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EL GRAN VLADIMIR ILICH LENIN A 100 AÑOS DE SU DESAPARICIÓN FISICA
Por Omar MENESES VALCARCEL
El 30 de agosto de 1918 se recuerda como el día en que Fanni Kaplan atentó contra la vida de VLADIMIR ILICH ULIANOV “LENIN” disparándole tres balas a la salida de una fábrica de Moscú adonde había llegado el Jefe de la Revolución Bolchevique para verificar, evaluar y dirigir junto con los obreros la producción en la nueva sociedad, que desde octubre de 1917 estaba en manos de la Clase Obrera y de los intereses históricos del proletariado.
Con LENIN y el Partido Bolchevique se cumplió la sentencia teórica del Manifiesto Comunista: “Los proletarios no tiene nada que perder en ella, sólo sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar”. Por eso es que José Carlos Mariátegui señalaba que con la Revolución Rusa comienza la Revolución social. Y por eso es que el Amauta nos enseñaba que nuestra tarea era la conquista de Un Perú Nuevo en el Mundo Nuevo que se estaba construyendo en la patria de los Soviets.
En la historia de la construcción de la Nueva Sociedad la vida y la obra del padre de la Patria de los Trabajadores estaba ya lograda y estaba encaminada hacia los objetivos estratégicos de la construcción socialista. Esta lucha se desarrollaba en medio y a través de contradicciones, porque la vieja sociedad deja su sello de clase que contamina a diestra y siniestra cuando pierde el poder; y la nueva sociedad debe abrirse paso luchando uno a uno, poco a poco, paso a paso para lograr la Unidad y Lucha de contrarios y desarrollar el crecimiento económico, el desarrollo social y progreso humano en beneficio de toda la Humanidad.
Cuando el joven LENIN, ante el ajusticiamiento de un hermano por atentado contra el Zarismo, declaraba: “no por tal camino hay que ir, iremos por otro”, estaba enseñando los aprendizajes de la concepción materialista de la historia, de basarse en las masas y emprender la revolución social. Y en esta lucha LENIN aportó en teoría y práctica la lucha por la nueva sociedad.
Al momento de la ocurrencia del atentado contra su vida, LENIN desarrollaba con énfasis y con vigor la lucha interna en el partido bolchevique para consolidar la revolución socialista y lograr la construcción de la nueva sociedad: esa fue su labor principal y a ella entregó lo más preciado que posee un hombre, la vida.
Por ello, en esta fecha que recordamos el primer centenario de su inmortalidad, más allá de las vicisitudes por las que atravesó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas fundada en 1922 y su desaparición temporal en 1991, lo más importante es constatar que al gran LENIN hoy en día todos lo recordamos como el gran Jefe de la Revolución Mundial, creador de la nueva sociedad que se desarrolló en medio y a través de contradicciones, que logró un desarrollo cualitativo del Marxismo elevándolo a Marxismo-Leninismo y que sigue viviendo en la mente de millones de proletarios que siguen sus enseñanzas.
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