martes, 11 de octubre de 2016

Represión en el Encuentro Nacional de Mujeres: No podrán silenciar tanta historia

x Marcha
Con efectivos de al menos tres fuerzas el gobierno de Santa Fe reprimió con balas de goma y gases la marcha que congregó a 120 mil mujeres
Cobertura colectiva desde Rosario. Fotos por Rolando Andrade
El operativo duró horas y se extendió a varias zonas de la ciudad. Hubo periodistas heridxs. El feminismo organizado tomó las medidas de prevención para que ninguna mujer resulte herida. 
Las fuerzas represivas violentaron a las mujeres luchadoras que participaron del Encuentro Nacional de Mujeres (ENM). Esta vez fue en Rosario, Santa Fe. A pesar de los pedidos de la jerarquía eclesiástica, fundamentalistas religiosos las provocaron frente a la Catedral de la ciudad apenas entraban las columnas de la multitudinaria marcha que congregó a 120 mil mujeres. Antes de escucharse los balazos que dieron comienzo a la represión, la policía aguardó el momento tras las tapias que tapaban la Catedral. El operativo ya estaba dispuesto desde la tarde, mucho antes de que comenzara la movilización de cierre.

Cabe destacar que el movimiento de mujeres y feminista previó medidas de seguridad ante estas situaciones y para el resguardo de todas las compañeras tanto la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y la Campaña contra las Violencias hacia las Mujeres, que nuclean diversas organizaciones, decidieron no pasar frente a la Catedral y no ingresar a la Plaza 25 de Mayo para evitar cualquier riesgo. Esta decisión, tomada en asambleas, fue teniendo en cuenta que la Iglesia como institución representa un símbolo de opresión y negación sistemática de derechos, con una mirada conservadora sobre las decisiones de las mujeres.
“No acompañamos ninguna iniciativa de abrazo a la Iglesia Catedral, y los exhortamos a transmitir este mensaje, a todos vuestros dirigentes y militantes parroquiales”, afirmó la presidenta de la Acción Católica Rosario, Verónica Borrachetti a través de un comunicado. Sin embargo, un grupo de fundamentalistas se apostó, rezando, junto con la policía en la puerta del templo a la espera de las mujeres que decidieran manifestarse allí.

El accionar de las fuerzas represivas fue similar al de Mar del Plata. Si bien resta confirmar la participación de personas infiltradas u otros civiles, al igual que en el Encuentro Nacional de Mujeres realizado el año pasado, se utilizó la Catedral como sede operativa y, luego, avanzaron sobre el espacio público -una plaza que está en lo alto-, cuando aún faltaba que la mayoría de las organizaciones arribara al Monumento a la Bandera, punto final de la movilización.
De todas maneras, el clima represivo se iba caldeando a medida que avanzaba la poderosa y multitudinaria movilización de las mujeres organizadas. Al menos para la pequeña columna que logró realizar el recorrido oficial propuesto por la Comisión Organizadora que planteaba no pasar por la Catedral. Luego del Parque de la Independencia, ubicado en Oroño y Pellegrini -frente a los Tribunales Federales-, la policía dejó de cortar las calles y aparecieron dos integrantes de la Gendarmería Montada, a provocar.
Al cierre de esta nota, se sabía que hubo varias personas heridas producto de las balas de goma y los gases lacrimógenos. Se trata de trabajadorxs de distintos medios de comunicación del país: Télam y La Garganta Poderosa de Buenos Aires, Canal 5 de Rosario, Mucho Palo Noticias de Córdoba, Panza Verde de Concordia, y APA Prensa, de Tucumán.
Ninguna de las mujeres que participaban de la marcha del ENM.

Mientras el mar de mujeres se retiraba de la plaza feminista (la San Martín), que hizo de lugar de encuentro el sábado y el domingo, la Policía merodeaba por los alrededores. Los móviles daban vueltas despacio. Unas cuadras más adelante, la Policía intervino en un supuesto disturbio en un colectivo de línea que regresaba a la escuela donde estuvieron alojadas durante los dos días. Para garantizar “que llegaran a la escuela”, según textuales palabras, la Policía decidió escoltar el transporte a destino.
Parecía que la idea de la represión era clara, no sólo fue desarmar la multitudinaria marcha a fuerza de balas y gases, sino también que ya no se volvieran a organizar para llegar a destino e interpelar a los poderes. Pero como ya es costumbre desde hace más de 30 años, las mujeres pasaron la voz, hicieron redes solidarias, con la seguridad absoluta de que como hoy y durante todo el año, octubre las seguirá encontrando organizadas… ¡y marchando!
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