Sergio Sullca. 26/01/16
El 18 de enero último, las Naciones de la Hermandad del Señor de Qoylluritti protagonizaron una movilización en la ciudad de Cusco en rechazo a las concesiones mineras que están amenazando el Santuario ubicado en las faldas del nevado Ausangate, en la provincia de Quispicanchis logrando una amplia cobertura de los medios de comunicación local. El 25 de enero último, organizaciones sociales del distrito de Velille iniciaron una huelga de 72 horas contra la empresa minera Hudbay cuya actividad se desarrolla en la frontera de los distritos de Chamaca, Livitaca y Velille, provincia de Chumbivilcas, sin lograr la atención de la opinión pública. ¿Por qué la primera manifestación capta la atención y la solidaridad de la gente en la provincia de Cusco y la segunda se ignora?
Las diferencias entre ambas protestas son evidentes en la región Cusco.
Cuando se trata del Señor de 
Qoylluritti, las empresas mineras están chocando con la fe de cientos de
 miles de cusqueños y peruanos que se congregan en junio de cada año; 
basta visitar el Santuario en su día para sentir la devoción de los 
peregrinos. Cuando se trata de Velille la minería choca con los 
(denominados) afectados directos e indirectos del proyecto minero 
Constancia que en general son una idea desconocida o abstracta en el 
común de los cusqueños.
La actividad minera en ambos casos es 
legal. La ONG Cooperaccion señala que entre los titulares de las 
concesiones mineras que están cercanas o dentro del Santuario desde el 
2011, destacan Llankasunchis S.A., Inversiones Zerón, Rober Sanchez 
Carrasco y Sinforosa Cruz Visa; y estarían entrando a una etapa de 
exploración. Mientras que en Velille el titular es solo una empresa: 
Hudbay que se encuentra en etapa de explotación desde enero de 2015.
Para las Naciones del Señor de 
Qoylluritti no existe posibilidad de diálogo con ninguna de estas 
empresas, el Santuario no se toca, la fe no se negocia y en esta 
decisión no están solos; prueba de ello es que el 18 de enero no hubo 
una sola voz que se opusiera a la movilización de los aproximadamente 
quince mil devotos. En Velille sí hay diálogo; la afectación directa e 
indirecta supone la firma de convenios “de desarrollo” en base a la 
denominada Responsabilidad Social de la Empresa señalada en su Estudio 
de Impacto Ambiental; sólo que en este caso, el diálogo es accidentado, 
sometido siempre a tensiones con la amenaza permanente de romperse en 
medio de las negociaciones. De hecho, el paro convocado para el día 25 
de enero de 2016 es el resultado de varias negativas de la empresa a las
 invitaciones del Alcalde distrital Sergio Valencia salcedo como bien 
demuestran los cargos de recepción guardados en su despacho.
El Estado en general, se muestra 
hipersensible cuando se trata del Señor de Qoylluritti cuya festividad 
fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación el 10 de agosto de 2004 
por el Ministerio de Cultura. Además, la Dirección Desconcentrada de 
Cultura emitió laResolución Directoral  Nacional N° 696/ INC, el 29 de 
Marzo del 2010, delimitando el área de 3,641.04 hectáreas como 
intangible, inalienable e imprescriptible para proteger el lugar de 
peregrinación. El día de la movilización, el Presidente Regional, el 
Alcalde de la Provincia de Cusco y hasta representantes de instituciones
 que nada tienen que ver con el tema de minería, cultura o fe, 
suscribieron una suerte de compromiso o solidaridad con la Hermandad en 
la mismísima Plaza de Armas de Cusco. Para el caso de Velille, el Estado
 en general (con excepción de la municipalidad distrital) es  insensible
 (por utilizar un antónimo) y prefiere dejar el problema a la denominada
 “autoregulación de la empresa”. “Que se las arreglen solos” parece 
decir.
Para el caso del Santuario es previsible
 la actuación del Estado en general: se protegerá el lugar de 
peregrinación y el templo porque la presión social es manifiesta. En 
Qoylluritti  la minería no va. Para el caso de Velille es imprevisible 
la actuación del Estado. De acuerdo a experiencias pasadas, su respuesta
 puede ir desde la instalación de una mesa de diálogo hasta la 
declaración de un Estado de Emergencia no importando que haya muertos o 
heridos. Aquí la minería va.
A la pregunta hay con seguridad más 
respuestas, pero tal vez todas se resuman en una: Qoylluritti es una fe,
 un sentimiento que genera un vínculo  espiritual con la gente en Cusco.
 Velille en cambio – como en el caso de Cotabambas – aparece como un 
conflicto de intereses lejano que no genera ningún vínculo ni siquiera 
 material con la gente en Cusco.Fuente: Lucha Indígena
 

 
No hay comentarios:
Publicar un comentario