viernes, 30 de agosto de 2019

PERÚ: CUADRO DE LA IZQUIERDA LOCAL EN LA ACTUALIDAD

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Perú Nuevo en el Mundo Nuevo
 
PERÚ: CUADRO DE LA IZQUIERDA LOCAL
 
EN LA ACTUALIDAD
 
Resumen Latinoamericano, 28 agosto, 2019
 
         La República del Perú, sigue a mediados del 2019 con un gobierno débil, explícitamente subordinado a los intereses norteamericanos (el “Grupo de Lima” y el caso Guaidó, quedarán en la historia del ridículo internacional[i]); con escaso respaldo social, y sin equipo para una gestión adecuada, cuya sobrevivencia se debe a la casi nula legitimidad que ostenta el legislativo conformado por un conjunto de organizaciones que van desde la socialdemocracia a grupos de emergentes, con una acumulación inicial proveniente de actividades ilícitas.
         Este escenario, lo reiteramos, sigue siendo adecuado para el desarrollo de propuestas progresistas con objetivos precisos, sin embargo, otra vez, las fuerzas de izquierda se presentan atomizadas y carentes de iniciativas.
         Nuevo Perú
         La mayoría de sus dirigentes proviene del Partido Socialista (PS), y trabajan o están relacionados con ONGs que reciben financiamiento de la NED y de fundaciones ligadas a Soros (como Open Society) e incluso participan sin escrúpulos en licitaciones del USAID. Varios son de origen mesocrático y limeño, salvo algunos de provincias que acumularon al beneficiarse de bienes provenientes de campesinos que antes habían “ayudado”. La relación del PS con el PT brasileño es de larga data; y su líder histórico fue promotor de la carretera interoceánica, con los ya conocidos constructores.
         Sus actuales congresistas, votaron a favor del viaje del actual presidente de la república: Vizcarra, para que asista a una conferencia internacional sobre la “democratización en Venezuela” y varios de ellos han calificado de dictador al presidente actual de la república bolivariana.
         Su congresista más visible fue mano derecha de la procesada alcaldesa de Lima, Susana Villarán, anti marxista y enemiga del proceso cubano en esencia.
         Su candidata a la presidencia, Mendoza, fue asistente de la procesada Nadine Heredia, y ha viajado a diversos países con apoyo de fundaciones norteamericanas. El Perú tiene el “record” de mostrar al mundo a sus últimos presidentes con diversos procesos penales por corrupción y otros delitos, como el caso de Ollanta Humala, con un cúmulo de sospechas que van desde el asesinato a civiles en un caserío de la selva central[ii], a la desaparición de un guardián de su domicilio, por haber facilitado la entrega de las agendas de su esposa[iii] al poder judicial, y donde figuran transacciones ilegales de diverso tipo. Agendas donde figura la escritura de Veronika Mendoza.
         Nuevo Perú participa esporádicamente en la Alianza juntos por el Perú conjuntamente con otras agrupaciones socialdemócratas y de izquierda. Sin embargo, en ese grupo mestizo y con minoría andina, no tenía mucho que ofrecer, por lo cual está buscando otras agrupaciones con licencia para participar en elecciones. Se acercó a Perú Libre; del actual prófugo Vladimir Cerrón, dado que “allí una dirigente blanca les hace falta y tampoco tienen técnicos” según uno de sus conspicuos dirigentes; cosa que no podían “vender” en la Alianza juntos por el Perú donde hay grupo mesocráticos como Ciudadanos por el Cambio (CxC), y diversos técnicos con experiencia.
         En la actualidad apoyan a la gestión del Presidente Vizcarra, al margen del paquete laboral emitido (DS 345 2018 EF y DS 237 2019 EF) y de los conflictos sociales que trata el ejecutivo de resolver a “manu militari”.
         La evidencia hace que la propuesta de #NuevoPerú sea una eminentemente socialdemócrata y centralista (limeña) sin la menor intención de modificar las estructuras clasistas que sufre la república peruana.
         Partido Comunista del Perú – Patria Roja PR
         Dado su origen popular y eminentemente provinciano, y su larga experiencia podría haber generado una propuesta de cambio estructural real; sin embargo, un grupo de sus dirigentes tienen una posición marcadamente socialdemócrata que dista mucho de un partido que se reconoce como comunista. Si bien convocaron a un congreso para este año, la fecha del mismo se ha ido dilatando y hace presumir que los dirigentes antes mencionados vean más por sus correlaciones de fuerzas antes que por la vigencia de lo que el nombre de su partido significa.
         Participa de la Alianza juntos por el Perú, donde pone la mayor militancia. Su posición sobre Venezuela se ha manifestado reiteradamente en favor de la gestión de Maduro, aunque aunada a la campaña de “Lulalivre” y las propuestas otra vez socialdemócratas del “Consenso por nuestra américa”, del Foro de Sao Paulo; otra vez liderada por el PT de Brasil. Incluyendo su participación en un evento en Montevideo, donde manifestaron posiciones que le quitan identidad y que ya analizamos en este artículo: https://surhoy.org/2019/05/24/los-partidos-comunistas-en-america-latina-son-marginales-a-proposito-de-la-reunion-de-partidos-comunistas-en-uruguay/
         Un conjunto de su juventud, se retiró hace un par de años, no sin antes haber dispuesto de algunos fondos, recalando al día siguiente en la agrupación de Gregorio Santos. Cualquiera estimaría que dicha separación fuera por motivos ideológicos y no por asuntos de pareja y correlación de intereses personales y oportunidades en una campaña electoral.
         Con respecto al gobierno de Vizcarra ha tomado una postura de liviana oposición. Su destino dependerá de los resultados de su Congreso, donde se verá qué línea real tomará: O las corrientes socialdemócratas y oportunistas se fortalecen o si retoma los objetivos que los acompañaron en sus orígenes a sus fundadores.
         Perú Libre
         El Partido que impuso en la candidatura a la alcaldía de la capital peruana a un ex alcalde mesocrático y de centro derecha como Ricardo Belmont, sin la mínima posición progresista, se autodenomina de izquierda. Pequeño y de reciente formación sobre la base de su fundador: Vladimir Cerrón, en la región andina central de Junín; tomó impulso por la promoción de grupos progresistas tanto nacionales como internacionales (la esposa del señor Cerrón es de Cuba), que vieron a este médico y a su agrupación como una alternativa ante el archipiélago de la izquierda Peruana.
Unidad que es necesaria pero que debe estar respaldada por acciones y hechos que muestren una transparencia en el manejo de la cosa pública, con mayor rigidez que un simple emergente sin interés social alguno. La reciente actividad confrontativa de #Perú Libre surgió paralelamente a los avances de los procesos judiciales contrarios a los intereses de su fundador.
         A esta agrupación se sumió el grupo de Gregorio Santos, de Cajamarca, región al norte del Perú. Santos sería el candidato “natural” a la presidencia de la república; dado que Perú Libre tiene la preciada licencia para participar en las próximas elecciones. Esta decisión habría afectado los intereses de la candidata Veronika Mendoza del grupo Nuevo Perú, a quien se ha visto reuniéndose con políticos marginales para aprovechar la inscripción que el grupo de Nuevo Perú no posee. Santos y sus allegados, en especial su juventud, tienen una relación tirante con los miembros de su anterior partido: Partido Comunista del Perú – Patria Roja; cosa que hace poco viable una unión entre estos dos grupos y sus respectivas alianzas.
         Frente Amplio
         Esta agrupación, cuyo fundador es el ex sacerdote Marco Arana, tiene una visión marcadamente antimarxista y se autodefine como ecologista. Sin embargo, a su interior, producto de una colecta de personalidades que antes habían participado en agrupaciones mayores de izquierda, se puede distinguir tres sectores: Uno que aglutina diversos trotskistas, otro proveniente del grupo ultra radical Puka Llacta (Puka Llacta promovió al CONARE -Comité Nacional de Reconstrucción del SUTEP- en abierta confrontación con el Partido Comunista Patria Roja que tiene mayoría en el SUTEP, sindicato del magisterio peruano), y un conjunto de pequeñas agrupaciones regionales.
La ex pareja del ex sacerdote realiza acciones en contra de la gestión de Venezuela y expone bajo auspicios del USIP y demás entidades norteamericanas. Un segmento de sus congresistas coordina con una ONG que recibe financiamiento de fuentes nada progresistas.
         El Frente Amplio se ha manifestado marcadamente en los temas que tienen que ver con las industrias extractivas, como es caso de #TíaMaría, o el de #Yanacocha en Cajamarca, región donde quiso disputar el liderazgo con Gregorio Santos, sin mayor éxito.
         La composición de sus asociados hace que sea poco probable una posible conjunción con los partidos ligados a Nuevo Perú (La bancada que tiene Nuevo Perú accedió al congreso gracias a la inscripción del Frente Amplio, y luego se retiró por divergencias tanto programáticas como clasistas), los partidos ligados a Alianza juntos por el Perú; e inclusive Perú Libre dada la participación de Gregorio Santos en dicha agrupación.
         EtnoCacerismo
         El grupo liderado por Antauro Humala, significó hasta hace poco, un posible núcleo de unión, de la población que desea cambios estructurales. Percepción basada en una imagen limpia de procesos de corrupción y un encarcelamiento por sublevarse contra el gobierno corrupto de Toledo.
         Sin embargo, al interior de dicho movimiento, dada esa posible amplia capacidad de convocatoria de Antauro; el líder ha estado removiendo a sus cuadros, sustituyéndolos por otros de procedencia emergente, a pesar que sus bases son eminentemente de carácter popular y andino. Dicha remoción le ha traído una reducción de las simpatías que podría generar su propuesta en el núcleo duro que había conformado. Situación que se ve agravada por su relación manifiesta con empresarios de pasado oscuro. La cereza de su “propuesta” es su carta al promotor del emprendedurismo mundial: Hernando de Soto; donde comparte las sugerencias del ultra liberal para terminar con los conflictos sociales; como si el problema de los conflictos sociales en el Perú se enmarcaría exclusivamente en la propiedad de la tierra.
         Antauro Humala está manifestando una poco clara visión del país, que aunada a su propuesta “incaica o tawantisuyana” del Perú, que contradice cualquier visión intercultural y tolerante; termine siendo peor que lo que actualmente está vigente.
         Partido Comunista Peruano PCP
         EL PCP logró marginar a los sectores socialdemócratas que lo habían controlado por dos décadas y lo habían sumergido a ser un apéndice de una confederación de sindicatos, que incluso tenia capacitadores financiados por USAID y la NED.
         Es uno de los partidos de izquierda que ha crecido más, sin contar el crecimiento artificial y poco sólido de Perú Libre. Y no tiene dirigentes conocidos en casos de corrupción. Con una participación minoritaria en la Alianza Juntos por el Perú, actúa como bisagra de un posible proceso de unificación de fuerzas, con esa visión participó en las reuniones promovidas por Perú Libre.
         Se manifiesta en la oposición directa y clasista contra el gobierno de Vizcarra. Sin embargo, a nivel internacional se aunó a la campaña de “Lulalivre” y participa en las reuniones del Foro de Sao Paulo con lo que ello significa. Una defensa de la No intervención imperialista en Venezuela no debiera juntarse con la defensa a un grupo como el de Lula en el Brasil.
         Conclusiones
         El sentimiento por realizar un cambio estructural en el Perú es amplio y notorio, pero que no encuentra a la fecha organización capaz de asumir dicho reto.
         La izquierda en Perú otra vez se presenta atomizada y con líos marginales entre los diversos líderes que impiden su unificación tanto operativa como orgánica.
         La coyuntura es favorable a la movilización social, sin embargo, una visión eminentemente electoral de los grupos lo hace que dicha inquietud sea absorbida por propuestas populistas e incluso de centro derecha, alargando más la solución de las diferencias estructurales al interior de la república del Perú.
         Izquierda socialdemócrata
[i] La “Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela”, convocada por el Grupo de Lima, realizada a principios de agosto, a la cual no asistieron, ni México, ni Uruguay, ni Cuba, menos China, Turquía, Irán o Rusia entre o más, y con solo 8 cancilleres terminó siendo un fracaso y fue de antemano señalada como irrelevante, y concluyó antes de lo programado, con una presentación en solitario ante los periodistas de Néstor Popolizio, funcionario canciller del Perú; quien aseguró que tuvieron “una reflexión plural respecto a la grave crisis que afronta Venezuela”; si una reunión liderada por John Bolton, el neoconservador belicista norteamericano es “plural”; este señor Popolizo es todo un personaje de circo.
[ii] En 1992 Humala era capitán del Ejército y estaba destacado en la base militar Madre Mía (San Martín). El 17 de junio de ese año, fue denunciado ante la Fiscalía de Tocache, por Jorge Ávila, quien aseguraba que Humala había ordenado un ataque contra él y sus familiares donde fue secuestrado y torturado, logró escapar; pero su hermana, Natividad Ávila Rivera, y su cuñado, Benigno Sulca Castro, desaparecieron.
[iii] A mediados de julio de este año, el representante del Ministerio Público, que viene investigando a Humala y esposa, presentó al juzgado más de 1.500 folios en 7 tomos, y ha pedido 26 años y 6 meses de cárcel para la Sra. Heredia y 20 años para el ex mandatario. La acusación es por el presunto delito de lavado de activos en criminalidad organizada por la recepción de dinero ilícito de la constructora brasileña Odebrecht y de la minería ilegal para las campañas electorales del 2006 y 201
fuente: análisisdelsur
 
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COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
 
29 de agosto de 2019

Omar Torrijos: otros asesinatos, magnicidios y golpes de Estado

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Nuestra América Nativa
 
Omar Torrijos: otros asesinatos, magnicidios y golpes de Estado
 
Julio Yao
Opinión
20/08/2019
 
         La tesis del accidente se desacredita al constatar que (en) 38 años [...] solo ha habido tres accidentes: el 201 de COPA en Darién en 1992; el 901 de Alas Chiricanas en 1994, en Colón, y el helicóptero SAN-100, [...], en 2008. ¡Ningún accidente en Coclesito desde 1981!'
         No hubo peritaje del avión del general Omar Torrijos para determinar las causas de su muerte, aunque John Gilchrist de la empresa DeHavilland manifestó que el FP205 ‘no tenía desperfectos mecánicos' y ‘no descartaba un atentado'. (1)
         La Fiscalía, basándose en el FBI de EU, dijo lo contrario: el avión ‘sufrió desperfectos mecánicos' y ‘no hubo trazas de pólvora'. ¿Por qué el FBI, que carecía de competencia, dijo esto?
         Las citadas contradicciones bastarían para anular el informe de la Fiscalía, porque, además, ésta solo reconoce una explosión en tierra (la gasolina) y descarta las dos que escuchó un campesino que vio al FP205 en llamas en el aire y luego una segunda explosión. (2)
         Sin peritaje, ninguna declaración tiene valor. Debemos atenernos a los hechos y preguntar: ¿cómo se coló el FBI en el informe de la Fiscalía, que sobreseyó el caso el 23 de abril de 1983? ¿Por qué el Gobierno del presidente Arístides Royo no ordenó un peritaje?
         Doy fe de la estabilidad del FP205, porque en una ocasión el general Torrijos lo puso a mi disposición para trasladarme a Playón Chico, un islote del Archipiélago de Guna Yala en el Caribe, donde debía dar una charla al Congreso General Guna sobre las negociaciones del Canal. ¡El FP205 despegaba y aterrizaba hasta en un corral! Además, visité Coclesito semanalmente durante diez años (2004-2014) cuando dirigía el Comité pro Cierre de Mina Petaquilla, hoy Minera Panamá.
         La tesis del accidente se desacredita al constatar que durante los últimos 38 años y, pese a cientos de miles de vuelos, solo ha habido tres accidentes: el 201 de COPA en Darién en 1992; el 901 de Alas Chiricanas en 1994, en Colón, y el helicóptero SAN-100, que transportaba al general chileno José Bernales, en 2008. ¡Ningún accidente en Coclesito desde 1981!
         Después de visitar cerro Marta, el reconocido periodista René Hernández, de RPC TV, afirmó: ‘Reconozco que el lugar se había maquillado, para dar la impresión de un accidente. Se cortó parte de la vegetación, cercana al pico más alto del cerro; se notaron restos diversos del avión'. Un lugareño le dijo: ‘Sentí que hubo dos explosiones; vimos un avión en llamas en el aire y luego el ruido al caer'. (3)
         Estoy de acuerdo con los escépticos en este caso; estuve en el sitio donde, supuestamente, se estrelló el avión de Torrijos. Dos semanas después del hecho son suficientes para haber preparado el terreno y dar la impresión de que fue un accidente y no un atentado'.
         ¿Estamos en presencia de un maquillaje, de un ‘make up', de un ‘fake news'?
         Si preguntásemos a quién benefició la muerte del general Torrijos, es obvio que a EU en primer lugar, porque favorecía a la contrarrevolución centroamericana, a la que se oponía Omar, quien propiciaba la paz y no, como Reagan, la ‘derrota del comunismo'. Torrijos se perfilaba como candidato imbatible a la Presidencia de Panamá —otra razón para eliminarlo.
         A su muerte, lo reemplazó el coronel Florencio Flores hasta el 3 de marzo de 1982, obligado a retirarse. El coronel Rubén Darío Paredes asumió la Comandancia hasta el 12 de agosto de 1983, cuando el coronel Manuel Antonio Noriega lo reemplazó. La Fiscalía sobreseyó el caso el 4 de abril de 1983.
         El diputado Hugo Torrijos, hermano de Omar, denunció en 1986 en la Asamblea Nacional el magnicidio y culpó a la CIA.
         Martín Torrijos, hijo de Omar, pidió reabrir el caso en 1993 cuando era ministro de Gobierno bajo el presidente Ernesto Pérez Balladares, pero no solicitó la reapertura cuando fue presidente (2004-2009). No en vano dicen los torrijistas que a Omar lo siguieron matando después de muerto.
         Ahora bien, el presidente Reagan había hecho su campaña en base al rechazo de los Tratados del Canal: ‘Lo construimos; lo pagamos; es nuestro y lo vamos a conservar'. (‘We built it; we paid for it; it's ours, and we're ‘gonna' keep it'), y se burlaba de Torrijos como un dictador de hojalata (‘tin can dictator').
         Tan solo en Latinoamérica, Washington ha sido responsable de los siguientes asesinatos, magnicidios y golpes de Estado:
1. Pedro Prestán, jefe civil y militar de Colón (Panamá, 1885), ahorcado por órdenes del Cónsul de EU.
2. General Victoriano Lorenzo (Panamá, 1903), fusilado por un tribunal militar ilegal impuesto por EU para garantizar la construcción del Canal.
3. General Esteban Huertas (Panamá, 1904), destituido por el embajador de EU, que desmanteló el primer Ejército Nacional.
4. Presidente José Zelaya (Nicaragua, 1911), derrocado mediante invasión por negociar un tratado con Japón para un Canal.
5. Presidente Francisco Madero (México, 1913), derrocado y asesinado.
6. General Augusto César Sandino (Nicaragua, 1934), asesinado por derrotar a los invasores de EU.
7. Presidente Arnulfo Arias (Panamá, 1941), derrocado por defender la neutralidad.
8. Presidente Jacobo Árbenz (Guatemala, 1954), derrocado por hacer una Reforma Agraria y muerto en extrañas circunstancias.
9. Presidente José Remón Cantera (Panamá, 1955), asesinado por pedir revisión del Tratado de 1903.
10. Presidente Arturo Illia (Argentina, 1966), derrocado).
11. Presidente Joao Goulart (Brasil, 1964), derrocado.
12. Presidente Arnulfo Arias (Panamá, 1968), derrocado por rechazar los Tratados Robles-Johnson de 1967.
13. Coronel Omar Torrijos (Panamá, 1969), derrocado bajo acusación falsa de ‘comunismo' por la CIA (retomó el poder el 16 de diciembre).
14. Presidente Salvador Allende (Chile, 1973), derrocado por la CIA y asesinado por los golpistas.
15. General Carlos Prats (Chile, 1974), secuestrado y asesinado con explosivo junto a su esposa en Argentina, bajo el Plan Cóndor.
16. Orlando Letelier (Chile, 1973-1976), ministro de Relaciones Exteriores, Interior y Defensa, embajador de Chile en EU, asesinado con explosivos en Washington por la CIA (Richard Townley) bajo el Plan Cóndor. (Letelier trabajaba en el Institute of Policy Studies, donde la CIA secuestró a Julio Yao en mayo de 1970).
17. Presidente Juan José Torres (Bolivia, 1978), secuestrado y asesinado bajo el Plan Cóndor en Argentina.
18. Presidente Jaime Paz Zamora (Bolivia, 2 de junio de 1980), atentado, su avión "se estrelló" y sobrevivió con graves quemaduras.
19. Primer Ministro de Japón, Masayoshi Ohira, muere a los 70 años de edad (no estaba enfermo), muientras negociaba un nuevo Canal con Omar Torrijos.
20. Presidente Jaime Roldós (Ecuador, mayo de 1981), asesinado con explosivos en su aeronave.
21. General Rafael Hoyos Rubio, comandante general del Ejército (Perú, junio de 1981), su helicóptero ‘se estrelló' un mes antes que Torrijos.
22. Jefe de Gobierno, general Omar Torrijos (Panamá, 31 de julio de 1981), asesinado con explosivos por negociar con Japón un nuevo Canal y otras razones.
23. Presidente Arístides Royo (Panamá, 31 de junio de 1982), derrocado por ‘razones desconocidas' (sic).
24. Primer ministro Maurice Bishop (Granada, 1983), derrocado y asesinado.
25. General Gustavo Álvarez Martínez (1988, Honduras), expulsado de la comandancia y asesinado.
26. Jefe de Gobierno y comandante, Manuel A. Noriega (Panamá, 1989), por negociar con Japón un nuevo Canal y otras razones: derrocado, encarcelado y muerto en prisión en un hospital público en extrañas circunstancias.
27. Presidente Hugo Chávez (Venezuela, 2002), derrocado infrutuosamente.
28. Presidente Manuel Zelaya (Honduras, 2009), golpe de Estado blando.
29. Presidente Fernando Lugo (Paraguay, 2012), golpe de Estado blando.
30. Presidente Cristina F. de Kirchner (Argentina, 2015), golpe de Estado blando.
31. Presidente Luis Inacio ‘Lula' da Silva (Brasil, 2018), por golpe de Estado blando, encarcelado.
32. Rafael Correa (Ecuador), intento frustrado de golpe militar. Orden de captura.
33. Nicolás Maduro (Venezuela, 2018, et seq.), intentos de golpe de Estado y magnicidio.
34. Daniel Ortega (Nicaragua, 2018 et seq.), golpes blandos.
Es curioso que los primeros en llegar a la nave siniestrada del presidente Roldós fueron los militares de EU, que acordonaron el área, según John Perkins, y que a la aeronave de Torrijos, un mes después, también arribaron primero los militares de EU. Los testigos en ambos casos murieron o desaparecieron.
En Japón causó extrañeza que el primer ministro Masayoshi Ohira, quien había suscrito con el presidente Royo la Declaración Conjunta Panamá-Japón para un nuevo Canal, muriera a los 70 años sin estar enfermo, el 2 de junio de 1980, un año antes que Torrijos.
¿Qué hizo renunciar a Royo el 31 de julio de 1982, aparte del falso dolor de garganta?
El cuarto protagonista del Canal japonés, Shigeo Nagano, murió (1984) dos años después de que Royo renunciara, con lo cual los cuatro protagonistas del nuevo Canal desaparecieron en ¡cinco años! (4)
Notas
(1) Julio Yao Villalaz, ‘Casi 40 años después, el ‘accidente' aéreo que costó la vida al general panameño Omar Torrijos sigue sin aclarar', Red Voltaire, 2 de agosto de 2019.
(2) Mónica Guardia, ‘La muerte de Omar Torrijos: ¿accidente o conspiración?', La Estrella de Panamá , 2 de agosto de 2015.
(3) René Hernández, ‘¿Mataron a Omar Torrijos?, Crítica, 30 de julio de 2015).
(4) Julio Yao, El Monopolio del Canal y la Invasión a Panamá (EUPAN; Litografía Chen, 2019).
-Julio Yao Villalaz es analista internacional y exasesor de política exterior.
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COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
29 de Agosto de 2019

EL NUEVO TOPO Y LAS APORÍAS DEL ANTI-TOPO 1

                                                                    -0-
Nuestra América Nativa
 
EL NUEVO TOPO Y LAS APORÍAS DEL ANTI-TOPO 1
 
         La acepción de la imagen metafórica de la cual se desprende el título del libro El nuevo topo, los caminos de la izquierda latinoamericana (2009), del brasileño Emir Sader, es alegórica no sólo al factor “sorpresa” que pueda generar en la esfera política el asomo de lo inadvertido, sino la sugestiva novedad del topo frente a sus versiones pasadas. Recuerda Sader que la imagen del topo ya había sido acogida por Marx en El 18 Brumario de Luis Bonaparte para referir al fenómeno político que irrumpe insospechadamente, atributo propio de aquel animal con problemas de visión, que discurre subterráneamente haciendo imprevisible su existencia, por lo cual, cuando erupciona de la tierra genera sorpresa y ruptura de la realidad, conminando a interpretaciones que puedan reorganizar lo acaecido, y para ello, reunificar las piezas que han saltado por los aires.
         Cuando alude a la sorpresiva incursión del topo, no sugiere el autor una desligazón con hechos desplegados anteriormente, por el contrario, la insurrección del topo es situada y trae consigo su antípoda o contradicción en forma de caos. Por tanto, en todo modo de tiempo y lugar, estamos caminando sobre los socavones que va recabando el topo sin que percibamos su andar revolucionario, como ocurre con lo que está por brotar, entonces es lo emergente, relámpago que alumbra y rompe la oscuridad, lo contingente, la contradicción, lo por venir. Como lo emancipatorio en la opresión, o su contrario, la amenaza del sometimiento que puede asomar en todo estadio de libertad.
         En la práctica política, Sader evoca una ocasión notable, no la única, en la que el topo ha insurgido. Menciona el análisis dialéctico realizado por Lenin a las contradicciones del sistema imperialista ruso a comienzos del siglo XX, identificando así el “eslabón más débil de la cadena imperialista”, lugar donde se ubican las condiciones para la ruptura de las estructuras de poder. Lenin apela a Marx que avizora el movimiento real, donde “el socialismo sería construido como la superación de las contradicciones generadas por el desarrollo desigual y condiciones objetivas y subjetivas en el centro del capitalismo. Lenin lo expresó afirmando que era fácil tomar el poder en la periferia pero mucho más difícil construir el socialismo”(37). Aquí el autor plasma la manera en que irrumpe el topo con vestimenta rusa, luego en el texto muestra la aparición del topo con acento chino, en seguida vietnamita, para finalmente reseñar el asomo en la isla cubana. Y reitera, sale el topo repentinamente de la penumbra en busca de luz y aire, allí “donde era más fácil romper la cadena de dominación imperial (...), pero donde a su vez era más difícil construir el socialismo –por el atraso en el desarrollo de las fuerzas productivas–” (37).
Para acercarse al tema que lo atañe, el autor inaugura su reflexión mencionando el inicio del siglo XIX, con la aparición del topo en las revoluciones de independencia entre 1810-1822 en América Latina, que expulsaron, dice Sader, a los colonizadores, a la vez que fundaron Estados nacionales y abolieron la esclavitud. Ya en el siglo XX, el topo hace erupción en la Revolución Mexicana (1910) y en el movimiento por la reforma universitaria en Córdoba (1918), con sus sendos líderes populares. Y a comienzos del siglo XXI, se manifiesta el topo en plena reunión de la Cúpula de las Américas (2000) cuando levanta solitariamente la mano para votar en contra del ALCA de los EEUU. Ese voto es el de Chaves, electo en 1998, y que vaticinaría la asunción de Lula (2003), de Néstor Kirchner (2003), de Evo Morales (2006), de Daniel Ortega (2007), Rafael Correa (2007) y Fernando Lugo (2008).
         Los ciclos latinoamericanos del topo
         Aclara Sader que si bien la aparición del topo tiene un halo de “sorpresa”, no significa que deje de lado los movimientos reales y particulares de cada contexto; de lo contrario, ocultaría el carácter popular, y como ya se mencionó, la unificación de las fuerzas de independencia, su ideología anticolonial, que tienen de común la abolición de la esclavitud, la fundación de repúblicas y la etapa incipiente de los Estados nacionales (39). Así el autor libera a las interpretaciones de la historia del enfoque idealista, a cambio, da lugar a la lucha de clases como paridora de la historia.
         Atento al recuento del insurgir del topo en América Latina, Emir Sader observa la formación en alto relieve que deja la aparición del topo en Cuba, al considerar que esta es “una nueva “revolución contra el capital”, una nueva y brusca irrupción del viejo topo, que confirmaba que la revolución sólo es posible si viola las leyes estratégicas hasta entonces como obligatorias –hasta que dejan de serlo por la lógica concreta de la realidad concreta–”(41). Agrega que “lo más sorprendente fue la rápida dinámica que asumió la revolución victoriosa, que en pocos años transitó de la fase democrática a la fase antimperialista y anticapitalista, acelerada por la dupla revolución-contrarrevolución que afecta a todo proceso realmente revolucionario”(42). No sé si estén de acuerdo los lectores, pero en el anterior entrecomillado se genera una reflexión que gravita en torno a una lógica topo-cronológica de: revolución, posrevolución, o de implantación de democracia (no sabemos de qué tipo) y luego adviene el antiimperialismo y anticapitalismo.
         Para su análisis, el autor no olvida los mecanismos tradicionales de la Guerra Fría, desplegados como estrategia de contención para la acción comunista en América Latina, que lograron controlar todo movimiento antidictatorial. Así, paradójicamente, “[l]a ausencia del factor sorpresa influyó para que no ocurrieran otras victorias en América Latina durante las dos décadas siguientes, aun cuando proliferaron los movimientos guerrilleros”(43), en medio del esquema complementario de la Doctrina de Seguridad Nacional. El autor sugiere que el topo quedó encallado en las costas cubanas, quizás por no haberse propiciado simultáneamente las insurrecciones en otras latitudes latinoamericanas, a falta de condiciones objetivas y subjetivas, y de estrategias revolucionarias sincrónicas.
         Luego el topo asomará su cabeza en Chile, como parte del “laboratorio de experiencias políticas” (Engels), siendo el gobierno de Allende la única experiencia de transición institucional al socialismo en el mundo, luego malograda por la bota militar y la astucia de la crueldad. Años después, arribaría el topo sandinista.
         No todo fue victoria para la izquierda, en los flujos y reflujos propios de la historia, el autor anuda los reveses ideológicos al interior de la izquierda, en donde “la socialdemocracia, escudada en la reactualización de la teoría del totalitarismo –que identificaba nacismo con estalinismo– reafirmó su elección atlantista con la alianza subordinada a los EEUU. La unidad de la izquierda se debilitaba y Europa occidental se distanciaba de América Latina y de toda la periferia capitalista”(47), se anidó entonces el neoliberalismo en la burocracia suramericana, en algunos casos, defendiendo este modelo como respuesta a la hiperinflación. Tales derrotas políticas e ideológicas de la izquierda, por cuenta de los maridajes entre partidos del campo progresista con el neoliberalismo, generó que “el campo de la resistencia se [viera] restringido casi exclusivamente a los movimientos sociales”(48).
         No obstante, al fragor del neoliberalismo aparece larvada la resistencia en el movimiento piquetero y de recuperación de fábricas en Argentina, los zapatistas en Méjico, los Sin Tierra en Brasil, los movimientos indígenas en Bolivia y en Ecuador, y en los sindicatos. En el despunte de los 90 se dan las condiciones para transitar de la fase de resistencia a la fase de construcción de alternativas. La tesis de Emir Sader para el proceso instituyente de la alternativa para superar el neoliberalismo, es que todos los proyectos alternativos sin distingo, deberán tomar en cuenta que sus primeras formulaciones de transformación estarán “supeditadas a las políticas estatales”(52), ya sea que tengan como frente de lucha la garantía y la extensión de derechos, la reglamentación del capital financiero o por la construcción de alianzas alternativas a la Organización Mundial del Comercio o al FMI, pues quienes rehúsan a asumirlo “permanecen en la fase de resistencia y se muestran incapaces de enfocar las opciones que, en la práctica, dieron comienzo a la construcción del otro mundo posible”(52).
         Los ciclos de lucha
         En este acápite, Emir Sader segmenta los distintos ciclos de lucha desplegados en las últimas cinco décadas, tomando como punto axial la victoria de la Revolución Cubana, y valorando cada periodo, así:
1. 1959-1967 (período ascendente): victoria de la Revolución Cubana, extensión de las guerrillas rurales a Venezuela,
Guatemala, Perú, que se sumaron a las de Colombia y Nicaragua, más movilizaciones en varios países. Período interrumpido por la muerte del Che (1967).
2. 1967-1973 (período mixto: ascenso y descenso): ascenso de nuevos movimientos guerrilleros urbanos en Uruguay, Argentina y Brasil. Triunfo de Salvador Allende (1970-1973). Inicio de los gobiernos nacionalistas de Velasco Alvarado en Perú (1968), Omar Torrijos en Panamá (1968) y Juan José Torres en Bolivia (1971). Golpes y dictaduras militares en Bolivia, Chile, Uruguay y Argentina, más la ya establecida en Brasil. Termina con la muerte de Allende.
3. 1973-1979 (período de reflujo): consolidación de las dictaduras militares. Implantación del modelo neoliberal, por parte de la dictadura de Pinochet.
4. 1979-1990 (período de recuperación y avance): victoria sandinista en Nicaragua (1979), elección de Fidel Castro para presidir el Movimiento de los países No Alineados (1979), expansión de las guerrillas en El Salvador y Guatemala. Continúan las dictaduras en el Cono Sur.
5. 1990-1998 (período de reflujo y regresión): derrota sandinista (1990), comienzo del “Periodo especial” en Cuba (1989), expansión del neoliberalismo en el continente. (52-53)
         Al final, el autor presenta un balance cuantitativo: “los tres ciclos ascendentes suman veintinueve años –incluyendo las victorias revolucionarias en Cuba y Nicaragua, y los gobiernos de Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa–, mientras que los ciclos de reflujo suman catorce años –incluyendo la muerte del Che, el golpe en Chile y la derrota sandinista–”(55). No se presenta en este capítulo ningún análisis cualitativo de la naturaleza, identidad o carácter de las distintas izquierdas en lo referido a lo ideológico, económico y político.
         Los ciclos neoliberales [del anti-Topo]
         Avanzaba en el continente la mancha contaminada del neoliberalismo a la sazón de promesas que luego incumpliría, como “la desregulación, cuyo resorte propulsor era destrabar todos los obstáculos para la libre circulación del capital”, que, “llevó (...) a canalizar abultadamente recursos no para el sector productivo, sino para el financiero”, lo que “ocasionó no sólo un intenso proceso de concentración del ingreso, exclusión de derechos formales de los trabajadores y desempleo, sino también un proceso de desindustrialización de las economías del continente”(57), empujando así al empobrecimiento de las capas medias.
         Sader, como otros teóricos, afirma que la conquista más importante del neoliberalismo no ocurrió en el plano económico, en cuyo marco aguardaba sus mayores promesas, sino en los planos social e ideológico, generando “fragmentación social”, que “dificulta al máximo la organización de las luchas de resistencia contra el neoliberalismo”(58). Así las cosas, lo que sobreviene a la derrota del campo socialista, fue “un proyecto ideológico que sustituyó el Estado por la empresa y el mercado, el ciudadano por el consumidor, la regulación económica por el libre comercio, los espacios públicos por los shopping centers, el trabajador por el individuo, la ideología por el marketing, la palabra por la imagen, la escritura por los medios visuales y el libro por el video, las concentraciones callejeras por las campañas políticas televisivas, los derechos por la competencia, la novela escrita por la telenovela, los periódicos por el informativo de televisión”(58), todo un giro axiológico afirmativo. Entonces, por oposición, tenemos la negación o descalificación de “valores, fenómenos, espacios, partidos, política, soluciones colectivas, planificación estatal, derechos, teoría, ideología, razón, conciencia social, desalienación, organizaciones y movimientos sociales, esfera pública y esfera estatal”(58). Tal es la visión de mundo o valores ideológicos neoliberales, que sumados a las campañas del pensamiento único y del Consenso de Washington, configuraron un “campo intelectual dominante absolutamente precapitalista en su era neoliberal”(59).
         Para el siguiente subcapítulo, Sader no se satisface con este prefijo (pre) al capitalismo, sino que barruntará otro que será el de post-capitalista, sugerente anteposición por la carga ideológica que lastra. Resuelve afirmar nuestro autor que la propulsión ideológica del neoliberalismo subyace a la unión entre lo que él denomina como precapitalismo y la fragmentación social, responsables del mantenimiento de este modelo hegemónico, aun cuando su agotamiento económico es incurable y sus fatuos gobernantes hayan sido derrotados.
         El posneoliberalismo en América Latina [o aporías del anti-topo]
         A su abigarrada presentación, como pos-neo-liberal-ismo, le suma poliédricos antecedentes y consecuencias mideológico-político-económicas. La combinación entre el mundo unipolar y el modelo neoliberal “provocó un inmenso retroceso histórico y modificaciones fuertemente regresivas en la correlación de fuerzas (...). Durante el periodo bipolar, los dos bandos se disputaron la interpretación de la historia contemporánea”(59): en plena Guerra Fría, la historia se desplegaba a partir de la confrontación entre el socialismo y el capitalismo (según el campo o interpretación socialista), o entre democracia y totalitarismo, en su versión comunista (según el campo capitalista). Lo cierto fue que, como lo afirma Sader, con el advenimiento del triunfo del campo capitalista, se impuso su interpretación, expresada por Francis Fukuyama en su versión restrictiva del horizonte contemporáneo, pues caprichosamente impusieron la democracia liberal (a nivel planetario identificada como la Democracia) y la economía capitalista de mercado (identificada como la Economía), conquistando ideológicamente, de este modo, otros niveles, en la medida en que “[é]se es el plano donde se revela la fuerza principal de la hegemonía de los Estados Unidos: la del “modo de vida norteamericano”, que influye ampliamente hasta en las capas más pobres de la población mundial”(60).
         Ahora bien, para Emir Sader, debido a la recesión económica y porque política y militarmente EEUU es incapaz de desarrollar dos guerras al mismo tiempo, se inhibe la posibilidad de consolidarse como la única potencia. Sin embargo, y en conjunto con los factores ideológicos que se han señalado, el autor advierte que “las interpretaciones que afirman que puede haber dominación sin hegemonía son inadmisibles”(61), sin negar que la influencia ideológica de EEUU es un caso-tipo de hegemonía en el sentido gramsciano, reflejado en “la capacidad de convicción, de persuasión, de fascinación, de adopción de los valores del modo de vida norteamericana”(61).
         Por consiguiente, Emir Sader no visualiza que EEUU pueda dejar vacío el lugar que ocupa su hegemonía, no porque sea inamovible, sino porque no hay en ciernes hegemonías potenciales para habitar ese lugar, tampoco entrevé alternativas efectivas al modelo neoliberal. Eso sí, se aventura a postular la triada que articula el poder actual mundial, tomando como base los tres grandes monopolios: las armas, el dinero y la palabras: 1) el de las armas, en tanto refleja la militarización de los conflictos; 2) el dinero, bajo la política neoliberal de mercantilizar todas las relaciones sociales y los recursos naturales, produciendo un mundo en el que todo tiene un precio, todo se vende y compra; 3) la palabra, por medio del monopolio de los medios de comunicación privados, que son los que confeccionan la opinión pública (62-63).
         Pese a ello, presenta la fisura por donde se puede filtrar lo emancipatorio o el terreno de resistencia de América Latina. Según Emir Sader, en nuestro continente se han configurado espacios de “autonomía relativa”, en relación con la economía y política de EEUU, y es esto lo que lo inspira a considerar que he ahí el eslabón más frágil de la cadena neoliberal en los albores del siglo XXI.
Bibliografía: Sader, Emir. El nuevo topo, los caminos de la izquierda latinoamericana. Argentina, Siglo XXI editores, 2009.
1 Resumen del primer capítulo “El nuevo topo”, presentado por Fernando Solano
de El nuevo topo, los caminos de la izquierda latinoamericana (2009)
de: Ivan Posada Pedraza <iposada47@hotmail.com>
fecha: 20 ago. 2019 14:42
 
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28 de agosto de 2019