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Perú al Pie del Orbe
INSURRECCIÓN DE TÚPAC AMARU
¡VIVE Y ES LUZ DEL ALBA!
Milton Sanchez
        
A mí solo me matarán.
        
Pero mañana volveré
        
y seré millones.
        
Túpac Amaru
        
1. Que impere el bien
        
El
 4 de noviembre del año 1780, un día como hoy, estalla en Tinta, en el 
Cusco, el movimiento insurreccional de Túpac Amaru, capturando al 
corregidor Antonio de Aliaga
 para ejecutarlo por sus abusos en contra de los indígenas seis días 
después en la plaza de armas de Tungasuca.
        
Chispa primero, y llamarada después, que de ese modo empezaba 
para luego terminar incendiando la pradera que se extendió por el 
Virreinato del Perú y el Virreinato del Río de La Plata y que involucró a
 un ejército de cuarenta mil hombres de parte de
 las huestes alzadas.
        
Principalmente armados de hondas y garrotes, rebelión 
anticolonial que ha sido señalada como la más gran más importante del 
siglo XVIII, precursora de la independencia de Hispanoamérica, y la 
primera manifestación social para liberar a los esclavos de
 toda raza y condición.
        
Pero más allá de aquella contingencia el significado de esta 
gesta en la historia humana es el de la fortaleza moral del hombre y del
 pueblo en su anhelo de hacer que prevalezca sobre la faz de la tierra 
un orden de justicia social, de bien y de fraternidad,
 sublevándose ante cualquier poder despótico, y tiránico.
        
2. Nada más natural
        
Movimiento
 que no fue una manifestación repentina, ni improvisada ni ocasional 
sino un clamor de siglos, una cólera acumulada, una indignación cribada 
que se hizo consigna
 y estandarte de liberación.
        
Ahora bien, ¿inspiró a Túpac Amaru para su movimiento 
insurreccional alguna ideología en boga? Acaso, por ventura, ¿el influjo
 de algunas ideas en auge en aquel período de tiempo y venidas desde 
afuera?
        
¿Es él quizá parte de la efervescencia de lo que nos venía en los
 barcos desde el exterior? ¿El contagio favorable, sentido e iluminador 
que nos venía de otras regiones y latitudes del planeta?
        
Es, acaso, ¿tal vez un dogma filosófico con el atributo de ser 
infalible? ¿Lo inspira algún fulgor de inteligencia centelleante y 
consagrada? ¿Tal vez alguna intuición gestada por un profeta, un 
vidente, un redentor?
        
No. Nada de eso. Fue un hecho sencillo: cuál es constatar el 
dolor de la gente, ser partícipe del tormento que sufrían sus 
semejantes, día a día y noche a noche.
        
3. Siquiera ser escuchado
        
El
 motivo fue ser testigo, día a día, del abuso, la iniquidad y el oprobio
 del ensañamiento de los mandones de la época, más aún foráneos, para 
con la gente desvalida
 e indefensa.
        
El haberse cansado de hacer tantas gestiones y reclamos a las 
instancias correspondientes en nombre de la ley y de la religión 
cristiana.
        
Y hasta invocando la causa del Rey de España para que hubiera 
autoridades honestas y decisiones justas, sin lograr jamás dicho 
propósito, ni siquiera ser escuchado.
        
Nos hartó, a él y a quienes nos involucramos con su proclama de rebeldía, el desprecio.
        
Y la impaciencia de ya no aguantar tanto abuso, tanta crueldad y tanta depravación e infamia para con sus hermanos de raza.
        
¡Nada más natural, sencillo y evidente para sublevarse! ¡Nada más
 moral para declararse en rebelión, así como para entenderlo, adherirse y
 luchar por las causas que él defiende y enarbola!
        
4. Por todos
los confines
        
La
 gesta tupacamarista insurreccional no es un movimiento ideológico que 
parta desde una teoría o una elucubración acerca de la realidad.
        
No es el corazón de piedra de lo obcecado, intransigente y partidario; de una cúpula que lo que persigue es el poder.
        
Su sentido era la protesta pura. Su morar es saberse libres, dueños de sus destinos, sin amos, dueños ni mandones.
        
De allí que su movimiento no tiene nombre ni rótulo ni siquiera 
un lema, un slogan o una bandera que flameara, sino que es cólera pura, 
es indignación del alma. Y es guerra santa.
        
Es la revolución de los ofendidos y humillados de siempre a 
quienes se les somete como esclavos a sangre y fuego y se los trata peor
 que a bestias de carga.
        
Tampoco es historia sino presente; es problema actual, vigente y 
pendiente de resolver; de las papas que queman aquí y ahora, como en 
cualquier otro sitio del planeta Tierra.
        
Es grito universal de indignación que se escucha por todos los confines.
        
5. Corazón del universo
        
De
 allí que no le interesó a él capturar el Cuzco, hecho que tanto se le 
reprocha hasta ahora y con ello detentar el poder. Idea que la tenía 
mucho más clara Micaela
 Bastidas, su esposa, y que más la intuía como seguridad para su propia 
familia, por le represión que luego sobrevendría, como realmente 
ocurrió.
        
Porque, aunque Túpac Amaru predica restaurar el imperio incaico, 
no es para arrogarse el mando ni detentar privilegios las razones por 
las cuales él se subleva.
        
Sino en cuanto a instaurar la justicia social, el bien colectivo y
 sentir el calor de la gente. Por eso deambula por pueblos, caminos y 
sube a los campanarios; hasta ahora.
        
Le basta sentir la hermandad, le basta saber que su protesta es 
el clamor de todos. Le basta conmover y sembrar conciencia social.
        
De allí que sea el movimiento de un ser que sabe querer, que sabe
 amar y condolerse de los demás, no de un caudillo que quiere arrasar, 
para luego gobernar, como ha habido tantos en la historia de nuestros 
países y continentes.
        
No es una rebelión gestada desde la razón ni desde la pasión sino
 desde el corazón del universo. Y desde el útero materno, constatando 
que fueron muchas las mujeres que estuvieron en los frentes de batalla, 
como de la familia entera.
        
6. Bandera llameante
        
Apunta
 el movimiento insurreccional de Túpac Amaru a lo que debemos sacar cada
 día brillo, pulir y desenterrar, cuál es el bien que está más 
confinado, rezagado y hasta
 sepulto.
        
Refiere el valor de que seamos capaces de afrontar en la solución
 de los problemas arduos y pendientes por resolver. Y estos son aquellos
 problemas a nuestro alcance, y cotidianos.
        
Y no tanto identificarlo como un rayo fugaz, violento y pasajero,
 confinado en alguna página de la historia y al cual se teme, sino 
vincularlo con el sol tan querido, pródigo, generoso y tenaz, con el 
cual cohabitamos cada día.
        
Donde Túpac Amaru es símbolo de coraje y heroicidad; de pundonor y
 compromiso, de asumir los asuntos sociales sin escamoteos ni medias 
tintas.
        
Poniéndose a la altura de una cultura prístina e intachable, 
siendo la expresión más valerosa de ese pueblo y de esa cultura amante 
de la paz, y que alcanzara a consolidar como política de estado de honda
 fraternidad humana.
        
Desde donde Túpac Amaru es ejemplo de compromiso, sensibilidad y 
conciencia social, como es bandera flameante de fortaleza y tenacidad.
        
7. Semilla que brota
        
De
 allí que lo que más lo identifique y represente sea un campo de quinua 
recién sembrado, que ya ha brotado y ya ha empezado a dar flor.
        
De allí que lo que más se le parezca sean las semillas de todo lo
 creado, de todo lo que existe y su poder es germinar, elevarse frente 
al sol, de ennoblecerse y hacerse fruto. Y de dar aroma y servir.
        
De allí que decir Túpac Amaru es señalar los horizontes abiertos cuando va a amanecer e irradiar el sol.
        
Es recurrir a un nombre que es símbolo de que se es capaz de 
sentir, condolerse y prometerse para hacer un mundo nuevo y mejor, en 
base a semillas que puestas en tierra van a fructificar.
        
Pero que por ahora apuntan a recoger lo más dolido de la 
condición del hombre por reivindicar y resarcir, y a la injusticia por 
corregir; y a la maldad por desterrar de la faz de la tierra.
        
Es lección y mensaje moral y ética del espíritu, de echarse a los
 hombros el problema humano, el asumir nuestras responsabilidades 
cívicas y sociales, el de luchar por algo que no obedece a ningún 
apetito personal ni de ningún otro orden que no sea el
 límpido, transparente y generoso acto de querer y amar, y de que impere
 el bien común para todos.
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de: Milton Sanchez <mbcdj122@aol.com>
fecha: 4 nov. 2019 12:59
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Fwd: 4 de noviembre. Insurrección de Túpac Amaru. ¡Vive y es luz del alba!
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COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
6 de noviembre de 2019
 
 
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