-0-
Elecciones van, elecciones vienen
LOS VOTOS DE NICARAGUA REPERCUTIRÁN
EN TODA AMÉRICA LATINA
Sergio Ferrari
ALAI AMLATINA, 28/10/2016
Candidatos
 de seis fuerzas se confrontan el próximo domingo 6 de noviembre en las 
elecciones presidenciales en Nicaragua. En las mismas se elegirán 
también los 90 diputados de la Asamblea Nacional así como los 20 
representantes al parlamento centroamericano.
De
 las fuerzas que participan, tres son de orientación liberal, una 
conservadora, otra -la Alianza por la República- reúne a varias 
facciones de la antigua contrarrevolución y la Alianza Unida Nicaragua 
Triunfa, liderada por el gubernamental Frente Sandinista de Liberación 
Nacional (FSLN), está integrada por una quincena de partidos y 
organizaciones de los más diversos tintes políticos.
Los
 resultados de las urnas a las que se convocan a 3 millones 400 mil 
electores tendrán repercusiones internas y regionales. A nivel nacional,
 en tanto termómetro del respaldo con el que cuenta el sandinismo y cuyo
 candidato, el actual Presidente Daniel Ortega, aspira a un tercer 
mandato, acompañado por su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta. 
Un fuerte voto opositor o una abultada abstención podrían interpretarse 
como una condena a la actual política gubernamental.
En
 el marco geopolítico de un continente en el que la derecha neoliberal 
ha recuperado protagonismo en el último año –especialmente con Mauricio 
Macri en Argentina y con Michel Temer en Brasil- la victoria del FSLN 
constituiría un aval de importancia para gobiernos que apuestan a 
Estados sociales fuertes y que defienden una visión autónoma de 
Washington.
Oposición…a pesar de las encuestas y la calle
Las
 diversas encuestas indican desde hace ya varios meses al FSLN como neto
 vencedor. La simpatía política de sus candidatos supera el 70%, según 
el sondeo del Sistema de Monitoreo de la Opinión Pública (SISMO) 
presentado a fines de octubre por la firma M&R Consultores. Dicha 
previsión complementa la VI Encuesta Nacional Electoral en la que Ortega
 y Murillo logran el 64 % de la intención de voto, en tanto el partido 
gobernante alcanza el 58% de aceptación. El 37 aniversario de la 
revolución sandinista, el 19 de julio pasado, permitió medir el poder de
 convocatoria del FSLN: cerca de 350 mil personas se movilizaron en 
Managua y en otras ciudades y pueblos del interior del país.
Los
 indicadores de una casi cierta victoria sandinista pueden explicar por 
qué no se vivió en el país centroamericano una campaña electoral 
apasionada y activa como sucediera en comicios anteriores. El FSLN se 
confronta hoy a dos tipos de oposición. Una “light, protagonizada por 
las fuerzas que participarán el 6 de noviembre en la contienda. La otra,
 más virulenta, que llama a la abstención como sanción política.
 “No
 reconoceremos los resultados de la farsa electoral ya en marcha. 
Demandamos nuevas elecciones con todas las garantías”, enfatizaba el 
Frente Amplio por la Democracia (FAD) en un reciente comunicado de 
prensa. El mismo fue publicado como reacción al acuerdo logrado entre el
 Gobierno nicaragüense y la Organización de Estados Americanos (OEA) en 
la tercera semana de octubre para “establecer una mesa de conversación e
 intercambio constructivo”. Proceso que incluirá la confirmada visita 
del Secretario General del organismo a Managua el próximo primero de 
diciembre y que no pone en cuestión la legitimidad de los comicios de 
noviembre.
Un
 sector de intelectuales opositores que elaboran la revista Envío, de la
 Universidad Centroamericana de Managua señala en su número de octubre 
que “…Ortega fue el más activo deslegitimador de las elecciones del 6 de
 noviembre”. Y enumeran como argumentos: “buscar su tercera reelección 
en una contienda sin observadores, excluyendo de la competencia a la 
única oposición creíble, dejando participar solamente a partidos 
apermisados por él, con control total de las estructuras electorales, 
llevando como fórmula a su esposa como sucesora en el cargo y con 
resultados conocidos de antemano”.
Dos
 meses antes, a fines de julio, 28 diputados –16 titulares y 12 
suplentes- del Partido Liberal Independiente (PLI) perdieron sus bancas 
en el parlamento por decisión del Consejo Supremo Electoral. La 
oposición y la gran prensa internacional denunciaron entonces el “fin de
 la democracia” y el “Golpe de Estado al Poder legislativo”. Según 
portavoces sandinistas, la decisión del Poder Electoral fue resultado de
 una crisis con división interna de dicho partido opositor. La Corte 
Suprema de Justicia interpretó que esos curules pertenecían al partido 
por el cual fueron elegidos. El sector del PLI reconocido como 
“oficial”, dirigido por Pedro Reyes, pudo de inmediato nombrar sus 
propios diputados en reemplazo de los destituidos.
La
 revista Envío de octubre subraya también lo que considera como una 
seria advertencia de los Estados Unidos contra el Gobierno de Nicaragua.
 El 21 de septiembre, 435 legisladores demócratas y republicanos de la 
Cámara de Representantes aprobaron la Nicaraguan Investiment 
Conditionaly, conocida como Nica Act, que condiciona préstamos de 
instituciones financieras a la realización de elecciones libres. La 
misma no fue aprobada todavía por el senado norteamericano pero queda 
planeando como una amenaza real contra Managua.
Alianzas amplias, infraestructura, crecimiento y programas sociales
Lejos
 de sorprenderse por la posición de los diputados norteamericanos, “que 
expresa el intento de una recuperación de hegemonía en 
Centroamérica,  lo que me impactó positivamente fue la respuesta crítica
 de la gran mayoría de sectores nacionales, sea políticos, religiosos o 
empresariales, ante esa actitud norteamericana”, explica el sociólogo 
Orlando Núñez Soto, director del CIPRES (Centro para la Promoción, la 
Investigación  y el Desarrollo Rural y Social) con sede en Managua y 
analista de la revista Correo.
Un
 eje programático esencial del sandinismo en esta nueva etapa de 
gobierno es “la política interna de alianzas con todo el mundo, 
consciente que el piso de base del FSLN corresponde a un 35% del 
electorado”. Alianzas con diversos sectores políticos; con los 
movimientos sociales –que tienen una gran fuerza en el país 
centroamericano-; con las iglesias evangélicas y católica romana. 
“Quizás la más sobresaliente sea con el sector privado, es decir con las
 principales cámaras empresariales del país, incluyendo al capital 
extranjero…”, enfatiza Núñez.
¿El
 argumento y la necesidad de un acuerdo de esta naturaleza? “La evidente
 falta de capital que aqueja a los pequeños y medianos sectores 
empresariales así como al mismo Gobierno para gestionar su presupuesto”,
 responde.
En
 el balance retrospectivo desde la vuelta del FSLN al Gobierno, Núñez 
subraya los avances productivos y sociales. “El Gobierno sandinista 
heredó en 2007 el segundo país más pobre de América Latina, luego de 17 
años de gobiernos neoliberales”. En la última década, “gracias a la 
cooperación de Cuba, Venezuela y los organismos internacionales, así 
como a las políticas públicas, el sandinismo logró aumentar un 40% el 
Producto Interno Bruto, manteniendo un promedio de crecimiento del 4.5% 
anual, más del doble de lo que ha existido en toda América Latina –a 
excepción de Panamá”. Con una particularidad, agrega: el 45% del PIB lo 
produce la economía popular. Nicaragua, enfatiza, logra ya su soberanía 
alimentaria dado la producción diversificada de alimentos, incluyendo 
una sobre producción de carne y leche que va para la exportación.
Datos
 macros que se trasladan a la vida cotidiana: “avances en carreteras y 
electrificación que son altamente valorados por la gente. La educación y
 salud públicas y gratuitas. Planes sociales de impacto como Hambre 
Cero, Usura Cero, Bono Productivo etc. Y la alta seguridad ciudadana que
 marca la diferencia con respecto a países como Honduras, El Salvador o 
Guatemala, en una región en que se encuentra entre las más violentas del
 mundo”, enfatiza.
¿Podrá
 el sandinismo en las urnas y en la eventual continuidad de su gestión 
escapar a la contraofensiva neoliberal que toma fuerza en 
Latinoamérica?, preguntamos a manera de balance final.  Sin duda, se 
trata de la excepción nicaragüense -y de una revolución singular- 
responde. Y ratifica los elementos que diferencian al sandinismo de 
otros procesos latinoamericanos en retroceso: “la amplitud de las 
alianzas para disputar la hegemonía y las instituciones públicas; una 
oposición dividida; nuestra particular forma de comprender e integrar el
 mercado; los avances macro de crecimiento que se traducen en la mejora 
de las condiciones de vida de toda la población”, enumera Núñez.
¿Fracasos
 o tareas pendientes? “Poder traducir mejor las conquistas, avances y 
particularidades del sandinismo en el plano internacional. Y despejar 
las interrogantes - al decir de algunos el “secreto” o la “fórmula”- 
sobre el caso nicaragüense, donde el sandinismo en vez de perder sigue 
ganando popularidad, a diferencia de lo que pasa en otros países 
latinoamericanos” donde se da un retroceso de los proyectos populares, 
concluye.
- Sergio Ferrari, en colaboración con la ONG de cooperación solidaria E-CHANGER y el cotidiano suizo Le Courrier
URL de este artículo: http://www.alainet.org/es/
de: Alai-AmLatina <alai-amlatina@alai.info>
responder a: info@alainet.org
para: alai-amlatina@alai.info
fecha: 28 de octubre de 2016, 15:55
asunto: [alai-amlatina] Los votos de Nicaragua repercutirán en toda América Latina
lista de distribución: <alai-amlatina.listas.alainet.
enviado por: listas.alainet.org
firmado por: alai.info
Anular suscripción: Anular la suscripción a esta lista de distribución
cifrado: alainet.org no cifró este mensaje Más información
Mensaje importante principalmente por los integrantes de la conversación
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario