jueves, 8 de octubre de 2015

7 de Octubre

El Amauta regresa de Europa en 1923 con la firme decisión de concretar un partido de clase, un partido proletario, un partido revolucionario. Pero ya sabemos que el camino se hace caminando, y el contacto con la realidad peruana, y sobre todo limeña, hace que el Amauta, medite y recomponga su plan inicial. Por ejemplo, la revista que el planeaba publiocar, inicialmente se llamaría Vanguardia, pero después, al influjo de las ideas y personalidad de intelectuales y artistas como José Sabogal, toma la sabia decisión de titularla Amauta.

De igual forma, la idea inicial, que se bosquejó en Italia con la célula proletaria en las que estaba César Falcón, Palmiro Maquiavello, etc., era la de constituir un partido comunista al estilo delos partidos de la III Internacional, y con esta misión y encargo es que vino José Carlos. Pero nuevamente, el contacto con la realidad peruana, y en especial limeña, dominada por el anarco sindicalismo que derrochaba activismo y clasismo, se dió cuenta que en el Perú hacía falta un verdadero partido socialista que no había existido nunca, y que ayudaría a temperar los ánimos izquierdistas de los anarco sindicalistas peruanos.

Poco a poco se fue ganando a los mejores espíritus de ellos, y los convirtió al marxismo revolucionario. A la verdadera revolución que no puede ser otra que la revolución socialista, actuada de preferencia por un partido del mismo nombre. De un partido digno de ese nombre, respaldado por un titánico trabajo de crítica y preparación. Los hitos son ; la revista Nuestra Epoca, el diario La Razón, el Comité de Propaganda Socialista, la revista Amauta, el quincenario Labor, La Escena Contemporánea, 7 Ensayos, Defensa del Marxismo, Ideología y Política, El Alma Matinal, Invitación a la Vida Heroica, la creación de la Central de los Trabajadores, y todos sus escritos, desde ese primer artículo escrito en su adolescencia acerca del socialismo español, hasta el último publicado en vísperas de su óbito; la Emoción de nuestro Tiempo.

Hoy más que nunca, la necesidad de una revolución socialista se hace más perentoria, no solamente para las masas trabajadoras del Perú, sino para el destino de la especie humana, y del planeta tierra. Y en el Perú, ésta no puede ser actuada sino por un partido de clase. Desechadas las ilusiones en una alianza con la burguesía mal llamada nacional, o con la pequeña burguesía demagógica y reaccionaria, sólo queda trabajar con las amplias masas proletarias de la ciudad y el campo, y con todos los elementos que, haciendo un esfuerzo supremo, logren elevarse hasta la conciencia de clase, hasta la conciencia social, al verdadero humanismo.

A escasos tres años del Bicentenario de Karl Marx, los marxistas peruanos, sea cual sea su escuela, tenemos el deber y el derecho de realizar un balance de su obra. Y dejar constancia de lo señalado por el Amauta: mientras exista el capitalismo, el canon de Marx sigue siendo válido. Sin marxismo no hay socialismo peruano. Sin socialismo peruano no hay partido revolucionario. Sin partido revolucionario no hay revolución socialista victoriosa.

Viva el Bicentenario de Karl Marx!
Viva el Centenario del Socialismo Peruano!
Viva el Camino de Mariátegui!

Lima, 7 de octubre del 2015.

Manuel Velásquez Rangel.

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