-0-
ALGUNOS ELEMENTOS PRIMARIOS, PARA ENTENDER LA TRADICION ANDINA
(27 de marzo de 2025)
Por Miguel Aragón
Toda exposición y debate de ideas en las filas del movimiento socialista peruano, siempre deben ser bienvenidos, nos ayudan a fortalecer nuestras ideas correctas, y a la vez, también nos ayuda a superar nuestras ideas incorrectas. Los grandes beneficiados con estos debates, son el propio movimiento socialista en particular, y el frente unido del pueblo en general.
I
Sobre el concepto de democracia, nuestra mal asimilada cultura liberal, ha contribuido a idealizar este concepto de democracia. Tenemos la creencia que la democracia es la buena, y que la dictadura es la mala. Esa es una visión idealista de la historia.
Desde que la sociedad se dividió en clases sociales hace varios miles de años, y se formaron los estados, tanto la dictadura como la democracia son necesarias, ambas se desarrollan juntas, son como las dos caras de una misma moneda.
Todo estado, para poder sostenerse, necesariamente tiene que cumplir una doble función, función de dominio y función de servicio. Las dos funciones son necesarias. De igual manera, todo estado aplica la dictadura sobre unos, y la democracia sobre otros.
Los estados más antidemocráticos, como por ejemplo los estados fascistas italiano y alemán, durante la década de 1930, cumplieron una función de servicio a favor de una parte de la población de sus respectivos países, otorgándoles trabajo, educación y salud. De igual manera, todo estado, por más democrático que sea, o que aparente ser, como por ejemplo Suecia, Dinamarca o Suiza, también cumplen un función de dominio, En esos tres países capitalistas desarrollados, los estados garantizan y defienden los intereses de la gran burguesía monopolista y financiera que detenta el poder.
II
Este doble criterio de análisis de la formación de los estados, es decir, la doble función de dominio y de servicio, y la unidad o coexistencia de la dictadura y de la democracia, en gran parte también es válido, para analizar el estado o los estados que se formaron en la región andina de América del Sur en el pasado prehispánico.
Hasta antes de la formación de la cultura Caral, (hasta el presente, la más antigua que ha sido descubierta) los primeros grupos humanos que llegaron y se asentaron en la costa occidental de América del Sur, en su mayoría eran recolectores de frutos silvestres, y cazadores de animales menores. Por la baja productividad, no había capacidad de acumular excedentes, ni tampoco de intercambiar productos.
En esas condiciones tan limitadas, era imposible que un grupo de hombres viviera del trabajo de otros hombres. La satisfacción de sus necesidades dependía de la producción natural de alimentos. Cuando se agotaban, tenían que desplazarse a otras áreas naturales, por eso eran poblaciones nómades. No existía la propiedad de la tierra ocupada, solamente eran posesionaros temporales.
Al no haber propiedad privada de los medios de producción, no habían condiciones para la división y formación de las clases sociales. En esas condiciones, tampoco era necesaria alguna forma de gobierno, no había democracia. Lo que predominaba era la acracia, es decir, el no gobierno sobre los hombres.
Mucho tiempo después de establecerse en diferentes lugares de la extensa región andina, descubrieron y desarrollaron las primeras formas de cultivo de las plantas, y las primeras formas de pastoreo y crianza de animales. En esas nuevas condiciones, se elevó significativamente la productividad, y la producción. Se crearon condiciones necesarias para la producción de excedentes, así como para la acumulación e intercambio de los mismos.
Al convertirse en agricultores, dejaron de ser nómades, se convirtieron en sedentarios. La temporal posesión de la tierra predominante en el pasado, se transformó en propiedad permanente de la tierra. Esta no era propiedad privada de algunos individuos, sino que era propiedad comunal.
La necesidad de mejorar las técnicas de la producción agrícola y la crianza de animales, los obligó a formar organizaciones más estables, así se formaron las comunidades o ayllus. En esas condiciones de organización más elevadas, se desarrollaron formas embrionarias de gobiernos democráticos. La propiedad de la tierra, desde los tiempos de Caral, hasta los fines del Tawuantinsuyu fue propiedad comunal. Durante ese largo periodo histórico, de más de 4,500 años, no se desarrolló la propiedad privada sobre la tierra.
El cuidado y la mejora de las técnicas de producción agrícola, obligó a los hombres a seleccionar y promover a algunos técnicos agrícolas, encargados de organizar y dirigir las campañas de preparación de la tierra, siembra, riego, y cosecha de los productos del campo. Así se formaron un grupo selecto de funcionarios que dirigían la producción. Esa función la cumplían los más capaces, que se dedicaban exclusivamente a funciones de dirección, por ello dejaron de participar en el trabajo diario que hacia la mayoría. Para satisfacer sus propias necesidades materiales, ellos recibían un tributo en especies, que era otorgado voluntariamente por el resto de la población.
Cada vez que habían cambios climáticos bruscos, los que se traducían en sequias, heladas, inundaciones, o plagas, las comunidades ya formadas, tenían que migrar a otras zonas, y muchas veces se encontraban con zonas ocupadas por otras comunidades. Por la necesidad natural de la sobrevivencia, esa situación los obligaba a la lucha por la propiedad de la tierra comunal.
En los enfrentamientos, habían hombres que destacaban, ya sea por su mayor fuerza, o por su mayor destreza en la lucha. Esos hombres fueron promovidos a funcionarios o jefes guerreros, para que se especialicen y dediquen a la producción de armas, y preparación para futuras luchas, sean estas luchas ofensivas, o luchas defensivas.
Con el tiempo, los funcionarios que dirigían la agricultura y los jefes guerreros, fueron formando un estrato social diferente, que recibían los excedentes producidos por el resto de la población, Ese derecho a recibir tributos era personal, no era hereditario, como ocurrió en las monarquías europeas. Con el tiempo, cumplida su función, los funcionarios eran remplazadas por otros, siempre mediante la selección de los mejores. Esa democracia germinal, no era electiva, era selectiva y consultiva.
Al volverse poblaciones sedentarias, en las comunidades surgió una nueva necesidad, la construcción de viviendas. Al desarrollarse la agricultura, surgió la necesidad de construir reservorios y canales de riego en la región de la costa, y construir andenes en la región de la sierra. Ante esas nuevas necesidades materiales, se fueron formando técnicos constructores, que al igual que los otros funcionarios (agrícolas y guerreros), fueron formando parte del estrato privilegiado que recibía parte del tributo producido por la comunidad.
Por las limitaciones culturales de ese tiempo, y como no podían explicarse las causas de los fenómenos naturales, como el cambio de estaciones naturales, truenos, lluvias torrenciales, crecidas de los ríos, terremotos, vientos huracanados, plagas, etc., comenzaron a formarse creencias de todo tipo, creencias que los técnicos agrícolas comenzaron a darle formas religiosas, así crearon la idea de personajes sobrenaturales, llamados Dioses. Así los técnicos agrícolas se fueron convirtiendo en sacerdotes. El desarrollo de las creencias religiosas, a su vez creó la necesidad de construir templos.
Los especialistas en arqueología y antropología, de nuestro tiempo, con mayores fundamentos y mayores conocimientos actualizados, podrían explicarnos de mejor manera este complejo proceso de formación de la cultura y de la tradición andina. Estas pocas líneas, son producto de mis pocos conocimientos como autodidacta en temas históricos. Para el centenario del libro 7 Ensayos, tenemos que convocar y movilizar a varis decenas de estudiosos especializados en estos temas. Ese es el reto que tenemos por delante..
III
Desde los tiempos de Caral hasta fines del Tawantinsuyu, en la región andina de América del Sur, se formaron estados teocráticos y despóticos, no eran estados feudalistas como en Asia, ni tampoco estados esclavistas como en Europa. Durante todo ese largo lapso, todos fueron estados tributarios, en los cuales continúo predominando la propiedad comunal de la tierra (propiedad que posteriormente, ligeramente modificada va a subsistir durante la larga época colonial dominada por el estado español, y todavía subsiste durante los 200 años de la época republicana).
Los estados teocráticos y despóticos, se desarrollaron sobre una sólida base de propiedad comunal. Sin el desarrollo de la propiedad privada, no había división en clases sociales. Lo que se formaron fueron élites de funcionarios que desempeñaban funciones necesarias y favorables a la población, funciones que no eran hereditarias, como en las monarquías.
Los estados teocráticos y despóticos, asi como fueron estados en formación, a la vez, también fueron estados en transición. De transición de la sociedad sin clases sociales, a la sociedad dividida en clases sociales. De manera similar, los estados socialistas formados en el siglo XX, también son estados en transición, pero a la inversa, son de transición de la sociedad dividida en clases sociales, a la futura sociedad sin clases sociales.
Para todo marxista, así como el socialismo será, y ya es, la primera fase de la futura sociedad comunista; de igual manera, el despotismo fue la segunda fase, o fase superior, del comunismo primitivo, como acertadamente lo ha calificado el investigador Ramón García.
En los estados teocráticos y despóticos, comenzó a desarrollarse la democracia comunal, diferente a la democracia esclavista europea y a la democracia feudalista asiática, pero parece que todavía no había dictadura, pues al no haber propiedad privada sobre los medios de producción, no se había formado una clase dominante, ni tampoco habían clases dominadas y explotadas.
(Entrando al campo de la especulación, si no se hubiera producido la invasión y colonización española, la perspectiva del desarrollo del Tawantinsuyu independiente, hubiera sido su transformación en un estado feudalista, en el cual los funcionarios temporales, al apropiarse en forma privada de la propiedad de la tierra, se hubieran transformado en clase dominante, en una aristocracia terrateniente, y la población se hubiera transformado en siervos tributarios, despojados de la propiedad comunal de la tierra. Estas son simples especulaciones).
La expansión geográfica y política de algunas de las culturas del pasado, como ocurrió con Tiawanaku, Wari, o Chavín en la sierra, o Mochica en la costa, y posteriormente durante el Tawantinsuyu, no fue motivada por fines de dominación y explotación de otros pueblos, sino por necesidades de crecimiento y desarrollo en su conjunto. Fue un proceso de integración regional, en parte mayormente voluntario, y en parte forzado, por la resistencia que ofrecieron los jefes de algunas culturas. Este proceso de integración regional del pasado, tenemos que estudiarlo, como ejemplo para la futura integración de los Estados Comunales Unidos de América del Sur.
IV
José Carlos Mariátegui en su etapa previa de preparación, para comenzar a escribir su libro Diez Ensayos de Interpretación de la realidad peruana, escribió varios artículos, en los cuales, así como comentó los aportes de algunos escritores de su tiempo, también critico las ideas equívocas de otros. Para continuar el estudio de este tema, sobre la tradición incaica, o tradición andina, como la estoy llamando, recomiendo revisar los siguientes artículos que Mariátegui escribió en setiembre de 1925.
1).- El día 11 de setiembre de 1925, publicó el artículo El rostro y el alma del Tawantinsuyu, comentando el libro De la vida inkaica de Luis Valcárcel. Este artículo de JCM está incluido en el libro Peruanicemos el Perú
2).- El día 18 de setiembre de 1925, publicó el artículo La máscara y el rostro (del Tawantinsuyu), criticando el libro El pueblo del Sol de Augusto Aguirre Morales. Parte de este artículo, después fue incluido por JCM, como una extensa nota al pie de página en el ensayo El Problema de la Tierra, en el capítulo La Comunidad bajo la República.
3).- El día 25 de setiembre de 1925, publicó el artículo El indio de la República, comentando el libro Cuentos Andinos de Enrique López Albújar. Gran parte de este artículo después fue incluido por JCM, en el ensayo El Proceso de la Literatura, en el capítulo Las corrientes de hoy. El Idigenismo
Recomiendo leer, y de ser posible, republicar estos tres artículos completos y juntos, en especial la crítica a Aguirre Morales, en el cual JCM expuso ampliamente sus razones para sustentar el carácter del comunismo incaiko, tema que estamos seguros será uno de los temas más polémicos del centenario del libro 7 Ensayos.
Adicionalmente, para los que desean profundizar el tema, no solamente con objetivos teóricos, sino también con objetivos políticos, recomiendo la lectura de otros dos textos de Mariátegui:
4).- El día 22 de setiembre de 1923, publicó el artículo Lenin, comentando la arquitectura del estado socialista soviético. Ese artículo estaba destinado para ser incluido en el libro La Escena Contemporánea, ese era el artículo más importante de todo el libro. Por razones hasta ahora desconocidas, no se incluyó en la primera edición del libro, ni tampoco en posteriores ediciones del mismo. Recomiendo su republicación.
5).- El 1° de julio de 1927, publicó el artículo Principios de Política Agraria Nacional, que vino a ser, además del Programa Agrario del socialismo peruano, un primer avance del Programa General, escrito posiblemente en mayo de 1929.
Cualquier similitud en los puntos sustanciales de esta propuesta de programa, con la estructura del estado socialista soviético descrita en el artículo Lenin, así como con las características del estado incaiko, comentadas en su artículo La máscara y el rostro, no fue por simple casualidad, sino por coherencia del pensamiento de Mariátegui.
*
Los comentarios sobre la supuesta facción orgánica y doctrinariamente homogénea, los dejo para otra oportunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario