martes, 21 de febrero de 2023

ENTREVISTA A PEDRO CASTILLO

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ENTREVISTA A PEDRO CASTILLO
El 7 de febrero de este año, el medio alternativo El Salto, publicó una entrevista a Pedro Castillo recluído en una cárcel del Perú. La entrevista tuvo repercusión tanto a nivel nacional como internacional; pero, en estos tiempos de sobreinformación, las noticias rápidamente caen en el olvido.
Sin embargo, el contenido de esta entrevista es de suma importancia para entender los acontecimientos del 7 de diciembre que marcan un antes y un después en la política peruana.
Debido a las condiciones carcelarias de aislamiento en las que tienen a Pedro castillo, que no permiten el ingreso de celulares por ejemplo, ni puede hacer llamadas, es que la entrevista se hizo en forma oral y en parte escrita rápidamente con lapicero y papel arrancado de una agenda. El intermediario, al parecer, sería el profesor argentino de Derecho Guido Croxatto.
Uno de los principales problemas al realizar una entrevista en estas condiciones, es que no se le pueden hacer repreguntas; es decir, preguntarle cuál fue el detonante, la razón última para que tomara la decisión de leer el último discurso a la nación. Si había coordinado previamente con miembros de las fuerzas armadas, o si sabía cuáles serían las consecuencias una vez pronunciado el discurso.
La primera pregunta que le hacen es si teme por su vida. Y él contesta que sí. Desde la segunda vuelta, cuando fue atacado en Tacna con piezas de fierro. Refiere que estando en el gobierno recibía numerosas llamadas amenazándolo de muerte, y menciona el llamado público a asesinarlo por parte del actual alcalde de Lima. El no denunció, se quedó callado, y ese es un primer error. No hay que callar, hay que denunciar, hay que hacer público, hay que desenmascarar.
A la pregunta de qué quiso hacer el 7 de diciembre con la lectura de su último discurso como gobernante, contestó: Es complicado y complejo de explicar. Es decir, no es algo simple; intervienen varios factores, varias personas, varias cuestiones. Yo quería acercarme al pueblo. Fue un día de hacer eco para los "nadies". Es decir, se sentía aislado del pueblo que lo eligió, quiso darles voz por última vez a aquellos que creyeron en él y votaron por él.
Hay que recordar que el lema más importante de toda la campaña electoral de Pedro castillo fue el llamado a una Nueva Constitución; pero que, al no tener mayoría en el Congreso, no pudo nunca poner en agenda.
Qué fue lo que decidió a Pedro Castillo a leer ese discurso que practicamente era un suicidio político? Él no lo ha dicho, pero lo único que podía empujarlo a tomar esa decisión contraria a la mayoría de sus allegados, incluídos el renombrado jurista Aníbal Torres que fungía de asesor, y la premier Betsy Chavez abogada constitucionalista, repito, el único detonante sería la certeza de que se habían obtenido los votos para vacarlo por la tarde.
También la conciencia de haber llegado al final del túnel a donde había tenido que huir para escapar a la vacancia que lo perseguía tenazmente durante todo el año y medio de su fugaz presidencia.
Porque la clase dominante peruana rentista, intermediaria, parasitaria y mafiosa, a través de sus representantes políticos más conspicuos y repugnantes jamás aceptó el triunfo electoral del profesor primario rural de origen campesino, desde un inicio reclamaron un fraude inexistente, y le pusieron obstáculos y trampas constantemente para empujarlo hasta el 7 de diciembre fatal.
Por eso celebraron como si fueran campeones del mundo, no sólo su destitución, sino también su encarcelamiento. Y cuando el pueblo sureño salió a protestar, fue recibido a balazos por el ejército y la policía, que -según los informes de Amnistía Internacional y la Comisión Interamericana para los Derechos Humanos- habrían recibido órdenes precisas de disparar a matar.
Resultado: más de sesenta muertos, diecisiete de los cuales son menores de edad, muchos de ellos no estaban directamente en la protesta, o estaban ayudando a los heridos.
Pero eso no es todo, la clase dominante y sus esbirros, ante la posibilidad de perder sus privilegios, sus prerrogativas, no duda en encarcelar a quien se le cruce en el camino, y ya van cerca de ochocientos detenidos y mil quinientos heridos en estos dos meses de revuelta popular.
A esta política reaccionaria coadyuva la desunión del pueblo peruano, de sus líderes, que en vez de reclamar, de exigir, la libertad y reposición del presidente, dan por sentado la justeza y legalidad de su destitución y encierro.
Son más bien personalidades y líderes del extranjero los que piden justicia para el mandatario peruano depuesto. López Obrador, Gustavo Petro, y el famoso jurista Eugenio Raúl Zaffaroni, son algunos de ellos; mientras que en el Perú, la llamada izquierda se hace de la vista gorda, y más bien reclama adelanto de elecciones para medrar en el poder.
Basta echar un vistazo a la votación del día 7 en el Congreso para darse cuenta de quiénes son los traidores al pueblo, quiénes los que se aliaron con fujimoristas y gente de esa calaña, para votar en contra de Pedro Castillo. Ellos son los verdaderos traidores y co responsables del asesinato de más de sesenta peruanos. El pueblo peruano no debe olvidar a estos sinverguenzas.
Mientras tanto, la reacción sigue avanzando en el Perú, haciendo leyes a su antojo, deshaciendo todo lo bueno que hizo el gobierno de Pedro, como por ejemplo el tema de la Tercerización, o las deudas de las grandes empresas, o la liquidación de la Sunedu, etc., etc. Y además, tratan de tener un Jurado Nacional de Elecciones y una Onpe a su medida, para hacer elegir un candidato a su medida que garantice sus intereses legales e ilegales. Un Perú a su medida. Un Estado peruano a su medida. Un gobierno a su medida. Un Congreso a su medida.
Mientras tanto, el pueblo del sur, desgastado por estos dos meses de lucha desigual, se repliega, para recuperar fuerzas, para curar las heridas, para llorar a sus muertos, para volver a la lucha en forma renovada y decidida.
Lima, 19 de febrero del 2023.
Manuel Velásquez Rangel.

 

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