martes, 6 de agosto de 2013

CRECIMIENTO ECONÓMICO Y CRECIMIENTO DE LA DELINCUENCIA EN EL PERÚ. A PROPÓSITO DE LAS DECLARACIONES DEL MINISTRO DEL INTERIOR WILFREDO PEDRAZA

 

Escribe: César Vásquez Bazán




El pasado lunes 29 de julio de 2013, el ministro del Interior del régimen humaliento, un caballero con serias dificultades de dicción que responde al nombre de Wilfredo Pedraza, formuló declaraciones que se hace necesario comentar sobre el crecimiento de la delincuencia en el Perú.

Dijo el ministro lo siguiente:

“El crecimiento de la delincuencia es un fenómeno internacional, especialmente en aquellos países que tienen un franco crecimiento económico. Las tadísticas [sic] nos indican, por jemplo [sic] que Ica, Lima y todo el norte del país tienen índices ligeramente elevados…”

La pedrada de Pedraza

Por supuesto, expresada de la manera como lo fue, la declaración de Pedraza resulta una insensatez mayúscula, una verdadera pedrada mental del pobre Pedraza a sus oyentes. De acuerdo con las palabras de este cómplice de Humala, el crecimiento económico llevaría a una situación contradictoria: como consecuencia del dinamismo económico, en el que se supone que las cosas mejoran para la sociedad y los seres humanos que la conforman, los peruanos tendríamos más incentivos para matar, secuestrar, violar, abalear o acuchillar a otros peruanos.

Hay algo que no funciona en la manera utilizada por el burro Pedraza para relacionar el crecimiento económico con el crecimiento de la delincuencia. Si como producto del crecimiento la situación económica y social del país estuviera mejorando genuinamente, la delincuencia debería reducirse y no aumentar. En vista del crecimiento económico en el que, supuestamente, a todos nos chorrea alguito, los peruanos deberíamos tener menos incentivos para cometer crímenes y, por lo tanto, menos tiempo para matar, secuestrar, violar, abalear o acuchillar a otros peruanos. Si viviéramos un verdadero crecimiento, deberíamos contar con más incentivos para trabajar, para innovar, para mejorar y, a la vez, deberíamos observar una decreciente propensión marginal a delinquir.

Si se acepta este razonamiento, puede obtenerse una primera conclusión: es incorrecto afirmar que todo crecimiento económico genere crecimiento de la delincuencia. Por el contrario, de existir algún tipo de relación entre ambos fenómenos, esta relación debería ser la inversa, es decir, a mayor crecimiento de la economía, debería verificarse un menor crecimiento de la delincuencia.

Lo que debió decir Pedraza

La declaración del ministro Pedraza puede corregirse y si esto se hace obtendríamos una afirmación que es verdadera. Lo que Pedraza debió haber dicho es lo siguiente: El crecimiento de la delincuencia es un fenómeno generado por el TIPO de crecimiento económico que estamos viviendo.

Así es, mis amables lectores: el crecimiento económico que se produce en el país es un crecimiento concentrado en sectores como la minería y la exportación de recursos naturales, cuyas ganancias son capturadas por una afortunadísima minoría de minorías. Nos encontramos frente a una situación en la que hay crecimiento, pero es un dinamismo que no incluye a la mayoría de la colectividad. 

Frente a un crecimiento que se concentra en pocas manos, que no llega a todos, que no distribuye sus frutos en la colectividad, miembros de la mayoría dejada de lado deciden rebelarse y poner en práctica a nivel microsocial una mejor “distribución” de los frutos del crecimiento económico. El problema es que esta peculiar acción distributiva se implementa matando, secuestrando, violando, abaleando o acuchillando a otros peruanos que supuestamente  han recibido algo o alguito− del chorreo económico. 

Arribamos a una conclusión preocupante, no sólo desde el punto de vista económico, sino también desde el punto de vista social y político: el TIPO de crecimiento económico observado en el Perú es el que genera el incremento de la delincuencia.

A manera de resumen

Con un pequeño ajuste que por supuesto no es sólo de palabras sino de concepto puede encontrarse utilidad en la pedrada verbal sobre el crecimiento económico arrojada por el buen Pedraza. No se trata sólo de burlarse un rato del ministro y recordarle que no se dice tadísticas sino estadísticas, que no se pronuncia jemplo sino ejemplo y que si desea referirse al crecimiento internacional de la delincuencia sería conveniente que mencione a naciones y no a regiones del Perú. ¡Ah, ah! Se trata de hacerle presente al ministro Pedraza que el gobierno del cual forma parte ofreció, precisamente, iniciar una gran transformación que impulsaría un crecimiento incluyente y no un crecimiento generador de mayor delincuencia.

Claro está, es imposible pensar que un gobierno representante de los super-ricos mineros y banqueros pueda llevar adelante un cambio en el patrón de crecimiento. El modelo actual, que genera mayor criminalidad, es el que, paradójicamente, la plutocracia necesita para beneficiarse cada vez más y retener las ganancias al interior de los grupos más ricos. La plutocracia que gobierna nuestro país no sufre los efectos de la delincuencia, porque lo fundamental de su vida transcurre en el extranjero o en un mundo de residencias cercadas, bajo vigilancia permanente, y con tránsitos personales y familiares protegidos por guardaespaldas y choferes.

Si los peruanos realmente queremos que comience a reducirse la delincuencia en nuestro país, necesitamos cambiar el modelo de crecimiento seguido por el neoliberalismo y que es el que provoca el  surgimiento acelerado de nuevos delincuentes. 

Ésa debe ser la exigencia de los peruanos sensatos: que el crecimiento económico incluya a más miembros de la colectividad y que dicha inclusión se produzca de veras, más rápida e integralmente. Ése será el día en que el crecimiento económico comenzará a generar disminución de la delincuencia. Y ése será el día también del inicio de la verdadera Gran Transformación que necesita el Perú, aquella que fue predicada por más de medio siglo por un gran peruano cuyo aniversario de fallecimiento recordamos mañana, 2 de agosto, y en cuya memoria ha sido escrita esta breve reflexión.

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