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DEFENSA DE LA EXPERIENCIA SOCIALISTA (I)
(07 de junio de 2005) (*)
Por Miguel Aragón
Desde el inicio de sus sesiones semanales, hace dos años [en agosto de 2003], el FORO CENTENARIO ha puesto el énfasis en estudiar, exponer y debatir teóricamente acerca de “los aspectos esenciales de la interpretación de la realidad peruana” y políticamente acerca de las “propuestas para su transformación”. Estas han sido las preocupaciones centrales, “interpretar para transformar la realidad peruana”. Los aspectos de la realidad mundial solamente se han comentado de manera tangencial, como referencias al abordar los problemas peruanos.
Sin embargo, desde el comienzo de este año [2005], y en especial en los últimos meses, se han escuchado voces que reiteradamente muestran interés en comentar los problemas mundiales, en particular la experiencia de la construcción del socialismo iniciada en 1917 en Rusia. Estas inquietudes expresan que hay una necesidad evidente de comentar y explicar esa gran experiencia histórica; pero sin descuidar que lo principal en este foro frente unitario, ha sido, y seguirá siendo, el “conocimiento y definición de los problemas peruanos”, y las propuestas para “crear un Perú nuevo en el mundo nuevo”.
Alguna de las voces que reclaman más atención a los problemas mundiales, cuestionan que en la ex - Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (ex URSS) y en los países de Europa Oriental se haya estado construyendo el socialismo hasta fines de la década de 1980; asimismo niegan el carácter socialista de los actuales regímenes existentes en China, Vietnam y Corea; e incluso, dudan que se esté construyendo el socialismo en la República Socialista de Cuba.
Lo paradójico de esta aparente posición “internacionalista” es que ellos cuestionan la construcción del socialismo en los países anteriormente mencionados, mientras que, por otro lado, reivindican la pasada experiencia del régimen del Gral. Juan Velasco Alvarado en Perú (1968-1975) y la actual experiencia del régimen dirigido por el Capitán Hugo Chávez en Venezuela, como experiencias de inicios del socialismo, e incluso como experiencias propiamente “socialistas”.
La falta de coherencia de algunas de estas voces, es que proponen que “el régimen existente en China no es socialista, mientras que el régimen de Chávez en Venezuela si es socialista”. A continuación, proponen que hay que apoyar decididamente al régimen de Chávez, y combatir intransigentemente al régimen existente en China (“capitalismo rojo” dicen irónicamente).
En otra oportunidad, voy a comentar lo que significaron los regímenes de Velasco en Perú, Torres en Bolivia, Torrijos en Panamá, y otros regímenes similares, formados a comienzos de la década de 1970, según el libreto impuesto por el plan continental de la “Alianza para el Progreso”.
Para otra oportunidad, también dejaré mi comentario sobre lo que actualmente significan los regímenes de Chávez en Venezuela, Lula en Brasil y Vásquez en Uruguay.
Por ahora, me voy a concentrar en exponer, de la manera más breve posible, algunas ideas sobre la experiencia de los inicios de la construcción del socialismo comenzada el año 1917, ideas centrales que espero sirvan para incentivar y ordenar el estudio y el debate. No me anima ninguna intención de cerrar la discusión. Por el contrario, mi intención es ordenar y encauzar el debate de ideas, amplio y abierto, para llegar a conclusiones que sirvan para nuestra propia acción.
Estas pocas ideas, incluso podrían servir para promover un foro de varias sesiones continuadas, en los meses de octubre o noviembre de este año [2005]. Desde ahora podríamos ir promoviendo la inscripción de todos los que deseen participar seriamente, con ideas y propuestas claras, previamente presentadas por escrito, y puestas a conocimiento y discusión por los medios de difusión que se tengan disponibles.
ANTECEDENTES: LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICO BURGUESAS
A fines del siglo XIX, el capitalismo de libre concurrencia que predominaba en los países más desarrollados, llegó a su máximo apogeo y se transformó en “capitalismo monopolista, capitalismo rentista y capitalismo agonizante”.
Ese paso del capitalismo a la fase superior de capitalismo monopolista, no significó una nueva época histórica en el desarrollo de la humanidad, sino simplemente “el paso de una fase inferior, a otra fase superior” en la evolución del régimen capitalista de producción.
Sin embargo, actualmente hay quienes consideran que vivimos en “la época del imperialismo”, como si el llamado “imperialismo” fuera una época diferente a la época capitalista. Y no solo eso, sino que hay quienes consideran que vivimos en “un mundo unipolar”, de total y absoluto dominio del mundo por el capitalismo monopolista norteamericano, reivindicando de esa manera la vieja y errónea tesis de Kautsky acerca del “ultraimperialismo”. (Ver: Lenin, “El imperialismo fase superior del capitalismo”)
En esas nuevas condiciones, de predominio del capitalismo monopolista, condiciones formadas a comienzos del siglo XX, en 1905 estalló la primera revolución democrático burguesa en Rusia, revolución que enfrentó a todas las fuerzas del pueblo ruso, incluida la burguesía rusa, contra el viejo régimen zarista, representante de los intereses de la clase terrateniente feudal. Esa revolución fue derrotada, pero dejó grandes lecciones al proletariado, y dejó una creación heroica de los trabajadores rusos, dejó “el soviet”, o consejo de obreros y campesinos.
Superadas las consecuencias de la derrota de 1905, en febrero de 1917 estalló la segunda revolución democrática burguesa en Rusia, que nuevamente enfrentó al pueblo ruso contra el régimen zarista. Al igual que en 1905, dos clases se disputaban la dirección del proceso revolucionario: la burguesía rusa y el proletariado ruso. La revolución democrático burguesa de febrero de 1917 triunfó en Rusia, pero fueron los burgueses, con el apoyo de un sector de la pequeña burguesía, quienes asumieron la formación del nuevo gobierno en Rusia, desplazando del gobierno a la clase terrateniente feudal, a la aristocracia zarista.
Esas dos revoluciones democrático burguesas en Rusia, la de 1905 y la de 1917, ya no formaban parte de las viejas revoluciones democráticas, sino que, por la participación decisiva del proletariado pasaron a formar parte de las revoluciones democráticas burguesas de nuevo tipo. Estas nuevas revoluciones, con participación activa del proletariado en formación, comenzaron con las revoluciones de 1848 y 1849 en la parte occidental de Europa; y con la revolución rusa de 1905 en la parte oriental, y más atrasada, de ese continente. Las revoluciones de nueva democracia comenzarían tiempo después en los países del continente asiático. (Continuará)
(*) NOTA ADICIONAL (12 de octubre de 2020).-
ACTUALIDAD E IMPORTANCIA DE ESTOS BREVES COMENTARIOS.-
Las actuales crisis, tanto la crisis sanitaria temporal, como la crisis económica coyuntural, que en este año 2020, están estremeciendo a la mayoría de países capitalistas, en Perú han venido acompañadas con la reactivación y el desborde de varias tendencias anti socialistas, que compiten entre ellas, por denigrar la gran experiencia de construcción del socialismo que fue iniciada hace más de 100 años.
Con el objetivo de desconocer los grandes aportes de la revolución rusa, de la revolución china y de la revolución cubana, en una alianza variopinta ocasional, se coluden y a la vez compiten, viejos remanentes del anarquismo, del trotskismo, falsos maoístas (seguidores de la línea de Lin Piao), populistas nacionalistas criollos (solapados repetidores de las tesis de Haya de la Torre), comunistas nacionalistas (seguidores de las tesis de Eudocio Ravines), y hasta socialistas románticos (simpatizantes de las confusas ideas de W. Benjamín y M. Lowy).
Vociferando en un coro completamente desafinado, todos estos confusionistas, denigran la validez del acontecimiento más importante del siglo XX y de toda la historia humana: Los Inicios de la construcción del socialismo en Rusia, China, Cuba y otros países.
Entre estas minúsculas “jaurías de lobos”, ellos compiten por magnificar las desviaciones y los errores que se han cometido en estos primeros “cien años de ensayo de cómo construir el socialismo”, y a la vez, tergiversan u ocultan los Grandes Aportes al desarrollo de la humanidad, aportes de los pueblos de esos países que ya comenzaron la construcción del socialismo.
Estas dos breves comentarios los redacté en el lejano año de 2005. Ahora, quince años después, los vuelvo a publicar para promover, por un lado, el estudio y el debate, y por otro lado, incentivar la asimilación y aplicación de esas valiosas experiencias en la lucha del presente.
Fuente:[foro_centenario] Defensa de la experiencia socialista ( I )
La mejor defensa de las experiencias socialistas(verdad universal) es su continuidad a través de la verdad particular o análisis concreto de situación concreta de cada país, animado por un proletariado consciente de su misión histórica.
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