domingo, 18 de agosto de 2013

REYNALDO FÉLIX RICAPA 1921 - 17 AGOSTO - 2002





Me iré con tiempo cumplido
y partido terminado”
RFR


LA FRAGUA: 1921 – 1944
Hace un año partía don Reynaldo, comunero de Rauma, escolar de Canta, Secundario en el Guadalupe, preparado como trabajador de la enseñanza en el Pedagógico de Lima. Una simple reseña como ésta nada dice o dice mucho. Muchos tienen un derrotero similar. Pero la diferencia radica en el ejemplo del hogar, en la influencia de su tiempo, y sobre todo en su propia decisión. El haber perdido a su madre temprana edad fue su primera conmoción; pero así conoció del esfuerzo paterno, que lo supo guiar para enfrentar la dura realidad. La muerte de un gran visionario conmocionó el país hasta es sus más pequeños rincones, y es de seguro que el niño hasta se preguntara por el significado del vocablo Amauta, que se difundía sin traducción. Ya joven, pensando en el terruño y la mejor opción para colaborar en su desarrollo, tomó su propia decisión de orientarse al magisterio. Encinas, Mariátegui, Makarenko fueron sus mejores maestros en el poema pedagógico que lo guiaba. Así se graduaba, pleno de vocación, energía y entusiasmo en 1944.

EL TRABAJO: 1945 – 1960

Dos años de ardua labor renovadora lo hicieron merecedor del cargo de Director de Escuela. Y comenzó a integrar una pléyade de ilustres maestros, luchadores por la enseñanza nueva como Germán Caro, José Contreras, Marcos Godiño, Raúl Córdova, y otros más de singular talla y empuje. En su propio medio luchó (trabajar es luchar) por mejorar la infraestructura escolar (aulas apropiadas, campos deportivos, huertos escolares, talleres de aprendizaje), y alegrar el estudio con concursos de emulación y recreaciones sanas. Su guía era el método de la nueva educación, tanto de estudio y trabajo como de coeducación. Precisamente, La Escuela de Estudio y Trabajo en Coeducación es la mejor síntesis de este esfuerzo conjunto.

LA VISIÓN: 1960 – 1970

La Escuela Nueva es el Proyecto para el Perú Nuevo en el Mundo Nuevo. Pero su implantación desde el viejo orden es la mejor vitrina de exhibición de lo que ha de ser el Perú Nuevo en la sociedad nueva. Por eso, esta lucha esforzada tenía que plasmarse, y se plasmó en organización. El Frente Clasista Magisterial dio un vuelco en la visión del maestro, de “apóstol” sufriente en la vieja sociedad a combativo trabajador de la enseñanza que lucha, en pensamiento y acción por el cambio social. Don Reynaldo supo estar en las primeras filas de esta labor organizadora. Así el trabajo de docencia se amplía con su participación gremial activa (FCM, SUTEP) y reivindicativa social en el frente de masas. Y es que sólo los visionarios son capaces de vislumbrar una realidad potencial, una realidad superior, una realidad imaginaria, y de luchar por hacerla realidad concreta.

EL ENSUEÑO: 1970 – 1985

La gestión de la generación de don Reynaldo, en 1970 daba paso a una nueva generación, a una nueva promoción. Pero ningún luchador social se jubila. Sólo cambia de lugar en la escena, de primer a segundo plano. Sólo cambia de la visión al ensueño, pues “los jóvenes tendrán visiones, los viejos tendrán ensueños” dice un antiguo proverbio. Aún con gran vitalidad y experiencia adquirida, don Reynaldo continúo su trabajo, dando ejemplo y dando consejos, cuando la situación del país no era propicia, por la desesperación de la reacción y por la desesperación de parte de la población. En años aciagos es cuando más se requiere del trabajar soñando. Sólo en el 85 culminó su trabajo profesional, para continuar su trabajo más allá de la escuela, más allá de su Rauma querida, más allá, más allá.

LA INVITACIÓN: 1985 – 2002

Don Reynaldo se graduaba en 1944, justo cuando aparecía la segunda edición de los 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Lo adquirió de inmediato, y fue su libro de cabecera, el más apreciado de tantos otros libros importantes que adquirió, estudió, y cuidó de sistemáticas requisas. Esa segunda edición señalaba la preparación de otro libro del Amauta, Invitación a la Vida Heroica, que precisamente por el 85 concitó la mayor atención como trabajo esencial para comprender el papel del individuo en la historia. De no haber sido por esa adquisición y conservación, el trabajo de sistematización de la obra de JCM hubiera tardado más. Y la vida de don Reynaldo y de todo luchador es siempre esa invitación.

Cuando Jenny Von Westfalen, compañera de vida y de lucha de Carlos Marx, falleció, Engels comentó: “También el Moro ha muerto”. Efectivamente, Marx no resistió mucho tiempo la soledad. Y cuando doña Julia Damián Suárez, su compañera de vida y de lucha, falleció, también don Reynaldo comenzó a partir. “ Hoy no hago sino soportar el dolor que me aqueja”, declaró. Al poco tiempo partió “con tiempo cumplido y partido terminado”.

Ésta es una vida de trabajo, de lucha, que debemos recordar siempre.

Ramón García R.
Bogotá-Colombia, 30 Marzo 2003.

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