además ya 
sabemos que la mayor demanda hace subir el precio de la mercancía. Así, 
todo el mundo tuvo necesidad de comprar dólares para importar y pagar, 
con lo cual la demanda de esta moneda aumentaba revalorizándose a tal 
punto que toda la economía mundial gira en torno al dólar.
Ocurre entonces la dolarización de la 
economía mundial pues todos prefieren negociar en dólares por ser una 
moneda fuerte. Es más seguro ahorrar en dólares porque las monedas 
nacionales se devalúan con un mal gobierno. Entonces los sueldos, los 
contratos, compraventa de inmuebles y todos los negocios se tranzan en 
dólares, con lo cual aumenta aún más la demanda de dólares y todos 
contribuimos a que EE UU rentabilice su economía adquiriendo mayor 
poderío.
En esta perspectiva, todos los países se 
ven en la necesidad de guardar sus reservas monetarias en dólares y 
cuanto más aumenten sus reservas, mayor será la demanda de esta 
mercancía lo que le otorga al dólar mayor valor de cambio y fortaleza 
pecunaria. Allí está entonces la clave de la supremacía y hegemonía 
norteamericana. Esto lo saben los países que buscan liberarse de esa 
dominación y los países que aspiran a desplazar a EE UU reduciendo la 
influencia del dólar.
China sabe lo determinante que es este 
mecanismo como instrumento de poder y dominación. Por eso viene 
trabajando para que su moneda adquiera la misma condición aunque EE UU 
no está dispuesto a perder posición alguna ya que significaría el 
derrumbe de su economía. Eso explica los esfuerzos de China por impulsar
 una nueva opción monetaria con un grupo de países disidentes como el 
BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica)
Pero ¿qué pasaría si muchos países de 
pronto abandonas el dólar y guardan todas sus reservas en otras monedas?
 La demanda de dólares bajaría tremendamente por debajo de la oferta 
trayendo la ruina económica norteamericana. EE UU lo sabe y de allí la 
necesidad de traerse abajo todo intento de independencia con respecto al
 dólar.
Pero todo indica que China superará 
económicamente a EE UU que, en desventaja tendría que aceptar un sistema
 monetario internacional multidivisas acabando con el reinado del dólar 
como sucedió con la libra esterlina. Por ahora China es el país con 
mayores reservas de dólares del mundo y por lo tanto una apreciación del
 dólar los hace más ricos.
Pero así como el alza del dólar encarece 
las importaciones sucede todo lo contrario con nuestras exportaciones 
que se abaratan. Un país que sustenta su economía en la exportación de 
materia prima verá caer sus ingresos. Un dólar más caro hace caer la 
demanda de minerales y cuando la demanda es menor que la oferta los 
precios bajan. Por consiguiente, cae también la rentabilidad 
desalentando a los inversionistas. Entonces que no les sigan echando la 
culpa a los supuestos “anti mineros” peruanos. El antiminero en este 
caso, es el dólar.
Aunque todo lo dicho es a grosso modo, no
 deja de ser un tema que los políticos deberían tener en cuenta pues tal
 como van los acontecimientos las promesas electorales carecen de 
realismo yendo en sentido contrario a las perspectivas económicas 
mundiales y nacionales. Lo peor de todo es que los vende patria que 
tienen poder de decisión persisten en encadenarnos al dólar colaborando 
con nuestro opresor. Solo el poder popular podrá sacarnos de esta 
prisión. O no.
Febrero 2016
Fuente: República Equitativa 
 
