Y así, en cada uno de los trances, en cada uno de
los episodios de la experiencia histórica que vamos cumpliendo, nos
encontramos siempre de frente al mismo problema: el problema de peruanizar,
de nacionalizar, de emancipar nuestra economía.
JCM 08.01.26
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La
II-GM (1939-1945) marcó el inicio del predominio mundial de Estados Unidos
(ONU, Consejo de Seguridad donde, “de sus cinco miembros, los cuatro grandes
son tres Estados Unidos y Rusia” como decía un comentarista). Asegurado el
predomino del dólar (Bretton Woods), el nuevo imperio fortaleció su “patio
trasero”
Frustrado
el proyecto de unidad de Nuestra América (Bolívar, Congreso Anfictiónico 1826),
Estados Unidos tomó la iniciativa con sus conferencias panamericanas (diez:
1889, 1901, 1906, 1910, 1923, 1928, 1933, 1938, 1948, 1954) Al inicio de la
VIII Conferencia, fundacional de la OEA, Organización de Estados Americanos, el
9 de abril se perpetró el asesinato del líder liberal colombiano Jorge Eliécer
Gaitán, lo que ocasionó “el Bogotazo” Así, chorreando sangre surgió la agencia
política neocolonial para el control y sometimiento integral de nuestros países
Antes, en 1947
había implantado su agencia militar neocolonial TIAR, Tratado Inter Americano
de Asistencia Recíproca. Sólo faltaba su agencia económica neocolonial, que
surgió en diciembre de 1948, Santiago de Chile, con el nombre de CEPAL,
Comisión Económica Para América Latina.
Si el TIAR le
sirvió para adoctrinar y someter a los ejércitos nacionales (papel nulo ante
sus propias agresiones y la agresión inglesa a Las Malvinas), la OEA le ha
servido para someterlos políticamente (expulsión casi unánime de Cuba por su
Revolución victoriosa) Para dorar la píldora, surgió el engendro de ALPRO,
Alianza Para el Progreso, en Punta del Este Uruguay, (de 1961 a 1970), y que en
verdad no fue “por el progreso” sino
para parar el progreso de nuestros
países y no seguir el “mal ejemplo cubano” que declaraba cubanizar,
nacionalizar, emancipar su economía.
La pieza clave
es, sin duda, la CEPAL, pues el imperio bien sabe que lo económico es la base
de lo político-militar. Su más conocido director fue el argentino Raúl
Prebisch, difusor del “estructuralismo”, variante del keynesismo, promoviendo
un Estado “de bienestar” en lo económico y un Estado “de derecho” en lo
político.
Este
estructuralismo hasta desarrolló una “teoría cepalina del subdesarrollo”, que
lo único que ha logrado es el eterno desarrollo del subdesarrollo. Su pilar fue
la industrialización por “sustitución de importaciones” El resultado visible es
lo que ocurre en Argentina, que siendo país de avanzada en el siglo XX, colapsó
con el “corralito” de comienzos de siglo y ahora se hunde más y más en su
parálisis estructural. Y es que en el desarrollo industrial, se llega a la
sobreproducción cuando el mercado nacional no puede absorber todo lo producido
ocurriendo las periódicas crisis, lo que lleva a la expansión forzando la venta
al exterior. Producir sólo para el mercado interno propio no tiene sentido en
el capitalismo. Y eso es lo que impuso la Cepal, sustituir la importación sin promover
la exportación de productos elaborados. Un planificado engaño total.
Este marco bien
puede guiar el análisis de la situación interna del país. Bustamante y Rivero,
asesor anteriormente del golpe militar de Sánchez Cerro, surge como
representante de la “juridicidad” (1945-1948), de un liberalismo trasnochado
sin base económica alguna, catapultado por el Frente Democrático Nacional
dirigido por al Apra, muestra de que ningún frente deja de estar organizado y
dirigido por una ideología partidaria (o frente liberal o frente socialista) En
esa etapa de posguerra ocurría una severa crisis ideológica (confrontación
liberalismo-socialismo), económica (por nulo desarrollo industrial), social
(lucha laboral insurgente) El aprismo mayoritario en el Congreso, para paliar
la crisis promocionó los “estanquillos municipales”, pues su tarea era y sigue
siendo el control de los municipios, hasta el presente.
La oligarquía
agro-minera exportadora se oponía al control de cambios que la afectaba
directamente. La Prensa, como diario
opositor anticomunista (anti “aprista”) elevó a su dueño Pedro Beltrán ante el
asesinato en 1947 de otro de sus dirigentes, Francisco Graña Garland. Pero el
detonante fue el lesivo Contrato de Sechura con la IPC, aprobado por la mayoría
aprista. En el Gabinete Ministerial dominaba el militar Manuel A. Odría, que
repitiendo el libreto de Sánchez Cerro dio el nuevo golpe militar.
Detrás de esta
parodia estaba el “clan exportador” (oro, algodón, lana, arroz) de la
oligarquía que defendía sus intereses ante el control de cambios. La
insurrección naval aprista fue aplastada sangrientamente, octubre del 48, por
Zenón Noriega y Odría. Y el 3 de octubre se oficializaba la “Revolución
Restauradora de Arequipa” Años después Haya (Apra), Beltrán (La Prensa),
Ravines (ex PC) se darían el abrazo cordial.
Con Odría se
implementaría el plan cepalino. La agresión yanqui contra Corea (1951-1953) elevó
el precio y volumen de las exportaciones del país, lo que le permitió realizar
inversiones con el lema de “salud-educación-trabajo” Se inició la construcción
de infraestructura como las Unidades Escolares pues “para el desarrollo primero
se requiere de educación”; la Vía Panamericana, pues había que conectar América
de sur a norte; y el Estadio Nacional para la entretención capitalina. La
represión laboral y la corrupción pública se incrementaron (temas de Conversación en la Catedral, de Vargas
Llosa) Pero, como siempre, la investigación respectiva fue archivada a cambio
del “retorno a la democracia” con el nuevo gobierno salvador, Manuel Prado
(1956-1962)
Prado, hijo del
Mariano Prado que fugó con el dinero recaudado para la defensa del país, era
dueño ya del Banco Popular y de la producción de cemento, pero tuvo que
gobernar cuando cesaba la renta por la “guerra de Corea” y se iniciaba la
influencia de la Revolución Cubana (1959) En este marco, acató fielmente al amo
yanqui cuando impuso en la OEA la expulsión de Cuba, iniciando el bloqueo
multilateral contra la Isla Heroica (Ahí brilló la oposición de Raúl Porras
Barrenechea, ilustre representante de la izquierda democrática y de la
investigación historiográfica de nuestro país) E instituyó el “Día de la
Peruanidad” aunque hasta se retrató con un curaca arrodillado a sus pies.
Como el engaño
cepalino quedaba desenmascarado, la insurgencia popular iba en aumento.
Terminaba la influencia aprista perdiendo su dominio en las universidades. Ante
el inicio de la insurrección armada tuvo que dejar el gobierno ante una junta
militar (Ricardo Pérez Godoy, Nicolas Linch), y después salió elegido en julio
de 1963 Fernando Belaúnde, disidente aprista que con su partido Acción Popular
fue elegido por la Alianza Acción Popular-Democracia Cristiana, otro frente
“democrático” Impactó al comienzo con su Plan de Vivienda Popular, su Plan Vial
(Marginal de la Selva), y su Plan de Cooperación Popular (con el lema “El
pueblo lo hizo”) Pero enfrentó sangrientamente los movimientos campesinos
contra el opresor gamonal (donde destaca Manuel Llamoja Mitma) Ante la farsa
del acuerdo con la IPC por la Brea y Pariñas, (la página 11) fue depuesto
militarmente en 1968 por Velasco Alvarado.
En toda esta
nueva etapa, ¿hubo peruanización, nacionalización, emancipación de nuestra
economía? ¿Se puede seguir ignorando o negando nuestra realidad profunda?
Entonces, la economía del Perú sigue siendo una
economía colonial
Ragarro
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