Este 1 de enero de 2015
la Revolución Cubana encabezada por su líder histórico, Fidel Castro,
el presidente Raúl Castro, y protagonizada por el pueblo de la nación
caribeña, celebrará su 56 cumpleaños con el augurio de que cumplirá
muchos más, y verá sepultado definitivamente el prolongado e injusto
bloqueo de Estados Unidos. Como afirmó Raúl al final de su reciente
intervención ante al Parlamento, la isla caribeña de seguro festejará
570 años, y más, del comienzo de su proceso emancipador, un certero
mensaje de que nada ni nadie podrá revertirlo.
La propia historia se ha encargado de mostrar que la Revolución iniciada en 1959 es invencible porque la mayor de las Antillas ha tenido que desafiar disimiles obstáculos, y hasta prácticamente quedarse sola, enfrentando al más potente adversario del mundo, su cercano vecino del Norte.
Decir o pensar otra cosa significa no conocer a los cubanos, su intensa y larga trayectoria de luchas por su independencia desde las contiendas de los Mambises contra el colonialismo español, es dudar de su inteligencia y capacidad de resistencia, y subestimar sus triunfos en todos los campos de batalla.
En más de un cuarto de siglo Cuba ha vencido invasiones militares, la denominada Crisis de los Misiles, agresiones terroristas de todo tipo, provocaciones constantes de mercenarios al servicio de potencias extranjeras, campañas mediáticas sin precedentes, y el cerco económico, comercial y financiero impuesto por sucesivas administraciones norteamericanas, y que aun se mantiene.
Como reza un refrán popular, el que persevera triunfa, y es esa persistencia en no dejarse aplastar la que ha sido clave en todos sus éxitos, y en el prestigio internacional logrado por el más grande archipiélago caribeño.
En el aval de la Revolución Cubana, constituye un elemento primordial su marcado espíritu solidario, inculcado por Fidel, hacia los países más pobres, tanto en sus luchas contra el neocolonialismo y por su soberanía, como en el bienestar de sus pueblos en las esferas de la salud, la educación, la cultura y el deporte, por citar algunos de los derechos fundamentales de los seres humanos.
La isla Bonita, como la llaman muchos, ha ofrecido y compartido siempre, con dignidad y modestia, lo poco que ha tenido, nunca lo que le ha sobrado.
Como subrayé en un artículo anterior, algunos descolocados, unos llenos de rabia y otros con marcada ingenuidad, insisten en el supuesto peligro que significará para Cuba la normalización de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
A esos, nada más decirles, no hagan comparaciones y menos fuera de contexto, repasen la historia de la nación caribeña, y no olviden el ejemplo de los Cinco antiterroristas, Gerardo Hernández, Ramón Labaniño, Antonio Guerrero, Fernando González y René González, hijos legítimos, como muchos, de la Revolución Cubana.
La propia historia se ha encargado de mostrar que la Revolución iniciada en 1959 es invencible porque la mayor de las Antillas ha tenido que desafiar disimiles obstáculos, y hasta prácticamente quedarse sola, enfrentando al más potente adversario del mundo, su cercano vecino del Norte.
Decir o pensar otra cosa significa no conocer a los cubanos, su intensa y larga trayectoria de luchas por su independencia desde las contiendas de los Mambises contra el colonialismo español, es dudar de su inteligencia y capacidad de resistencia, y subestimar sus triunfos en todos los campos de batalla.
En más de un cuarto de siglo Cuba ha vencido invasiones militares, la denominada Crisis de los Misiles, agresiones terroristas de todo tipo, provocaciones constantes de mercenarios al servicio de potencias extranjeras, campañas mediáticas sin precedentes, y el cerco económico, comercial y financiero impuesto por sucesivas administraciones norteamericanas, y que aun se mantiene.
Como reza un refrán popular, el que persevera triunfa, y es esa persistencia en no dejarse aplastar la que ha sido clave en todos sus éxitos, y en el prestigio internacional logrado por el más grande archipiélago caribeño.
En el aval de la Revolución Cubana, constituye un elemento primordial su marcado espíritu solidario, inculcado por Fidel, hacia los países más pobres, tanto en sus luchas contra el neocolonialismo y por su soberanía, como en el bienestar de sus pueblos en las esferas de la salud, la educación, la cultura y el deporte, por citar algunos de los derechos fundamentales de los seres humanos.
La isla Bonita, como la llaman muchos, ha ofrecido y compartido siempre, con dignidad y modestia, lo poco que ha tenido, nunca lo que le ha sobrado.
Como subrayé en un artículo anterior, algunos descolocados, unos llenos de rabia y otros con marcada ingenuidad, insisten en el supuesto peligro que significará para Cuba la normalización de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
A esos, nada más decirles, no hagan comparaciones y menos fuera de contexto, repasen la historia de la nación caribeña, y no olviden el ejemplo de los Cinco antiterroristas, Gerardo Hernández, Ramón Labaniño, Antonio Guerrero, Fernando González y René González, hijos legítimos, como muchos, de la Revolución Cubana.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Fuente: Rebelión
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