viernes, 27 de febrero de 2015
jueves, 26 de febrero de 2015
LA REUNION DE BARRANCO Y EL PARTIDO SOCIALISTA
LA
REUNION DE BARRANCO
Y EL
PARTIDO SOCIALISTA
La Reunión de Barranco
es un hito histórico excepcional en la lucha por la creación del
Socialismo Peruano. Es
el más importante evento político habido en el Perú hasta el
presente. Sin embargo, no obstante que su importancia se acrecienta
de día en día, hasta ahora no es tratado en absoluto o apenas es
mencionado tangencialmente. Pero, a poco que se le estudie se puede
apreciar la inmensa lección que encierra. A quien la capta le
cambiará por entero la imagen que tiene de la organización del
proletariado peruano. Bien vale entonces iniciar su estudio aunque
sea con una reseña de sus antecedentes, realización y consecuentes,
vigentes hasta el presente.
ANTECEDENTES
Tras el ensayo del 16 de setiembre de 1928, en la playa
de la Herradura, a la altura del hasta ahora Salto del Fraile, el
domingo 7 de octubre de 1928 se reunieron en Barranco, balneario del
sur de Lima, nueve participantes, José Carlos Mariátegui, Ricardo
Martínez de la Torre, Julio Portocarrero, Avelino Navarro, César
Hinojosa, Fernando Borjas, Bernardo Rejtmann, Luciano Castillo y
Fernando Chávez León.
¿Quiénes eran los participantes? ¿Qué aportaba cada
cual a la causa? De primera impresión, sorprende que sólo tres de
ellos figuren con sus escritos en Amauta,
mientras que notorias personalidades de la histórica revista no
figuran en la reunión. Es que, por un lado, Amauta
cumplió bien su papel de criba de la vanguardia; y, por otro lado,
en la Reunión se ligaba teoría y praxis, la lucha por la
interpretación y la lucha por la transformación de la realidad
peruana. Y la impresión es mayor cuando se constata que hasta estaba
presente el internacionalismo proletario.
1.- Cuatro obreros
Julio Portocarrero (textil), Avelino Navarro
(ferroviario), César Hinojosa (gráfico), Fernando Borjas
(mosaista), formados en la prédica anarco-sindicalista, templados en
las beligerantes luchas por las 8 horas (1918) y por el abaratamiento
de las subsistencias (1919), eran conocidos dirigentes de
organizaciones tales como la Federación
Textil, Federación de
Obreros Ferroviarios, Federación
Gráfica, Mosaistas
Unidos, que con otras organizaciones como la
Federación de Motoristas y Conductores,
Federación de Choferes,
Federación de Fideeros y Molineros,
Federación Panaderos “Estrella del Perú”,
Federación de Yanacones,
Sociedad Unión Estibadores,
Federación de Tripulantes y Cabotajes,
y otras menores, formaban la Federación
Obrera Local, de la que José Carlos
Mariátegui sacó muchos activistas ganándolos para el socialismo.
-Julio
Portocarrero.- De la Federación
Textil de Vitarte, se había relacionado con
José Carlos Mariátegui cuando La Razón
apoyó al movimiento obrero de 1919, y cuando las célebres
conferencias sobre la Crisis Mundial,
que dictó José Carlos Mariátegui en 1923-1924. Frecuentaba su
domicilio, primero en Shell y luego en Washington. Al salir de
prisión después del “complot comunista”, fue comisionado junto
con Armando Bazán para asistir al IV Congreso de la Profintern
(Moscú, abril de 1928). Regresó en agosto, vía París-Nueva
York-Panamá-Callao, con importantes informes y relaciones.
-Avelino
Navarro.- De la Federación
de Obreros del Ferrocarril Central, con la
ruta Callao-Lima-Vitarte-Chosica-La Oroya-Huancayo relacionaba un
sector importante del movimiento obrero-campesino del centro del
país; y empalmando con los portuarios chalacos aseguraba las
relaciones internacionales por vía marítima. Visitante asiduo de la
casa de José Carlos Mariátegui colaboraba con el transporte de
Amauta. Cayó preso
también en la represión de junio de 1927. En su casa se realizó la
histórica Reunión.
-César
Hinojosa.- Antiguo dirigente de la Federación
Gráfica, con sede en el Malecón Rímac, se
relacionó tempranamente con José Carlos Mariátegui en La
Prensa, y luego en Nuestra
Época y La Razón.
Cayó detenido en junio de 1927 en la reunión de la Editorial
Obrera Claridad, que se realizaba en la
Federación Gráfica.
-Fernando
Borjas.- Por su oficio de mosaista
(baldosines y mayólicas), no sujeto a horario fabril, tenía más
libertad de desplazamiento y relaciones. El 31 de diciembre de 1918,
junto con Nicolás Gutarra, había caído detenido como miembro del
Comité de Huelga en Apoyo a los Trabajadores
de la Campiña de Huacho. Asistente a la
Universidad Popular González Prada,
visitaba la casa de José Carlos Mariátegui. El 30 de enero de 1927
había actuado con Julio Portocarrero en un cuadro obrero, durante la
Fiesta de la Planta,
en Vitarte. En su hoja de militante también figura su prisión en
junio de 1927.
2.- Un vendedor ambulante
-Bernardo
Rejtmann Fisher.- De origen judío rumano,
emigrado por la Guerra Mundial, extrañamente figura en la Reunión
de Barranco, pues aparentemente no hay datos
de su relación con José Carlos Mariátegui ni con el socialismo
peruano. De él se sabe por una carta de Antonio Caballero Cabarcas,
de la Federación Obrera de Bolivar, Colombia,
a José Carlos Mariátegui, del 23 de noviembre de 1929, donde
señala: “El camarada Bernardo Rejtmann vino ayer a Calamar
-población situada a orillas del Magdalena y unida a esta ciudad por
ferrocarril- a conferenciar conmigo. Hablamos largamente sobre
vuestra personalidad de escritor vanguardista. Me recomendó deciros
que os envía un cordial abrazo”. Caballero probablemente conoció
a José Carlos Mariátegui cuando pasó por Lima para asistir a las
conferencias de Montevideo y Buenos Aires. (Calamar, por Calamarí,
nombre de una etnia del lugar)
El ser vendedor ambulante le permitía a Rejtmann
desplazamientos por toda la ciudad e incluso al interior del país. Y
el ser miembro de la colonia judía, muy activa en el movimiento
social, le permitía mejores relaciones con el internacionalismo
proletario. José Carlos Mariátegui cultivó sólidas relaciones con
la colonia judía. La casa que habitaba, del Jr. Washington,
pertenecía a la familia judía Bauer. Sus amigos José Iván Lerner,
Miguel Adler, Noemí Miullstein, frecuentaban su domicilio, y
traducían del ruso, alemán, rumano, para Amauta.
Jacobo Hurwitz figura entre los firmantes de la carta de José Carlos
Mariátegui sobre el asunto Claridad
(15 de enero de 1924); fue orador en la última conferencia de José
Carlos Mariátegui (26 de enero de 1924), en el local de la
Federación de Motoristas y Conductores;
deportado a México, constituye con Nicolás Terreros y Esteban
Pavletich la célula del Apra, en 1926; pero se separa de ella en
julio de 1928 escribiendo “Por qué no estoy con el Apra”, para
afiliarse al Partido Socialista.
Es decir la presencia de Bernardo Rejtmann indica la
presencia del internacionalismo proletario en la histórica Reunión.
3.- Dos universitarios
Entre los asistentes figuran también Luciano
Castillo y Federico
Chávez León. Ellos, con Ángel Teodomiro
Sánchez, figuran ya en Amauta-3
(noviembre de 1926) como firmantes por la Universidad
de Trujillo, de la Plataforma
sostenida por la juventud revolucionaria del Perú en la organización
de la Federación de Estudiantes del Perú.
Luciano Castillo pronunció un discurso en la Fiesta
de la Planta, el 30 de enero de 1927 en
Vitarte. Y colaboraba con Amauta
con artículos diversos.
4.- Un agente de seguros
-Ricardo
Martínez.- Conoció a José Carlos
Mariátegui en La Prensa.
Empleado de la Compañía de Seguros La
Popular, ligada financieramente al grupo
Prado, llegó a ser gerente de Amauta,
y su director interino por enfermedad de José Carlos Mariátegui
(abril de 1928). Escribía frecuentemente en la revista.
5.- Un marxista convicto y confeso
-José
Carlos Mariátegui había señalado en 1923
que “con la revolución rusa ha comenzado la revolución social”.
Efectivamente, el estremecimiento fue total en el mundo entero. Con
este influjo, y nauseado de política criolla, se orientó
resueltamente hacia el socialismo.
José Carlos Mariátegui nacía cuando Manuel González
Prada publicaba Páginas Libres
(1894) y Manuel González Prada fallecía cuando José Carlos
Mariátegui publicaba Nuestra Época
(1918). En verdad, era una nueva época y una nueva generación las
que se iniciaban con la Revolución de
Octubre. La época del socialismo en el
mundo, y la primera generación socialista en el Perú.
En Amauta-16
(agosto de 1928), José Carlos Mariátegui republica su artículo
“Manuel González Prada”.
Con ello en verdad hacía el balance de una década trascendental
dejada atrás. Todo el artículo es de excepcional valor, pero su
clave está precisamente en este párrafo: “Negar peruanismo a su
personalidad no es sino un modo de negar validez en el Perú a su
protesta. Es un recurso simulado para descalificar y desvalorizar su
rebeldía. La misma tacha de exotismo sirve hoy para combatir el
pensamiento de vanguardia”
Esta década contrastó capitalismo y socialismo en el
Perú de manera singular. No entre pensamiento liberal y pensamiento
socialista, sino directamente ante dos socialismos, socialismo
burgués y socialismo proletario. En el entierro de Manuel González
Prada se enfrentaron ya cara a cara estas dos concepciones en las
posiciones de Haya y Mariátegui. Una caduca y otra renovadora. Haya
desarrollaría en esta década las Universidades
Populares González Prada, Claridad
y el Apra. Mariátegui,
sus célebres Conferencias,
Amauta, y el Partido
Socialista. Es decir, Haya desarrollaría su
concepción de la Revolución Libertadora; Mariátegui su concepción
de la Revolución Socialista.
La Reunión de Barranco
cierra entonces la etapa de la definición ideológico-teórica y
abre la etapa de la realización político-orgánica. El
desplazamiento es evidente. Se resuelve una contradicción y se
inicia otra, esta vez al interior de la organización del
proletariado. De la lucha por la “definición ideológica” se
pasa a la lucha por la “facción orgánica y doctrinariamente
homogénea”
Así, la Reunión de Barranco
es un hito que orgánicamente tiene sus inicios en los comienzos
mismos de la década 1918-1928. José Carlos Mariátegui mismo ha
señalado sus aproximaciones.
a) “En
ese tiempo, se inicia en la redacción del diario oposicionista El
Tiempo, muy popular entonces, un esfuerzo por
dar vida a un grupo de propaganda y concentración socialistas”.
Este grupo surge el 15 de noviembre de 1918; tendría como secretario
general primero a Alberto Secada, y después a Luis Ulloa. Entre sus
integrantes, José Carlos Mariátegui y César Falcón conformarían
el ala izquierda, radical o “jacobina”, junto con Humberto del
Águila y Fausto Posada. La lucha contra la orientación reformista
del grupo ocasionaría su disolución en mayo de 1919. En octubre
Mariátegui y Falcón salen deportados del país.
b) “Desde
Europa me concerté con algunos peruanos para la acción socialista”.
Efectivamente, a fines de 1921 se reúnen en Roma José Carlos
Mariátegui, César Falcón, Palmiro Machialvello y Carlos Roe, y
constituyen la primera célula del proletariado peruano en el
exterior. Sus integrantes acuerdan regresar al país; pero se quedan
en Europa Falcón y Machiavello. En agosto de 1922 regresa Roe, pero
se dedica a ejercer la medicina en el Callao. En marzo de 1923
regresa José Carlos Mariátegui, para iniciar de nuevo una nueva
jornada.
c)
“Mariátegui regresa en este tiempo de Europa con el propósito de
trabajar por la organización de un partido de clase”. En noviembre
de 1923 propone a Enrique Cornejo Koster la formación de la célula
respectiva, pero el intento se frustra por la deportación de los
primeros candidatos.
José Carlos Mariátegui se dedica entonces al inmenso
trabajo de definición ideológica y de criba de la vanguardia.
Respecto a la organización, su experiencia adquirida en el trato con
los partidos tradicionales de la oligarquía peruana (expresada en su
artículo “La Reorganización de los Grupos
Políticos”, 06 de julio de 1918), y en el
análisis de la realidad europea (con su artículo “El
Partido Popular Italiano”, 28 de marzo de
1920), le permite madurar un proyecto singular de partido proletario
de masas.
Así con un inmenso trabajo de definición ideológica y
con un sólido proyecto político, llega el proletariado peruano a la
Reunión de Barranco.
DESARROLLO
La Reunión de Barranco
es un hecho trascendental, que poco a poco se irá asimilando a otros
hechos trascendentales de la historia mundial, de los cuales tampoco
hay ni podría haber relato que refleje fielmente su desarrollo. Los
“Diez días que estremecieron al mundo”,
son apenas una aproximación a los momentos trascendentales vividos
por los actores de la Revolución de Octubre. De la Gran
Marcha apenas queda una referencia tangencial
y un bello poema de su actor principal, Mao Zedong. Y ni eso se
conoce siquiera de otros grandes sucesos que conmovieron al mundo.
La Reunión de Barranco
pasará también a la leyenda, porque nadie puede escribir los hechos
con la suficiente imaginación como para elevarse al nivel de la
propia fantasía con que ocurrieron en la realidad.
Los que llegaron a la Reunión de
Barranco eran conscientes de que participaban
de un hecho trascendental. Por eso, lo menos que se puede señalar es
que participaron con sobrecogedora emoción. Y si no han dejado
relato escrito es precisamente por la imposibilidad de expresarse a
la altura del acontecimiento.
Pero, evidentemente, la orientación principal del
debate fue dada por José Carlos Mariátegui. Con sus históricos
documentos Carta al Grupo de México
(16 de abril de 1928), y Carta Colectiva del
Grupo de Lima (10 de julio de 1928), entraba
en su fase final el deslinde de campos con la pequeña burguesía
nacionalista. Luego había publicado Amauta
15, 16 y 17, donde sanciona el deslinde con el histórico prólogo
Aniversario y Balance
(setiembre de 1928). Estaba en prensa su libro cardinal, 7
Ensayos, piedra angular de la teoría del
Socialismo Peruano. Y presenta a la Reunión
sus Principios Programáticos del Partido
Socialista, con sus tres pilares: La
Propiedad Eminente, La Célula Económica y la Escuela del Trabajo.
En este material José Carlos Mariátegui resuelve:
-el
problema de la época socialista; es decir la cuestión del
imperialismo.
-el
problema de la formación nacional; es decir la cuestión de la
autodeterminación.
-el
problema del Estado Comuna; es decir la cuestión del Partido
Socialista.
-El
problema del Programa de Cambio; es decir la cuestión del Frente
Unido.
Indudablemente
toda la Reunión giró
en torno a este proyecto singular. Lo atestigua la lucha interna
posterior, donde se consolidó la posición de José Carlos
Mariátegui y se desenmascaró la posición de los detractores.
La Reunión de Barranco
sancionó como Documentos Constitutivos del
Partido Socialista del Perú:
-Aniversario
y Balance
-Acta de
Constitución
-Principios
Programáticos
Y acordó elaborar las Tres Tesis
Fundamentales:
-Antecedentes
y Desarrollo de la Acción Clasista
-Punto de
Vista Antiimperialista
-Esquema
del Problema Indígena
Finalmente eligió:
Secretario
General: José Carlos Mariátegui
Secretario
de Propaganda: Ricardo Martínez
Secretario
Sindical: Julio Portocarrero
Tesorero:
Bernardo Rejtmann
Avelino Navarro, César Hinojosa y Fernando Borjas
quedaron adscritos a la Secretaría Sindical.
La Reunión de Barranco
fortaleció así el trabajo de captación de las masas de abajo y las
masas de arriba, del Partido Socialista y del Frente Unido, ambos
trabajos regidos por un mismo proyecto de transformación. Demostraba
así José Carlos Mariátegui que el trabajo orgánico es lo menos
orgánico del trabajo revolucionario; que no es sino la expresión
concentrada y natural corolario del trabajo ideológico, teórico y
político.
Con el feliz término de la Reunión,
se inicia una nueva etapa del Socialismo Peruano, signada por el
desplazamiento del centro de gravedad del trabajo revolucionario, de
la teoría a la praxis, de la propaganda a la agitación. El Partido
Socialista comenzaba a enrolar disciplinadamente a los grupos de
provincias (Cusco, Puno, Arequipa, Ica, Jauja, Huaraz, Chiclayo,
Trujillo) y a los grupos del exterior (Paris, Buenos Aires, La Paz,
México)
El socialismo proletario lograba la hegemonía
incontestable en la escena política peruana.
CONSECUENTES
Constituido el Partido Socialista, la lucha interna se
inicia como lucha en dos frentes, el determinismo económico y el
volitismo político. Los documentos conocidos signan el proceso de
esta lucha.
Ricardo Martínez.- Había publicado en Amauta-16
(julio de 1928) su artículo Polémica y
Acción, donde plantea sibilinamente que
“toda polémica de interpretación es vana, intelectual, burguesa”.
Y en Amauta-17
(setiembre de 1928) inicia su serie El
Movimiento Obrero de 1919, donde refiriéndose
al “desdichado Partido Socialista del Perú” señala que “sólo
sirve de obstáculo a la labor de los obreros organizados”
Eudocio Ravínes.- Había iniciado en Amauta-10
(diciembre de 1927) su análisis sobre La
Actual Etapa del Capitalismo; y la continúa
en Amauta-16 con La
Etapa del Monopolio Capitalista, hasta
Amauta-19 (nov-dic
1928) con El Capital Financiero,
y Amauta-21 (feb-mar
1929) y Amauta-22
(abril 1929) con Los Instrumentos del Capital
Financiero. Este análisis está hasta ahora
vigente.
En estas circunstancias, José Carlos Mariátegui
comienza a publicar en Amauta-17
su famosa Defensa del Marxismo,
edita 7 Ensayos,
publica Labor como
“extensión de la labor de Amauta”.
Así se amplía la presencia del Partido Socialista en más y más
frentes.
Orientando la lucha interna, escribe el prólogo al
folleto de Ricardo Martínez; le critica que “Juzga los hechos a la
distancia, sin relacionarlos suficientemente con el ambiente
histórico dentro del cual se produjeron”, y concluye que “Prefiero
hallarlo intransigente, impetuoso, a hallarlo criollamente
oportunista y equívoco”. En el mismo mes, 31 de diciembre de 1928,
le escribe una carta a Eudocio Ravines proponiéndole: “Si usted
encontrara la posibilidad de venir, nos aportaría un refuerzo
precioso”
El proyecto político de José Carlos Mariátegui se
pone a prueba en el Congreso Sindical
Latinoamericano de Montevideo (mayo) y la
Conferencia Comunista Latinoamericana
de Buenos Aires (junio) de 1929. A ellas asiste el Partido Socialista
con cinco delegados: Hugo Pesce, Julio Portocarrero, José Bracamonte
(piloto de la Marina Mercante Nacional, fundador de la Federación
de Tripulantes del Perú), Juan Peves
(dirigente campesino de Ica, fundador de la Federación
de Yanacones) y Carlos Saldías (dirigente
textil).
La delegación peruana llevó a las reuniones
internacionales los documentos constitutivos del Partido Socialista,
las Tres Tesis Fundamentales,
la Hoja de Vida de
José Carlos Mariátegui, 7 Ensayos,
Defensa del Marxismo,
Labor. Y de manera no
oficial llevó el folleto de Ricardo Martínez y el proyecto de
Programa elaborado por Eudocio Ravines en la célula de París.
Así, la delegación peruana fue la mejor documentada
pero no la mejor compenetrada del proyecto político que defendía.
Ocurrió entonces lo insólito. Los 7 Ensayos
fueron suplantados por el Movimiento Obrero
(de Ricardo Martínez), el Esquema del
Problema Indígena fue suplantado por el
Problema de las Razas en América Latina;
y, lo que es más grave, los Principios
Programáticos fueron suplantados por el
proyecto de Programa
(de Eudocio Ravines). En resumen, el Frente
Unido fue suplantado por el “bloque
obrero-campesino”, y el Partido Socialista
por “Partido Comunista”. El gran proyecto político del partido
proletario de masas fue reducido a simple “táctica”. Y siendo el
gran aporte de José Carlos Mariátegui a la teoría y praxis del
marxismo, es considerado hasta el presente como su mayor “error”,
el cual él mismo se “apresuró a corregirlo” al final de su
existencia.
1930
La crisis mundial aceleró la crisis nacional. En este
marco, se agudiza la lucha interna en el Partido Socialista.
Mientras se realizaban las reuniones anteriores, Eudocio
Ravines y Jacobo Hurwitz asisten al II
Congreso Antiimperialista, de Francfort
(julio de 1929) donde José Carlos Mariátegui es elegido miembro del
Consejo General de la
Liga contra el Imperialismo.
Después de la reunión, Eudocio Ravines viaja a Moscú, colabora en
la preparación de la Carta del Buró
Sudamericano de la Internacional Comunista al Partido Comunista del
Perú (publicada después en la
Correspondencia Sudamericana, Nº 26, mayo de 1930) y se ofrece para
organizar el Partido Comunista del Perú. Regresa a París, y a
mediados de diciembre emprende el regreso al Perú. Cubre la ruta El
Havre-Rio de Janeiro-Buenos Aires. Prepara ahí El
Problema Indígena en América Latina
(publicado en El Trabajador Latinoamericano, marzo-abril de 1930),
donde respalda la autodeterminación. Sigue la ruta Buenos
Aires-Tucumán-La Paz-Puno. En Puno y Cusco declara constituido el
Partido Comunista. Sigue la ruta Puno-Arequipa-Mollendo-Callao. Y se
enfrenta así al Partido Socialista,
a mediados de febrero de 1930.
En estas circunstancias, José Carlos Mariátegui
presenta su renuncia el 1º de marzo, no sin antes presentar cuatro
Mociones: de Adhesión
al Congreso Antiimperialista de Francfort, de Independencia de Clase
del Partido Socialista, de Afiliación a la Tercera Internacional, y
de creación de los Secretariados de Asuntos Femeninos y de Asuntos
Juveniles.
Las razones son obvias. La represión de noviembre de
1929, esta vez contra el “complot judío”, no pesó tanto como la
necesidad de preparar condiciones para empeñar la lucha en
condiciones favorables. Igualmente la deserción del grupo norteño
de Luciano Castillo, Fernando Chávez, Alcides Spelucín el 16 de
marzo, tampoco peso tanto como la necesidad de enfrentar la
desviación de derecha de Martínez y la desviación de izquierda de
Ravines.
Abrumado por la tensión, el 20 de marzo se agrava la
enfermedad crónica de José Carlos Mariátegui. El 16 de abril nacía
a la inmortalidad. El Socialismo Peruano
sufría su primera gran derrota.
AHORA
En 1918 aparecían en la escena política dos personajes
singulares, Mariátegui y Haya. Desde esa fecha la lucha política se
lleva entre dos socialismos. Esta lucha se expresa vívidamente en
dos voces de orden, la Revolución Libertadora, de Haya, y la
Revolución Socialista, de Mariátegui.
El proyecto político de Haya se expresó sucesivamente
en “Hacia la Verdad por la Razón, hacia la Justicia por el Amor”,
“Por la Emancipación de América Latina”, “Por la Segunda
Independencia”, “Contra el Imperialismo Yanqui”, “Por el
Interamericanismo Democrático sin Imperio”
El proyecto político de Mariátegui se expresó
nítidamente en su Advertencia,
prólogo a sus 7 Ensayos:
“Tengo una declarada y enérgica ambición:
la de concurrir a la creación del socialismo peruano”
Estos proyectos gravitan más que nunca, ahora que el
Estado peruano denota toda su caducidad, inepcia y podredumbre. Es
decir, ahora más que nunca está vigente el dilema planteado por
Mariátegui en Aniversario y Balance: Capitalismo
o Socialismo. Este es el problema de nuestra época.
Ramón
García Rodríguez
7 de octubre
de 1987
-.o0o.-
Notas.-
Después se supo que Juan
Peves no pudo viajar a Buenos Aires. En su huerta, más arriba de
Chosica, se realizó la reunión donde se cambió el nombre del
Partido.
En plenos preparativos de la Gran
Conmemoración de
la Creación Heroica
(07.10.08), Gonzalo Bulnes Mallea, periodista investigativo natural
de Puerto Maldonado-Madre de Dios, residente en Barranco, presenta su
investigación sobre el lugar donde se realizó la Reunión
de Barranco. La
publicación respectiva la publicó en su revista Barranco,
la Ciudad de los Molinos,
2003, 300 páginas, 20 x 27.5 cms. La parte dedicada a José Carlos
Mariátegui abarca las páginas 157-300. El lugar hallado de la
Reunión
es Av. Lima, Nº 524, donde residía Avelino Navarro, uno de los
participantes.
7 Ensayos
y el Partido
Socialista están
íntimamente ligados entre sí. Constituyen la teoría y práctica
del Socialismo
Peruano. Dado que
José Carlos Mariátegui anunciaba su inminente edición, es lógico
suponer que los primeros ejemplares de 7
Ensayos fueron
entregados a los participantes de la Reunión
ese 7 de octubre de 1928. Este tema requiere análisis aparte.
Socialismo
Peruano Hoy
Agosto
2010
285
págs. 11 x 17 cms.
Págs.
211-212
Ragarro
26.02.15
ACERCA DE LA REUNIÓN DE BARRANCO
ACERCA
DE LA REUNIÓN DE BARRANCO
Hace
28 días fue difundido el artículo ACERCA DEL ANIVERSARIO 86 DE LA REUNIÓN DE
BARRANCO (22, 26, 27 y 29 de enero), firmado por Miguel Aragón (Anexo 1)
Años atrás había difundido LA REUNIÓN DE
BARRANCO Y EL PARTIDO SOCIALISTA (Anexo 2), con la siguiente presentación:
Nota.- El artículo La Reunión de Barranco y el
Partido Socialista, escrito por Ramón García el 7 de octubre de 1987, con
motivo del 59º Aniversario del Partido Socialista del Perú, fue publicado en
el Suplemento de Análisis y Debate “Políticos”, del periódico “CAMBIO”, el 15
de octubre de 1987. Este ensayo, más que artículo, forma parte de un libro
todavía inédito.
Miguel Aragón
|
De 1987 (Aniversario 59)
han pasado 28 años. De 2014 (Aniversario 86) no ha pasado un año. Pero de
la Nota al artículo hay mucho trecho, ¿o no? Entonces, como “de los
arrepentidos se vale el diablo”, y como “el camino del infierno está empedrado
de buenas intenciones”, tomando como base las “buenas intenciones”, toca
analizar no el Camino de Mariátegui (ausente en todo el artículo) sino
el “camino del infierno”, presente del comienzo hasta el fin. Para el caso,
basta resaltar un párrafo de la pág. 11:
Ya en esa propuesta de Carta Colectiva del 02 de abril,
Mariátegui por primera vez declaró “los elementos de izquierda que en el Perú
concurrimos a su formación (del frente único) constituimos de hecho y organizaremos formalmente un grupo o Partido Socialista, de
filiación y orientación definidas (…)”
|
Aprovechando
la fecha puesta, del 2 de abril al 7 de octubre pasaron 188 días, 27 semanas, 6
meses. Entonces, desde el 2 de abril JCM
ya declaraba:
-1º: que constituimos de hecho un grupo o Partido Socialista (contenido)
-2º: que organizaremos formalmente un grupo o
Partido Socialista (forma)
-3º: y en
ambos casos, ¡DE
FILIACIÓN Y ORIENTACIÓN DEFINIDAS!
Concretando,
uno es el contenido y otra es la forma.
Lógica
formal es lógica de la forma; lógica dialéctica es lógica del contenido, lógica
concreta, lógica del movimiento. JCM supedita la lógica formal (organizaremos
formalmente) a la lógica del movimiento (constituimos de hecho) Y todo solventado
con su labor práctica y teórica sin parangón en nuestro medio. Por eso,
Desde abril y desde mucho antes, CONSTITUIMOS
DE HECHO.
Desde abril
hacia adelante, ORGANIZAREMOS
FORMALMENTE.
¡ESO ES TENER ESPÍRITU DE PARTIDO
PROLETARIO!
¡HE AHÍ LA
IMPORTANCIA DE LA REUNIÓN DE BARRANCO!
|
El resto del artículo queda para
deleite morboso y placer solitario del unipersonal jurado calificador de alta
gama que, si no fuera por la gravedad del momento que estremece al país, con su
trasnochada parodia burguesa del marxismo devendría en todo un hazmerreir.
Durante ¡28 años! de publicación de La Reunión de Barranco, ¿señaló algo al
respecto, a favor o en contra? Es que con su liberalismo minusválido y su
anarquismo señorial apenas era un solapado compañero de viaje con pasaje de ida
y vuelta.
Y
ahora que se está en una nueva etapa
concreta, ¿no está de nuevo desfasado? ¿Será que dentro de otros 28 años
comenzará a opinar acerca del tema
concreto actual?
Por eso el
esfuerzo, siempre presente y ahora más que nunca, del militante convicto y confeso, de las Nuevas Oleadas de Activistas NOA, por poner el acento en la preparación de la organización, donde evidentemente
SÍ
¡HAY, HERMANOS, MUCHÍSIMO QUÉ HACER!
Ragarro
26.02.15El PRIMER CONGRESO DEL PARTIDO
El
PRIMER CONGRESO DEL PARTIDO
I
La
primera generación del Socialismo Peruano desarrolló su gestión en
dos etapas importantes: la primera, de 1918 a 1930, bajo la dirección
de JCM; la segunda, de 1930 -después de su fallecimiento- hasta
1945. Y realizó dos importantes certámenes: la Constitución del
Partido (07.10.28) y su Primer Congreso (IX.42)
En
la primera etapa, la tendencia de avance había deslindado los campos
con el anarquismo, anarcosindicalismo, mutualismo, y con la
desviación aprista. Ante su fracaso, la tendencia del mutualismo
pretendió salir como partido laborista, del cual dijo JCM que
“pertenece a la crónica, no a la historia, y desde el punto de
vista folklórico está por debajo de cualquier tondero o resbalosa”
(T.13-205) La tendencia aprista pretendió salir como partido
nacionalista, ante lo cual señaló JCM que “reafirmamos nuestra
absoluta independencia frente a la idea de un partido nacionalista,
pequeño-burgués y demagógico” (T.13-246)
Por
su inmensa labor de crítica y preparación, la facción de JCM había
logrado la hegemonía ante las otras fuerzas que contendían en el
frente unido, y se desarrollaba impetuosamente según plan. La
facción anarcosindicalista no volvió a aparecer en la actividad
política. En cambio, después de la muerte de JCM la facción
aprista vería acrecentar sus fuerzas.
Los
18 meses, de la Constitución del Partido a la muerte de JCM, por su
extrema importancia deben tener tratamiento aparte. En ese lapso, JCM
publicó sus 7
Ensayos,
dio a la imprenta dos de sus tres libros fundamentales (Defensa
del Marxismo,
Ideología
y Política.
De su cuarto libro fundamental, Invitación
a la Vida
Heroica,
sólo se sabría después); elaboró sus tres Tesis
Fundamentales,
y se aprestaba a viajar a Buenos Aires, sede de la Sección
Latinoamericana de la Komintern. Es una etapa de crucial importancia,
de creciente lucha interna en torno a la forma nacional del
socialismo en el Perú.
Es
evidente que la desaparición de JCM constituyó una inmensa pérdida
para el Socialismo Peruano. El Partido que construía JCM era sui
generis,
diferente a los partidos de la II Internacional y diferente también
a los partidos de la III Internacional. Se debe indicar, en primer
lugar, que el Perú, por su atraso económico y político y por no
ser país de ciudades, tampoco era un país de partidos. No obstante
la preocupación del imperialismo inglés en el siglo pasado, la
burguesía peruana bajo su influencia no consolidó partidos
políticos. Por eso es que, en la mitad del presente siglo los dos
únicos partidos orgánicos fueron el partido proletario y el partido
aprista.
En
segundo lugar, este partido proletario tiene una característica
singular. Por lo general, todos los partidos proletarios han tenido
una infancia difusa, y sólo después de muchos errores han podido
consolidar una fisonomía propia, una forma nacional de su contenido
internacional; en cambio, el partido proletario peruano logró su
fisonomía propia precisamente en su infancia, para perderla
temporalmente después. Y si en otros partidos la tarea de los
continuadores ha sido el lograr esta fisonomía, en este partido la
tarea ha sido encontrarla nuevamente, tarea compleja y específica.
Esta difícil labor, por lo general es soslayada en el análisis del
proceso del Socialismo Peruano.
Construir
un partido diferente a los partidos de la II Internacional no era una
idea nueva. Pero construir un partido diferente a los partidos de la
III Internacional sí lo era, ciertamente. Y toda idea nueva
experimenta dificultades y tropiezos en sus comienzos. Así, el
concepto de dictadura
de Marx, el concepto de alianza
obrero-campesina
de Lenin, el concepto de guerra
campesina
de Mao, no surgieron al azar ni se impusieron de la noche a la
mañana. Esto por lo general es conocido; pero lo que se difunde poco
es que su surgimiento y aceptación enfrentaron primero el silencio,
indiferencia y oposición en sus propias filas de origen.
Igual
ha ocurrido en el Perú. Los esfuerzos de JCM por desarrollar el
estudio de los problemas peruanos y su programa de estudios sociales
y económicos cayeron en el vacío, y recibieron por respuesta la
indiferencia. Y aún más, fueron objeto de sarcástica oposición.
Baste recordar el calificativo de “monólogo insípido” que le
lanzó Luis Alberto Sánchez. Pero si esto era por fuera, lo más
grave era por dentro del partido en construcción. Los detractores,
apenas si aguardaron la muerte de JCM para pasar a la ofensiva.
Ravines echó abajo Amauta;
Martínez echó abajo los 7
Ensayos.
Y ambos echaron abajo la inmensa obra de aglutinar, organizar y
conducir el factor humano en torno a la idea socialista.
El
marxismo señala que la contradicción es el motor del desarrollo de
la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento. Y que las causas
externas son condicionantes para el cambio; pero las que lo
determinan son, en última instancia, las causas internas. El partido
proletario iba en ascenso, y las demás fuerzas reconocían su
dirección o se batían en retirada. El aprismo no tenía cabida en
el frente unido de la revolución. Pero después se invirtieron los
papeles, el partido aprista se consolidó como partido fascista, y el
partido proletario se sumió en sus contradicciones. La revolución
de nueva democracia sufrió su primera derrota.
¿Por
qué ocurrieron estos cambios y esta derrota? No se puede conocer la
historia del país si no se comprende la situación mundial; no se
puede comprender la nueva democracia si no se comprende la vieja
democracia; y no se puede comprender la labor de JCM si no se
comprende la labor de sus detractores. Y sin análisis no hay
valoración del pasado, comprensión del presente ni visión del
futuro.
II
La
estabilización capitalista terminaba y el mundo se sumía en la gran
depresión, que conduciría después a la II GM. El terror blanco
batía al proletariado europeo, a los revolucionarios chinos, y en
nuestra América se imponía la bota militar. Aislada, acosada,
agredida, la Unión Soviética construía el socialismo en un solo y
atrasado país. Si el inicio de la crisis propiciaba el desarrollo
del izquierdismo, la necesidad de hacer frente a la guerra mundial
que todos veían venir, propiciaba el desarrollo del derechismo.
La
crisis también golpeaba el país; y también la bota militar se
imponía, para luego dar paso al mejor representante de la oligarquía
financiera que ha tenido la reaccionaria clase dominante del país,
Manuel Prado.
En
estas circunstancias, la nueva democracia fue derrotada no tanto por
la situación internacional, por la vieja democracia o por la
interferencia aprista, sino fundamentalmente porque no supo
orientarse en la situación, porque perdió la brújula.
En
1930, el Partido de JCM había logrado la hegemonía en el frente
unido de la nueva democracia. Pero la obra de JCM no había logrado
la hegemonía al interior del Partido. Al hacerse clara la desviación
aprista, JCM deslindó resueltamente los campos con ella; por
ejemplo, con su célebre Polémica
Finita.
Sin embargo, trató siempre de aglutinar a todas las fuerzas unibles;
por ejemplo, al año de su polémica con Sánchez, comentó
positivamente su trabajo sobre literatura peruana.
Esta
línea política no podía sino fortalecer las propias filas y
desintegrar las fuerzas del enemigo. Así, el propio Sánchez, que
había llamado a la obra de JCM como “monólogo insípido”, a
tres meses de su fallecimiento publicó Datos
para una semblanza de José Carlos Mariátegui,
hasta ahora insuperada semblanza política del gran luchador. (La
Polémica del Indigenismo,
Mosca Azul Editores, 1978, pp. 151-172)
La
investigación aprista acerca de la realidad nacional no deja de
tener sus méritos. La calidad de Haya era reconocida por el propio
JCM; sus observaciones acerca del imperialismo tienen aspectos que no
se pueden desechar; pero una conclusión teórica correcta puede
derivar en una conclusión política incorrecta, porque una cosa es
la limitación del conocimiento y otra cosa es la limitación de
clase. P.e., el análisis de Hilferding acerca del imperialismo, y el
análisis de Plejanov acerca del papel del individuo, tienen validez
hasta el presente; pero políticamente ambos no pasaron de mediocres
reformistas; y Haya no pasó de “justicialista” corporativo.
La
primera generación dio un gran maestro por ejemplo positivo, pero
también dio dos grandes maestros por ejemplo negativo. Ravines
lideró la línea de izquierda, Martínez lideró la línea de
derecha. Pero dos grandes maestros por el ejemplo negativo no son
suficientes para acabar con un gran maestro proletario. Y mil que
fueran. Pero han hecho mucho daño; y jamás debemos olvidar esta
lección; forma parte del tesoro del Socialismo Peruano; ignorarla,
sería seguir siendo “un mendigo sentado en banco de oro”
El
contenido de cada línea se puede apreciar en el siguiente esquema:
TEMAS
|
LÍNEA
DE JCM
|
LÍNEA
DE ERP
|
LÍNEA
DE RMT
|
1.-Revolución
proletaria
|
Lucha
de Clases
|
Clase
contra Clase
|
Conciliación
de Clases
|
2.-Dictadura
del Proletariado
|
Dictadura
y Democracia
|
Dictadura
|
Democracia
|
3.-Cuestión
Nacional
|
Perú
Integral
|
Nación
Quechua
|
Nación
Criolla.
|
4.-Carácter
de la Sociedad
|
Semifeudal-Semicolonial
|
Colonial
|
Independiente
|
5.-
Frente Unido
|
Unidad
y Lucha
|
Lucha
sin Unión
|
Unión
sin Lucha
|
6.-Formas
de Lucha
|
Económica-Política-Teórica
|
Putchista
|
Parlamentaria
|
7.-
Factor Humano
|
Obreros
y Campesinos
|
Campesinos
sin
Obreros
|
Obreros
sin Campesinos
|
8.-
Organización
|
Clandestina
y Abierta
|
Ilegalismo
|
Legalismo
|
II
Analizando
el esquema se tiene:
1.-
JCM siempre enseñó al proletariado a tener “al mismo tiempo que
un sentido realista de la historia, una voluntad heroica de creación
y realización” Ni determinismo ni volitismo por separados, sino
unidad e integración entre ambas coordenadas del marxismo. Por eso
no partió jamás de que el socialismo no podía actuarse sin que se
desarrollara previamente el capitalismo, ni menos que la victoria de
la revolución estuviera a la vuelta de la esquina. Siguió
estrictamente la estrategia de la revolución prolongada. Por eso
actuó siempre con el criterio de crítica y preparación, crítica
de ideas y preparación de la organización.
Pero
Ravines actuó con el arrebato de “quien mucho corre pronto para”,
y por luchar contra todo terminó luchando contra nada. Es un claro
ejemplo de los que creen “que la empresa de crear un nuevo orden
social, superior al orden capitalista, incumba a una amorfa masa de
parias y de oprimidos, guiada por evangélicos predicadores del bien”
Suplantó la audacia con el arrebato, y al final mostró no tener lo
uno ni lo otro.
Y
Martínez es un claro ejemplo del “snobismo universitario con que
los estudiantes de su generación se entregaron a una lectura rabiosa
de Marx; el aflojamiento súbito de su impulso al choque con el
escandalizado ambiente doméstico y con los primeros bastonazos de la
policía; la decepción, el escepticismo, más o menos disfrazado de
retorno a la sageese
(prudencia)” Suplantó la perseverancia con la paciencia, y al
final demostró que para él “el movimiento lo es todo, el objetivo
no es nada”
2.-
JCM hizo una clara distinción entre dictadura burguesa y dictadura
proletaria, entre democracia burguesa y democracia proletaria. Por
eso pudo señalar que “el Poder se conquista a través de la
violencia” y que “se conserva el Poder sólo través de la
dictadura” (T.8-81) Pero esta dictadura no niega la democracia en
general sino la democracia burguesa; por eso señaló también que la
conquista de la democracia había pasado a ser tarea del
proletariado. Tuvo un concepto claro de la nueva democracia; y de la
necesidad de enfrentar democracia con democracia y dictadura con
dictadura.
Pero
Ravines, al propagandizar dogmáticamente la dictadura, lo que hacía
era implantar su autoritarismo, su sectarismo, su mandonismo. Así,
negó a la dictadura democrática y terminó desprestigiando a la
clase, al partido y a la revolución.
Y
Martínez hizo otro tanto, ignorando la dictadura y propagandizando
la democracia “en general”, que así no es otra cosa que la vieja
democracia, la democracia burguesa, que en nuestra realidad no es
sino un democracia bastarda, minusválida y vergonzante.
3.-
El aporte original de JCM, el aporte teórico como verdad particular
se expresa en su interpretación de la realidad peruana, en su
esclarecimiento de la cuestión nacional. Con ello estableció la
forma nacional del Socialismo Peruano, y deslindó los campos con el
pasadismo de la burguesía intermediaria y el indigenismo de la
pequeña burguesía, señalando la necesidad de un Perú Integral.
Pero
Ravines desechó la verdad particular, y blandió dogmáticamente la
verdad universal en el problema nacional, imponiendo como camisa de
fuerza la “autodeterminación de las naciones quechua y aymara”
Con ello, tergiversó la verdad universal, despreció y rechazó la
verdad particular en aras de los planteamientos de la pequeña
burguesía.
Y
Martínez desechó pronto una y otra verdad en aras de la “nación
criolla”, nueva versión del pasadismo de la burguesía
intermediaria. Con ello tiró por la borda el marxismo como doctrina
y como método.
4.-
En su interpretación de la realidad peruana, al esclarecer la
cuestión nacional JCM esclareció también, como corolario, el
carácter de la sociedad peruana. Al reivindicar como tercera
tradición el aporte de la República señaló el carácter
capitalista del Perú, en su esencia semifeudal y semicolonial
(políticamente independiente y económicamente colonial)
Precisamente de ello pudo derivar que el objetivo de la revolución
de la nueva democracia es la solución del problema de la tierra,
base de toda otra solución. Por ello la revolución peruana es en
primer lugar democrática (antifeudal) y en segundo lugar nacional
(antimperialista) Así, señaló las bases para el establecimiento de
la política concreta a seguir.
Pero
Ravines ni Martínez podían tener planteamiento alguno en torno a
esta importante cuestión. Ravines, si no analizaba el modo de
producción del país, menos podía interesarse por el modo de
producción de sus futuras “naciones quechua y aymara”
Igualmente, Martínez tampoco podía interesarse del modo de
producción de su “nación criolla” Divagaron entre el carácter
“colonial” o “independiente” de sus “naciones”
La
experiencia enseña que el problema de la verdad particular, el
problema de la teoría propia, el problema de “aplicar el método
marxista al conocimiento y definición de los problemas del Perú”
es el problema clave, el problema dirimente con el que se ha de
juzgar la orientación de cada línea política. Una línea que no
tiene una posición definida ante la verdad particular, no tendrá
tampoco una posición definida ante la verdad universal. Y sólo
seguirá el bastón de mando en turno. Y, lo que es más grave, al no
interpretar la realidad menos podrá intentar siquiera transformarla,
y mucho menos podrá seguir una política consecuente.
5.-
JCM tuvo desde el principio una posición definida ante el problema
del frente unido. Llevó una lucha medida por medida buscando
siempre, por un lado unir a los afines y por otro lado unir a todas
las fuerzas unibles ante un enemigo común.
Pero
Ravines aplicó la torpe política de “luchas implacables y golpes
despiadados” Para él, quien no era un reaccionario declarado era
un contra-revolucionario en potencia. Por ello, en poco tiempo la
revolución perdió el 100% del trabajo en el campo y el 90% del
trabajo en la ciudad.
Y
del 10 % restante se encargó Martínez de dar cuenta; so pretexto de
corregir la desviación de izquierda, de lucha sin unión, se empeñó
en una unión total y sin lucha alguna con el representante de su
nación criolla. Así, el proletariado perdió temporalmente la
hegemonía política en la revolución de nueva democracia.
6.-
JCM señaló siempre dos aspectos en cualquier forma de lucha. Al
señalar que el Poder se conquista a través de la violencia,
señalaba una posición cardinal al respecto. Sin embargo, señaló
también que “trabajan por el advenimiento de una sociedad nueva
los que todo el año, disciplinada, obstinadamente, combaten por el
socialismo; no los que en esta u otra fecha sienten un momentáneo
impulso de motín o asonada” (T.13-118) Por eso tuvo una actitud
definida ante la lucha legal y ante la lucha legítima. Al enseñar
que “los parlamentarios comunistas no parlamentan. El parlamento es
para ellos únicamente una tribuna de agitación y de crítica”
(T.1-136), señalaba que había que utilizar el sufragio, las
elecciones, el parlamento, pero para llevar la lucha hasta las mismas
instituciones de las clases dominantes. Al señalar que la revolución
necesita armas, programa, doctrina, estaba señalando la segunda
estrategia de la revolución de nueva democracia.
Pero
Ravines, al desechar la lucha legal desechaba también la lucha
legítima, por mucho que alardeara de ella al comienzo. Y Martínez,
al desechar la lucha legítima desechaba también la lucha legal, por
mucho que también alardeara de ella al comienzo. Y ambos destruyeron
una y otra lucha porque, sencillamente, habían destruido la lucha
ideológica. Tomaron el marxismo como dogma, o no lo tomaron siquiera
como tal. Ni lucha armada, ni lucha política, ni lucha ideológica.
7.-
JCM, en su trabajo por unir a los afines y a todas las fuerzas
unibles siempre privilegió el factor humano. Por eso planteó “la
organización de obreros y campesinos con carácter netamente
clasista” No planteó el origen obrero como exclusivo ni
excluyente. Rompió resueltamente con los estereotipos de entonces,
sencillamente porque partió de la realidad de un país atrasado y
fundamentalmente campesino. Por eso llamó a obreros, campesinos,
intelectuales y demás trabajadores que no explotan trabajo ajeno, a
unirse primero por la ideología.
Pero
Ravines identificó torpemente origen de clase con carácter de
clase, extracción de clase con posición de clase, raíz obrera con
esencia proletaria; y así acabó con el trabajo intelectual primero,
con el trabajo campesino después, y finalmente con el propio trabajo
obrero sindical. Y Martínez no se quedó atrás, y terminó
entregando el trabajo obrero sindical a la reacción, convirtiéndose
él mismo en jefe
de la oficina obrera de la casa política de Prado, el oligarca.
8.-
Así
como tenía un claro concepto de la dictadura, JCM también tuvo un
claro concepto del centralismo democrático. Ni centralismo sin
democracia ni democracia sin centralismo. Por eso señaló las
“relaciones estrictamente disciplinadas”; por eso planteó
siempre la necesidad del debate, la “contrastación permanente”
Pero
Ravines, al echar de lado la democracia interna, no promovió el
centralismo sino el caciquismo, y no la clandestinidad sino el
ocultismo e ilegalismo. Y Martínez, al uncirse a la democracia
formal, no promovió la democracia sino el liberalismo y el
legalismo.
III
El
corolario de este esquema y su desarrollo demuestra que “la
revolución no puede ser actuada sino por un partido de clase” Sólo
un partido de acuerdo a la línea de Mariátegui puede sobreponerse a
la situación adversa, a las acometidas de los enemigos y puede
llevar al triunfo la revolución de nueva democracia. Para ello,
primero tiene que fortalecer sus filas depurándose de sus
detractores. Ésta es la gran lección de la primera etapa del
socialismo peruano.
De
las tres líneas señaladas han quedado huellas imborrables, tanto en
el recuerdo como en el papel. De JCM están publicadas ya sus obras
completas, que sólo requieren ahora ordenamiento sistemático,
estudio exhaustivo y aplicación consecuente. Sus tres artículos,
tres libros, tres documentos y tres tesis señalan la quinta esencia
de su contribución al Socialismo Peruano. Y todos ellos giran en
torno a la cuestión del Poder, la cuestión principal del comunismo
científico.
Ravines
también ha dejado huellas imborrables. Se pueden señalar dos: su
Editorial
para el primer número de Hoz
y Martillo, y
su libro La
Gran Estafa.
Además, se puede señalar su leit
motiv:
la negación del Camino
de Mariátegui.
Es menester trascribir este editorial, porque ahora es ya poco
conocido. Fundamentalmente señala: “Hoz
y Martillo...
es la voz de nuestra vanguardia combatiente, es la palabra oficial
del Partido del proletariado: recibidla y encumbradla como tal. Aquí
se alza no la voz de un hombre ni la labor de un grupo periodístico.
Es la voz y la orientación de un partido de clase... Hoz
y Martillo
es el órgano oficial del Partido Comunista del Perú, órgano
revolucionario, voz de millares de combatientes, de los mejores hijos
de la clase obrera, que os llaman a estrechar filas y os incitan a
ingresar en nuestro partido, el Partido Comunista... Hoz
y Martillo
es la herencia superada, depurada y proletarizada de Amauta
y de Labor.
Es el periódico con que soñó JCM y que no pudo ver impreso”
(27.07.31)
Hay
que reconocer que Ravines es el único que ha podido sintetizar en
tan pocos párrafos toda una línea. Es un retrato de cuerpo entero
de su felonía. Al señalar que su periódico es “la voz de los
mejores hijos de la clase obrera”, ¿dónde quedan los campesinos?,
¿dónde queda el problema primario del Perú?, ¿dónde queda el
mayor problema histórico? ¡Qué aberración!
Al
señalar que en su periódico “no se alza la voz de un hombre ni la
labor de un grupo periodístico”, ¿no está señalando que el
trabajo de JCM no pasa de ser “la labor de un hombre”, y el
partido de Mariátegui no pasa de ser “un grupo periodístico? ¡Qué
ignominia!
Al
señalar que su periódico “es la esencia superada, depurada,
proletarizada de Amauta
y de Labor”,
¿no está señalando que no había que asimilar la herencia de JCM
sino “superarla” y “depurarla”?, ¿no está señalando que no
había que desarrollar Amauta
y Labor
sino “proletarizarlas”? ¡Qué desvergüenza!
Al
señalar que su periódico es “el periódico con que soñó JCM y
que no pudo ver impreso”, ¿no está señalando entonces que JCM no
soñó con Amauta
y con Labor
ni los convirtió en perdurable realidad, sino que soñó con un
periódico “clandestino”? ¡Qué mediocridad!
De
su libro La
Gran Estafa,
sólo en necesario indicar que es la demostración de que así se
porta siempre el izquierdismo, que de tanto irse a la izquierda
termina siempre apareciendo por la derecha.
Y
su leit
motiv
se puede apreciar temprano, en los tres números de Amauta después
de la muerte de JCM. Entre otras estupideces, allí señala la
necesidad de “reconocer el derecho de los indios no sólo a la
reconquista de sus tierras sino también a disponer de sí mismos
organizando sus propias repúblicas aymaras y keshuas” (N° 32, p.
10) ¡Así superaba, depuraba y proletarizaba la verdad de JCM!
Martínez
también ha dejado huellas imborrables. Se pueden señalar dos: su
artículo Cómo
Organizamos el
Partido,
y su mamotreto Apuntes
para una interpretación marxista de historia social del Perú.
Y un leit
motiv:
la negación del Camino
de Mariátegui.
El
artículo sobre la constitución del Partido es una tergiversación
grosera de la inmensa obra de JCM al respecto, y una crítica
desvergonzada del aporte más importante de este trabajo: “la
organización de los obreros y campesinos con carácter netamente
clasista” Martínez sólo años después se atrevió a formular su
“crítica”, después de haber callado cuando JCM lo enunció,
señalando que con campesinos
“íbamos de error en error” Ésa es la actitud de quien, como
secretario personal fungió siempre de “íntimo compañero” de
JCM. Y, en verdad, lo que hizo Martínez con la memoria de JCM
demuestra que jamás le perdonó haberlo desenmascarado tan pronto
como “criollamente oportunista y equívoco” (T.13-182)
Los
cuatro gruesos tomos de sus Apuntes,
pesados por fuera y por dentro, hasta por el título resultan una
burda parodia de los 7
Ensayos
(Apuntes = 7
Ensayos;
para una interpretación marxista = de
Interpretación;
de historia social del Perú = de
la Realidad Peruana)
El secretario no se preocupó jamás de publicar las obras de JCM (ni
siquiera de republicar 7
Ensayos),
ni menos de conservar los originales, sino de publicar cuatro gruesos
volúmenes, que se salvan sólo por tener algunos escritos de JCM.
Y
su leit
motiv,
la negación del Camino
de JCM,
lo llevó al extremo de seguir el camino de Eróstrato, perpetrando
latrocinio contra uno de los tres libros fundamentales de JCM. Es
necesario correr el “misterio” que rodea la desaparición de
Ideología
y Política;
pero esta tarea requiere todo un artículo aparte.
Y
este leit
motiv
también se puede apreciar temprano, en los tres últimos números de
Amauta. Ya en el N° 30 comienza a publicar su La
Reforma Universitaria en Argentina,
que contradice punto por punto a El
Proceso de la
Instrucción
Pública,
cuarto de los 7
Ensayos.
Así actuaba Martínez, sin dejar siquiera que se secara la tinta de
lo que había escrito: “Mariátegui pertenece al proletariado. Todo
aquel que quiera comprenderlo y seguirlo tiene que situarse en un
terreno de lucha de clases proletaria” (N° 30, p. 96)
IV
Estas
tres tendencias, tres facciones y tres líneas se vienen repitiendo
en cada etapa del proceso del Socialismo Peruano. Y cada generación
tiene sus mílites en cada una de ellas. La actual tercera
generación, en sus dos lustros y pico de gestión, ¿acaso no los
tiene? Basta analizar el panorama político actual.
Pero
la línea de Mariátegui se impone siempre, y marca la orientación
fundamental en cada etapa. Al cerrarse el ciclo de la primera
generación, Ravines quedó desenmascarado como un estafador
político, y Martínez como un capitulero de pacotilla. Y cualesquier
otros estafadores y capituleros, no hacen sino pisarles los talones.
No
debemos olvidar jamás a JCM, maestro conductor y guía de la
revolución peruana. Pero tampoco debemos olvidar jamás a los
Ravines y Martínez, maestros sin igual por el ejemplo negativo.
Porque en todo proceso siempre hay tres tendencias, tres facciones y
tres líneas. Una de avance, y otras dos de izquierda o de derecha.
El más grave error que cometer se pueda es empeñar la lucha
unilateralmente en la lucha en dos frentes y la lucha entre dos
líneas.
Y,
si hay tres líneas pero sólo una es la correcta, ¿tienen algo de
común las otras dos? Sí, y no poco de común. En sus orígenes de
clase son iguales, y en sus planteamientos terminan siéndolo
también, y más pronto que tarde. Ravines y Martínez procedían de
la intelectualidad burguesa, pequeña y mediana. La p.b., por su
“angustia existencial” en que se desarrolla, tiende al
izquierdismo; y la m.b. tiende al compromiso y a la moderación.
Pero, en uno y otro caso, esos intelectuales transitan “por el
campo socialista con un pasaje de ida y vuelta” (T.16-131) No han
logrado en definitiva la ruptura con su origen de clase, y así no
pueden asimilar el “carácter netamente clasista” de la
organización del proletariado. Por eso la izquierda, al terminar su
periplo “asciende” de p.b. a m.b. identificándose con la
derecha. Y como el marxismo no es de izquierda ni de derecha sino de
avance, lo que hacen la izquierda y la derecha es demostrar que nunca
fueron más que la izquierda radicalizada de la burguesía (Y por eso
se acostumbra poner el término izquierda entre comillas, para
diferenciarlo del marxismo como izquierda,
aunque ambos usos son incorrectos)
Y
tanto la p.b. como la m.b., cuando adhieren orgánicamente al
proletariado, mentalmente arrastran con su socialismo burgués su
sociología burguesa. Por eso, la primera tarea del militante, en
general, es deslindar los campos entre socialismo burgués y
socialismo proletario, entre sociología burguesa y sociología
marxista (materialismo histórico) Porque, en cuanto teoría, este
socialismo y esta sociología burgueses han logrado importantes
avances y tienen respetables representantes; pero en cuanto ideología
de clase jamás traspasan el marco burgués. Y sus representantes son
ilustres, pero ilustres burgueses y nada más.
En
fin, la primera generación terminó su ciclo desenmascarando la
línea de Ravines primero, y la línea de Martínez después. Pero
esta lucha agotó sus posibilidades, lo que dice mucho de la
intensidad con que se efectuó. El Primer Congreso cerró su gestión,
cuando la situación internacional se orientaba hacia la restauración
de la democracia burguesa bajo hegemonía norteamericana y el
establecimiento del sistema socialista bajo hegemonía soviética.
El
m.c.i. entraba en un nuevo período con la disolución de la III
Internacional (1943) y la necesidad de cada partido de formular su
propia línea política, lo que llevó al cuestionamiento del partido
único y el nacimiento del m.c.n. en cada país.
En
el Perú, se pone a la orden del día la necesidad de retomar el
Camino
de Mariategui,
en una situación inicial de vieja democracia consolidada. Así
inicia su tarea la segunda generación del Socialismo Peruano.
Ragarro
25.07.82
Nota.-
Difundido internamente en 1982, y luego por Internet el 20.09.06. El
proyecto era completar los análisis del artículo y llegar hasta la
V Conferencia. Pero se logró conmemorar el Aniversario
80 de la Creación Heroica 1928-2008 (7E - PSP)
Ragarro
26.02.15
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