GUSTAVO PÉREZ HINOSTROZA
"POR EL SOCIALISMO INDOAMERICANO" de Michael Lowy
Selección de artículos de J.C. Mariátegui.
Lowy recoge el guante lanzado por V.M. Miroshevski (“El populismo en el Perú. Papel de Mariátegui en la historia del pensamiento social latinoamericano” (Revista cubana “Dialéctica”, 1941), Consejero del Buró Latinoamericano del Komitern, quien calificó de “populista” y “romántico” a Mariátegui por la importancia que éste daba al colectivismo agrario incaico.
Señala que a la muerte de Marx y de Engels aparecieron en el marxismo dos corrientes opuestas : una evolucionista y positivista según la cual el socialismo sólo es el corolario y la continuación, en una economía colectivista y planificada de los adelantos conquistados por la civilización industrial (burguesa) moderna( pertenecen a ésta Plejanov, Kautsky, como la Segunda y la Tercera Internacional); y una corriente que podría llamarse romántica en la medida que critica las “ilusiones del progreso” y sugiere una dialéctica utópica-revolucionaria entre el pasado precapitalista y el futuro socialista (pertenecen a ésta, William Morris, Ernest Bloch, Walter Benjamin y Herbert Marcuse), y en esta última ubica a Mariátegui.
La mejor definición de lo que entiende Michael Lowy como Socialismo Romántico, la encontramos en otro artículo usyo, titulado “La crítica marxista de la modernidad”. En ella señala que el romanticismo, que nació en la segunda mitad del siglo XVIII, nunca dejó de ser un componente esencial de la cultura moderna hasta nuestros días, y que abarcó no solo las artes y las letras, sino que constituía una visión global del mundo, un estilo de pensamiento, una estructura de sensibilidad fundamental.
Precisa que la visión romántica del mundo aparece como una crítica generalizada de la civilización industrial (burguesa) moderna en nombre de ciertos valores sociales y culturales precapitalistas, siendo que el rasgo central de la civilización industrial (burguesa) que el romanticismo anticapitalista crítica no es la explotación de los obreros o la desigualdad social sino la cuantificación de la vida, la dominación total del valor (cuantitativo) de intercambio, los cálculos fríos del precio y utilidades, las leyes del mercado, sobre el conjunto del tejido social. Todas las otras características negativas de la sociedad moderna son percibidas como productos de esta fuente crucial y decisiva de corrupción. A ella atribuye la religión del Dios dinero, la decadencia de todos los valores cualitativos, la disolución de todos los lazos humanos cualitativos, la muerte de la imaginación, la uniformización tediosa de la vida, la relación puramente “utilitaria” de los seres humanos entre sí, y con la naturaleza, el envenenamiento de la vida social por el dinero y del medio ambiente por el smog industrial.
Esta visión mundo de Mariátegui, Lowy la ubica en el texto de Mariátegui “Dos concepciones de la vida”, 1925 (El alma matinal), donde él opone la “filosofía evolucionista, historicista, racionalista, con su culto supersticioso al progreso, el retorno al espíritu de aventura, a los mitos históricos, el romanticismo y el “quijotismo”, señalando que “despertadas por la guerra, las “energías románticas del hombre occidental” encontraron una expresión adecuada en la Revolución Rusa, que logró dar a la doctrina socialista “una alma guerrera y mística”.
En “El hombre y el mito” se alegra de la crisis del racionalismo y la derrota del “mediocre edificio positivista”, señalando que si “en épocas normales y quietas, la política es un asunto administrativo y burocrático” en esta época “la política cesa de ser oficio sistemático de la burocracia y de la ciencia”(“El hombre y el mito”,1925).
Uno de los temas esenciales de la protesta romántica contra la civilización burguesa es la crítica a la mecanización del mundo, que Mariátegui encuentra en Jhon Ruskin y William Morris, señalando:
“Debemos al esclavizamiento del hombre por la máquina y a la destrucción de los oficios por el industrialismo, la deformación del trabajo en sus fines y en su esencia”.
“El maquinismo y sobre todo el taylorismo, han hecho odioso el trabajo. Pero sólo porque lo han degradado y rebajado, despojándolo de su virtud de creación”. (“7 ensayos de interpretación de la realidad peruana”).
La introducción de Michael Lowy pone el acento, en que, a diferencia de la estrategia para la revolución en países como el nuestro planteada por la Internacional Comunista, Mariátegui no creía en la necesidad de una etapa democrática nacional y antifeudal, de la revolución, previa al socialismo, pues para él, la Revolución Socialista era la única alternativa a la dominación del imperialismo y el latifundio, puesto que ésta tenía como punto de partida, en el Perú y en paises semejantes, las tradiciones comunitarias del campesinado indígena, tal y como lo expresa en “La tradición nacional”, 1927 (Peruanicemos el Perú), en “7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana”, 1928, en sus “Principios Programáticos del Partido Socialista (1928), y en “El problema de las razas en América Latina” (1929).
MIGUEL ARAGÓN
RECOMIENDO LA LECTURA DE ESTE LIBRO
(15 de agosto de 2022)
Por Miguel Aragón
El libro “Por un socialismo indoamericano. Ensayos escogidos de Mariátegui” es un libro con un contenido muy polémico. Esa es una de las características, tanto de los artículos de Mariátegui que forman el cuerpo central del libro, como de las opiniones de los varios prólogos que están incluidos en las primeras páginas.
Este es un libro que invita y motiva a la revisión y estudio del método dialéctico, como todo buen libro de un autor que se reclame “marxista convicto y confeso”.
Además de leer los artículos escogidos de Mariátegui, que están incluidos en esta selección de textos, el libro invita a volver a leer la obra completa de Mariátegui.
No hay comentarios:
Publicar un comentario