Para Lucho Olivencia, con afecto
Fraterno:
EL MEJOR DISFRAZ
Fraterno:
EL MEJOR DISFRAZ
El local estaba atestado de dirigentes y activistas sindicales, poblacionales y estudiantiles, y el verbo
incendiario de Lucho caía sobre el real material inflamable existente :
la ofensiva patronal de la CONFIEP que ordenaba a su Gobierno de turno
acabar con la estabilidad laboral para impedir la existencia de las
organizaciones sindicales y los trabajadores “reclamones”; la represión y
despojo a las comunidades campesinas de Bambas por parte de las
transnacionales mineras utilizando al Gobierno y sus fuerzas policiales;
la corrupción atravesando el congreso, el Ejecutivo, el Poder Judicial y
hasta la Fiscalía, y el recuerdo der los jóvenes mártires obreros que
murieron en las galerías Nicoliní, en Las Malvinas, golpeando ya no las
paredes del contenedor sino nuestras propias conciencias, llamándonos,
desde sus tumbas, a despertar y combatir.
Mientras tanto me percataba de la soplonería que se había infiltrado en
el evento con la finalidad de secuestrar policialmente a “los
agitadores”.
Cuando concluyó de hablar Lucho : “Ya no queremos migajas queremos todo el Poder”, y bajó del estrado le advertí fraternalmente :”¡Lucho, la soplonería está en el local!. ¿Ahora como saldremos de aquí?”. Y el sonriendo me dijo : “¡No nos han visto solo han escuchado mi voz y saldremos disfrazados!”. “¿Disfrazados, pero de qué?”, le respondí alarmado: “¡De inofensivos viejos de mierda de los años 68!”, me respondió y rompió a reír.
Cuando concluyó de hablar Lucho : “Ya no queremos migajas queremos todo el Poder”, y bajó del estrado le advertí fraternalmente :”¡Lucho, la soplonería está en el local!. ¿Ahora como saldremos de aquí?”. Y el sonriendo me dijo : “¡No nos han visto solo han escuchado mi voz y saldremos disfrazados!”. “¿Disfrazados, pero de qué?”, le respondí alarmado: “¡De inofensivos viejos de mierda de los años 68!”, me respondió y rompió a reír.
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