viernes, 22 de noviembre de 2013

GUILLERMO ROUILLON DUHARTE (2-3)



 MARIÁTEGUI, SUSCITADOR DE PERUANIDAD
  
 
Con motivo de la aparición del libro intitulado: La creación heroica de José Carlos Mariátegui. T.I, La edad de piedra (1894-1919), y del cual soy autor, respondo a las preguntas que me ha formulado el señor Antonio Vergara, a continuación.
Diga Ud. en forma panorámica: ¿cuáles fueron los antecedentes que mediaron para escribir la obra sobre J.C.M.?
            Casi al finalizar los años 30, algunos jóvenes universitarios de esa época, en que nos planteábamos la conveniencia de hallar guías y patrones espirituales para orientar nuestra propia formación y tener una idea sobre los problemas y sus respectivas soluciones en torno a la realidad nacional y mundial, reparamos en la vida, obra e ideas de José Carlos Mariátegui, como una respuesta a las interrogantes que empezábamos a hacernos.
            La verdad es que, aunque era escasa la bibliografía sobre el Amauta, nos sedujo las fuentes que consultamos sobre los valores de su personalidad, creadora y de notable inquietud política. Pronto, agotamos todo lo escrito por Mariátegui y algunos pocos escritos sobre su vida y creación que se encontraba, desde luego, a nuestro alcance. Impactados, en lo más profundo de nuestras almas por aquel suscitador de peruanidad, nos aproximamos deslumbrados por su extraño magnetismo. Fueron muchas las lecturas en torno a su vida y obra. Y a medida que seguíamos buceando en las fuentes mariateguianas, surgían serias interrogantes que carecían de respuestas categóricas y precisas. Nos inquietaba las lagunas abismales que había en las fuentes consultadas. Y también, las interpretaciones en relación con su mensaje, se podía percibir cómo la envidia, la diatriba y la mezquindad roía su gloria y su prédica. Se le negaba honestidad y honradez. Por entonces, se le motejaba de vendido a Leguía por una beca, de populista, de preconizar una tendencia desviacionista dentro del marxismo -que recibía el nombre de “amautismo”-, etc. Incluso se hablaba que de haber vivido hasta nuestros días, se habría apartado de sus ideas socialistas, como otros tantos de sus coetáneos. Perdidos dentro de esta bruma de dudas y calificativos antojadizos con que se trataba de disminuir la figura de Mariátegui, no sabíamos a qué atinar para ver con más claridad. Y por otra parte, se agravaba la situación existente con su “edad de piedra”, etapa que parecía inescrutable. A todo ello se añadía que el Maestro sostenía que sólo a partir de su retorno de Europa, habría que tomar en cuenta su vida y su obra. Entonces, de acuerdo con lo expuesto, se nos presentaba Mariátegui, como algo parecido al caso de la diosa Minerva salida de la cabeza de Júpiter. Era un fenómeno de generación espontánea. Y nosotros, frente a este hecho que no tenía explicación lógica ni siquiera mágica, nos preguntábamos: ¿Es que el Maestro no ha tenido niñez, adolescencia, juventud, lecturas iniciales, personajes que hayan influido sobre él, ni día en que empezó la intensidad de su aprendizaje del marxismo? Toda la documentación escrita sobre la etapa anterior a su viaje a Europa, era incompleta y deliberadamente recortada. Entonces, para llenar esos vacíos y de que surgiera fluidamente la continuidad entre los años precedentes y consecuentes, nos entregamos a profundizar el decurso vital del más grande pensador peruano. Empezamos a investigar todo lo que había escrito Mariátegui, lo tratado sobre él, las más simples referencias, cartas, iconografías, etc. Millares de publicaciones: libros, folletos, periódicos, revistas, fatigaron nuestros ojos y pensamientos, pero templaron nuestras almas. Así salió a la luz la Bio-Bibliografía de José Carlos Mariátegui, publicada por la Universidad de San marcos (1963). Ahora bien, decepcionados por no encontrar en forma escrita, las raíces que nos llevaron a apreciar los primeros pasos revolucionarios del Maestro, nos consagramos a averiguar entre los coetáneos de Mariátegui: familiares, amigos, conocidos y a hurgar su vida íntima, lo que podría saciar nuestras interrogaciones. Así apareció La creación heroica de José Carlos Mariátegui. T.I: La edad de piedra (1894-1919). Aquí descubrimos, cosa curiosa, cual eslabón perdido: la iniciación de su profunda etapa de aprendizaje. Sólo de esta manera y mediante esta pesquisa oral, o sea testimonial -que habría de estar vinculado con el descubrimiento de notables documentos inéditos-, llegamos a comprender la evolución de su pensamiento político, a observar los hitos de sus inquietudes espirituales desde los más lejanos años de su niñez, enclaustrada en una clínica limeña y rodeada de la ternura, amor, poesía, aventuras heroicas y misterio insondable de la vida que tenía por delante. Todo ello respondía a la edad de piedra perdida e incinerada por su propio protagonista. Esa etapa respondía a los problemas psicológicos y sociales, y a la determinación del Amauta de iniciar los estudios del marxismo auténtico y de observar su praxis. Sólo así nos podemos explicar, que a dos meses y medio después de su arribo a Europa, Mariátegui empiece a escribir sus célebres Cartas de Italia (6 de febrero de 1920 al mismo mes de 1922), con cierta madurez ideológica y que registra una concepción marxista revolucionaria de gran solidez. Como podemos comprobar con sus lecturas, ello no podía darse con el hecho de pisar el Viejo Mundo y permanecer en él por espacio de 70 días. El origen teníamos que encontrarlo en su edad de piedra.
¿Cómo define la edad de piedra de Mariátegui?
            Es el período que encierra lo que se puede llamar la etapa de su formación religiosa, esteticista y la primera parte de su iniciación sociopolítica. Además, de estos años arranca su preocupación por la revolución peruana y universal.
¿A qué se debió que utilizara el seudónimo de Juan Croniqueur?
            Ello fue, en cierta forma, para ocultar su apellido Mariátegui (ya que la mención de él traía preguntas indiscretas, como las que le formulaban sobre el parentesco con los Mariátegui, vinculados a la clase dominante y aristocrática). También, se debía al hecho de haber pretendido dar a luz una crónica clandestina y eludir las sanciones por esa burla.
Desde cuándo se inicia la labor de J.C. Mariátegui en bien de los trabajadores?
            Mariátegui fue consecuente con su clase: nace en un hogar humilde, cuya madre era una costurera. En una palabra una obrera a destajo o asalariada. Él mismo empieza a trabajar como obrero gráfico en los talleres de La Prensa. Y a medida que los trabajadores empiezan a adquirir conciencia de clase, en los años de posguerra en el Perú, cosa admirable, también ocurre lo mismo con él. Es decir, junto con el proletariado peruano, en José Carlos se despierta la conciencia de clase. Sólo el viaje de Mariátegui a Europa y sus contactos con un medio bastante avanzado en cuanto a ideas y experiencia, le va a ser que aventaje a los trabajadores de su propio país. Pero luego, de regreso de su periplo europeo, comparte lo aprendido con la clase obrera peruana a través de las Universidades Populares. Y más tarde funda la C.G.T.P. y se pone al servicio de esta clase histórica.
A propósito, ¿nos puede hablar sobre los sindicalistas?
            Como sabemos Mariátegui fue ganado por la inquietud social -durante los días en que trabajaba en La Prensa- precisamente como obrero por la prédica de los anarcosindicalistas. Más tarde, se entrega a dialogar y polemizar con éstos. Y luego, al darse cuenta que los anarquistas y los anarcosindicalistas no respondían a las exigencias históricas de la época y de la revolución social, se orienta al socialismo marxista. Sus primeras lecturas al respecto, la constituyen: Marx, Sorel, Labriola. Astuaro, etc. Interviene en los grandes movimientos huelguísticos, con sus consejos, apoyo periodístico y orientaciones sindicales. Realiza notables campañas a favor de los trabajadores y esclarece algunos puntos de vista sindicales, contrarios a las directivas de los grupos “La Protesta” y “Luz y Amor” (de ideología libertaria), contrarios a la concepción marxista de los sindicatos revolucionarios. Todo ello antes de salir del Perú.
¿Cómo se gestó la huelga de las subsistencias?
            Este acontecimiento sindical fue promovido por los anarcosindicalistas. También cooperaron los socialistas Luis Ulloa y Carlos del Barzo. Asimismo, interviene el grupo jacobino, que venía a ser una fracción disidente de los socialistas de Ulloa, encabezado por Mariátegui y Falcón. Los mencionados socialistas preconizaron la huelga, pero una vez que se decidió ésta, se apartaron, al ser rechazados por pretendida manipulación de los intereses clasistas. Sólo quedaron, aparte de los sindicalistas anarquistas, el grupo jacobino con Mariátegui y Falcón. Más tarde, terminada la huelga, los trabajadores expresaron públicamente su gratitud a Mariátegui y Falcón. Estos dos jóvenes habían hasta provocado el cierre del diario El Tiempo, por brindar su apoyo a los trabajadores. El gobierno de Pardo clausuró el expresado periódico, tildándolo de subversivo y de estar al servicio del extremismo sindical. Posteriormente, Mariátegui y Falcón una vez de directores de La Razón, apoyaron decididamente los intereses de los obreros y de sus justas aspiraciones socioeconómicas.
¿El rol que jugó Mariátegui con la Reforma Universitaria y las 8 horas?
            El papel que desempeñó José Carlos fue muy importante en el proceso de la Reforma Universitaria; aparte de su decidido apoyo periodístico a través de El Tiempo y luego de La Razón, estuvo al lado del Comité de Reforma Universitaria que presidía Juan Manuel Calle y que sostenía abiertamente que las conquistas universitarias se debían lograr mediante la movilización de los estudiantes: huelgas, manifestaciones, asambleas tumultuarias, debates públicos y campañas periodísticas. Es decir, adoptar y realizar la Reforma por las vías revolucionarias. Y no como quería la Federación, invocando el espíritu paternalista de Leguía.
            En cuanto a la jornada de 8 horas, Mariátegui se jugó hasta su estabilidad laboral en El Tiempo, pues merced a la campaña que sostuvo en pro de las 8 horas, el citado diario fue acusado y suspendido de su circulación diaria por tener un carácter subversivo. Los comentarios e informaciones escritas por Mariátegui eran abiertamente a favor de los trabajadores, tanto que a su vez, él fue sindicado de bolchevique.
¿Qué nos puede decir sobre el viaje de Mariátegui a Europa?
            La labor revolucionaria de Mariátegui como Director del diario La Razón y como dirigente del grupo jacobino (de tendencia socialista marxista), era desatando campañas en pro de los sectores populares, obreros, de empleados, estudiantiles; era influyendo en las huelgas y en la radicalización de la lucha de los trabajadores y de los elementos pequeñoburgueses, lo que le valió que el Presidente Leguía, en resguardo de los intereses clasistas que representaba en el Gobierno del país, le diera un ultimátum a José Carlos: la cárcel o el destierro. Mariátegui, con gran realismo, respondió estar de acuerdo con abandonar el país. Y así fue nombrado con el honrosísimo cargo de Agente Propagandístico del Perú en Italia. Necesitaba aprender la teoría y la praxis del socialismo científico, y el Régimen de la Patria Nueva le ofreció la oportunidad. Y un 8 de octubre de 1919, abandonó el país custodiado por la policía política hasta Panamá. Llegó a Nueva York cuando estaba en plena huelga portuaria y ahí se entrevistó con los obreros de izquierda.
¿Desde cuándo comienza con su mensaje sociopolítico en bien del pueblo peruano?
Todo ello lo podemos encontrar en la etapa anterior a su viaje a Europa. También radica en su evolución del pensamiento político de Mariátegui, que parte de su lejana simpatía por Luis Pardo, el Bandolero Romántico; Isaías de Piérola, personaje legendario de la política peruana; el Gran Califa don Nicolás de Piérola, que magnetiza al pueblo y lo arrastra a un levantamiento armado; Jorge Prado, que simboliza un nuevo procedimiento en la política individualista: visita las fábricas, los barrios obreros, los sectores populares, estudiantiles, etc. Luego viene la posición francófila que adopta Mariátegui; pasando por su actitud wilsoniana (del Programa de los 14 puntos); su socialismo influido por la revista España de Luis Araquistáin, Francisco Largo Caballero, Pablo Iglesias, Prieto y otros; posteriormente el socialismo de izquierda vinculado a la Revolución de Octubre de 1917 y al Partido Socialista Argentino de tendencia marxista revolucionaria.
            Vuelvo a decir que ahí está su campaña periodística, su militancia socialista, su decidido apoyo a las huelgas obreras y esfuerzo por cooperar con la lucha por la baja de las subsistencias y por las aspiraciones sociales y económicas del pueblo de Lima.
Hechos importantes de carácter intelectual o cultural durante la edad de piedra.
            Se puede mencionar el movimiento “Colónida” que respondió a una inquietud iconoclasta de los jóvenes de la época, que querían romper las ataduras asfixiantes de la cultura dirigida por la clase dominante, con un sentido feudal y dependiente, y hasta diríamos academicista. Dentro de este período, se halla la crítica a Riva Agüero, a Teófilo Castillo, a José Pardo y otros personajes decadentes y con mentalidad arcaica. Está también la actitud de los colónidos por formar el gusto popular por las grandes obras universales y nacionales. Es la etapa en que aparece Nuestra Época y desde sus columnas, inserta su renuncia a Juan Croniqueur, su seudónimo que representa siete años consagrados al esteticismo. En este período se puede observar que José Carlos se halla entre dos polos opuestos: aristocracia y rebeldía.
¿Qué estados de conciencia se percibe en Mariátegui a través de la edad de piedra?
            La obra La Creación Heroica de José Carlos Mariátegui. Tomo I: la edad de piedra (1894-1919), que he entregado al lector, abarca tres estados de conciencia vinculados a ese período de su vida:
-Estado religioso; representado por su niñez en que sólo busca a Dios.
-Estado esteticista; que abarca su adolescencia, o sea principalmente los años 1911-1918, en que firma con el seudónimo de Juan Croniqueur.
-Estado político social; transición entre la adolescencia y la juventud: baile de Norka Rouskaya como punto de partida de su compromiso con los sectores populares, vinculados con el quehacer de su madre. Impacto que ejerció sobre él la Revolución Rusa. Su militancia socialista y su preocupación por iniciar un aprendizaje profundo de las ideas marxistas entre los años 1917-1919.
¿Puede darnos algunos detalles de la estructuración de su libro?
            El primer tomo al cual venimos haciendo referencia, tiene 344 páginas. Está dividido en cinco capítulos y contiene dos índices: onomástico y de nombres de personas que rindieron testimonios de su relación con José Carlos. Indudablemente que las fuentes principales de esta primera parte la constituyen los testimonios familiares y de los amigos, así como muchos otros documentos inéditos y bibliografía mariateguiana. Para tener datos exactos al respecto -como se puede comprobar consultando el propio libro-, a continuación se ofrece un cuadro de las fuentes, repartidas en toda la obra:
Libros
  56
Revistas
  98
Periódicos
253
Testimonios
216
Cartas
    8
Documentos eclesiásticos
  18
Documentos oficiales
    9
Documentos en general
    3
Documentos gráficos
  38
                     Total
699
            De esta cantidad de materiales incluidos en la obra, se hallan distribuidos al pie de las páginas 601 citas y los otros documentos se encuentran insertos en páginas especiales, o ya incorporados en el texto general. Se publica, igualmente, una introducción del libro y se inserta una lista de las personalidades más representativas -de las 380 que han contribuido con sus testimonios-, que han aportado sus esclarecimientos en torno a las cualidades de la vida de José Carlos y con ello a materializar la obra del Amauta.
¿Qué éxito empieza a alcanzar?
            A partir de su determinación por acercarse al pueblo, Mariátegui empieza a despertar interés en los sectores populares, el diario El Tiempo donde trabaja tiene gran demanda y, después, cuando se independiza de aquel y funda La Razón que se halla al servicio del proletariado, estudiantado y de las capas populares, este alcanza un tiraje astronómico llegando hasta 7 mil ejemplares diarios, algo insólito para la época.
¿Por qué le dedica su obra a la viuda de José Carlos?
            He tomado en cuenta la abnegada y ejemplar consagración de la viuda por prolongar la vida del insigne maestro J.C. Mariátegui. A tal punto que si él siguió viviendo, después de la segunda operación quirúrgica que le practicaran (1924), se debió en gran parte a los desvelos y ternura que supo prodigarle al ilustre Amauta. Estoy seguro que algún día todo el Perú le expresará a ella -la Madonna Toscana, como la llamara su propio esposo- su inmensa gratitud, debido a que en esos años que logró sobrevivir éste -gracias al amor de Anna Chiappe de Mariátegui-, fueron los tiempos de su madurez, creación revolucionaria y de su prédica de peruanización del Perú.
¿Cómo surge el pensamiento revolucionario de Mariátegui y cuándo?
            Para lograr los objetivos que se planteaba en su época (de los años de posguerra), era necesario una intensa preparación teórica que unida a la experiencia práctica, fueran los instrumentos adecuados y coherentes para esclarecer los problemas que afectaban a la clase trabajadora y al país en general. Así, empezó por formarse como autodidacta en el terreno revolucionario y disponiendo de fuentes muy limitadas. Todavía no se conocía las obras completas de Carlos Marx ni mucho menos la labor revolucionaria de Lenin, el genial conductor de la Revolución Rusa. Uno que otro libro marxista llegaba a las manos de los jóvenes inquietos. Mariátegui y Falcón al empezar el año 18, estaban influidos de ideas revolucionarias y se encontraban muy informados de lo que venía ocurriendo en Europa.
Guillermo Rouillon Duharte
Mariátegui, suscitador de peruanidad
Editor: Guillermo Yucra Moreno
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Vicerrectorado de Investigación
Lima-Perú, 240 págs. 15 x 21 cms. Págs. 195-203
            Nota.- GRD aprovechó este incisivo cuestionario para ampliar sus ideas expuestas en el tomo I de su biografía de JCM. No hay mejor resumen del libro que este artículo. Ni mejor guía para su lectura y estudio. Si en su primer artículo, Mariátegui y el periodismo nacional, muestra su acercamiento a la obra del Amauta, en este artículo muestra ya su conocimiento cabal de la vida y obra de nuestro Amauta Mariátegui.
                                                        
Ragarro
22.11.13
                                                       

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