martes, 29 de junio de 2021

Convertir el sufragio, de medio de engaño en instrumento de emancipación PRECARIEDAD DEL PODER POLÍTICO

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Convertir el sufragio, de medio de engaño en instrumento de emancipación

 

PRECARIEDAD DEL PODER POLÍTICO

 

  Las elecciones actuales cuyos resultados ya conocidos continúan entrampados por los intereses de una clase dominante, que en sus últimas horas ha devenido más abiertamente que antes en una banda corrupta y caduca, como el mismo sistema que lo sostiene.

  Una clase dominante parasitaria, ajena a la producción y productividad. No de ahora, si no desde el mismo instante en que se estableciera en el Perú aquel sistema de un liberalismo formal, porque su contenido estaba determinado por el relevo en el poder de la clase terrateniente, por sus herederos. Desde entonces hasta ahora, el Estado sufre de ese mal crónico que es el causante a que en el plano mundial se considere al Perú como “país tercermundista” o “país en eterna vía de desarrollo”. Solo bueno como “depósito de materias primas para el capital extranjero como bueno para las inversiones de sus capitales y de mercado para sus productos”. De allí, que desde hace muchas décadas se diga “en el Perú no se produce ni siquiera un clavo”. De este hecho real, concreto, de dependencia de un capitalismo marginal del capital extranjero o transnacional, depende también el “colonialismo mental”, que rebaja lo nacional para enaltecer lo extranjero.

  Es esta precariedad en lo económico, lo que produce la precariedad en lo político.

  La clase dominante es una clase vencida, derrotada. Lo ha estado siempre; lo que ocurre es que el pueblo en materia de organización, es aún más precario, de lo que ha dependido que aquella clase parasitaria se mantenga en el poder político. Y cómo se mantiene, ya lo estamos apreciando con lo  que viene sucediendo en las presentes elecciones. Y es una muestra más de la precariedad de su poder al mostrarse “despótica ante el débil y lacayuna y servil ante el poderoso”. Como muestra sirve también, que un pueblo organizado no puede levantar falsas ilusiones en unas elecciones que solo llenan el escenario de una “Democracia farisea”, hoy en decadencia y disolución.

  El pueblo productor peruano está frente a una clase dominante, que históricamente, en su gestión, jamás obedeció a principio alguno. Todo le fue bien, mientras el pueblo trabajador obraba solo como objeto hasta que en cada conflicto social, el pueblo le recordó que  educándose en la lucha y mostrándose organizado en ella, es como interviene como sujeto determinante en la historia.

  Las elecciones actuales están mostrando esta realidad. Se le ha agotado ya su estrategia en la política para engañar al pueblo productor. Y es que su hora de agonía está íntimamente ligada a la crisis terminal del capitalismo.

  En adelante, solo es de preocupación del pueblo trabajador, la PREPARACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN PARA EL CAMBIO SOCIAL. Así, se pone por delante un “Perú Nuevo en el mundo Nuevo”, por ganar.

 

Héctor Félix D.

28.06.21

 

COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

 

29 de junio 2021

 

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