miércoles, 29 de diciembre de 2021

POR QUÉ INDIVIDUALISMO

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9.         POR QUÉ INDIVIDUALISMO 

El Frente Unido FU tiene internamente una resistencia que vencer y una alternativa que desa­rrollar, la resistencia del individualismo y la alter­nativa de la solidaridad. Estas fuerzas pugnan en el seno del FU. Una paraliza, otra moviliza. Por eso es necesario conocer lo que paraliza para lue­go poder desarrollar lo que moviliza.

El individualismo en lo ideológico se expresa en liberalismo. Pero libertad-igualdad-fraternidad fue el grito de batalla de la burguesía en ascenso. Libertad ante el absolutismo feudal, igualdad en el mercado y concurrencia, fraternidad de propie­tarios ante los trabajadores. Pero este liberalismo ha caducado ante la realidad del neoliberalismo y la solidaridad de los trabajadores. Del liberalis­mo sólo queda el concepto filosófico de libertad como conciencia de la necesidad. En nuestro caso, la necesidad del cambio social, que impulsa a la acción más libre, enérgica y vehemente. La liber­tad de la “torre de marfil”, del “pedestal de cris­tal” no es sino libertad del individualismo hua­chafo, minusválido cursi y ramplón, que pulula en los debates en torno al FU. Y bien se sabe que sea en su torre de marfil, sea en su pedestal de cristal, marfileños y cristalinos dos parecen y uno son.

El individualismo en lo teórico se expresa en dogmatismo. Dogmatismo de conversos de últi­ma hora, que parten en todo caso del superficial conocimiento libresco y no de la solidaria prácti­ca social. Un ejemplo típico fue oponer la táctica contingente de la autodeterminación nacional a la teoría de la formación nacional, que parte de nues­tra propia realidad profunda, no del análisis de una nación ya formada sino de una nación en pro­ceso de formación. Así, el dogmatismo no une ni moviliza sino desune y paraliza el FU.

El individualismo en lo político se expresa en anarquismo. Bien se sabe que el anarquismo no es sino la extrema izquierda del liberalismo, exas­peración y degeneración del viejo liberalismo. No sólo rechaza la organización partidaria selecta compacta y eficaz sino rechaza aún más la organi­zación frenteunitaria amplia masiva y combativa. Separa como antípodas libertad y disciplina, de­mocracia y centralización. Es incapaz de elabo­rar, debatir, aprobar, actuar no sólo un programa prospectivo sino aún más un programa reivindicativo de FU. El único anarquista que fue capaz de presentar a debate un programa fue Lino Urquieta, reivindicado por JCM y Miguel Ángel Urquieta hijo. (Amauta-5)

El individualismo en lo orgánico social se ex­presa en democratismo. Este democratismo es sim­ple careta del liberalismo, dogmatismo, anarquis­mo. Aparentemente rechaza la democracia repre­sentativa liberal; pero al partir de una inexistente democracia abstracta, en verdad rechaza la demo­cracia participativa del pueblo trabajador, que se forja en el FU y se basa en solidaridad y disciplina.

Así. en todo tiempo y lugar liberalismo, dog­matismo, anarquismo, democratismo no son sino aristas del individualismo. En su Rectificación de las Ideas Erróneas (Citas). Mao Zedong tiene en­señanzas muy actuales al respecto.

II

JCM nos legó tres mensajes. Por fin ha queda­do como base de la actividad militante su Crea­ción Heroica del Socialismo Peruano, centro de nuestra Base de Unidad Partidaria. Pero costó ocho décadas y un drástico corte del nudo gordiano para lograrlo. Estamos ahora en cómo entender su se­gundo mensaje: el primer aran partido de masas u de ideas de toda nuestra historia republicana. Y ya se percibe que se requerirá de otro corle si­milar para lograrlo, pues hay quienes se oponen ‘'defendiendo” la literatura internacional y menos­preciando como siempre la nuestra, la de nuestra Creación Heroica. Es que es tarea de gigantes y para gigantes. “De toda nuestra historia republi­cana” significa ahora dos siglos, nada menos. Si - mentalizamos esta perspectiva, convertiremos rocas en guijarros: si no, quedaremos margina­dos en el camino, convertidos nosotros mismos en guijarros. Y otros lo lograrán, pues es de impe­riosa necesidad lograrlo.

El tercer mensaje es: No puede haber renova­ción sino sobre la base de grandes principios. Tra­bajen mucho. Fue lo que él mismo hizo y lo que hace o debe hacer todo militante, generación tras generación. De la IG, IIG, IIIG no muchos llegaron hasta el final. Si se hiciera una lista de 100 por cada tarea generacional, ¿cuántos dejaron hasta la vida en el camino?, ¿cuántos persistieron hasta el final?, ¿cuántos sólo fueron piedras en el cami­no? ¿Cuántos adultos mayores perseveran aún en el Socialismo Peruano? Y, ¿cuántos del relevo par­ticipan del debate actual presentando sus propias opiniones?

El derrotero del Socialismo Peruano no se ha podido lograr sin solidaridad. Pero, ¿por qué no es tarea fácil la unidad? En nuestro caso, básica­mente por la dualidad histórica de nuestra for­mación nacional. Nuestra mayoría precolombina es políticamente minoritaria en la escena actual. Por eso medran dos nacionalismos, nacionalismo burgués y nacionalismo proletario. El primero es hábilmente manipulado hasta ahora por la socio­logía burguesa (y más en cada proceso electoral) El segundo fue despreciado por la sociología marxista, por el internacionalismo anti-nacionalista de meros repetidores de consignas ajenas a nues­tra realidad. Por eso, tarea urgente es poner nue­vamente en primer plano el nacionalismo que pro­pugna el Socialismo Peruano, nuestro Perú Inte­gral (con costeños, andinos, amazónicos como base) Y esta exigencia se refleja en nuestro entorno.

Esta falta de unidad se expresa en individualis­mo. La solidaridad del luchador de ancestro pre­colombino (ayni, llank’ay, minga) está desaparecien­do poco a poco. La solidaridad del obrero (agríco­la. industrial, de servicios) también está desapare­ciendo ante la desindustrialización e informalidad laboral (donde es muy claro que trabajo decente apenas es trabajo chatarra) La incipiente solidari­dad del mipyme ante la gran industria transnacio­nal ni siquiera puede concretizarse. Y menos se puede lograr solidaridad en el tradicional "intelec­tual de universidad de cenáculo y de café”

Algo que nos debería llamar la atención es por qué los escritos de JCM al respecto tienen tanta vigencia. Es que las pugnas internas de entonces tienen similitud con las pugnas internas subsiguientes y de ahora; si no, las citas no servirían tan bien. Y es que las cualidades del pueblo peruano no han cambiado, ¡pero sus defectos tampoco!

 

Nuestra Posición, ahora que ya no es "docu­mento oculto" resulta que no tiene valor. Norma­tiva Frenteunitaria. sigue archivada aguardando ambiente propicio. ¿Y respecto al Plan Quinque­nal?; pues, es dejado de lado por el inmediatis- mo, ¡Pero no faltan quienes quieren comenzar ab ovo!, haciendo "borrón y cuenta nueva” de sus propias actitudes.

III

El individualismo, pues, tiene hondas raíces en nuestro medio. Por eso deberíamos desempol­var antiguas caracterizaciones acerca del indivi­duo, ya que no somos ni más ni menos sino sim­plemente diferentes. Estas diferencias, entre otras razones, se deben también al temperamento de cada cual: sanguíneo, flemático, bilioso, nervioso. Es cierto que la medicina moderna ha logrado re­clasificaciones con las que se puede caracterizar con mejor precisión los diferentes grupos biológi­cos en que puede ser ubicado el ser humano, pero estos tradicionales cuatro tipos pueden ofrecer una guía hasta fácil y general.

Por temperamento se entendía el conjunto de características físicas y síquicas de cada indivi­duo. El conjunto de los cuatro humores básicos del organismo (sangre, flema o linfa, bilis negra, bilis amarilla o pituitaria), en su correcta propor­ción originaba un individuo normal. El predomi­nio de uno sobre los demás determinaba los cua­tro temperamentos básicos: sanguíneo, flemático, bilioso, nervioso (respondón, ni chicha ni limona­da, buscapleitos, quejoso, otros apelativos de nuestra expresión popular!

El temperamento sanguíneo es propenso a emociones violentas, sentimientos de odio, ren­cor, venganza. El temperamento flemático es de acción lenta, pausada, tantea el terreno que pisa, no se exalta, no se precipita, no se arrebata. El temperamento bilioso es malévolo, envidioso, goza con la desgracia ajena. El temperamento nervioso es fallo de equilibrio, propenso a reacciones rápi­das, a asociar ideas, con poca memoria visual y auditiva, hipersensible.

Ahora la biotipología plantea el temperamen­to pícnico, atlético, asténico, el conjunto displás­tico. Pero sea una u otra caracterización, siempre hay que tener en cuenta no sólo el aspecto biológi­co sino el aspecto social, que en la sociedad de clases se expresa en interés de clase y conciencia de clase. Lo que importa es conocer y poder ele­varse al nivel de conciencia de clase, porque cuan­do las condiciones objetivas maduran “la concien­cia se adquiere, la organización se logra, la direc­ción surge y la revolución se produce", como bien señala la Segunda Declaración de La Habana.

Para poner un ejemplo, durante la Gran Con­memoración. 07.10.08, cada activista tuvo com­portamiento conocido. ¿Qué temperamento mos­tró cada cual? Y ¿qué temperamento sacamos a relucir en cada roce, encontrón, debate, polémi­ca? Si nos basamos en el respeto mutuo, el tem­peramento de cada cual no debería ser obstáculo para la unidad en puntos comunes. Sabemos que "genio y figura, hasta la sepultura'’

IV

En su evolución la humanidad ha pasado, des­pués de más de un millón de años de sociedad sin clases, a la sociedad de clases que no tiene más de diez mil años de antigüedad. Cuando un sistema social se agota y decae, se exacerba el individualis­mo. Este individualismo se expresa ahora entre no­sotros entre las clases, capas y grupos sociales que forman el FU. Así, la base social del individualismo dentro del FU son aquellos activistas que se acer­can: profesionales, estudiantes, empleados, inde­pendientes, trabajadores que caen en el desempleo, subempleo, informalidad ante la crisis general y generalizada del sistema. La desesperación los acer­ca al FU, pero poniendo por delante su situación personal y no la situación general del país.

Aunque se sabe con Lenin que “la organiza­ción decuplica las fuerzas”, lo más difícil es cons­truir la organización para el objetivo concreto, pre­cisamente por la primacía del factor humano, que siempre porta su sello biológico y su sello de cla­se. Es sabido que el FU a nadie discrimina y no propugna ningún confusionismo ideológico. Sólo propugna la unidad combativa ante un problema concreto plasmado en un programa reivindicativo que parta de la realidad profunda, no de la rea­lidad superficial oficial.

Los trabajadores jamás pueden olvidar que mientras no son sino una masa inorgánica, una muchedumbre dispersa, son incapaces de de­cidir su rumbo histórico.

Por eso, ahora más que nunca es necesario el Frente Unido Y para ello es necesario enfrentar y resolver el dilema individualismo-solidaridad.


 

 Ramón García R.

ragarro2002@gmail.com

Del libro Socialismo Peruano Hoy, de la página 67 a la 73


 

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