LECCIÓN DE ORGANIZACIÓN
    La propagación en el mundo de la 
pandemia, ha dejado al desnudo cuan organizados están los sistemas 
económicos, políticos y sociales en los diferentes países del orbe en 
sus cinco continentes.
   Como el mundo está enterado, la pandemia
 desató su ofensiva en el continente de Asia. Fue en la ciudad de Wuhan,
 lugar de un alto desarrollo industrial en la República Popular de 
China. Aquí comenzó su recorrido mundial el “paciente
 cero “. La férrea organización de la sociedad de la República Popular 
de China, obró rápidamente. En menos de quince días construyó hospitales
 que reunían todas las condiciones de salubridad de un correcto 
tratamiento de la enfermedad producida por la pandemia,
 y para pacientes, estrictamente afectados por el mal. 
  El mundo admira como una hazaña lo 
realizado por el hombre del factor humano chino, pero poco recapacita 
sobre las razones donde reposa esa hazaña. Algunos críticos 
internacionales inteligentes dicen “China no construyó en pocos
 días aquellos hospitales por mera “ostentación”, sino que previeron el 
veloz avance del contagio
 sino tomaban las medidas sanitarias exclusivas para el 
mal, de las que ahora el mundo es testigo, habría sufrido la desolación 
que sufre hoy el mundo, del resto de los países que no la previeron.
  La pregunta. ¿Por qué la RPCH construyó 
velozmente hospitales exclusivos para el tratamiento de los pacientes 
con la pandemia? Poco o nada se habla de esto. La respuesta, creo, es 
muy sencilla y corroborada por los hechos. Fue
 porque si no lo hacían, sus hospitales ya existentes y que atienden a 
pacientes que adolecen de diferentes enfermedades patológicas ya 
conocidas, se habrían tugurizado o colapsado por lo nuevos pacientes que
 aumentaban día a día por decenas o centenas a causa
 de la pandemia viral. Ahora, ya frenada el virus, la RPCH comienza a 
reabrir sus centros de actividades productivas y de servicios, y 
seguramente, pronto atenderán las demandas del comercio internacional.
   A la inversa, los Estados europeos y los
 de EEUU, donde sus hospitales son los mejores del mundo, colapsaron por
 la pandemia. Estos hospitales tuvieron que atender a los miles de 
afectados que se mezclaron con la atención de
 los miles de pacientes de otras enfermedades patológicas, de tal 
manera, que ni los médicos ni el personal de sanidad alcanzaron para 
frenar el mal. Todo lo contrario, diario morían por centenares con la 
etiqueta de “coronavirus”, sin contar a los otros centenares
 que morían por enfermedades diversas al ser descuidados en su atención.
 Ante rio revuelto, no se sabe realmente cuantos fallecieron por 
“coronavirus”, pues todos salían o salían cremados de los hospitales con
 la etiqueta murieron por “coronavirus”. Este mismo
 hecho se está dando en países como el nuestro clasificado como el de 
“tercer mundo”.
   En el Perú, los mismos médicos son los 
primeros en reconocer que los Hospitales en el Perú están rezagados 
treinta años en materia de avance y desarrollo en salubridad pública, y 
esto es una cifra muy modesta, que no refleja
 la cruda realidad. 
   Pongámonos a reflexionar. La 
organización de la RPCH, la organización europea y la organización EEUU;
 la desorganización de las repúblicas sudamericanas, entre ellas el 
Perú.   Ha bastado la superficialidad de una pandemia para
 devastar el camino en el reconocimiento de dos tipos en la concepción 
de organización:  
I.  Una organización que pone en primer lugar, la protección esencial del Factor Humano, el hombre, el capital humano,
 sobre cualquier otra consideración.
II. Otra
 organización que pone en primer lugar el aseguramiento de las 
ganancias, del dinero, en detrimento y hundimiento del factor humano, el
 hombre.
 ¿Nos servirá esta breve reflexión al momento de proponer como tarea perentoria de hoy y mañana también:
LA PREPARACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN PARA EL CAMBIO SOCIAL?
  Una gran lección de organización aprovechable para un propósito definido.
 Héctor Félix D.
                7.05.2020
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
7 de Mayo del 2020
 
 
 
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