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Un Tema de Actualidad
El
presente Temario es una guía personal y un esquema general para el estudio
individual previo y la discusión colectiva subsiguiente a desarrollarse en
Conversatorios, Talleres, Seminarios. Es para uso individual y colectivo. Sigue
en el papel lo que JCM dijo acerca de su método de exposición: “Tengo tendencia
al método. Me preocupa mucho el orden en la exposición. Me preocupa más todavía
la expresión de las ideas y las cosas en fórmulas concisas y precisas. Detesto
la ampulosidad. Expurgo mis cuartillas tanto como me lo permite el vicio de
escribir a última hora. Procuro tener, antes de ponerme a escribir, un
itinerario mental de mi trabajo” (09.01.26) Por eso, los 4 Libros Fundamentales
de JCM son el material básico de consulta para el desarrollo del presente
Temario en sus tres niveles Consta de cinco unidades, autónomas pero
interligadas por una idea común.
La primera unidad trata del factor humano, el trabajador sencillo y el activista con experiencia que precisamente participan en la reunión para adquirir conocimientos e intercambiar experiencias, en cualquiera de sus tres niveles. En esencia trata del papel del individuo en la historia. Hoy como ayer, el hombre tiene necesidad de un objetivo en la vida. Debe sentirse necesario al participar en la lucha común por un objetivo común. Es la razón del hombre y el mito, generación tras generación.
La segunda unidad trata la realidad internacional. Para comprenderla es menester comprender la evolución a través del trabajo. La relación hombre-naturaleza es vital para comprender la relación hombre-hombre. Y así como hay insistencia en el tratamiento ecológico, también hay insistencia en el tratamiento humano. El hombre actual no puede aceptar la depredación de la naturaleza, y menos puede aceptar la explotación de la humanidad.
La tercera unidad trata de la realidad concreta, nacional. Nadie resolverá nuestros problemas por nosotros. El problema básico es el problema de la propiedad de la tierra. Y la cuestión del Poder es su derivado natural. Tal es la propiedad de la tierra, tal es la propiedad del Poder. Hay que conocer, hay que estudiar, hay que analizar, hay que debatir esta cuestión fundamental.
La cuarta unidad trata, precisamente, de qué hacer ante la situación actual. Cuál es el programa alternativo para la sustitución del sistema de propiedad de la tierra y del Poder, actualmente dominantes. Y cómo hacerlo realidad.
La quinta unidad es la más autónoma pero la más ligada con las anteriores. Para no seguir siendo el eterno “mendigo sentado en banco de oro” debemos conocer, estudiar, asimilar e incrementar nuestro propio tesoro, la Obra de JCM, que se expresa en sus cuatro relaciones y en sus cuatro construcciones: entre determinismo y volitismo (construcción ideológica), entre producción y distribución (construcción teórica), entre internacionalismo y nacionalismo (construcción Política) y entre lo protestatario y lo contestatario (construcción social)
Nuestra idea común es el socialismo. Y el objetivo del socialismo es conducir a la humanidad de la sociedad de clases, donde actualmente se encuentra, a la sociedad sin clases, a la sociedad sin dominación ideológica, explotación económica, opresión política, represión social alguna de clase. Para ello hay que comenzar liberando las fuerzas productivas del pueblo peruano, encadenadas a un sistema caduco inepto y corrupto como es de todos sabido.
Sólo la armonía entre volitismo político y determinismo económico nos puede conducir a la liberación de las fuerzas productivas del pueblo peruano. La libertad no es sino conciencia de la necesidad. Sólo cuando se conoce la necesidad del cambio social se puede actuar con plena libertad y con plena voluntad para lograrlo.
Ahora la humanidad se torna cada vez más consciente de su propio destino. Y cada generación se hace cada vez más consciente de la necesidad del trabajo planificado. El socialismo representa un inmenso progreso para la humanidad toda. Por ello, para trabajar consciente y planificadamente por el socialismo debemos conocer el proceso de desarrollo de la humanidad en general y del pueblo peruano en particular.
Respecto al progreso humano, la concepción materialista de la historia señala que “todo ,lo que se llama historia universal no es otra cosa que el engendramiento del hombre por el trabajo humano”, que “la historia no es sino la sucesión de las diferentes generaciones” y que “la así llamada evolución histórica reposa en general en el hecho de que la última forma considera a las pasadas como otras tantas etapas hacia ella misma” Este es precisamente el criterio que sostiene el fundador del socialismo ciencia en sus Manuscritos Parisinos, en La Ideología alemana y en la Introducción General a la Crítica de la Economía Política. Aún más, Marx sostiene que con el capitalismo termina la prehistoria de la humanidad. La verdadera historia comienza con el socialismo, que marca así la diferencia entre el progreso inconsciente y anárquico y el progreso consciente y planificado.
El desarrollo de la sociedad humana se ha logrado a través del desarrollo de sus fuerzas productivas. En cada época histórica lo que importa no es lo que se produce sino con qué se produce. Las diversas formas de trabajo se expresan en diferentes formas de sociedad. La Civilización, que sólo abarca alrededor de diez mil años, de más del millón de años que tiene la humanidad, es expresión de la división de la sociedad en clases antagónicas, de la explotación del hombre por el hombre.
El desarrollo de las fuerzas productivas logrado por el capitalismo, genera por un lado sobreproducción y por otro lado desempleo. Esta aberrante situación hace necesaria la abolición consciente y planificada de la propiedad privada, y el paso consciente y planificado a la propiedad social sobre los medios de producción. El capitalismo, basado en la propiedad privada, ha dejado de coincidir con el progreso. El socialismo, basado en la propiedad social, es así una necesidad vital para el desarrollo de la humanidad.
El socialismo plantea la propiedad social sobre los medios de producción como propiedad básica, la economía planificada como factor dirigente, y la distribución según el trabajo como principio rector para distribuir lo producido. Estas características centrales son también la esencia del socialismo peruano.
Respecto al progreso peruano, hay tres etapas en el proceso de formación del Perú como nación. El período colonial es el de la lucha autoctonista, el Restauracionismo. El período cosmopolita es el de la lucha independentista, el Liberalismo. El período nacional es el de la lucha integracionista, el Socialismo.
La destrucción del Estado incaico es un hecho histórico irreversible. Es imposible volver atrás la rueda de la historia, pero sí es posible aprovechar la experiencia histórica para alumbrar el presente y avizorar el porvenir. En este sentido la lucha del pueblo peruano se nutre de tres tradiciones: la incaica, la española, la republicana. Y el siglo XX aportó una cuarta tradición, la tradición socialista.
Cada cincuenta años, aproximadamente, el pueblo peruano cobra nuevo impulso en su gestión generacional hacia el progreso, recuperándose siempre de reveses y fracasos temporales. Así, el socialismo peruano tuvo que enfrentar, en su IG el oncenio de Leguía; en su IIG el ochenio de Odría; en su IIIG el docenio de Velasco-Morales; y finalmente, compartiendo con la IVG, el oncenio de Fujimori. Sin embargo el pueblo peruano, en su “enérgica ambición: la de concurrir a la creación del socialismo peruano”, ahora está más cerca que nunca de lograr la Victoria.
Es decir, la lucha por el Resurgimiento del Perú es la lucha por el Perú Integral. El capitalismo ha fracasado en esta tarea. Sólo con el socialismo puede lograr el Perú su identidad nacional.
El pueblo peruano es la base de esta identidad nacional. Actualmente está compuesto de cuatro clases o capas sociales. El proletariado crece en número, eleva su calificación y acrecienta su propia tradición. El campesinado comunero conserva aún sus hábitos de cooperación. La pequeña burguesía pierde su status independiente. Y la mediana burguesía se reduce inexorablemente ante la concurrencia internacional.
Las contradicciones entre estos cuatro componentes son contradicciones en el seno del pueblo. Son contradicciones que se supeditan al interés común. Este interés común no es otro que la liberación de las fuerzas productivas. El capitalismo ha fracasado en esta tarea. Toca al socialismo cumplirla para beneficio mutuo de los componentes del pueblo. Por eso, si las contradicciones se supeditan a este interés común, el pueblo saldrá fortalecido en su lucha común contra el enemigo común.
Unir al pueblo peruano en torno a este interés común es parte esencial de la planeación estratégica del socialismo peruano, generación tras generación. El Balance Generacional de la IIIG recapitula el camino recorrido y señala la perspectiva que se avizora. La toma de conciencia, el cuestionamiento de la organización, la definición de la dirección, la actualización del programa, la planeación general, son hitos de la sistematización del socialismo peruano. Como resultado, el eje de la gestión generacional vuelve a ser “la creación del socialismo peruano” Y esta creación sólo se puede lograr mediante un proyecto político cuyo objetivo sea la liberación de las fuerzas productivas. Es lo que bosqueja el Temario presente.
Luego de la destrucción del Estado incaico, el dilema del pueblo peruano fue: colonia o independencia. El proyecto del restauracionismo fracasó porque no representaba nuevas fuerzas productivas ni nuevas relaciones de producción. En cambio, el proyecto del liberalismo logró la independencia porque representaba, así fuera de manera incipiente, nuevas fuerzas productivas y nuevas relaciones de producción. En lo que va de República, la burguesía peruana, que tiene el concepto de la renta antes que el de la producción, se ha mostrado incapaz de desarrollar su proyecto capitalista. Y menos ahora puede lograrlo, cuando forma parte del capitalismo marginal, subyugado y apenas apéndice del capitalismo transnacional.
El colapso del Perú es responsabilidad ineludible de este capitalismo semifeudal semicolonial primero y ahora abiertamente marginal. El dilema actual ante nosotros es: hundimiento del país o Resurgimiento del Perú. Ahora sólo el socialismo puede liberar las fuerzas productivas del pueblo peruano estableciendo nuevas relaciones de producción.
El socialismo peruano se expresa en el Camino de Mariátegui, resultado de la “aplicación del método marxista al conocimiento y definición de los problemas del Perú” El método dialéctico, como bien señala JCM, “se apoya íntegramente en la realidad, en los hechos” Por ello, ante la realidad del colapso del país, nuestro lema no puede ser otro que:
El
Resurgimiento del Perú, el Perú Integral, el Perú Socialista es así la
solución, la salida ante la actual situación de postración que vive el país. El
Resurgimiento del Perú es así la consigna de todo el pueblo, de toda la clase,
de toda la Vanguardia. Es una consigna de unidad, es una consigna de victoria.
Es la consigna para lograr el progreso del Perú, parte del progreso de la
humanidad toda.
Pero el socialismo avanza a través de planes generacionales. Tanto derecho tiene una generación como otra para instaurar su propia cosa pública, su propia República. El pasado que no se olvida sirve de guía para el futuro. Por eso mismo, hay que hacer que el pasado sirva al presente, y de ninguna manera que el pasado domine al presente.
El trabajo acumulado jamás debe dominar al trabajo vivo, como ocurre con el capitalismo, donde el capital constante (maquinarias, insumos) domina al capital variable (fuerza de trabajo) para terminar hundiendo al sistema todo. La experiencia sirve de modelo y no de molde, de guía y no de dogma. La sabiduría popular señala que “lo único permanente es el cambio” Por eso, para que el progreso se cumpla generación tras generación, cada generación debe establecer su propia programación, su propia planeación que exprese el análisis concreto de la realidad concreta y se guíe por la experiencia acumulada.
En esta planeación, cada gestión generacional se cumple a corto plazo (5 años), mediano plazo (15 años) y largo plazo (25 años) En esta planeación, si se pierde el tercer mes se pierde todo el año; si se pierde el tercer año se pierde todo el lustro; y si se pierde el tercer lustro se pierde toda la gestión generacional. Esta es la experiencia histórica del proletariado peruano a través de su trabajo generacional. Por eso, con esta planeación triple cada generación sabe si está cumpliendo bien su jornada, individual y colectivamente.
Captar la lucha por el Resurgimiento del Perú es el objetivo del presente Temario. Y es el mejor estímulo para avanzar de manera consciente y planificada. Vale aquí recordar lo que sostenía JCM: “El impulso vital del hombre responde a todas las interrogaciones de la vida antes que la investigación filosófica. El hombre iletrado no se preocupa de la relatividad de su mito. No le sería dable siquiera comprenderla. Pero, generalmente, encuentra, mejor que el literato y que el filósofo, su propio camino. Puesto que debe actuar, actúa. Puesto que debe creer, cree. Puesto que debe combatir, combate. Nada sabe de la relativa insignificancia de su esfuerzo en el tiempo y en el espacio. Su instinto lo desvía de la duda estéril. No ambiciona más que lo que puede y debe ambicionar todo hombre: cumplir bien su jornada” (20.03.25)
¡Es lo que debemos ambicionar siempre!
R. García R.
01.05.01
Nota.- Difundido hace una década, el presente Temario se presenta nuevamente como una propuesta para el debate que, seguramente, se concretizará en este segundo semestre.
La preparación de la Gran Conmemoración del Centenario del Socialismo Peruano tiene dos pasos iniciales. Uno es lograr una COMISIÓN-PRO CENTENARIO, otro es materializar sobre esta base un COMITÉ CENTENARIO. (Por supuesto, hay otros nombres posibles)
Sin el primero, no hay cómo pasar al segundo.
Sin el segundo, no hay cómo hacer realidad el Centenario.
Entonces, una Comisión Pro es para acercarse, conocerse, enterarse de trabajos individuales, precisar posibilidades de seguir adelante. Reunión tras reunión, puede ir definiéndose la posibilidad de dar el paso siguiente mediante autopropuestas de participación o invitaciones de participación.
Para el segundo paso ya estará claro el objetivo del Centenario. Esto se logra con invitaciones, reuniones, intercambio. Para ello, alguien o algunos pocos son los llamados a tomar la iniciativa inicial, valga la redundancia. Incluso pueden estar fuera de la capital, porque el Centenario aspira a tener dimensión nacional.
Todos tenemos imperiosa labor de sobrevivencia. Pero se requiere destinar tiempo para el objetivo actual. Es la característica de la labor de Activista.
Entonces, ¡Ánimo y más Ánimo!
Ragarro
01.07.14
Un Tema de Actualidad
T E M A R I O
I (Invitación)
01.- El papel del individuo (Coordenadas)
02.- El hombre y el mito (La
fe)
03.- Tres generaciones políticas (Socialismo
Peruano)
04.- El lustro 2001 - 2005 (Célula
biológica)
II (Defensa)
05.- El papel del trabajo (Ecología)
06.- Dictadura y democracia (Aparato
judicial-militar)
07.- Capitalismo y globalización (Pensamiento
único)
08.- Socialismo y Estado (Célula
humana)
III (7 Ensayos)
09.- El problema de la tierra (Formación
económico-social)
10.- Reproducción ampliada (Industrialización)
11.- Concentración-centralización (Formas
metamorfoseadas)
12.- Propiedad eminente (Cuatro
tipos de propiedad)
IV (Ideología)
13.- Planeación estratégica (Nuevo
tipo de Partido)
14.- El programa de cambio (7
Triples)
15.- En nuevo municipio (Célula
económica)
16.- El termómetro del sufragio (Silogismo
dialéctico)
V (El Camino)
17.- Defensa del Marxismo (Tres
partes integrantes)
18.- 7 Ensayos (Modo
de producción)
19.- Ideología y Política (Superestructura)
20.- Invitación a la Vida heroica (Factor
humano)
La primera unidad trata del factor humano, el trabajador sencillo y el activista con experiencia que precisamente participan en la reunión para adquirir conocimientos e intercambiar experiencias, en cualquiera de sus tres niveles. En esencia trata del papel del individuo en la historia. Hoy como ayer, el hombre tiene necesidad de un objetivo en la vida. Debe sentirse necesario al participar en la lucha común por un objetivo común. Es la razón del hombre y el mito, generación tras generación.
La segunda unidad trata la realidad internacional. Para comprenderla es menester comprender la evolución a través del trabajo. La relación hombre-naturaleza es vital para comprender la relación hombre-hombre. Y así como hay insistencia en el tratamiento ecológico, también hay insistencia en el tratamiento humano. El hombre actual no puede aceptar la depredación de la naturaleza, y menos puede aceptar la explotación de la humanidad.
La tercera unidad trata de la realidad concreta, nacional. Nadie resolverá nuestros problemas por nosotros. El problema básico es el problema de la propiedad de la tierra. Y la cuestión del Poder es su derivado natural. Tal es la propiedad de la tierra, tal es la propiedad del Poder. Hay que conocer, hay que estudiar, hay que analizar, hay que debatir esta cuestión fundamental.
La cuarta unidad trata, precisamente, de qué hacer ante la situación actual. Cuál es el programa alternativo para la sustitución del sistema de propiedad de la tierra y del Poder, actualmente dominantes. Y cómo hacerlo realidad.
La quinta unidad es la más autónoma pero la más ligada con las anteriores. Para no seguir siendo el eterno “mendigo sentado en banco de oro” debemos conocer, estudiar, asimilar e incrementar nuestro propio tesoro, la Obra de JCM, que se expresa en sus cuatro relaciones y en sus cuatro construcciones: entre determinismo y volitismo (construcción ideológica), entre producción y distribución (construcción teórica), entre internacionalismo y nacionalismo (construcción Política) y entre lo protestatario y lo contestatario (construcción social)
Nuestra idea común es el socialismo. Y el objetivo del socialismo es conducir a la humanidad de la sociedad de clases, donde actualmente se encuentra, a la sociedad sin clases, a la sociedad sin dominación ideológica, explotación económica, opresión política, represión social alguna de clase. Para ello hay que comenzar liberando las fuerzas productivas del pueblo peruano, encadenadas a un sistema caduco inepto y corrupto como es de todos sabido.
Sólo la armonía entre volitismo político y determinismo económico nos puede conducir a la liberación de las fuerzas productivas del pueblo peruano. La libertad no es sino conciencia de la necesidad. Sólo cuando se conoce la necesidad del cambio social se puede actuar con plena libertad y con plena voluntad para lograrlo.
Ahora la humanidad se torna cada vez más consciente de su propio destino. Y cada generación se hace cada vez más consciente de la necesidad del trabajo planificado. El socialismo representa un inmenso progreso para la humanidad toda. Por ello, para trabajar consciente y planificadamente por el socialismo debemos conocer el proceso de desarrollo de la humanidad en general y del pueblo peruano en particular.
Respecto al progreso humano, la concepción materialista de la historia señala que “todo ,lo que se llama historia universal no es otra cosa que el engendramiento del hombre por el trabajo humano”, que “la historia no es sino la sucesión de las diferentes generaciones” y que “la así llamada evolución histórica reposa en general en el hecho de que la última forma considera a las pasadas como otras tantas etapas hacia ella misma” Este es precisamente el criterio que sostiene el fundador del socialismo ciencia en sus Manuscritos Parisinos, en La Ideología alemana y en la Introducción General a la Crítica de la Economía Política. Aún más, Marx sostiene que con el capitalismo termina la prehistoria de la humanidad. La verdadera historia comienza con el socialismo, que marca así la diferencia entre el progreso inconsciente y anárquico y el progreso consciente y planificado.
El desarrollo de la sociedad humana se ha logrado a través del desarrollo de sus fuerzas productivas. En cada época histórica lo que importa no es lo que se produce sino con qué se produce. Las diversas formas de trabajo se expresan en diferentes formas de sociedad. La Civilización, que sólo abarca alrededor de diez mil años, de más del millón de años que tiene la humanidad, es expresión de la división de la sociedad en clases antagónicas, de la explotación del hombre por el hombre.
El desarrollo de las fuerzas productivas logrado por el capitalismo, genera por un lado sobreproducción y por otro lado desempleo. Esta aberrante situación hace necesaria la abolición consciente y planificada de la propiedad privada, y el paso consciente y planificado a la propiedad social sobre los medios de producción. El capitalismo, basado en la propiedad privada, ha dejado de coincidir con el progreso. El socialismo, basado en la propiedad social, es así una necesidad vital para el desarrollo de la humanidad.
El socialismo plantea la propiedad social sobre los medios de producción como propiedad básica, la economía planificada como factor dirigente, y la distribución según el trabajo como principio rector para distribuir lo producido. Estas características centrales son también la esencia del socialismo peruano.
Respecto al progreso peruano, hay tres etapas en el proceso de formación del Perú como nación. El período colonial es el de la lucha autoctonista, el Restauracionismo. El período cosmopolita es el de la lucha independentista, el Liberalismo. El período nacional es el de la lucha integracionista, el Socialismo.
La destrucción del Estado incaico es un hecho histórico irreversible. Es imposible volver atrás la rueda de la historia, pero sí es posible aprovechar la experiencia histórica para alumbrar el presente y avizorar el porvenir. En este sentido la lucha del pueblo peruano se nutre de tres tradiciones: la incaica, la española, la republicana. Y el siglo XX aportó una cuarta tradición, la tradición socialista.
Cada cincuenta años, aproximadamente, el pueblo peruano cobra nuevo impulso en su gestión generacional hacia el progreso, recuperándose siempre de reveses y fracasos temporales. Así, el socialismo peruano tuvo que enfrentar, en su IG el oncenio de Leguía; en su IIG el ochenio de Odría; en su IIIG el docenio de Velasco-Morales; y finalmente, compartiendo con la IVG, el oncenio de Fujimori. Sin embargo el pueblo peruano, en su “enérgica ambición: la de concurrir a la creación del socialismo peruano”, ahora está más cerca que nunca de lograr la Victoria.
Es decir, la lucha por el Resurgimiento del Perú es la lucha por el Perú Integral. El capitalismo ha fracasado en esta tarea. Sólo con el socialismo puede lograr el Perú su identidad nacional.
El pueblo peruano es la base de esta identidad nacional. Actualmente está compuesto de cuatro clases o capas sociales. El proletariado crece en número, eleva su calificación y acrecienta su propia tradición. El campesinado comunero conserva aún sus hábitos de cooperación. La pequeña burguesía pierde su status independiente. Y la mediana burguesía se reduce inexorablemente ante la concurrencia internacional.
Las contradicciones entre estos cuatro componentes son contradicciones en el seno del pueblo. Son contradicciones que se supeditan al interés común. Este interés común no es otro que la liberación de las fuerzas productivas. El capitalismo ha fracasado en esta tarea. Toca al socialismo cumplirla para beneficio mutuo de los componentes del pueblo. Por eso, si las contradicciones se supeditan a este interés común, el pueblo saldrá fortalecido en su lucha común contra el enemigo común.
Unir al pueblo peruano en torno a este interés común es parte esencial de la planeación estratégica del socialismo peruano, generación tras generación. El Balance Generacional de la IIIG recapitula el camino recorrido y señala la perspectiva que se avizora. La toma de conciencia, el cuestionamiento de la organización, la definición de la dirección, la actualización del programa, la planeación general, son hitos de la sistematización del socialismo peruano. Como resultado, el eje de la gestión generacional vuelve a ser “la creación del socialismo peruano” Y esta creación sólo se puede lograr mediante un proyecto político cuyo objetivo sea la liberación de las fuerzas productivas. Es lo que bosqueja el Temario presente.
Luego de la destrucción del Estado incaico, el dilema del pueblo peruano fue: colonia o independencia. El proyecto del restauracionismo fracasó porque no representaba nuevas fuerzas productivas ni nuevas relaciones de producción. En cambio, el proyecto del liberalismo logró la independencia porque representaba, así fuera de manera incipiente, nuevas fuerzas productivas y nuevas relaciones de producción. En lo que va de República, la burguesía peruana, que tiene el concepto de la renta antes que el de la producción, se ha mostrado incapaz de desarrollar su proyecto capitalista. Y menos ahora puede lograrlo, cuando forma parte del capitalismo marginal, subyugado y apenas apéndice del capitalismo transnacional.
El colapso del Perú es responsabilidad ineludible de este capitalismo semifeudal semicolonial primero y ahora abiertamente marginal. El dilema actual ante nosotros es: hundimiento del país o Resurgimiento del Perú. Ahora sólo el socialismo puede liberar las fuerzas productivas del pueblo peruano estableciendo nuevas relaciones de producción.
El socialismo peruano se expresa en el Camino de Mariátegui, resultado de la “aplicación del método marxista al conocimiento y definición de los problemas del Perú” El método dialéctico, como bien señala JCM, “se apoya íntegramente en la realidad, en los hechos” Por ello, ante la realidad del colapso del país, nuestro lema no puede ser otro que:
¡Seguir por el Camino de Mariátegui para el
Resurgimiento del Perú!
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Pero el socialismo avanza a través de planes generacionales. Tanto derecho tiene una generación como otra para instaurar su propia cosa pública, su propia República. El pasado que no se olvida sirve de guía para el futuro. Por eso mismo, hay que hacer que el pasado sirva al presente, y de ninguna manera que el pasado domine al presente.
El trabajo acumulado jamás debe dominar al trabajo vivo, como ocurre con el capitalismo, donde el capital constante (maquinarias, insumos) domina al capital variable (fuerza de trabajo) para terminar hundiendo al sistema todo. La experiencia sirve de modelo y no de molde, de guía y no de dogma. La sabiduría popular señala que “lo único permanente es el cambio” Por eso, para que el progreso se cumpla generación tras generación, cada generación debe establecer su propia programación, su propia planeación que exprese el análisis concreto de la realidad concreta y se guíe por la experiencia acumulada.
En esta planeación, cada gestión generacional se cumple a corto plazo (5 años), mediano plazo (15 años) y largo plazo (25 años) En esta planeación, si se pierde el tercer mes se pierde todo el año; si se pierde el tercer año se pierde todo el lustro; y si se pierde el tercer lustro se pierde toda la gestión generacional. Esta es la experiencia histórica del proletariado peruano a través de su trabajo generacional. Por eso, con esta planeación triple cada generación sabe si está cumpliendo bien su jornada, individual y colectivamente.
Captar la lucha por el Resurgimiento del Perú es el objetivo del presente Temario. Y es el mejor estímulo para avanzar de manera consciente y planificada. Vale aquí recordar lo que sostenía JCM: “El impulso vital del hombre responde a todas las interrogaciones de la vida antes que la investigación filosófica. El hombre iletrado no se preocupa de la relatividad de su mito. No le sería dable siquiera comprenderla. Pero, generalmente, encuentra, mejor que el literato y que el filósofo, su propio camino. Puesto que debe actuar, actúa. Puesto que debe creer, cree. Puesto que debe combatir, combate. Nada sabe de la relativa insignificancia de su esfuerzo en el tiempo y en el espacio. Su instinto lo desvía de la duda estéril. No ambiciona más que lo que puede y debe ambicionar todo hombre: cumplir bien su jornada” (20.03.25)
¡Es lo que debemos ambicionar siempre!
R. García R.
01.05.01
Nota.- Difundido hace una década, el presente Temario se presenta nuevamente como una propuesta para el debate que, seguramente, se concretizará en este segundo semestre.
La preparación de la Gran Conmemoración del Centenario del Socialismo Peruano tiene dos pasos iniciales. Uno es lograr una COMISIÓN-PRO CENTENARIO, otro es materializar sobre esta base un COMITÉ CENTENARIO. (Por supuesto, hay otros nombres posibles)
Sin el primero, no hay cómo pasar al segundo.
Sin el segundo, no hay cómo hacer realidad el Centenario.
Entonces, una Comisión Pro es para acercarse, conocerse, enterarse de trabajos individuales, precisar posibilidades de seguir adelante. Reunión tras reunión, puede ir definiéndose la posibilidad de dar el paso siguiente mediante autopropuestas de participación o invitaciones de participación.
Para el segundo paso ya estará claro el objetivo del Centenario. Esto se logra con invitaciones, reuniones, intercambio. Para ello, alguien o algunos pocos son los llamados a tomar la iniciativa inicial, valga la redundancia. Incluso pueden estar fuera de la capital, porque el Centenario aspira a tener dimensión nacional.
Todos tenemos imperiosa labor de sobrevivencia. Pero se requiere destinar tiempo para el objetivo actual. Es la característica de la labor de Activista.
Entonces, ¡Ánimo y más Ánimo!
Ragarro
01.07.14
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