El
 mundo, absorto en las 'amenazas' de Trump, devastadores huracanes y el 
terremoto en México, no se percata del cambio de rumbo que está tomando 
Ecuador bajo la presidencia de Lenín Moreno, quien se aleja cada día más
 de la Revolución ciudadana que lo elevó al poder como sucesor de Rafael
 Correa y se acerca peligrosamente a la oposición.
"Todos ven lo que tú aparentas; pocos advierten lo que eres". 
Nicolás Maquiavelo (1469-1527)
Increíblemente, al segundo día en el poder se olvidó de sus elogios 
en la campaña electoral a Rafael Correa como confrontador de la miseria y
 el egoísmo, que supo aplicar las políticas del "realismo mágico" en el 
país con nuevas escuelas, hospitales y centrales hidroeléctricas, entre 
muchas otras obras. Ahora dice, que los diez años de correísmo trajeron 
polarización, corrupción y un modelo económico "equivocado". Lo que no 
dice a diario es que él fue parte de esa revolución y fue vicepresidente
 de Ecuador junto con Correa.

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                    Sputnik/ Eduard Pesov
Para
 corregir los 'defectos' económicos y políticos de la Revolución 
ciudadana (RC), el nuevo presidente se ha reunido con 250 representantes
 de diferentes sectores sociales del país, en su mayoría opositores y 
enemigos de ese proceso, olvidándose que unos días antes de esta reunión
 los convocados estaban insultando al propio Lenín Moreno considerándole
 un mero seguidor de Rafael Correa. Todos, desde el partido gobernante 
Alianza País (AP) hasta la oposición de la derecha recalcitrante se han 
equivocado. Lenín Moreno ha tomado la posición de un 'Gorbachov' 
ecuatoriano llamando al diálogo "para resolver los problemas, para 
acordar y para vivir en paz".
Lo más importante, y lo que más interesa al presidente es 
"despolitizar" y "reconciliar" al país y "retornar el poder al pueblo" 
que supuestamente fue usurpado por el correísmo. A instancias de 
Guillermo Lasso y su Movimiento CREO, de la extrema derecha bancaria, el
 presidente convocó a una consulta popular para determinar el cambio de 
rumbo, tanto económico como político, que tendría que tomar Ecuador para
 salir de la 'crisis económica', terminar con el caudillismo y la 
corrupción que "caracterizaron los 10 años del gobierno de Correa" y 
reconstruir una auténtica democracia en la nación.

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                    REUTERS/ Mariana Bazo
La
 realización de la consulta es considerada por la derecha como una 
demostración del fracaso del correísmo que gobernó, de acuerdo a la 
oposición, con mano de fierro e impuso un régimen revolucionario que el 
país debe desmontar con la ayuda de Lenín Moreno. El presidente no ha 
defraudado por el momento a la oposición y empezó su liderazgo ordenando
 convertir a los medios públicos de comunicación en "incluyentes", lo 
que significa, según el nuevo gerente de Medios Públicos, Andrés 
Michelena, "la conversión de medios públicos en autosuficientes para que
 no sean una carga para el Estado", es decir destruir el sector público 
de la comunicación lanzándolo de golpe al mercado dominado por el sector
 privado.
Ecuador
 TV, Radio Pública, Agencia Andes, los periódicos El Tiempo y El 
Telégrafo fueron declarados libres de apoyo y tutela del gobierno para 
que "puedan respirar la libertad junto con el país", de acuerdo al 
asesor incondicional del presidente, Andrés Michelena, y "para que los 
medios públicos permitan ejercer el derecho de todas las voces, tanto 
críticas como positivas". Para reforzar este rumbo, fue nombrado como el
 encargado de dirigir la línea editorial de los medios públicos, el ex 
editor general de uno de los periódicos más anticorreístas, El Comercio,
 Hernán Ramos, quien siempre caracterizó a los medios públicos del 
gobierno de Correa como "borregos", "pasquines gubernamentales".
Según la Secretaria Ejecutiva de la Alianza País, Gabriela 
Rivadeneira, Hernán Ramos "proviene del entramado comunicacional 
hegemónico, esta matriz brutalmente antidemocrática la que hemos 
batallado todos estos 10 años". Los cambios editoriales y el contenido 
de las columnas no se han hecho esperar en el decano de la prensa 
nacional, El Telégrafo, que se está pareciendo cada día más a un diario 
cualquiera con cierta tendencia 'morenista' sin atreverse todavía tomar 
una línea abierta anticorreísta.
Guillermo
 Lasso, mientras tanto, junto con otros opositores como Jaime Nebot y 
Abdalá 'Dalo' Bucaram, está presionando a través de la mayoría de los 
medios de comunicación a su disposición a Lenín Moreno para que tome 
mayor distancia de la Revolución ciudadana y que reconozca que no hubo 
tal 'década ganada'. El supernumerario del Opus Dei y el dueño de uno de
 los más grandes bancos de Ecuador, el Banco de Guayaquil, además de 
poseer 10 compañías en Panamá, Guillermo Lasso, cuya meta es poner fin a
 la Alianza País y a la Revolución ciudadana, logró orientar el discurso
 presidencial hacia la crítica, sospecha y desconfianza de sus 
compañeros de la AP.

En
 sus últimos pronunciamientos, Lenín Moreno está tomando más y más la 
posición del diario El Comercio, cuyos columnistas, como Fabián Pérez de
 Castro, denuncian que "la década de Rafael Correa fue la década de 
ignominia; del aniquilamiento de la institucionalidad y estado de 
derecho; de la permanente violación de los derechos humanos y de la 
propia Constitución; de la demagogia, caudillismo y de la corrupción 
insultante" (23-09-17). Lenín Moreno utilizando datos falsos ya acusó a 
Rafael Correa de engañarlo diciendo que la deuda externa ecuatoriana era
 de 28.500 millones de dólares mientras que en realidad rondaba 60.000 
millones. Resulta que Moreno está mal informado y que la deuda sí era de
 28.500 millones de dólares (28 % del PIB).
Le puede interesar: Rafael Correa, más presente que nunca en Ecuador

También
 Moreno mintió sobre 'el deplorable estado de cuentas' que le dejó 
Correa y sobre la severa crisis económica que está atravesando el país. 
Comparando con la deuda externa que dejaron otros presidentes: Osvaldo 
Hurtado (1981-1984), 66 % del PIB; León Febres Cordero (1984-1988), 
117 % del PIB; Rodrigo Borja (1988-1992), 110%, Sixto Durán-Ballén 
(1992-1996), 85%; Jamil Mahuad (1998-2000), 97%, resulta que Rafael 
Correa fue un presidente más eficiente que sus últimos antecesores. La 
década pasada fue ganada por Alianza País porque dos millones de 
ecuatorianos salieron de la pobreza y la economía se duplicó. La clase 
media subió del 19 % de la población en 2007 al 43 % en 2017. Además 
Ecuador se convirtió en el país que más invirtió en la educación 
superior en la región — 600 millones de dólares.
De
 acuerdo con la socióloga Sofía Argüello, "hay más gente que viaja y 
adquiere bienes, la calidad de vida mejoró y surgieron nuevas prácticas 
de consumo. Ya no existen brecha tan amplias entre las clases". Los 
trabajadores duplicaron sus salarios, los empresarios triplicaron sus 
ganancias y los campos y las ciudades mejoraron sensiblemente. Por 
supuesto, hubo problemas cuando en 2015 terminó el ciclo expansivo del 
precio de petróleo y se produjo la fuerte apreciación del dólar, que 
influyeron en la reducción de la entrada de divisas vía exportación. 
También el terremoto
 en abril 2016 de 7,8 grados y sus 304 réplicas destruyeron más de 3 
puntos del PIB. A pesar de todo esto la economía empezó a recuperarse.
Uno de los mayores énfasis en la crítica de Lenín Moreno de la 
gestión de Rafael Correa se basa en la corrupción, también idea 
promovida por la oposición siguiendo los dictados de Washington que está
 utilizando esta táctica como una forma moderna de tumbar a los 
gobiernos que se rebelan contra EEUU y defienden su soberanía. Desde 
esta perspectiva, utilizando el caso Odebrecht, resultó que la 
Revolución ciudadana recibió más sobornos que algún anterior gobierno de
 Ecuador.
Actualmente EEUU ya envió la información sobre la corrupción de Odebrecht
 en Ecuador incriminando al Gobierno de Correa. Lo que quiere 
Washington, que en realidad no tiene nada que ver con la investigación 
de Odebrecht en Quito, es desacreditar y terminar con el correísmo y 
meter preso al actual vicepresidente Jorge Glas y hacer juicio a Rafael 
Correa repitiendo el mismo modelo de injusticia que actualmente están 
tratando de aplicar a Luiz Inácio Lula de Silva en Brasil. Todo está 
orientado en no permitirles una posible reelección tanto a Lula como a 
Correa. Lo curioso es que EEUU no divulga mucha información sobre los 
sobornos de Odebrecht en Norteamérica, donde la empresa realizó más de 
18 macro proyectos y sigue preparando otros.
En la entrevista que la BBC hizo a Lenín Moreno durante su visita a las Naciones Unidas,
 el periodista lo preguntó "si había tanta corrupción en el gobierno 
anterior" y el presidente contestó que "lastimosamente se han detectado 
muchísimos casos de corrupción". Cuando el entrevistador le indagó cómo 
es que Moreno no sabía nada sobre la corrupción siendo miembro de la 
Alianza País durante 10 años y ocupando la vicepresidencia durante seis 
años (2007-2013), el presidente respondió, "Yo nunca participé en el 
tema económico" y "estaba dedicado al tema social".
Ver
 para creer o, como dijo el actual vicepresidente, Jorge Glas, 
refiriéndose a Lenín Moreno, "el dedo apunta cada vez más hacia usted". 
Tras 70 días de la presidencia de Moreno, Glas tomó distancia de su 
política escribiéndole una carta diciendo que "hoy se sientan las bases 
para un Estado de corrupción al pactar con personajes nefastos de la 
historia nacional, como los Bucaram". Como resultado, el vicepresidente fue suspendido
 de sus funciones para regocijo de la derecha que 'ayudó' también a 
Moreno a promover el caso de un supuesto 'espionaje' al 'descubrir' los 
colaboradores del inquilino del Palacio Carondelet una cámara oculta de 
vigilancia en su despacho desactivada en 2010 y cubierta con una cinta 
adhesiva gris. Inmediatamente Rafael Correa fue denunciado por Moreno 
por "monitorearlo desde su teléfono celular". La derecha aprovechó esta 
acusación ridícula para intensificar la campaña anticorreísta.
La
 consulta popular estará orientada también hacia el desmantelamiento de 
la Revolución ciudadana. El pasado 26 de septiembre se cerró la 
recepción de planteamientos con una cifra de 450 que serán remitidos el próximo 2 de octubre
 al Consejo Nacional Electoral para su evaluación. Pero ya se sabe que 
se quiere acabar con el Consejo de Participación Ciudadana y Control 
Social (CPCCS) responsable de la designación del Defensor del Pueblo, 
procurador, contralor, fiscal, superintendente, Consejo Nacional 
Electoral, Tribunal Contencioso Electoral, Consejo de la Justicia y 
reemplazarlos, según los periodistas Juan J. Paz y Miño C., por viejos 
cabildeos partidistas.
En fin, Rafael Correa declaró "me siento totalmente 
traicionado"…"ahora es peor que si hubiera ganado la oposición". Sin 
embargo, falta también la reacción del pueblo a los intentos de 
desmantelar la Revolución ciudadana por la derecha y sus colaboradores 
izquierdistas.
 







 
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