Desde
 que Donald Trump llegó al poder, el mundo entero entró en una vorágine 
de noticias falsas y de inseguridad. Cada día, los medios de 
comunicación globalizados propagan tantas noticias falsas que finalmente
 las mentiras de ayer son desmentidas por las mentiras de hoy.
"Cuando veas a un gigante, examina antes la posición del sol: no vaya ser la sombra de un pigmeo", 
Georg Philipp von Hardenberg, Novalis (1772-1801).
Un día Donald Trump y sus halcones John Bolton
 y Mike Pompeo amenazan con invadir y "obliterar" a Corea del Norte, 
Venezuela, Nicaragua, Cuba, contener a China y a Rusia a través de la 
guerra económica y de las sanciones para hablar al día siguiente de su 
disposición de entablar las conversaciones y resolver los problemas 
existentes.
Ahora Irán se ha convertido en su supuesta 'víctima' haciendo escalar
 las tensiones entre los dos países, a tal grado que da la impresión que
 el mínimo error humano podría llevar no solo a Oriente Medio, sino a 
todo el mundo a una "catástrofe mundial" como lo advirtió hace poco el 
presidente de Rusia, Vladímir Putin.
Los
 que creen en un anarquismo en la conducción de la política exterior de 
EEUU por Trump, están equivocados completamente. Tomando el ejemplo de 
las tensiones provocadas deliberadamente por la actual Administración 
norteamericana con Teherán, llegamos a la conclusión de que por mucha 
retórica que utilice el actual inquilino de la Casa Blanca contra el 
'Estado Profundo', en la práctica el presidente sigue la misma agenda 
geopolítica diseñada por el poder que está detrás del poder nominal 
norteamericano.
"EEUU se encuentra en una posición no tan ventajosa para imponer su política imperial a Irán" https://t.co/kmSclfUynK— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) May 13, 2019
La guerra contra Irán fue planificada hace ya 10 años. Uno de los 
más influyentes 'think tanks' de EEUU, The Brookings Institution, 
publicó en 2009 el ensayo 'Which Path to Persia? Options for a New 
American Strategy Toward Iran'. En este análisis, los especialistas en 
Oriente Medio de la institución advirtieron que "cualquier operación 
contra Irán no sería popular a nivel internacional y que requeriría un 
contexto adecuado internacional para asegurar el apoyo logístico y 
disminuir afectos negativos".
Según estos expertos, "antes de empezar el 
conflicto bélico hay que difundir en la creencia popular internacional 
de que Irán es un adversario diabólico del mundo occidental, como lo 
insinúa Israel".
Los
 analistas de The Brookings Institution elaboraron también un plan para 
crear las condiciones adecuadas para el futuro conflicto bélico. Para 
poner en práctica este proyecto planearon ofrecer a Irán una razonable 
oferta, pero al mismo tiempo preparar condiciones para que el Gobierno 
persa la rechace sugiriendo que Teherán estaba empeñado en conseguir 
armas nucleares siguiendo razones "diabólicas". En estas condiciones, 
EEUU y su aliado Israel, aunque "apenados", podrían atacar a Irán sin 
"ningún odio", lo que haría pensar a la opinión pública mundial que los 
iraníes son culpables por rechazar la oferta norteamericana de 
negociación.
Barack Obama, Premio Nobel de la Paz 2009, empezó a implementar este 
plan en su segundo período presidencial al firmar el acuerdo sobre el 
programa nuclear iraní, llamado Programa de Acción Integral Conjunto 
—JCPOA, por sus siglas en inglés— en 2015 después de dos años de 
negociación.
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Su propósito era desactivar al menos durante un decenio el acceso de 
Irán a la bomba atómica a cambio de levantar sanciones económicas que 
durante 35 años estuvieron asfixiando la economía persa. A Donald Trump 
le tocó implementar la segunda parte del plan de The Brookings 
Institution para preparar condiciones para una futura guerra.
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                    AP Photo / Evan Vucci
Con este fin, el presidente norteamericano ordenó el retiro unilateral de su país
 del tratado nuclear con Irán para privar al país de la capacidad de 
defensa ante una posible guerra, castigar a Irán por su ayuda a Siria en
 la lucha contra el terrorismo islámico, estrangular su economía y 
reducir a cero la exportación de petróleo iraní. Todas estas medidas 
fueron aplicadas a base de noticias falsas sobre la supuesta preparación
 de Irán para lanzar una bomba nuclear contra Israel, sabiendo 
perfectamente como lo señaló el Organismo Internacional de Energía 
Atómica que Irán había cesado su programa militar atómico en 2003 y que 
actualmente estaba dedicado exclusivamente al uso de energía nuclear de 
carácter civil.
Las crecientes tensiones entre Estados Unidos e Irán en el golfo Pérsico tienen similitudes con el incidente del golfo de Tonkin, la operación de falsa bandera realizada por Washington para justificar su participación en la guerra de Vietnam https://t.co/bVwUIpb9t1— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) May 27, 2019
Sin embargo, la verdad no les interesa a Donald Trump ni a sus 
socios incondicionales Israel y Arabia Saudí que se consideran en 
Oriente Medio como el actual 'trío del mal', cuyo líder principal 
proclama la exclusividad norteamericana y su derecho de imponer su 
voluntad al mundo entero mientras que Israel se considera a sí mismo el 
'elegido por dios' y Arabia Saudí está declarándose 'guardiana de La 
Meca y Medina', cometiendo todos estos países atrocidades en la región a
 vista y paciencia de la comunidad internacional.
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Desde hace tiempo, la Mosad —una de las agencias de inteligencia de
 Israel—, por encargo de la CIA, está asesinando a científicos iraníes y
 organizando atentados en su territorio mediante la creación de grupos 
terroristas como Mujahidin Khalk con la ayuda de Hillary Clinton. Su 
propósito es derrotar al actual Gobierno y hacer regresar a Irán a la 
esfera de influencia de EEUU.
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                    AP Photo / Ejército de Irán
Lo
 que no calculan tanto Trump ni sus halcones, al igual que el 'Estado 
profundo' y sus estrategas que trabajan ambos conjuntamente en los temas
 de geopolítica a pesar de su aparente rivalidad, es que el Irán de 2019
 ya no es el mismo país que era en 2009, tanto en términos militares 
como económicos. Irán no es Irak porque posee un fuerte y bien preparado
 Ejército, fuerzas navales y fuerzas aeroespaciales y su capacidad de 
defensa fue demostrada recientemente en el derribo del más sofisticado dron estratégico norteamericano RQ-4A Global Hawk, cuyo precio es de 110 millones de dólares.
Así Irán demostró a EEUU, Israel y Arabia Saudí que sus militares 
pueden neutralizar todos los intentos de sus enemigos de establecer el 
control de radares en su territorio en todas las direcciones aéreas. Con
 el derribo del dron norteamericano, los iraníes hicieron fracasar el 
Plan de Operación de Ofensiva Aeroespacial Estratégica (OOAE) preparado 
desde hace dos años por el Pentágono contra el país persa. Lo que no 
mencionan los informadores globalizados y el mismo Pentágono es que el 
dron (UAV) estaba acompañado por un avión militar norteamericano con 35 
especialistas en inteligencia militar que los iraníes no atacaron.
El
 fracaso de la misión del RQ-4A privó a la Quinta Flota de EEUU de la 
información sobre la ubicación de destacamentos y brigadas de misiles 
antiaéreos como Hordad-3, Hordad-15, Bavar-373 y los destacamentos de 
radares Kasta-2E2. Todos estos sistemas ubicados en la principal cadena 
montañosa del país, Zagros, están protegiendo el territorio nacional de 
los misiles intercontinentales UGM/RGM-109E Tomahawk, Block 1 y de los 
misiles tácticos de largo alcance AGM/8YH y AGM-158B JASSM/ER.
Los iraníes tomaron seriamente la sugerencia del vicealmirante de la 
Academia de Ciencias Militares del Ejército Popular de China, Luo Yuan, 
que en el caso de un enfrentamiento con EEUU, el hundimiento de dos 
portaviones estadounidenses pondría fin a la guerra.
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El comandante de las Fuerzas Aeroespaciales de los Cuerpos de la 
Guardia Islámica Republicana de Irán (IRGC), general Amir Ali Hajizadeh,
 advirtió a EEUU que la colección de drones norteamericanos derribados 
está en un permanente crecimiento. Con esta declaración, les está 
alertando a los militares norteamericanos de no subestimar la capacidad 
defensiva iraní.
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                    REUTERS / Kevin Lamarque
En
 realidad EEUU no tiene condiciones, tanto militares como financieras, 
para iniciar una guerra contra Irán que requeriría el traslado a Oriente
 Medio de unos 120.000 militares, lo que costaría al fisco norteamericano 6 miles de millones de dólares.
De acuerdo a la publicación estadounidense Veterans Today, la guerra 
en Irak y Afganistán en beneficio a Israel tuvo el costo de más de seis 
billones de dólares y además ocasionó a 500.000 veteranos dolencias 
mentales cuyo resultado es el suicidio de 8.000 veteranos anualmente.
Tampoco EEUU podría formar una coalición como en guerras anteriores 
en Oriente Medio. Los europeos, a excepción del Reino Unido, desistirán 
de atacar a Irán debido a sus intereses en el petróleo y gas iraníes. 
Los únicos que apoyarían a EEUU serían Israel, el Reino Unido, Arabia 
Saudí y Emiratos Árabes Unidos (UAE), una coalición insuficiente para 
ganar guerra contra un país como Irán.
Rusia y China se pronunciaron contra los intentos bélicos de Trump y no cabe duda que los rusos suministrarían a Irán sus sistemas antimisiles S-400.
Por mucha belicosidad que muestra Donald Trump, no es buen momento 
para iniciar un conflicto bélico con resultados en duda precisamente en 
el momento de inicio de la campaña electoral
 del presidente. El hundimiento de un buque de guerra norteamericano 
acabaría con la carrera política de Trump y de sus halcones. Entonces, 
lo único que le queda al actual inquilino de la Casa Blanca es buscar la
 manera de suavizar la situación después de su retórica belicosa 
espontánea e impredecible que los iraníes calificaron como muestras de 
"retraso mental".
 







 
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