viernes, 2 de agosto de 2013

Un Tema de Actualidad LA CLASE MEDIA Y LA MATEMÁTICA






Jorge Zavaleta Alegre

(Desde Lima, Perú. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)



El Banco Mundial viene difundiendo la fórmula enciclopédica del 1+1=10, pretendiendo explicar una especular extensión en América Latina de la clase media, a la cual ahora pertenecen todas aquellas personas que tienen ingresos superiores a los 10 dólares por día.

El BM y el BID, su sucursal regional, quieren convencer que el neoliberalismo es la receta que está acabando con la pobreza del planeta.

La fórmula presentada el año pasado en Colombia, ya llegó al Perú. Quienes disponen cada nuevo amanecer de 10 dólares hacia arriba, han logrado la felicidad estadística.

El BM afirmó en el 2012 que Brasil, Chile y Colombia lograron importantes resultados en materia de movilidad social, señalando a la clase media como protagonista del crecimiento económico y como sustento que aumenta la solidez de la confianza inversionista.

“La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina”, aumentó en un 50%, pasando de 103 millones de personas a 152 millones, es decir que, ahora, este grupo social representa un 30% de la población. A lo largo del pasado decenio, unos 50 millones de latinoamericanos salieran de la pobreza”.

Si leemos con cautela los estudios de las multinacionales, “la sociedad latinoamericana no es todavía una sociedad de clase media. Son países de renta media que van en la dirección de convertirse en ese tipo de sociedad”.

La fórmula del 1+1=10 que ofrece el BM “es una medición en la que la clase media ha comenzado a tener un ingreso entre 10 y 50 dólares PPP. Pues si todo el mundo está mejor, hay un segmento de la población por debajo de ese nivel que también asciende”.

Crónicas del Brasil son más explícitas, cuando dan cuenta que la nueva clase media brasileña dispara la fiebre consumista. Treinta millones de personas han entrado en la horquilla de ingresos entre los 700 y 3.000 euros al mes. El crecimiento ha expandido el mercado interno y disparado los precios de la vivienda.

Los análisis que no involucran las vertientes de las diferentes disciplinas del conocimiento complejo, son incompletos, carecen de credibilidad. Los índices de desarrollo humano, los valores intangibles (educación de calidad, salud preventiva, derechos humanos, libertad de opinión, entre otros), no se pueden prescindir para explicar frías sumas y restas de dinero.

Recordemos que el término clase media es un grado o estamento de la estratificación de clase social que se aplica a las personas con un nivel socioeconómico medio que se sitúa entre la clase obrera y la clase alta.

En los países iberoamericanos, por ejemplo, es común nombrar a la clase media y no nombrar a la clase obrera o baja, lo que da lugar a la confusión, por su sentido lingüístico. En términos estrictos, la clase media es numéricamente inferior al porcentaje de la población que se auto identifica como tal.

La existencia de la clase media se remonta al siglo XVIII. Esta clase se hace más evidente cuando la separación social es más notoria debido a factores como la autoridad, la abundancia, dinero y trabajo, lo que daba un diferente sentido de vida, religión, educación y cultura para cada parte de la sociedad.

Originariamente, los integrantes de esta clase media eran de la vieja burguesía terrateniente (la gente, formada por comerciantes ricos y la baja nobleza), que empezaba a sobresalir por su éxito en la industria, las profesiones liberales y el comercio.

El nuevo estrato social fue desarrollándose a lo largo del siglo XVIII, y ampliándose conforme se iniciaba la incipiente industrialización del país, proceso a su vez íntimamente interrelacionado con el surgimiento de la clase media.

Hacia 1850, cuando Karl Marx escribía El Capital, la clase media era un grupo reducido de no mucha importancia, centrándose más en el antagonismo entre obreros y capitalistas. A finales del siglo XIX, Max Weber considera que la sociedad se estratifica como un continuo a lo largo de tres dimensiones paralelas: la económica, la política y la social. Las clases objetivas no necesariamente se corresponden con las identificaciones subjetivas efectuadas por los individuos, sino que se definen por las oportunidades que se les ofrece en los mercados su dotación de capital.

La clase media moderna surge en el siglo XX, inicialmente en Estados Unidos. Las nuevas industrias como la del automóvil de Ford comenzaron a aplicar novedosas técnicas de producción (taylorismo, producción en línea, estandarización del producto, automatización,...) que permitían reducir sobremanera los costes de los automóviles y que posibilitaban el pago de salarios mayores a los obreros de las fábricas.

La aplicación de las teorías económicas keynesianas tras la Segunda Guerra Mundial creó el concepto de Estado del bienestar, orientado hacia la clase media, que pasaría a dominar el panorama del mundo capitalista hasta comienzos del siglo XXI. La clase media normalmente no dispone de suficiente capital como para dedicarse simplemente a recibir el interés que produce, sino que debe implicarse activamente como empresaria en la gestión de éste, como comerciante o industrial en pequeña escala por ejemplo.

El concepto weberiano de clase está basado sobre todo en la primera de estas dimensiones, la económica. Se involucra la inteligencia técnica -profesionales y técnicos de cuello blanco, que no disponen de capital propio, pero sí de habilidades a partir de las cuales pueden obtener rentas apreciables-. Y la pequeña burguesía, es la clase formada por los poseedores de capital que no pueden evitar el trabajar ellos mismos en su explotación.

Uno de los puntos cruciales del análisis weberiano de clase es que la clase no es necesariamente una realidad reconocida subjetivamente. Las relaciones sociales de producción, que constituyen la estructura básica de la sociedad, están definidas por el uso y la posesión de los medios de producción, es decir, de aquellos bienes que no están destinados al consumo directo, sino que se utilizan para producir otros bienes.

Para el BID la “Clase Media en el Perú: Cuantificación y Evolución Reciente”, se expandió hasta representar el 70.1% de la población, mientras que el 27.8% de ciudadanos pertenecen al sector pobre y el 2.1% pertenece a clase alta.

Académicos de importantes claustros de Latinoamérica afirman que la clase media en Perú es aquella que tiene un ingreso mensual de 4000 soles al menos, y muchos sabemos que eso es muy difícil. El promedio es 1800 soles.

Preguntas: ¿El 70% de la población que señalan los estudios del BM come 3 veces por semana afuera? ¿Puede estudiar en una universidad de calidad? ¿Puede alquilar o comprar casa en los distritos más desarrollados de Lima? ¿Puede viajar al extranjero 1 vez al año? ¿Tiene auto propio? ¿Puede tener computadora propia, servicios de internet y tv por cable? Definitivamente: No.

DATOS NECESARIOS

Para el BID la clase media en el Perú se habría duplicado en los últimos siete años. Las familias de clase media emergente registran ingresos de entre S/.1.088 y menos de S/. 1.660.

Señala que en el Perú es considerado pobre aquel que percibe menos de US$ 5 diarios. Además, la protección social a través de seguros de desempleo y mayor resguardo previsional, la reducción de la informalidad y el aumento de la productividad.

Del 2005-2011, el 48,9% de la población es considerada clase media consolidada. La clase media emergente salió de la pobreza pero aún está en situación de vulnerabilidad, y podría retornar a ser pobre.

El BID, indica haber utilizado la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), la cual indica el 70,1% de la población pertenece a la clase media, el 27,8% es pobre y el 2,1% es clase alta o ricos.

de: ARGENPRESS <argenpress@gmail.com>



fecha: 29 de junio de 2013 09:31

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            Nota.-

            El sistema dominante ha cambiado el concepto de clase social por el de estrato social. Es decir, no toma en cuenta el concepto marxista sino el concepto weberiano.

            Estrato social, “Según este concepto, la sociedad se divide en capas sociales o estratos. Como base de la división, se toman distintos caracteres: económicos, políticos, biológicos, raciales, religiosos y otros, sin que entre los propios sociólogos burgueses haya coincidencias en la elección de los criterios de estratificación. El concepto de estratificación incluye también la división de la sociedad en clases, pero esta división se establece partiendo de criterios arbitrarios, no esenciales (por ejemplo, género de ocupaciones, tipo de vivienda, distrito en que se vive, volumen de los ingresos, etc.) Según la teoría de los sociólogos burgueses, la estratificación social se caracteriza por su movilidad, por su variabilidad, pues depende de la movilidad social, o sea, del desplazamiento de las personas de un estrato o clase a otros. La teoría de la estratificación social es viciosa y  anticientífica. Falsea la estructura de clase de la sociedad burguesa actual, con lo que justifica y perpetúa la desigualdad de clases, la explotación de la sociedad capitalista, procura eliminar la idea de la lucha de clases. El contenido objetivo de la teoría de la estratificación social consiste en su afán de que quede inadvertido, de enmascarar el criterio decisivo de la división en clases, fuente principal de explotación. Tan sólo el marxismo-leninismo, que ha establecido el auténtico criterio de la división de clases -la relación de las personas con los medios de producción-, proporciona la única teoría acertada, científica, de la estructura de clases de la sociedad” (Diccionario Filosófico Rosental-Iudin, Ediciones Los Comuneros, s/f)

            Y bien es sabido que la esencia del concepto marxista de clase social es la relación explotador-explotado. Eres explotador o eres explotado. O explotas o te explotan. No hay término medio ni por encima de las clases. Y el concepto clase social incluye un contenido ideológico, un contenido teórico (económico) un contenido político, un contenido orgánico (social)
                                                                                       
                                                  Ramón García Rodríguez
                                                              02.08.13

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