sábado, 8 de febrero de 2014

Centenario del Socialismo Peruano (03) OEA Y ECONOMÍA COLONIAL

                               

Y así, en cada uno de los trances, en cada uno de los episodios de la experiencia histórica que vamos cumpliendo, nos encontramos siempre de frente al mismo problema: el problema de peruanizar, de nacionalizar, de emancipar nuestra economía.
JCM 08.01.26

            La II-GM (1939-1945) marcó el inicio del predominio mundial de Estados Unidos (ONU, Consejo de Seguridad donde, “de sus cinco miembros, los cuatro grandes son tres Estados Unidos y Rusia” como decía un comentarista). Asegurado el predomino del dólar (Bretton Woods), el nuevo imperio fortaleció su “patio trasero”
            Frustrado el proyecto de unidad de Nuestra América (Bolívar, Congreso Anfictiónico 1826), Estados Unidos tomó la iniciativa con sus conferencias panamericanas (diez: 1889, 1901, 1906, 1910, 1923, 1928, 1933, 1938, 1948, 1954) Al inicio de la VIII Conferencia, fundacional de la OEA, Organización de Estados Americanos, el 9 de abril se perpetró el asesinato del líder liberal colombiano Jorge Eliécer Gaitán, lo que ocasionó “el Bogotazo” Así, chorreando sangre surgió la agencia política neocolonial para el control y sometimiento integral de nuestros países
Antes, en 1947 había implantado su agencia militar neocolonial TIAR, Tratado Inter Americano de Asistencia Recíproca. Sólo faltaba su agencia económica neocolonial, que surgió en diciembre de 1948, Santiago de Chile, con el nombre de CEPAL, Comisión Económica Para América Latina.
Si el TIAR le sirvió para adoctrinar y someter a los ejércitos nacionales (papel nulo ante sus propias agresiones y la agresión inglesa a Las Malvinas), la OEA le ha servido para someterlos políticamente (expulsión casi unánime de Cuba por su Revolución victoriosa) Para dorar la píldora, surgió el engendro de ALPRO, Alianza Para el Progreso, en Punta del Este Uruguay, (de 1961 a 1970), y que en verdad no fue “por el progreso” sino para parar el progreso de nuestros países y no seguir el “mal ejemplo cubano” que declaraba cubanizar, nacionalizar, emancipar su economía.
La pieza clave es, sin duda, la CEPAL, pues el imperio bien sabe que lo económico es la base de lo político-militar. Su más conocido director fue el argentino Raúl Prebisch, difusor del “estructuralismo”, variante del keynesismo, promoviendo un Estado “de bienestar” en lo económico y un Estado “de derecho” en lo político.
Este estructuralismo hasta desarrolló una “teoría cepalina del subdesarrollo”, que lo único que ha logrado es el eterno desarrollo del subdesarrollo. Su pilar fue la industrialización por “sustitución de importaciones” El resultado visible es lo que ocurre en Argentina, que siendo país de avanzada en el siglo XX, colapsó con el “corralito” de comienzos de siglo y ahora se hunde más y más en su parálisis estructural. Y es que en el desarrollo industrial, se llega a la sobreproducción cuando el mercado nacional no puede absorber todo lo producido ocurriendo las periódicas crisis, lo que lleva a la expansión forzando la venta al exterior. Producir sólo para el mercado interno propio no tiene sentido en el capitalismo. Y eso es lo que impuso la Cepal, sustituir la importación sin promover la exportación de productos elaborados. Un planificado engaño total.
Este marco bien puede guiar el análisis de la situación interna del país. Bustamante y Rivero, asesor anteriormente del golpe militar de Sánchez Cerro, surge como representante de la “juridicidad” (1945-1948), de un liberalismo trasnochado sin base económica alguna, catapultado por el Frente Democrático Nacional dirigido por al Apra, muestra de que ningún frente deja de estar organizado y dirigido por una ideología partidaria (o frente liberal o frente socialista) En esa etapa de posguerra ocurría una severa crisis ideológica (confrontación liberalismo-socialismo), económica (por nulo desarrollo industrial), social (lucha laboral insurgente) El aprismo mayoritario en el Congreso, para paliar la crisis promocionó los “estanquillos municipales”, pues su tarea era y sigue siendo el control de los municipios, hasta el presente.
La oligarquía agro-minera exportadora se oponía al control de cambios que la afectaba directamente. La Prensa, como diario opositor anticomunista (anti “aprista”) elevó a su dueño Pedro Beltrán ante el asesinato en 1947 de otro de sus dirigentes, Francisco Graña Garland. Pero el detonante fue el lesivo Contrato de Sechura con la IPC, aprobado por la mayoría aprista. En el Gabinete Ministerial dominaba el militar Manuel A. Odría, que repitiendo el libreto de Sánchez Cerro dio el nuevo golpe militar.
Detrás de esta parodia estaba el “clan exportador” (oro, algodón, lana, arroz) de la oligarquía que defendía sus intereses ante el control de cambios. La insurrección naval aprista fue aplastada sangrientamente, octubre del 48, por Zenón Noriega y Odría. Y el 3 de octubre se oficializaba la “Revolución Restauradora de Arequipa” Años después Haya (Apra), Beltrán (La Prensa), Ravines (ex PC) se darían el abrazo cordial.
Con Odría se implementaría el plan cepalino. La agresión yanqui contra Corea (1951-1953) elevó el precio y volumen de las exportaciones del país, lo que le permitió realizar inversiones con el lema de “salud-educación-trabajo” Se inició la construcción de infraestructura como las Unidades Escolares pues “para el desarrollo primero se requiere de educación”; la Vía Panamericana, pues había que conectar América de sur a norte; y el Estadio Nacional para la entretención capitalina. La represión laboral y la corrupción pública se incrementaron (temas de Conversación en la Catedral, de Vargas Llosa) Pero, como siempre, la investigación respectiva fue archivada a cambio del “retorno a la democracia” con el nuevo gobierno salvador, Manuel Prado (1956-1962)
Prado, hijo del Mariano Prado que fugó con el dinero recaudado para la defensa del país, era dueño ya del Banco Popular y de la producción de cemento, pero tuvo que gobernar cuando cesaba la renta por la “guerra de Corea” y se iniciaba la influencia de la Revolución Cubana (1959) En este marco, acató fielmente al amo yanqui cuando impuso en la OEA la expulsión de Cuba, iniciando el bloqueo multilateral contra la Isla Heroica (Ahí brilló la oposición de Raúl Porras Barrenechea, ilustre representante de la izquierda democrática y de la investigación historiográfica de nuestro país) E instituyó el “Día de la Peruanidad” aunque hasta se retrató con un curaca arrodillado a sus pies.
Como el engaño cepalino quedaba desenmascarado, la insurgencia popular iba en aumento. Terminaba la influencia aprista perdiendo su dominio en las universidades. Ante el inicio de la insurrección armada tuvo que dejar el gobierno ante una junta militar (Ricardo Pérez Godoy, Nicolas Linch), y después salió elegido en julio de 1963 Fernando Belaúnde, disidente aprista que con su partido Acción Popular fue elegido por la Alianza Acción Popular-Democracia Cristiana, otro frente “democrático” Impactó al comienzo con su Plan de Vivienda Popular, su Plan Vial (Marginal de la Selva), y su Plan de Cooperación Popular (con el lema “El pueblo lo hizo”) Pero enfrentó sangrientamente los movimientos campesinos contra el opresor gamonal (donde destaca Manuel Llamoja Mitma) Ante la farsa del acuerdo con la IPC por la Brea y Pariñas, (la página 11) fue depuesto militarmente en 1968 por Velasco Alvarado.
En toda esta nueva etapa, ¿hubo peruanización, nacionalización, emancipación de nuestra economía? ¿Se puede seguir ignorando o negando nuestra realidad profunda?
Entonces, la economía del Perú sigue siendo una economía colonial
                                                                     Ragarro
                                                                    04.02.14


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