miércoles, 31 de agosto de 2022

La Iglesia Católica y Nicaragua

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La Iglesia Católica y Nicaragua

Por: Becca Renk

La participación de la jerarquía en la fallida intentona golpista de 2018 ha tenido consecuencias para la Iglesia católica: el Gobierno nicaragüense ha reducido a la mitad su apoyo económico a catedrales, iglesias y mantenimiento de las instalaciones de la Conferencia Episcopal.

Becca Renk ha vivido y trabajado en el desarrollo comunitario sostenible en Nicaragua desde 2001 con Jubilee House Community. La JHC también trabaja para educar a los visitantes de Nicaragua, incluso a través de su centro cultural de hospitalidad y solidaridad en la Casa Benjamín Linder.

Recientemente ha aparecido en los medios de comunicación internacionales un aluvión de titulares sobre la Iglesia Católica en Nicaragua, pero ninguno de los artículos ha explicado lo que realmente sucede. A continuación, desglosaré la relación de Nicaragua con la Iglesia Católica y los recientes acontecimientos, todos los enlaces son a excelentes artículos para aquellos que quieran profundizar.

Antecedentes ¿hasta dónde se remonta esto?

Colonización

La Iglesia Católica llegó por primera vez a Nicaragua con los colonizadores españoles y, como en otras partes del mundo, la jerarquía y gran parte del clero facilitaron la conquista colonial mediante la conversión. En Nicaragua, la población indígena fue totalmente diezmada; una población de 2 millones de indígenas se redujo a sólo 8.000 en 35 años de dominio español. Fueron asesinados, murieron de enfermedades y fueron secuestrados y vendidos como esclavos. Con las notables excepciones de algunos sacerdotes individuales como Antonio Valdivieso, la Iglesia no sólo fue cómplice sino que participó activamente en los horrores de la colonización.

Insurrección

Después de la independencia, la jerarquía eclesiástica y la élite rica de Nicaragua dirigieron el país conjuntamente; durante generaciones, cada familia poderosa tuvo un hijo que se convirtió en sacerdote. En el siglo XX, la jerarquía católica apoyó la sangrienta dictadura de Somoza durante los casi 45 años de su gobierno, y sólo al final algunos miembros de la jerarquía apoyaron la liberación del pueblo.

Revolución

A diferencia de Cuba, la revolución nicaragüense nunca fue laica – de hecho, la Revolución de Nicaragua estuvo tan influenciada por la teología de la liberación que en los años 80 había un dicho popular que decía: “Entre el cristianismo y la revolución no hay contradicción.” Había sacerdotes en el gobierno -varios ministros-, pero no eran los sacerdotes de la jerarquía eclesiástica, sino que trabajaban para mejorar la vida de la mayoría pobre. La jerarquía católica se alió con Estados Unidos contra la Revolución Sandinista; el Papa Juan Pablo II vino a Nicaragua y reprendió a los sacerdotes del gobierno, el Vaticano los censuró después.

Gobierno de reconciliación y unidad nacional

Cuando el partido sandinista volvió al poder en 2007, formó el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional y buscó no sólo trabajar con los antiguos enemigos de la guerra -el partido político de la Contra se unió a la alianza sandinista y nombró al vicepresidente para ese periodo desde sus filas-, sino que también incluyó a la Iglesia, a la empresa privada y a los sindicatos en la planificación y gestión de los programas de gobierno -se le dio a la Iglesia un lugar en la mesa de gobierno-. Pero la empresa privada y la Iglesia católica acabaron efectivamente con ese modelo cuando conspiraron para derrocar al gobierno elegido en 2018 y utilizaron su papel en la sociedad para intentar poner al pueblo en contra del gobierno.

Intento de golpe de Estado en 2018

En abril de 2018, comenzaron las protestas que aparentemente eran contra las reformas propuestas al sistema de seguridad social. Sin embargo, rápidamente se hizo evidente que las protestas eran por algo más: un intento de derrocar al gobierno nicaragüense. Los grupos armados de la oposición instalaron cientos de tranques que paralizaron el país y se convirtieron en epicentros de la violencia. Los tranques duraron casi tres meses, murieron unas 253 personas y muchas más resultaron heridas. Las investigaciones han demostrado que el gobierno estadounidense estaba financiando la violencia a través de la USAID, la NED y el IRI, todos ellos “brazos blandos” de la CIA.

Aunque Estados Unidos estaba financiando el intento de derrocamiento del gobierno sandinista democráticamente elegido en Nicaragua, la jerarquía de la Iglesia Católica en Nicaragua lo estaba instigando. Pueden leer relatos de primera mano de sacerdotes fomentando la violencia, incluso en nuestros propios barrios de Ciudad Sandino. Mientras la conferencia episcopal estaba supuestamente “mediando” en un diálogo nacional, sus propios sacerdotes estaban llamando a la violencia. En estos “tranques de la muerte”, como llegaron a conocerse, los sandinistas fueron perseguidos – identificados, golpeados, violados, torturados y asesinados – con los sacerdotes observando y a veces participando en la violencia.

Aunque cientos de personas fueron detenidas y condenadas por delitos violentos en 2018, la oposición exigió la liberación de lo que llamaron “presos políticos.” En aras de la paz y la reconciliación, el gobierno nicaragüense declaró una amnistía general y liberó a todos los que habían sido acusados en relación con el intento de golpe de Estado, incluidos conocidos asesinos, con la condición de que no reincidieran.

Consecuencias

La participación de la jerarquía en la fallida intentona golpista de 2018 ha tenido consecuencias para la Iglesia católica: el Gobierno nicaragüense ha reducido a la mitad su apoyo económico a catedrales, iglesias y mantenimiento de las instalaciones de la Conferencia Episcopal. Pero la Iglesia también ha perdido a su gente: He hablado con muchos católicos que ya no van a misa porque sus sacerdotes siguen promoviendo la violencia y buscando fines políticos desde el púlpito. Estas personas no han perdido su fe -siguen rezando en casa y participando en celebraciones religiosas fuera de la Iglesia-, pero ya no van a misa. Este sentimiento es generalizado: las últimas encuestas muestran que sólo el 37% de los nicaragüenses se identifican hoy como católicos, frente al 55% de hace unos años.

Acontecimientos recientes

¿Qué está pasando ahora que ha provocado tanta bulla en los medios internacionales? La primera semana de agosto, las autoridades nicaragüenses desmantelaron la red de medios de comunicación (cinco emisoras de radio y un canal de televisión local) propiedad de Rolando Álvarez. Álvarez es obispo de Estelí y Matagalpa, pero también es un actor político, uno de los líderes involucrados en el violento intento de golpe de Estado de 2018, y se ha propuesto crear un clima de confrontación para desestabilizar al gobierno de Nicaragua de cara a las elecciones municipales de noviembre.

Los medios de comunicación privados de Álvarez fueron cerrados porque estaban siendo utilizados para lavar dinero utilizado para pagar a matones para incitar a la violencia en las calles como parte de los intentos de desestabilización de Álvarez. Tras el cierre de sus medios de comunicación, Álvarez fue puesto bajo arresto domiciliario mientras se le investiga por una serie de delitos. Sin embargo, incluso después de su detención, Álvarez siguió fomentando la violencia que amenazaba la seguridad de la población de Matagalpa. Por la seguridad del pueblo, la semana pasada fue trasladado a un arresto domiciliario en Managua, donde permanecerá mientras se le investiga; está recibiendo visitas de su familia y del cardenal, con quien ha hablado largamente. Un comunicado del cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes y de la Conferencia Episcopal de Nicaragua aclaró que los actos realizados por Álvarez fueron a título personal y nada tienen que ver con el resto de los obispos del país.

Otros sacerdotes detenidos

Álvarez no es el único sacerdote detenido en Nicaragua en los últimos meses: las autoridades nicaragüenses han detenido, juzgado y condenado a un sacerdote que violó a una niña de 12 años y a otro que golpeó a su pareja (la opinión pública nicaragüense no se sorprendió ante el hecho de que el sacerdote tuviera pareja, pero se indignó porque la golpeó). Curiosamente, no hemos visto que los medios de comunicación internacionales utilicen los casos de los sacerdotes violadores y golpeadores de Nicaragua para alegar persecución religiosa como lo hacen con Álvarez, pero los tres son casos en los que las autoridades nicaragüenses responsabilizan a los sacerdotes católicos por sus acciones individuales, como lo harían con cualquier otra persona.

¿Hay persecución religiosa en Nicaragua?

La persecución religiosa se define como los ataques sociales o institucionales a personas específicamente por sus creencias religiosas. Lo que hemos visto en los últimos acontecimientos de Nicaragua es la investigación y la detención de personas que han infringido la ley, independientemente de sus creencias religiosas. Esto no es persecución religiosa.

No sólo no hay persecución religiosa en Nicaragua, sino que hay un ambiente de floreciente expresión religiosa. Para comprobarlo, basta con asomarse a una ventana en Nicaragua en estos momentos: agosto es la época de las fiestas patronales en este país. Mientras los medios de comunicación internacionales publican historias de persecución religiosa, decenas de ciudades y pueblos nicaragüenses se dedican a celebrar a sus santos católicos en fiestas apoyadas económica y logísticamente por los gobiernos municipales. Nuestro propio pueblo celebra este fin de semana a la Virgen del Nancite y en Ciudad Sandino celebramos al Pequeño Santo Domingo el pasado fin de semana. Pero la mayor celebración de todas fue la de decenas de miles de personas que caminaron y bailaron libremente por las calles de Managua en dos días festivos dedicados a Santo Domingo. En Nicaragua, la jerarquía de la Iglesia permanece dentro de sus muros, pero la Iglesia del pueblo está en la calle celebrando alegremente su fe.

teleSUR no se hace responsable de las opiniones emitidas en esta sección

La Iglesia Católica y Nicaragua

Publicado 27 agosto 2022

Nicaragua Iglesia católica Revolución sandinista

Contáctenos teleSUR 29 agosto 2022

martes, 30 de agosto de 2022

Antony Fauci, asesor médico principal del presidente Joe Biden trabajo en experimentos sobre la COVID-19 en China y en Ucrania

 

LA ENCRUCIJADA DE LAS IZQUIERDAS

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 LA ENCRUCIJADA DE LAS IZQUIERDAS

 

  Las condiciones actuales de la lucha política en las esferas de las derechas controlado por muchas décadas en las repúblicas sudamericanas, han dado pie a que ésta se traslade a las filas de las izquierdas como alternativa de corrección del sistema dominante, que, a mitad de su gestión gubernamental y sus problemas con las derechas en el Gobierno, hablo por boca de Evo Morales en estas palabras: “hemos llegado al Gobierno, no al Poder”.

  Gobierno y Estado – Poder y Estado.

  Gobierno (Administración de las rentas del Estado) y Poder (sistema dominante establecido, de los propietarios).

 La política aparentemente independiente de la izquierda o de la derecha con respecto al Estado, por un lado; y por el otro, el poder real detrás del trono, obrando, ejecutando. Una situación generada por esta naturaleza de dos binomios de aparente enfrentamiento, nos informa con mayor claridad el tantas veces nombrado como “plan de Gobierno o plataforma electoral”, elevado a la meta máxima a donde puede llegar, según la misma versión practica y de propaganda de izquierdas y derechas, que a la postre, no se libra del apostrofe que se gana como “electorero”, pues detrás de esta jerga política hay todo un prontuariado del porqué electorero. Pertenecen a las clásicas y obsoletas oposiciones protestarías.

 A este disloque del sistema dominante hundido en su parasitismo, se agrega otro, que a esta hora se ha ganado todo el protagonismo político abrevado en las canteras reaccionarias de la propaganda de una prensa “amarilla”. Se trata del Poder Judicial.

  El Poder Judicial.

  El movimiento reaccionario con sus medidas de idas y vueltas, de ofensivas y defensivas, es el que mejor alecciona para la lucha por el Cambio Social a las masas trabajadoras y sus organizaciones de base, material concreto de la Oposición Contestataria.

  La gestación y parto del Poder Judicial por el dominio del sistema dominante fue siempre como el de una institución política al servicio de un Estado y sus Gobiernos de turno, que oficia de amanuense de los intereses de las clases dominantes.

  Hoy, ese evacuador de la vieja política reaccionaria por otros medios, se ceba en el chivo expiatorio de la “corrupción”. De tal modo que a nivel nacional se cree que la monserga de la “corrupción “es el enemigo común del pueblo peruano y crean sus “frentes unidos” en torno a ella con “mi gobierno ley de cadena perpetua para los corruptos”. Toda una guerra santa de una clase dislocada que hace escarnio de sus propios principios, si alguna vez lo tuvieron. Pero cabe la observación en la pregunta por qué lo hacen. Pues muy sencillo. Con la monserga creada, que por otro lado es la erupción del parasitismo del sistema dominante, se quiere llevar a las masas o al pueblo, por el camino de que en el país no existe ni obra el principio universal concreto de: “Lucha de Clases” sino la lucha contra la corrupción, que parece, momentáneamente, haber licenciado a su contiguo auxiliar, el fenómeno del “terrorismo”. La intención es clarísima ¿no se habrá dado cuenta las izquierdas, que hoy sufre los embates de su propia medicina?

  Resulta ahora que el Poder Judicial es el que gobierna dado su persecución y amenazas a la “corrupción “y sus presuntos corruptos, pero ¿Quién eligió al Poder Judicial y su gran poder de autonomía? Algo nos puede orientar en este camino cuando se hace memoria del pasado medioeval y la Santa Inquisición, que era una institución política al servicio del Rey creado para perseguir, encarcelar y ejecutar la pena máxima de la hoguera a todo aquel sospechoso de oposición al régimen de bases monárquicas. Su señuelo, la brujería.

  ¿Y cuál es el señuelo de la autonomía del Poder Judicial y sus perseguidores hoy? Respóndase usted amigo lector.

  ¿Qué clase de reivindicación es la “lucha contra la corrupción? Se trata acaso de las supersticiones genéricas de la honorabilidad, honestidad, honradez, etc. Ocupa el debate político el TRABAJO, tratado por este sistema dominante como enajenación o deshumanización del hombre concreto (más de 74 % de desocupados); se ocupa de la EDUCACION tratada por las autoridades de las instituciones académicas oficiales como mera domesticación de los educandos en una mentalidad colonial; se ocupa de la SALUD tratada en las peores condiciones, que mejor lo tiene cualquier animal en una veterinaria.

  Si está comprobado en los hechos por la izquierda que el camino de la conquista del Gobierno no basta, entonces ¿Cuál es el camino a seguir?

  Servirá esta experiencia de la “Encrucijada de las Izquierdas” para entender el por qué se reclama de modo perentorio hoy en el seno de las masas productoras: LA PREPARACION DE LA ORGANIZACIÓN PARA EL CAMBIO SOCIAL.

Héctor Félix Damián

31.08.22

NICARAGÜENSE, POR LA GRACIA DE DIOS

 
NICARAGÜENSE, POR LA GRACIA DE DIOS
Por Gustavo Espinoza M.
Si se preguntara a un ciudadano de cualquier país por su nacionalidad, simplemente respondería: peruano, argentino, brasileño, colombiano, o lo que fuera. Si esa interrogante se le formulara a un compatriota de Rubén Darío, le diría con mucha fuerza: “Nicaraguense, por la gracia de Dios”.
Esta expresión revela el profundo sentimiento religioso que embarga al nicaragüense común y corriente. Se trata de una fe arraigada en el ánima de los nacidos en la tierra de Sandino, y que se enlaza con el fervoroso patriotismo que lo llevó en su momento a echar a pedradas al pirata Walker y luego a los marines yanquis, que invadieran su suelo en 1926¸conscientes que -como lo dijera el que encabezara esa lucha- “la soberanía de un Estado, no se discute; se defiende con las armas en la mano”.
Todo esto viene a colación habida cuenta de la ominosa campaña de prensa desatada en las últimas semanas contra el gobierno de Managua y que alude a una supuesta, e inexistente, “persecución religiosa”. Lo que se busca, es usar la fe de “los nicas” para echar agua al molino de “la contra”,
El tema, no es nuevo. Desde los años 80 del siglo pasado, cuando los Sandinistas llegaron al Poder por primera vez luego de una lucha heroica y esforzada contra la dictadura de Somoza; las fuerzas reaccionarias se parapetaron tras la investidura cardenalicia de Monseñor Obando, para disparar desde el púlpito fuego contra Daniel Ortega y su gobierno.
Claro que en ese entonces, la Jerarquía Eclesiástica no llegó a jugar un papel decisivo. La batuta estaba en otras manos: La Casa Blanca. Por lo demás, el propio Obispo de Managua no se sentía particularmente cómodo en el rol subsidiario que le fuera asignado.
Quizá por eso, después cambió de rumbo; y en el 2007, luego de 17 años de administraciones neoliberales que lo desencantaron, el clérigo se puso del lado del gobierno Sandinista.
Los años pasaron sin embargo, y la iglesia cambió de personeros. En lugar de Obando apareció en esa función Monseñor Báez, que tuvo papel protagónico en la defensa de los grupos conservadores.
Este asumió un rol beligerante y destacado en los luctuosos sucesos ocurridos entre abril y julio del 2018. Allí, la “contra”, amamantada por Washington, quiso dar al traste con el régimen sandinista y retrotraer la historia.
Como se evidenció en esa circunstancia, bajo la orientación de Báez, el núcleo duro de la Iglesia tuvo un comportamiento sedicioso. El Obispo Orlando Matta -el Monseñor Cipriani de Managua- atacó procazmente al Presidente Ortega, y hubo sacerdotes que participaron en acciones violentas: celebraron oficios con mensajes incendiarios, protegieron a delincuentes, guardaron armas en las iglesias y hasta intervinieron en tareas francamente subversivas.
Nadie olvida que el “último baluarte” de la reacción fue -julio del 2018- la Iglesia de la Plaza de la Magdalena, en cuya torre se instalaron 4 franco tiradores que hicieron resistencia armada. Allí, los últimos 250 activistas de “la contra” y el Párroco, se batieron 8 horas hasta que fueron derrotados. Los dirigentes de la acción –incluido el cura- huyeron a Costa Rica en busca de “Asilo”
Cuando se restauró el orden en todo el país, la Jerarquía eclesiástica pretendió continuar su labor sediciosa. Y lo hubiese hecho de no mediar la intervención del Papa Francisco que consciente de la situación, retiró de Managua a Monseñor Báez y lo recluyó en el Vaticano. Ahora, esa Jerarquía ha vuelto a las andadas.
Y es Monseñor Rolando Álvarez, el que ha asumido el protagonismo. Desde la Iglesia de Matagalpa, usando los recursos propio y hasta emisoras de radio; ha buscado reeditar el abril del 2018 cuando murieron alrededor de 350 personas, el 70% de los cuales fueron sandinistas. A tal intento, buscaron sumarse ONGs financiadas por USAID, que perdieron su personería por no cumplir la ley.
Ni el Gobierno ni el pueblo creyente de Nicaragua, están dispuestos a tolerar la reedición de las acciones sediciosas del pasado, ni la violencia que paralizó al país. Se tomaron por eso medidas de protección y defensa.
El Obispo de Matagalpa fue trasladado a Managua, donde se halla recluido en “prisión domiciliaria”, asistido por su familia y allegados. La ultra derecha, puso el grito en el cielo. Y en nuestro país hubo quienes se sumaron a ella, sin saber cómo ni cuándo.
El Papa, sin embargo, no les hizo caso. Conocedor de los antecedentes y seguidor acucioso de los sucesos de hoy, llamó a la Jerarquía Eclesiástica a no usar el nombre de Dios para promover el odio y la violencia. Y propuso a la Iglesia recurrir al diálogo y no a la confrontación, para superar la crisis.
En otras palabras, se impuso lo que en su momento dijera otro sacerdote ilustre, el Obispo Pedro Casaldáliga: “Nicaragua fue una frontera histórica, ensayó una revolución original, autóctona, latinoamericana: sandinista, en este caso concreto, Una revolución antiimperialista y popular. Al servicio del pueblo en las transformaciones radicales que una revolución popular exige: tierra para los campesinos, cultura, alfabetización para todos, salud, alimento, arrumbamiento de privilegios de la burguesía y la oligarquía”.
Estados Unidos, por su parte, “condena enérgicamente la violación a los derechos humanos en Nicaragua”, donde no ha muerto nadie. Y calla ante lo que pasa en USA donde cada semana matan a un negro o un latino, a patadas; o asesinan niños en Arkansas, Oklahoma o Nueva York
En esa lucha se encuentra hoy el pueblo de Darío. Los nicaragüenses se siguen sintiendo depositarios de la gracia de Dios y su fe se mantiene intacta, pero no respaldan a los Obispos sediciosos. Y es que, como ocurriera antes con Sandino; ahora, en Nicaragua, la victoria será siempre la bandera de su pueblo (fin)

 

DEL PRADO Y LA HERENCIA POLÍTICA DEL AMAUTA

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DEL PRADO Y LA HERENCIA POLÍTICA DEL AMAUTA
Por Gustavo Espinoza M-
Bien puede decirse que la vida de Jorge del Prado, ex senador comunista y Secretario General histórico del PCP, se , entronca con dos grandes vigas: la presencia del Amauta en el accionar de nuestro tiempo y la historia del movimiento obrero en el siglo XX pero, sobre todo, a partir de 1930,.
El ingreso de Del Prado en la política puede situarse, cronológicamente hablando, en 1918 en Arequipa, pero sigue luego en Lima al lado del autor de los “7 Ensayos…” en 1929, cuando se liga al proletariado minero del centro. A la muerte de su maestro, Del Prado vuelve a las minas con motivo de la gran huelga de agosto de ese año, convulso por cierto, que se cerrará con un ominoso baño de sangre, la Masacre de Malpaso en el mes de noviembre.
Desde un inicio Del Prado debió afrontar muy directamente la secuela de la represión. Es claro que él no fue el único que la sintió en carne propia, pero sí fue uno de los pocos que la resistió a lo largo de los años, afrontando como consecuencia de ello las más crueles adversidades.
Detenido en 1932, fue confinado en los campos de concentración de Madre de Dios con Avelino Navarro, quien contrajo el mal que siete años después apuraría su muerte; con Eliseo García y otros. Del Prado pudo huir atravesando clandestinamente la frontera con Bolivia, y ponerse a un precario buen recaudo.
El movimiento sindical, siguió su marcha. Como se recuerda, en 1931 arreció en el país la lucha de clases, y en marzo de 1932 el gobierno en entonces ilegalizó la CGTP. Sus principales dirigentes fueron perseguidos y encarcelados, como había ocurrido antes con Julio Portocarrero, quien fuera confinado en su momento en el hoy inexistente Penal de la Base Naval de San Lorenzo.
En esta etapa, por lo demás, Eudocio Ravines -que se comportaba ya como un agente encubierto de la reacción en las filas de los comunistas- emprendió una campaña contra Mariátegui, acusándolo de ciertas “deformaciones pequeño burguesas”, que ayudó a confundir a los todavía poco iniciados revolucionarios peruanos.
Entre ellos, sin embargo, no estuvo Del Prado, que nunca se llamó a engaño y que, en la medida de sus aun precarias fuerzas, contrarrestó esta ofensiva. Probablemente consciente de eso, diría años más tarde en el prólogo a su libro “Los años cumbres de Mariátegui!: “Siempre aspiré a recoger los recuerdos que el Amauta dejó grabados en mi ser; los pensamientos que pudo captar mi cerebro de su palabra viva, hablada, y el reflejo proyectado por su personalidad en el acaecer histórico.-social del Perú de los años 1928-1930…”
En 1935 se selló el periodo de recuperación del movimiento. Los comunistas formularon un llamamiento concreto: “¡Volver a Mariátegui!” como una manera de celebrar jubilosamente el 1 de Mayo y enfrentar la dictadura del Mariscal Oscar R. Benavides. Era el reencuentro con el maestro, pero también una revaloración indispensable, de quien había aportado los pilares básicos de nuestro movimiento.
A ese esfuerzo se sumaron muchos, sobre todo en el movimiento obrero. La clandestina dirección sindical de la CGTP decretó un Paro de 24 horas para conmemorar la Jornada Mundial de las 8 horas, y el grueso de los dirigentes de entonces fueron confinados por ello -luego de enfrentar la represión policial desatada por el régimen- en la Intendencia de Lima. Isidoro Gamarra –líder de la Construcción desde aquellos años-, Genaro Carnero Checa, periodista; Asunción Caballero Méndez, dirigente estudiantil de la época; fueron algunos de los afectados por la jauría gobernante.
Del Prado, poco después, fue a dar a la cárcel. Sometido al imperio de la ley 8505 y puesto a disposición de los primeros Tribunales Militares que juzgaban en aquellos años los delitos de “subversión”, fue condenado a cinco años de cárcel en 1937, logrando recuperar su libertad al cumplir su condena, a fines de 1941.
En 1942, el Primer Congreso del Partido Comunista Peruano sancionó la expulsión de Eudocio Ravines y abrió un marco de renovación para el proceso peruano. Este, que se radicó en Chile luego de huir de España en 1936 aterrado por la Guerra Civil, se desenmascaró pronto y quedó al descubierto, sin que nadie abogara por su causa.
Los primeros cinco años de la década del 40 estuvieron signados por la II Gran Guerra y por su incidencia en el escenario mundial, y latinoamericano. En el periodo, los sindicatos jugaron un papel preponderante al integrar la Confederación de Trabajadores de América Latina -la CTAL- bajo la conducción del mexicano Vicente Lombardo Toledano. La victoria de la URSS en la guerra abrió camino a una nueva esperanza y en el Perú ella anidó en la victoria del Frente Democrático Nacional y en el advenimiento del mandato de José Luis Bustamante y Rivero, al que no fueron ajenos los comunistas, en cuya primera fila se destacaba ciertamente, Del Prado.
Tampoco fueron ajenos, por cierto, a la recomposición del movimiento sindical. El 1 de mayo de 1944 se reunió la organización de los trabajadores y la naciente CTP reemplazó transitoriamente a la CGTP, que solo fue reconstituida muchos años después. Como se recuerda, la experiencia estuvo precedida por el recordado “Pacto de Santiago”, suscrito en la capital chilena en 1943 con motivo de la visita que hiciera una delegación sindical peruana al congreso de la Central Obrera del país hermano.
El complejo itinerario de la lucha obrera
La primavera del 45 duró poco. Acosada por los exportadores y los militares y saboteada desde adentro por la dirección sectaria y hegemónica del APRA, cayó en el oscuro hueco de la iniquidad y fue sucedida por una cruel dictadura, la del general Odría, inscrita sin duda en el cuadrante de la “guerra fría” y la política yanqui en la región, que impuso regimenes similares de otros países: Rojas Pinilla en Colombia; Pérez Jiménez en Venezuela; Fulgencio Batista en Cuba.
Con los sindicatos proscritos y los dirigentes clasistas liderados por Isidoro Gamarra, Emiliano Huamantica, Raúl Acosta, Simón Herrera Farfán, José Apaza Mamani y otros, tras las rejas; la lucha se hizo más difícil y compleja alcanzando incluso en determinadas circunstancias explosiones populares en las que se impuso el uso de las armas. Así ocurrió en Arequipa, en junio de 1950. También en esa etapa la CTP fue ilegalizada y cruelmente reprimida. Asediado por el régimen, una vez más Del Prado se vio precisado a huir del país. Bolivia, Argentina y Brasil estuvieron esta vez en su itinerario de luchador clandestino.
El fin de la dictadura y la apertura formal de una muy recortada democracia burguesa abrió otra vez la puerta para la recomposición del movimiento sindical peruano. En abril de 1956 el II Congreso de la CTP fue escenario de una dura pugna en la que finalmente se impuso el cubileteo aprista por encima de la voluntad unitaria de los trabajadores. Se abrió así una compleja etapa en la que la Unidad Sindical pendió de un hilo.
La lucha de los trabajadores contra el régimen de La Convivencia fueron años de una dura confrontación con el APRA. El amarillaje se impuso como política oficial en las filas del Partido Aprista al tiempo que la “fuerza de choque” de la estructura partidaria dio lugar a confrontaciones callejeras de diverso signo. El desenlace del proceso trajo, no obstante, la reunificación del movimiento sindical bajo el signo del clasismo. Fue ese el sentido del I Congreso Nacional de la Confederación General de Trabajadores del Perú, que tuvo lugar en Lima en junio de 1968.
En aquellos años el movimiento popular desarrolló un vigoroso proceso de acumulación de fuerzas. Si en el plano político este se expresó en una etapa en la formación del Frente de Liberación Nacional y en otra en el surgimiento de Unidad de Izquierda, en ambos el programa reflejó una sentida y legítima demanda popular: recuperación del petróleo, reforma agraria, amnistía general, derogatoria del artículo 53 de la Constitución vigente y establecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales con todos los países del mundo.
A poco tiempo de estos significativos episodios, el país se vio sorprendido por el advenimiento de un gobierno distinto, encabezado por el general Juan Velasco Alvarado, militar patriota de limpia ejecutoria institucional.
El desarrollo de los acontecimientos y la evolución de la lucha de clases fue lo que signó al movimiento. Un discurso originalmente nacionalista, derivó pronto en un accionar antiimperialista definido y en un proceso de profundas transformaciones sociales. La CGTP, convocada en esa circunstancia por la historia, supo asumir su papel con honor, bajo la certera conducción de los comunistas, cuyo Partido lideró Del Prado en toda esa etapa. Pero la historia no acabó en el Perú con el proceso de Velasco. Las cartas de la reacción se jugaron con fuerza y la situación cambió radicalmente a partir de agosto de 1975. El hecho, generó una nueva agenda para los trabajadores.
Quizá si el punto inicial de la misma fue el Paro Nacional del 19 de julio de 1977 que mostró, por un lado la firme voluntad de lucha de los trabajadores y por otro, la pérfida crueldad de los patronos que de un solo tajo, y en aplicación de los Decretos Legislativos 010 y 011 descabezaron al conjunto del movimiento despidiendo en tan solo 24 horas a más de cinco mil dirigentes sindicales de todos los niveles. Fue ese, sin duda, un golpe demoledor contra el movimiento obrero, insuficientemente respondido en su momento.
En la ruta del futuro
A partir de 1978 asomó una nueva etapa de la historia nacional. La elección de una Asamblea Constituye en la que, a partir de las filas del Partido Comunista, levantaron sus banderas figuras emblemáticas del movimiento, como Jorge Del Prado, Isidoro Gamarra y Raúl Acosta, alentó un proceso de recuperación de la fuerza sindical, pero el retorno al Poder de los partidos tradicionales, a partir de 1980 generó una nueva crisis. Pero en ese contexto, ya el Partido Comunista estaba ubicado en la arena oficial.
Jorge Del Prado desempeñó sus funciones parlamentarias durante 13 años, entre Constituyente en 1979, y luego Senador de la Republica en tres periodos consecutivos: 1980, 1985 y 1990. El Golpe de Fujimori -el 5 de abril de 1992- puso abrupto fin a su función legislativa.
En todo este periodo, Del Prado entregó su actividad con las luchas concretas de los trabajadores. En una circunstancia -marzo de 1983- estuvo a punto de perder la vida afectado por un atentado que lo dejó seriamente lastimado. Nunca se arredró, sin embargo. Antes, y después, estuvo siempre en la primera fila de la lucha social combatiendo al lado de algunos otros parlamentarios comunistas o de otras tiendas de la izquierda peruana.
No fue por cierto un parlamentario adocenado ni un funcionario estatal carente de moral ni de principios. Por el contrario, fue siempre un ciudadano empeñado en dar ejemplo de pulcritud y de coraje. Nunca sus enemigos pudieron esbozar contra él el menor ataque en materia de manejo de los recursos públicos, ni en el desempeño de la función congresal. El era consciente que su prestigio como persona se proyectaba también en provecho de su Partido y de su Clase. Por eso vivió los últimos años de su vida en condiciones precarias y sin apoyo estatal alguno.
Dedicó todo su esfuerzo a pensar y a escribir alentando la lucha obrera y expresando su solidaridad activa con los trabajadores. De eso pudieron, en su momento, dar testimonio fehaciente dos emblemáticas figuras del movimiento obrero peruano: Isidoro Gamarra y Pedro Huilca Tecse. Este último –como se recuerda- galardonó a Del Prado con la Medalla de Honor de los Trabajadores de la Construcción en 1991, poco tiempo antes de caer abatido por las balas asesinas de la Clase Dominante.
La vida de Jorge del Prado, como puede apreciarse, se entroncó de comienzo a fin con la lucha de los trabajadores, con sus inquietudes, sus expectativas y sus necesidades básicas. Cada agresión contra los sindicatos, fue un ataque a la figura del revolucionario que evocamos. Y cada recuperación de los trabajadores fue una medalla inscrita en el pecho de este valeroso y emblemático combatiente del campo popular.
Por eso cuando en el año 2002, por iniciativa de la Congresista Gloria Helfer, el Poder Legislativo le hizo un merecido reconocimiento en su memoria, dijimos que el recuerdo de Del Prado debía ser una piedra más que ayude a los peruanos a construir el camino del futuro, que deberá ser, ciertamente, un camino de libertad y de justicia. (fin)
Revista Marka. 16 de agosto 2022

1, 2 Y 3, LA MAFIA OTRA VEZ

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GUSTAVO ESPINOZA MONTESINOS
1, 2 Y 3, LA MAFIA OTRA VEZ
Editorial de la revista Marka / 16 de agosto 2022
Pareciera que en nuestro país está entablada una batalla que no habrá de terminar nunca. Por lo menos, no habrá de concluir a corto plazo.
Las fuerzas de la reacción interna -la oligarquía, las mafias políticas y la Prensas Grande- persisten en su empeño de enlodar la figura presidencial para derribar al Jefe del Estado e imponer un escenario revuelto, que nadie podrá controlar con formas democráticas más adelante. Es por eso que la sombra siniestra del fascismo, asoma peligrosamente.
Hay quienes aseguran -y no les falta razón- que esto toma la forma de un Lawfere, ese curioso método ideado más allá de nuestras fronteras, y que consiste en asumir un procedimiento denigratorio para lograr un objetivo preciso: escoger un delito, conseguir una troupe de fiscales y jueces para perseguirlo, y luego encontrar una víctima con la cual cebarse. De ese modo se completará la faena.
En este caso, no se trata de un delito, si no de numerosas figuras penales que se han procesado mediante casi 7 acusaciones dictadas por la Fiscalía: traición a la patria, obstrucción de la justicia, cohecho pasivo, lavado de activos y algunos más; asoman como si fueran las cartas de un apetecible menú. Cualquiera podría darse el gusto de escoger la que prefiere, o la que se acomode más a su paladar. Para todos hay.
Los impulsores del procedimiento, también están. A la cabeza de los mismos asoma una Fiscal que tiene un curriculum vitae por cierto discutible. Por eso es pasible hoy de diversas acusaciones: Haber removido a quien llevaba el caso de su hermana, acusada de oscuros vínculos con el narco tráfico; adoptar medidas para favorecer a “los cuellos blancos”; ascender a Marcela Gutiérrez, la esposa de Harvey Colchado, y valerse de éste para acosar a la familia de Pedro Castillo; designar para un alto cargo a Carmen Barrantes portadora de negativos antecedentes administrativos y penal. Perlas, todas, de inapreciable valor.
Pro a ella se le suman otros ex funcionarios del Ministerio Publico, como Yenny Vilcatoma, que abominaba en sus años de congresista, a Condorito, porque era chileno; y algunos más, dotados del mismo veneno seudo jurídico que tanto gusta a las entrevistadoras de la tele.
Y la victima está cantada. Se trata, por cierto, del Primer Mandatario, el mismo que desempeña las funciones de Presidente de la República, para ira de sus adversarios, por mandato popular. Ocurre, sin embargo que, para el caso, esa víctima no es suficiente. Se le añade la familia entera: su esposa, sus hijos -hasta un chico de 15 al que se acusa de usar su teléfono celular para hacer “llamadas delictivas”- sus cuñados, sus hermanos y hasta sus ancianos padres, cuya vivienda –en Chota- ha sido intervenida “en busca de “documentos probatorios”.
Todo ello perfila la figura de un acontecimiento inédito. Nunca en la historia social del Perú ha ocurrido un hecho semejante. Y claro, esa excepción se explica: el “investigado” es un campesino, un rondero, un maestro rural, un fugaz líder sindical; que llegó a la Primera Magistratura de la Nación prometiendo “cambios profundos”. Se trata, entonces, de un ciudadano de “segunda clase”, al que los editorialistas de Expreso llaman simplemente “analfabeto”, “ignorante”, “retardado” y otras sandeces.
No importa el hecho que, acosado como estuvo desde antes del inicio de su gestión, Pedro Castillo no haya podido concretar esos “cambios” que ofreció. Después de todo, pareciera que su delito mayor, fuera otro.
Segismundo, el célebre personaje de Caderón de la Barca el dramaturgo del Siglo de Oro Español, gritaba desde el fondo del pozo en el que fuera confinado: “mi delito mayor, es haber nacido”. Pedro Castillo podría emularlo diciendo: “mi delito mayor, es haber ofrecido cambios” que nunca fue posible concretar.
Porque finalmente eso es lo que aterra a la clase dominante: que alguien incuba la idea que es posible cambiar la oprobiosa realidad nacional que sin embargo es boyante para ella porque está en la base misma de una riqueza acumulada por ella a través de los siglos.
Hay, sin embargo, quienes no perciben la importancia de lo que acontece en el Perú; creen, ingenuamente, que ésta es “una contradicción en las alturas” y que, por tanto, no merece tener ante ella, una actitud definida. Dotando a su pensamiento de un sesgo de consigna, suelen decir: “ni lo uno, ni lo otro”. En otras palabas, ni Castillo, ni el Keikismo. Peligrosa distorsión, por cierto.
En política, las cosas no son como uno quiere, ni los actores tienen los rasgos que uno deseara que tuviesen. Todos quisiéramos que Castillo no tuviese defectos.ni insuficiencias; que fuese un líder prístino, impoluto, inobjetable. Y que sus rivales, aparecieran siempre con cuernos, y colas de demonio. Pero las cosas, en la vida real, no son así.
Cabe, entonces, solamente la posibilidad de escoger. Podemos optar por defender la voluntad democrática de los peruanos expresada en las ánforas en junio del 2021 y con él el proyecto de transformaciones que se impusiera al reducto reaccionario; o podremos optar por el otro derrotero sumándonos al coro golpista que acecha a la República. Objetivamente, no hay término medio.
Cuando los pueblos se encuentran ante retos que asoman insolubles, pueden recurrir a Lenin en busca de consejo. El líder bolchevique les dirá: “hay que tomar el Palacio de Invierno, camaradas”. Y por cierto, tendrá razón. Hoy, tomarlo en el Perú de nuestro tiempo, pasa por ver la realidad y no hacer alquimias filosóficas en el marco de la contienda.
Es más sensato, seguir la política leninista de acumulación de fuerzas: definir cuál es el peligro principal, y cerrar filas contra él; ganando para nuestra causa a todas las fuerzas susceptibles de ser unidas
La Mafia, esta vez, no podrá salirse con la suya. (fin)

 

PERÚ. EL RUGIDO DE LOS DIOSES

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PERÚ. EL RUGIDO DE LOS DIOSES
Por Gustavo Espinoza M.
Diario UNO / Domingo 21 de agosto 2022
Dice la leyenda que antes de la tormenta, se suele oír el rugido de los dioses. En este caso, hubo rugido, si; pero no tormenta. Los dioses del Olimpo Parlamentario gritaron antes, pero no desataron su ira. La “Prensa Grande” dijo que hablaron en voz baja. Sin embargo, no se puede negar que el enrarecido clima político nacional, se ha agravado aún más.
En realidad, han ocurrido tres fenómenos que han incidido significativamente para que esto suceda: la conducta de los voceros de la ultra derecha que han “calentado” el escenario con acusaciones violentas y cargos extremos; el papel de los medios de comunicación empeñados en una guerra de demolición contra el Jefe del Estado; y la ofensiva de la Fiscalía y otras estructura de ese corte, que insisten en acumular denuncias contra todo lo que sea cercano al Presidente en el cantado ánimo de desacreditarlo, hasta hacerlo caer.
Se ha puesto de moda eso que algunos llaman un Lawfere; término que sirve para describir un procedimiento perverso mediante el cual se diseña un conjunto de presuntos delitos, se organiza un poder persecutorio y se precisa una víctima a la que se busca destruir a cualquier precio.
Se trata de una variante de la judicialización de la política, que comenzó en nuestro continente cuando se acusó a Ignacio Lula Da Silva, en Brasil, y se le llegó a condenar con penas infamantes, y sin ningún sustento real.
Cuando pasó el vendaval y fue posible reconstruir los hechos, pudo establecerse la falsedad de los cargos esgrimidos contra quien fuera el primer Presidente Obrero de ese enorme país. Luego de algunos años en injusta carcelería, Lula reivindicado, asoma hoy como el más popular de los políticos y el próximo Jefe del Gobierno en la Patria de Prestes.
Es claro que la ultra derecha fracasó ya en sus varios intentos por desestabilizar al régimen de Pedro Castillo. En realidad no le faltaron nunca ganas de lograr ese objetivo. Lo que le faltaron, fueron razones; y por ende, fuerza, entendida ella como un resuelto apoyo cívico.
Durante doce meses -pronto serán trece- sus voceros, dentro y fuera del Poder Legislativo, se empeñaron a fondo por lograr ese propósito. Por eso, no se les puede mezquinar reconocimientos ni adjetivos a congresistas y a políticos desfasados que alzan la voz y usan imprecaciones violentas y agresivas no para convencer a nadie sino para mostrar el odio y la impotencia que les carcome las entrañas.
Ellos, que acusan al Presidente del Consejo de Ministros de “incitar a la violencia” y hacen discursos filisteos contra ella, no sólo incitaron a la violencia la tarde y noche del 5 de abril del 2022; sino que, además, la llevaron a la práctica sembrando el pánico, la zozobra y el caos en el centro de Lima como una forma de expresar su “protesta” contra el Gobierno.
Como se recuerda causaron daños cuantiosos incluso a centros comerciales a los que nunca repararon. No obstante –y pese a que muchos de los autores de estos latrocinios fueron identificados, ninguno fue detenido ni procesado, quedando más bien en evidencia la parsimonia de un Gobierno que objetivamente no sabe defenderse
Y es que no sólo hicieron uso de ella en esa aciaga circunstancia, sino que la ejercen constantemente a través de bandas Neo Nazis, como “La Resistencia” y otros grupos sediciosos, que atacan viviendas, golpean personas y persiguen adversarios por calles y avenidas; contando para ese efecto con una suerte de impunidad garantizada por segmentos del Poder Judicial, que acaban de desestimar denuncias presentadas contra ella arguyendo una increíble “falta de pruebas”.
El papel de la prensa en esa ofensiva, ha sido evidente. Las presentadoras de la Tele en los Canales más asentados es por cierto indicativo. Milagros Leiva, Beto Ortiz, Phillips Butters, Rosana Cueva, Mávila Huerta y otras; no cumplen su función presentando noticias, sino que dedican los programas que tienen a su cargo para “convencer” a los que pueden, de una “razón” que no les asiste.
Pero en la mayoría de los casos, lo hacen, valiéndose de un lenguaje procaz, simplemente obsceno, sin el menor respeto por la investidura presidencial. Denigran al Jefe del Estado con injurias que no serían toleradas en ningún otro país.
Y el Ministerio Pública suma a todo ello, sin respeto alguno por los procedimientos legales formalmente reconocidos. No sólo acusa por doquier, sino además, pareciera entregar a los medios de comunicación información reservada -y sin investigar- para que sea difundida y divulgada en forma escandalosa.
Por eso los “dominicales” muestran “primicias” en torno a las que especulan groseramente. Así se ha extendido la investigación a toda la familia del Jefe del Estado, incluyendo a su esposa e hijos
Y a todos, se busca usarlos como “colaboradores eficaces” bajo una única condición: que acusen a Pedro Castillo de ser “el Jefe Supremo de una Organiza Criminal”. De ese modo, los liberará de cualquier culpa o sentencia que se les pudiese dictar.
En este marco, lo único que falta –y seria la tapa de la bombonera- es que el llamado “camarada José” se entregue en el VRAE, y se acoja a la “colaboración eficaz” afirmando que “coordinaba acciones” con Castillo.
Claro que el gobierno, “pone lo suyo” para desacreditarse. La negativa a ratificar el Acuerdo de Escazú en defensa del Medio Ambiente y la ruptura con el Estado de Saharahui y la designación de Rodríguez Mackey en la Cancillería, suman puntos para la desconfianza y alienta el rugido que antecede a la tormenta.
No obstante, todo ha servido para que se perfilen más nítidamente los campos. La gente, las organizaciones sociales y las fuerzas más avanzadas, van tomando finalmente conciencia de la imperiosa necesidad de cerrar paso al Golpismo. (fin),

lunes, 29 de agosto de 2022

PERÚ. EL ENEMIGO PRINCIPAL

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PERÚ. EL ENEMIGO PRINCIPAL‼️/Por Gustavo Espinoza
✅ Con el propósito de no deteriorar aún más las relaciones entre los distintos segmentos de la izquierda peruana, he eludido referirme de manera directa a las opiniones vertidas por uno u otro dirigente o militante del movimiento popular. He optado, en cambio, hablar de los fenómenos sociales y políticos pergeñando, en torno a ellos, ideas básicas que pudiesen servir como elementos de análisis para los lectores.
La reciente entrevista concedida por Vladimir Cerrón y publicada en la prensa argentina -“Página 12”- obliga sin embargo, a romper este procedimiento y abordar puntualmente lo dicho por el dirigente de Perú Libre Veamos:
LAS COINCIDENCIAS CON EL ENEMIGO
“Coincidimos con el fujimorismo porque combatimos a un enemigo común, que es la izquierda caviar, la social democracia, ellos son nuestro enemigo principal”; sostuvo en esa entrevista el ex Presidente del Gobierno Regional de Junín, como una manera de justificar determinadas votaciones ocurridas en el Congreso de la República y en las que sumaran fuerza los parlamentarios de su partido y los exponentes de la ultra derecha peruana.
Hay varios puntos que abordar en torno a este concepto que sin duda tiene incidencia significativa en el escenario político de nuestro país. Por lo demás, estas palabras perfilan un criterio de política que podría comprometer a la izquierda peruana si no es enfrentado.
Es un viejo dicho que cuando se coincide con la derecha, la que se beneficia es la derecha. Y es que, ella diestra en alianzas y componendas no suele equivocarse cuando se trata de proteger y preservar sus privilegios de clase. Un ejemplo práctico lo tuvimos precisamente en el seno del Congreso Peruano: PL y el fujimorismo “coincidieron” en la votación que hizo posible la elección del Tribunal Constitucional Como resultado de ese acuerdo, el fujimorismo ocupó las 5 plazas del TC sin que ni Perú Libre ni ninguna otra fuerza afin al pueblo haya logrado cupo alguno.
Esta “victoria” del fujimorismo, lograda gracias a ls votos de Perú Libre, le permitirá a la ultra derecha detentar poder absoluto en este máximo órgano de administración nacional en los próximos cinco años. Todos los temas habrán de pasar por el TC, desde un indulto a Alberto Fujimori hasta la ratificación de un Tratado Internacional. Nada será ajeno a su omnímodo Poder.
¿Algo bueno obtuvo Perú Libre con esa votación? ¿Hubo alguna “compensación” positiva para el país que justifique tal entrega?. Por lo menos en lo que podría considerarse “el área pública”, nada. Y no quisiéramos creer que se “pactó” algo en el ámbito secreto ¿verdad?
Hubo adicionalmente, otras votaciones “coincidentes”, como la censura a algunos ministros, o el ataque a la SUNEDU, el aliento a la contrarreforma universitaria y acoso al Ministerio de la Mujer el apoyo y la defensa de posiciones más conservadoras en torno a la sexualidad y temas afines . Nada de eso favoreció al movimiento popular
A PROPÓSITO DE “LOS CAVIARES”
El otro tema tiene que ver con los denominados “Caviares” que, en el caso, Cerrón los precisa: la Social Democracia.
De manera general, la ultra derecha abomina a “los caviares”. Hay que escuchar simplemente a Beto Ortiz, Phillips Butten o Aldo M para tener una idea de la magnitud del odio que incuban contra ellos. Pero, en tal caso, esa inquina, es comprensible.
“Los Caviares” constituyen un segmento social crítico al régimen de dominación vigente. Lo cuestionan, y lo orillan, aunque no siempre se atreven a enfrentarlo. En contra partida, se sienten “cerca” de la izquierda, aunque se distancian de ella, para no comprometerse en postulados fundamentales. En otras palabras, son reformistas, pero no revolucionarios. Integran lo que comúnmente se conocen como “la izquierda moderada”. En otros términos, son los Progresistas.
Este es un sector social que comprende principalmente a las capas medidas de la sociedad, a la burguesía media, más bien intelectual y “libre pensadora”. Estratégicamente, no acepta el socialismo; ni el poder de la Clase Obrera; ni la Revolución. Incluso le resulta difícil admitir la existencia de las Clases, y la lucha entre ellas; y es crítica siempre del Marxismo Leninismo y de los Partidos Comunistas y Revolucionarios. Pero eso ¿la convierte en el enemigo principal? Ciertamente que no.
En la política cotidiana este segmento coincidirá con la Izquierda Revolucionaria en diversos aspectos. Y cuestionará al régimen de dominación vigente en distintas materias. En la “Década Dantesca”, fue muy valioso su aporte en la defensa de los Derechos Humanos. En algunos aspectos, fueron los únicos que se enfrentaron firmemente a la represión brutal de entonces y salvaron vidas de mucha gente. Eso, los califica, no los descalifica.
Pero también han dado luchas en otras esferas: la defensa de los recursos naturales, la protección a las Comunidades Campesinas, la defensa de las poblaciones rurales secularmente excluidas y marginadas, el combate por la inclusión social en beneficio de minorías clásicamente ignoradas. Y también por cierto en el enfrentamiento a la Mafia. Bajo el fujimorismo, salieron a la calle, y se enfrentaron bien. Eso también los califica.
Por eso, objetivamente, se perfilan como aliados del movimiento popular Dialécticamente, pueden avanzar con él como consecuencia de la dinámica del proceso social, o pueden desligarse de sus luchas y abandonar la trinchera también. Por eso, no siempre son aliados firmes, consecuentes y coherentes. Pueden ser incluso aliados inconsistentes, precarios transitorios, pero no enemigos. Y muchos menos “el enemigo principal”, por lo menos en esta etapa del proceso social.
COMUNISTAS Y SOCIAL DEMOCRATAS
Hubo un tiempo en el que los comunistas considerábamos a lao Social Demócratas como enemigos. Los “Social Traidores” les decíamos. Y nuestra inquina tuvo peso en determinadas etapas de la historia. No hay que olvidar que el Social Demócrata Noske –por ejemplo- fue el ministro que persiguió hasta la muerte a Rosa Luxemburgo y Carlos Liebnecht Y que Frederick Ebert -luego “figura señera” de la social democracia- fue responsable de esa política que costó la vida a miles de obreros alemanes.
Pero la vida corrigió eso. Cuando asomó el fascismo, los comunistas corregimos esa percepción y buscamos construir la unidad más amplia en la lucha contra la bestialidad parda. Cuando Hitler tomó el Poder –lo recuerda Jacques Delarue- el Partido Comunista primero y la social democracia después, fueron decapitados . En el primer campo de concentración que se creara -Orianenburgo- , el hijo del ex Presidente Ebert y el Jefe de los Social Demócratas Prusianos Ernst Heillmann, se encontraron allí con centenares de comunistas, en tanto que el comunista John Scheer era asesinado; y el jefe del KPD Ernest Thaelmann encarcelado y fusilado más tarde.
Jorge Dimitrov, en 1935, llamó al Frente Único contra el fascismo. Y eso, unido al heroísmo del pueblo soviético y al papel histórico del Ejército Rojo, fue lo que permitió vencer en los años duros de la II Gran Guerra. El Frente Único facilito la lucha de los Partizanos italianos y los Maquis en Francia, pero ayudó en el mundo para la derrota del fascismo.
LA LUCHA CONTRA EL FASCISMO
Hubo en esa época quienes no entendieron eso. Los así llamados “comunistas de izquierda” en Alemania, habían sido criticados por Lenin, pero fueron derrotados después en el proceso concreto. Liderados por Maslow, Katz y Fischer, dañaron al movimiento popular en su momento. Y lo mismo ocurrió en las canteras de la Social Democracia, para los que, los comunistas éramos “el enemigo principal”.
Cuando Hitler ascendió al Poder, comunistas y social demócratas, se hermanaron en las cárceles nazis. y ambos contingentes lucharon valerosamente contra ese dominio. Toda la autocrítica hecha después de la guerra por comunistas y social demócratas, coincide en considerar que el error histórico de ambas colectividades, fue no haber hecho causa común en la lucha contra el fascismo en ascenso; y haberse perdido más bien en confrontaciones que, en ese marco concreto, podían resultar subsidiarias.
Si alguien pensó que los Social Demócratas no podían ser aliados de los comunistas en esa contingencia, se equivocó. Y si alguno creyó que eran el “enemigo principal”, simplemente perdió la razón. Aunque nunca se llegó a tal extremo, a nadie en su sano juicio se le habría ocurrido hacer alianza con los Nazis, para derrotar a la Social Democracia, Ni siquiera un marxista leninista anquilosado en los años más sectarios del movimiento, podría sustentar una tesis así.
El hecho que se produzcan coincidencias entre social demócratas y comunistas, no significa por cierto que desaparezcan las diferencias. Ellas subsisten. Y se expresan de una u otra manera durante todo el proceso y en cada una de las etapas del mismo. Pero no impiden concertarse cuando los intereses del pueblo se ven amenazados por un adversario superior, y más peligroso: el fascismo
EL ENEMIGO PRINCIPAL
En países como el nuestro, subdesarrollados y dependientes, el enemigo principal, es el Imperialismo. Representa los intereses del Gran Capital y se expresa a partir de las Corporaciones y las entidades financieras. Busca aplastar a los trabajadores y a sus organizaciones de clase, para perpetuar su dominio., y expresa un odio profundo por todo lo que sea progreso, desarrollo o concepción revolucionaria, de corte socialista o comunista. El anticomunismo, es su principal bandera. ¿Podría, en ese marco, coincidir, o pactar con los comunistas?
Y en el Perú los intereses del capital financiero no los representa por cierto ni Verónica Mendoza ni Mirtha Vásquez. Los representa, en todo caso, Dionisio Romero, que no financia a Juntos por el Perú, sino a Keiko Fujimori y a Fuerza Popular; con el agravante que este “partido” no es un segmento periférico en la vida nacional, sino un movimiento bien organizado y ricamente financiado, que ya estuvo en el Poder aplicando la variante más perversa del capitalismo de nuestro tiempo -el Neo Liberalismo- y que ahora se empeña en recuperarlo a cualquier precio no para imponer una “democracia burguesa”, sino la dictadura terrorista de los monopolios con apoyo de masas, vale decir, la versión criolla del fascismo. ¿Es posible no darse cuenta de eso?
PALABRAS FINALES
Los comunistas podemos equivocarnos, y sostener puntualmente criterios erróneos. Lo que no debemos hacer nunca, es darla la razón al enemigo, ni entenderse con él para golpear a otra parte de nuestro pueblo. La política leninista de acumulación de fuerzas nos indica con precisión que luego de definir al Imperialismo como el enemigo fundamental de nuestro pueblo, y de todos los pueblos del mundo; la tarea es sumar fuerzas: ganar a todos los que pudiesen coincidir con nosotros en esa lucha, aunque fuere en forma transitoria, temporal o episódica; y neutralizar a quienes no se sumen a nuestra causa simplemente para que no se pasen al campo adversario.
Eso es lo que hace dúctil y maleable nuestra política de alianzas, que debe quedar siempre asentada en sólidos principios de clase (fin)

 

LAS DOS CARAS DE LA FISCAL DE LA NACIÓN

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LAS DOS CARAS DE LA FISCAL DE LA NACIÓN

Por: Neptalí Carpio

El carácter cíclico y recurrente la corrupción sistémica peruana, ha hecho que durante las últimas décadas, se produzca un fenómeno perverso. Los actores comprometidos con latrocinios en el mandato de gobierno anterior, intentan ocultar su vergonzoso pasado o buscar impunidad con un discurso beligerante de supuesta probidad frente al gobierno presente, mientras que los que hasta hace poco se llenaban la boca prometiendo honestidad, pronto caen en la telaraña de la indecencia, contra la cual antes despotricaban en campaña electoral. Ese es el típico caso del Presidente Pedro Castillo, con por lo menos cinco casos consistentes investigados por el Ministerio Público.

Es como si la exteriorización de la corrupción presente creara una sombra sobre la del pasado inmediato, en un círculo vicioso interminable, propio de una patología social. Quizás en eso radique la causa del repliegue actual ciudadano, ausente en la movilización callejera, mostrando una mezcla de hartazgo, resiliencia o resignación.

En este marco de reflexión, una interrogante obligatoria que debemos hacernos es si el gran espectáculo mediático y de la recatafila de procesos iniciados por el Ministerio Público contra el actual mandatario y su entorno, son en realidad un sincero propósito de desterrar la corrupción o si es un operativo para aniquilar un adversario, mientras, por otro lado y, entre bambalinas, se busca la impunidad de los actores del ciclo de corrupción que vivimos entre los años 20O6 y el 2021. O podría estar ocurriendo una extraña mixtura donde convergen sanos actores, operadores judiciales, actores políticos y el periodismo de investigación cumpliendo sus deberes de controlar al poder político de turno y, otros, aquellos que quieren pescar a rio revuelto para salirse con la suya, en busca de una resolución absolutoria o por lo menos con una dilatación prolongada de sus procesos en sede fiscal o judicial.

He aquí donde aparece como incógnita el rol que realmente pretende cumplir la actual Fiscal de la Nación en el actual enrevesado marco de crisis política. Nadie puede poner en duda que su papel para investigar al actual mandatario de la nación es eficiente y enérgico, un comportamiento que cuanto hubiéramos querido tener en los gobiernos de Alberto Fujimori, Alejando Toledo, Alan García y Ollanta Humala, donde ningún fiscal de la nación se atrevió a iniciar una investigación al respectivo presidente de turno. Pero la titular del Ministerio Público opera con esa misma eficiencia para proteger a su hermana Emma Benavides por los delitos de cohecho y asociación ilícita para delinquir en organización criminal, por haber intercambiado favores con sectores ligados al narcotráfico. Sin mediar justificación alguna, ha sacado a la fiscal Bersabeth Revilla de la investigación, provocando luego su renuncia. Es importante anotar que la salida de la fiscal Revilla del caso de la hermana de la Fiscal de la Nación se dio en un contexto donde se discutía en sede judicial restricciones a los derechos de la investigada, algo que ha quedado paralizado por el cambio intempestivo de la fiscal a cargo del caso.

Debe acotarse que la desaforada fiscal Revilla, también tenía en sus manos el caso “Mamanivideos” que compromete a Kenji Fujimori. ¿Mató dos pájaros de un solo tiro la fiscal de la nación para proteger, tanto a su hermana como a un integrante de la familia Fujimori? ¿Por lo menos es sospechoso no?

La fiscal mostró un talante potente, en un inesperado mensaje a la nación para investigar a los poderes más altos del estado, pero, por otro lado, ha desarmado el equipo especial que investigaba el caso de los “Cuellos Blancos del Puerto”, que precisamente lideraban los fiscales, Pablo Sánchez y Fanny Quispe, poniendo en su lugar a fiscales de escasa experiencia y sin justificación alguna. No solo eso, sino que así como ha montado un excelente operativo para que el ex Secretario de Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco, se acoja a la colaboración eficaz, dando relevante información que vinculan a Pedro Castillo, sobre diversos hechos, no muestra la misma celeridad para respaldar al equipo especial del caso Lava Jato o tomar medidas en el caso de las muertes de Inti Sotelo y Brian Pintado, cuyo proceso está paralizado a nivel judicial por la inacción de la fiscalía correspondiente. Las cuestionables decisiones de la titular del Ministerio han provocado otras renuncias como la de los fiscales Superiores, Víctor Cubas Villanueva y Jesús Fernández Alarcón.

Es significativo citar la carta de renuncia del Fiscal Cubas Villanueva, quien además se desempeñaba como Secretario Técnico de la Oficina de Implementación del Código Procesal Penal del Ministerio Público, habiendo destacado, en el pasado, en las investigaciones de los casos La Cantuta y Barrios Altos en la década de 1990. En su carta señala el “maltrató innecesario de fiscales de impecable trayectoria, lo cual puede afectar y pone en serio riesgo diversas investigaciones que estaban en curso”. Agrega por otro lado que “aprecia que el despacho de la Fiscalía Nacional haya dispuesto realizar investigaciones por presuntos actos de corrupción que habría cometido el presidente Pedro Castillo, pero igualmente espera que sea sumamente exigente para que se ´investigue y sancione´ a los líderes de las diversas organizaciones políticas que vienen siendo procesados desde hace años por la comisión de delitos graves. Asimismo, estoy seguro que en aras de la indispensable transparencia en el ejercicio de la función pública, dispondrá usted la investigación contra un grupo importante de fiscales y jueces que habrían tenido estrechas relaciones con los investigados por el caso Cuellos Blancos del Puerto, quienes hasta el momento, pese a los indicios existentes, no han sido investigados por ninguna institución” reafirma el fiscal renunciante. No hay que ser adivino para saber lo que se quiere decir entre líneas en esta carta de renuncia.

Por otro lado, no se entiende porque justo cuando faltan solo tres meses para que culmine el complejo proceso de lavado de activos contra la familia, Sánchez Paredes, la Fiscal de Nación haya sacado del caso a Frank Almanza como Fiscal Superior Provisional. ¿Es razonable que faltando tan poco tiempo para que el caso ingrese a juicio oral se nombre a otro fiscal, igualmente provisional, cuya primera tarea será dar lectura a un expediente de 3 millones de folios? Por algo debe ser que la titular de la Procuraduría Pública Especializada en Delitos de Tráfico Ilícito de Drogas, Sonia Medina Calvo, haya protestado por ese cambio.

No deja de llamar la atención que ninguna de estas cuestionables decisiones de la Fiscal de la Nación, ocupe la atención de un monopolio mediático, ni siquiera en la quinta o decima página. Mientras ese silencio se mantiene, concentrando toda la atención en los escandalosos casos de corrupción del Presidente Castillo, en los medios del Ministerio Público (MP) corre el rumor que la actual Fiscal de la Nación cambiaria otros varios equipos de investigación de emblemáticos casos que tenían consistentes expedientes avanzados de investigación. Lo que la titular del MP no sabe es que la mayoría de población ya la observa, aunque no tenga una participación activa y callejera. Y es que, el hecho que exista una pronunciada desconexión con el teatro político, eso no quiere decir que los pobladores y los jóvenes no estén bien informados, en parte por la extensión de las redes sociales, el boom de portales y programas informativos digitales a lo largo y ancho del país.

El tiempo dirá si el verdadero propósito de la Fiscal de la Nación consistiría en explotar al máximo el caso Pedro Castillo y a la sombra de ese espectáculo mediático, ocultar o pasar por agua tibia otras acciones para garantizar la impunidad de otros sectores, en una clara relación con sectores políticos que desde hace varios años tienen como fin desarmar lo poco, pero valioso avanzado en materia anticorrupción. Por ahora es evidente que la primera titular del MP, muestra dos caras, con el silencio de gran parte de los medios de comunicación.

Dicho de otra manera, pueda ser que la sobreexposición de la corrupción actual y latente trate de ocultar o garantizar la impunidad de los actores que participaron en la corrupción de años anteriores. En este probable escenario, debemos de estar atentos al accionar de la nueva Fiscal de la Nación. Por ahora, debemos respetar y respaldar sus acciones de investigación, frente al actual mandatario, pero a tenor de sus contradictorias decisiones tenemos derecho a dudar y estar alertas para evitar que su comportamiento sea funcional a otros nefastos propósitos.

El carácter cíclico y recurrente la corrupción sistémica peruana, ha hecho que durante las últimas décadas, se produzca un fenómeno perverso. Los actores comprometidos con latrocinios en el mandato de gobierno anterior, intentan ocultar su vergonzoso pasado o buscar impunidad con un discurso beligerante de supuesta probidad frente al gobierno presente, mientras que los que hasta hace poco se llenaban la boca prometiendo honestidad, pronto caen en la telaraña de la indecencia, contra la cual antes despotricaban en campaña electoral. Ese es el típico caso del Presidente Pedro Castillo, con por lo menos cinco casos consistentes investigados por el Ministerio Público.

Es como si la exteriorización de la corrupción presente creara una sombra sobre la del pasado inmediato, en un círculo vicioso interminable, propio de una patología social. Quizás en eso radique la causa del repliegue actual ciudadano, ausente en la movilización callejera, mostrando una mezcla de hartazgo, resiliencia o resignación.

En este marco de reflexión, una interrogante obligatoria que debemos hacernos es si el gran espectáculo mediático y de la recatafila de procesos iniciados por el Ministerio Público contra el actual mandatario y su entorno, son en realidad un sincero propósito de desterrar la corrupción o si es un operativo para aniquilar un adversario, mientras, por otro lado y, entre bambalinas, se busca la impunidad de los actores del ciclo de corrupción que vivimos entre los años 20O6 y el 2021. O podría estar ocurriendo una extraña mixtura donde convergen sanos actores, operadores judiciales, actores políticos y el periodismo de investigación cumpliendo sus deberes de controlar al poder político de turno y, otros, aquellos que quieren pescar a rio revuelto para salirse con la suya, en busca de una resolución absolutoria o por lo menos con una dilatación prolongada de sus procesos en sede fiscal o judicial.

He aquí donde aparece como incógnita el rol que realmente pretende cumplir la actual Fiscal de la Nación en el actual enrevesado marco de crisis política. Nadie puede poner en duda que su papel para investigar al actual mandatario de la nación es eficiente y enérgico, un comportamiento que cuanto hubiéramos querido tener en los gobiernos de Alberto Fujimori, Alejando Toledo, Alan García y Ollanta Humala, donde ningún fiscal de la nación se atrevió a iniciar una investigación al respectivo presidente de turno. Pero la titular del Ministerio Público opera con esa misma eficiencia para proteger a su hermana Emma Benavides por los delitos de cohecho y asociación ilícita para delinquir en organización criminal, por haber intercambiado favores con sectores ligados al narcotráfico. Sin mediar justificación alguna, ha sacado a la fiscal Bersabeth Revilla de la investigación, provocando luego su renuncia. Es importante anotar que la salida de la fiscal Revilla del caso de la hermana de la Fiscal de la Nación se dio en un contexto donde se discutía en sede judicial restricciones a los derechos de la investigada, algo que ha quedado paralizado por el cambio intempestivo de la fiscal a cargo del caso.

Debe acotarse que la desaforada fiscal Revilla, también tenía en sus manos el caso “Mamanivideos” que compromete a Kenji Fujimori. ¿Mató dos pájaros de un solo tiro la fiscal de la nación para proteger, tanto a su hermana como a un integrante de la familia Fujimori? ¿Por lo menos es sospechoso no?

La fiscal mostró un talante potente, en un inesperado mensaje a la nación para investigar a los poderes más altos del estado, pero, por otro lado, ha desarmado el equipo especial que investigaba el caso de los “Cuellos Blancos del Puerto”, que precisamente lideraban los fiscales, Pablo Sánchez y Fanny Quispe, poniendo en su lugar a fiscales de escasa experiencia y sin justificación alguna. No solo eso, sino que así como ha montado un excelente operativo para que el ex Secretario de Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco, se acoja a la colaboración eficaz, dando relevante información que vinculan a Pedro Castillo, sobre diversos hechos, no muestra la misma celeridad para respaldar al equipo especial del caso Lava Jato o tomar medidas en el caso de las muertes de Inti Sotelo y Brian Pintado, cuyo proceso está paralizado a nivel judicial por la inacción de la fiscalía correspondiente. Las cuestionables decisiones de la titular del Ministerio han provocado otras renuncias como la de los fiscales Superiores, Víctor Cubas Villanueva y Jesús Fernández Alarcón.

Es significativo citar la carta de renuncia del Fiscal Cubas Villanueva, quien además se desempeñaba como Secretario Técnico de la Oficina de Implementación del Código Procesal Penal del Ministerio Público, habiendo destacado, en el pasado, en las investigaciones de los casos La Cantuta y Barrios Altos en la década de 1990. En su carta señala el “maltrató innecesario de fiscales de impecable trayectoria, lo cual puede afectar y pone en serio riesgo diversas investigaciones que estaban en curso”. Agrega por otro lado que “aprecia que el despacho de la Fiscalía Nacional haya dispuesto realizar investigaciones por presuntos actos de corrupción que habría cometido el presidente Pedro Castillo, pero igualmente espera que sea sumamente exigente para que se ´investigue y sancione´ a los líderes de las diversas organizaciones políticas que vienen siendo procesados desde hace años por la comisión de delitos graves. Asimismo, estoy seguro que en aras de la indispensable transparencia en el ejercicio de la función pública, dispondrá usted la investigación contra un grupo importante de fiscales y jueces que habrían tenido estrechas relaciones con los investigados por el caso Cuellos Blancos del Puerto, quienes hasta el momento, pese a los indicios existentes, no han sido investigados por ninguna institución” reafirma el fiscal renunciante. No hay que ser adivino para saber lo que se quiere decir entre líneas en esta carta de renuncia.