viernes, 31 de enero de 2014

Un Tema de Actualidad UN MUNDO A CONSTRUIR (NUEVOS CAMINOS) NUEVO LIBRO DE MARTA HARNECKER



Por: Aporrea.org
Miércoles, 01/01/2014 04:14 PM
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1° de diciembre de 2014

INTRODUCCIÓN

1. Este libro termina de escribirse un mes después de la desaparición física del presidente Hugo Chávez Frías y no podría haberse escrito sin su intervención en la historia de América Latina. Muchas de las ideas que se exponen en este trabajo están relacionadas de una u otra manera al dirigente bolivariano, sea a su pensamiento, sea a sus acciones a nivel interno, o a nivel regional y mundial. Nadie puede dudar que entre la América latina que recibió y la América latina que dejó hay un abismo.

2. Cuando triunfa en soledad, en las elecciones presidenciales de 1998, ya el modelo capitalista neoliberal comenzaba a hacer aguas. El dilema no era entonces otro que refundar ese modelo, evidentemente que con cambios, entre ellos una mayor preocupación por lo social, pero movido por la misma lógica de la búsqueda del lucro; o avanzar en la construcción de otro modelo. Chávez tuvo la audacia de incursionar por este último camino y para denominarlo decidió utilizar la palabra socialismo a pesar de la carga negativa que ella tenía. Especificó que se trataba del socialismo del siglo XXI diferenciándolo así del socialismo soviético implementado durante el siglo XX. No se trataba de “caer en los errores del pasado”: en esa “desviación estalinista” que burocratizó al partido y terminó por eliminar el protagonismo popular.

3. Pensó -como Mariátegui- que el socialismo del Siglo XXI no podía ser ni calco ni copia, sino “creación heroica” y, por eso, habló de un socialismo bolivariano, cristiano, robinsoniano, indoamericano. De un socialismo imaginado como una nueva existencia colectiva donde reine la igualdad, la libertad, una democracia verdadera y profunda; donde el pueblo llegue a tener el rol protagónico, donde exista un sistema económico centrado en el ser humano y no en la ganancia, una cultura pluralista y anticonsumista en que el ser tenga primacía sobre el tener.

4. La necesidad del protagonismo popular era una de sus obsesiones y es el elemento que lo distancia de otras propuestas de socialismo democrático. Estaba convencido de que es a través de ese protagonismo que las personas crecen, ganan en auto confianza, es decir, se desarrollan humanamente.

5. Pero esto hubiese quedado en meras palabras si Chávez no hubiese promovido la creación los espacios en las que estos procesos participativos pudiesen darse plenamente. Por eso ha sido tan importante su iniciativa de crear los consejos comunales (espacios comunitarios autogestionados), los consejos de trabajadores, los consejos estudiantiles, los consejos campesinos, para ir conformando una verdadera construcción colectiva, que debe plasmarse en una nueva forma de Estado descentralizado cuyas células fundamentales deberían ser las comunas.

6. Pero el líder venezolano no era un iluso como algunos podrían pensar, sabía que las fuerzas que se oponían a la materialización de este proyecto eran enormemente poderosas. Pero ser realista no significó para él caer en la visión conservadora de la política concebida como el arte de lo posible. Para Chávez el arte de la política era hacer posible lo imposible, no por simple voluntarismo sino porque, partiendo de la realidad existente buscó crear las condiciones para que ésta cambiara. El entendió muy bien que para hacer posible en el futuro lo que en ese momento aparecía como imposible, era necesario cambiar la correlación de fuerzas tanto en el plano interno de su país como en el terreno internacional. Y durante todo su gobierno trabajó en forma magistral para lograrlo, entendiendo que para construir fuerza política no bastan los acuerdos de cúpula sino que lo principal es construir fuerza social.

7. Vislumbró muy bien que una sociedad alternativa al capitalismo implicaba, al mismo tiempo, una globalización alternativa a la globalización neoliberal. Nunca pretendió intentar construir el socialismo en un solo país. Tuvo completa lucidez de que esto no era posible y por eso es que se preocupó con tanto ahínco en crear una correlación de fuerzas a nivel de la región y a nivel mundial que facilitara su construcción.

8. Chávez percibió tempranamente las particularidades de este proceso de transición que se iniciaba en su país y que sería el precursor de procesos semejantes en otros países de América Latina, entre ellas que ese tránsito no se realiza a partir de cero, se realiza partiendo del aparato de Estado, del sistema económico y de la cultura heredados y, por lo tanto, si se ha elegido la vía institucional es necesario cambiar las reglas del juego institucional como primer paso para, desde allí, ir venciendo los inmensos obstáculos que sabía se le irían presentando en el camino.

9. Entendió también que, para ir caminando hacia una sociedad en que el Estado debía desaparecer como una institución por encima de la sociedad transformándose en un instrumento al servicio de la sociedad y controlado por ella, se requería de un Estado fuerte. Será justamente este Estado fuerte el que irá creando las condiciones internacionales para lograr la soberanía nacional y la integración continental y el que irá impulsando internamente el cambio de las instituciones heredadas por unas instituciones que permitan realmente construir la nueva sociedad (nueva Constitución, nuevo cuerpo de leyes, desarrollo mayor de los poderes locales, etcétera, etcétera). Y lo más importante, será ese Estado heredado -pero poblado ahora de cuadros revolucionarios- el que promoverá la organización y el protagonismo popular a través de los cuales se irá gestando un nuevo Estado desde abajo.

10. Muchas de las ideas que acabo de exponer serán desarrolladas ampliamente en este libro que es una actualización, ampliación y profundización de los temas abordados en mi libro: Inventando para no errar. El socialismo del siglo XXI (1) publicado en 2010. En él he incorporado párrafos completos de mis más recientes artículos y de trabajos anteriores relacionados con los temas abordados. Me pareció que no era necesario autocitarme, que bastaba poner a pie de página las fuentes que han inspirado esas ideas para que el lector pueda recurrir a ellas si así lo estima conveniente.

11. El libro consta de tres partes.

12. La primera parte: América Latina avanza, se refiere a un breve recuento de lo que ha sucedido en América latina en estas últimas décadas, a la modificación del mapa político que va ocurriendo, a las movilizaciones sociales que explican mucho estos cambios, a los hechos que nos indican que ha habido un cambio en la correlación de fuerzas entre los Estados Unidos y nuestra región, y en los intentos de recolonización y disciplinamiento que la primera potencia imperial está realizando en nuestro subcontinente. Esta parte termina con una tipología que agrupa a los distintos gobiernos a modo de información, porque yo pienso que más que encuadrar gobiernos en una determinada clasificación, lo que tenemos que tratar de hacer no es quedarnos en sus declaraciones sino evaluar su desempeño teniendo siempre en cuenta, no tanto el ritmo con que avanzan, sino la orientación en la que se encauzan, las medidas que adoptan, ya que el ritmo dependerá en gran medida de los obstáculos que vayan encontrando en su camino.

13. La segunda parte: Hacia dónde avanzar: El socialismo del siglo XXI procura hacer comprender al lector por qué hablar de socialismo si esa palabra tiene una carga tan negativa, qué cosas hay que rescatar del pensamiento original de los clásicos del marxismo, qué nuevas reflexiones han surgido a partir de la práctica en algunos gobiernos de América Latina, cuál es la característica de la transición que estamos viviendo, qué pueden hacer estos gobiernos a pesar de las grandes limitaciones en las que se encuentran insertos, y finalmente, qué criterios debemos tener en cuenta para hacernos un juicio del desempeño de cada uno de ellos. Todos elementos que nos pueden servir –pienso- para orientar nuestro caminar.

14. La tercera parte: El instrumento político para construir una nueva hegemonía aborda el tema de cómo lograr la correlación de fuerzas necesaria que nos permita ir venciendo los obstáculos e ir avanzando en la construcción de la nueva sociedad, y la relación que ello tiene con el tema de la hegemonía. Sostengo que en muchos lugares del mundo la hegemonía cultural de la burguesía ha comenzado a resquebrajarse, pero que ello no significa que se haya consolidado una nueva hegemonía popular y que, para que eso ocurra, no bastan las grandes movilizaciones populares de rechazo al sistema, sino que se requiere la intervención de una instancia política. Consciente del amplio rechazo existente a la política y los políticos, explico que no se trata de los partidos tradicionales de izquierda del pasado, sino de la nueva instancia que no manipule a los movimientos sociales sino que se ponga a su servicio. Explico por qué la existencia de un instrumento político es necesaria para la construcción del socialismo del siglo XXI, cuáles deberían ser sus principales tareas, qué tipo de militante y de cultura política necesitamos hoy, sostengo que es fundamental combatir el burocratismo en el que suelen caer dirigentes de los partidos y del gobierno y termino defendiendo la necesidad de la crítica pública para salvar al instrumento político y al gobierno.

15. Mis lectores deben saber que lo esencial de este libro no se elaboró a partir de lecturas -aunque evidentemente muchas han sido las ideas que he obtenido de valiosos esfuerzos intelectuales de muchos investigadores-. Este trabajo no habría sido posible sin las luchas y las experiencias prácticas que se han ido dando en diversos países de Nuestra América y que he tenido la posibilidad de estudiar en el terreno mismo. Son muchas las colaboraciones anónimas que aquí se hayan plasmadas. Quisiera hacer una mención especial a mi compañero Michael Lebowitz, muchas de cuyas ideas han sido incorporadas en él, y a Ximena de la Barra quien lo leyó en su última etapa de elaboración e hizo valiosos aportes y sugerencias. Agradezco a todas y todos los que con pasión revolucionaria y prácticas coherentes a esa pasión -tanto en el terreno de la investigación como de la acción- han hecho posible este resultado. Mi gran esperanza es que este esfuerzo contribuya a aportar un granito de arena a hacer posible en un futuro ya no tan lejano lo que hace un cuarto de siglo atrás parecía imposible.
Marta Harnecker
5 de mayo 2013
Socióloga, politóloga, periodista y activista, Marta Harnecker se convirtió en referencia fundamental para la izquierda marxista con la publicación, a finales de los años 60, de su libro Los conceptos elementales del materialismo histórico. Con múltiples reediciones, el libro ha alcanzado una difusión de difícil repetición en el campo de la teoría marxista.
Tras cursar estudios con Louis Althusser, Harnecker regresó a su Chile natal, del que tuvo que exiliarse al producirse el golpe militar contra el gobierno de Salvador Allende. En Cuba, Marta Harnecker dirigió el centro de investigación Memoria Popular Latinoamericana (MEPLA) y continuó su extensa obra, que hoy sobrepasa los setenta títulos. Su interés por los nuevos movimientos sociales y la relación de éstos con la política orgánica se ha visto reflejada en libros como La izquierda en el umbral del siglo XXI (1999), o La izquierda después de Seattle (2001). Ardiente defensora de la revolución bolivariana, ha publicado también los libros Hugo Chávez Frías: un hombre, un pueblo; Venezuela: militares junto al pueblo; y Venezuela: una revolución sui generis, estos dos últimos en El Viejo Topo.

Publicado en español por: El Viejo Topo en España; la Secretaría de La Paz en Guatemala; IPTK, en Sucre, Bolivia; y en Caracas, Venezuela, dividido en tres libros de bolsillo, por XSTAK producciones. Ha sido traducido al inglés por Monthly Review en su edición de verano jul-ago 2010 y en francés por Les Editions Utopia, Paris, nov.2010. Se prepara una traducción al griego. Se puede encontrar en formato digital en:

Fwd: Chavez reconfiguro el mapa sociopolitico mundial
 de: Jose Gabriel ruiz santamaria <comasolven8@gmail.com>
para: A Viviana Moscoso <centrobolivarianoph@yahoo.es>,
fecha: 7 de enero de 2014, 8:33
enviado por: gmail.com
firmado por: gmail.com
            Nota.-
            Las tres partes del libro presentan la realidad actual: el evidente cambio en la correlación de fuerzas EUA-Nuestra América, el reavivamiento de la palabra y concepto Socialismo, el porqué de la necesidad de un instrumento político tras la propaganda del Socialismo Siglo XXI
            Marta Harnecker propagandiza una nueva forma de Estado descentralizado cuyas células fundamentales deberían ser las comunas. Es así de actualidad la diferencia entre célula biológica del capitalismo y célula económica del socialismo.
Ragarro
31.01.14

Un Tema de Actualidad II CUMBRE DE LA CELAC EN LA HABANA FERIA DEL LIBRO DE LA HABANA

 



José Martí (José Julián Martí Pérez, La Habana, Cuba, 28 de enero de 1853 – Dos Ríos, Cuba, 19 de mayo de 1895), fue político cubano republicano democrático, pensador, periodista, filósofo y poeta, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95 o Guerra Necesaria; perteneció al movimiento literario del modernismo. Es el héroe representativo de todo el pueblo cubano.

En el aniversario 160 de su natalicio se inauguró la II Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la CELAC, Comunidad de Estados Latino Americanos y del Caribe.

En este marco, el 13 de febrero 2014 se iniciará la Feria Internacional del Libro en La Habana Cuba, que estará dedicada a Ecuador; se pondrán en venta más de 2,5 millones de ejemplares, recibirá a unos 120 escritores extranjeros.

También rendirá homenaje a la escritora y poetisa cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda, en su bicentenario.

José Regato (jose_regatocordero@hotmail.com), poeta ecuatoriano que participa activamente, ha presentado su homenaje a la CELAC:

EL FARO DEL CONTINENTE,
COMO ESTRELLA RELUCIENTE.!


Primera Parte
1.-
Tendrá por sede La Habana,
la Cumbre de la CELAC,
es decir, Comunidad
de la Patria Americana.!
Será la estrella cubana
como el faro reluciente,
la flama del continente
caribeño americano,
del ideal bolivariano,
que se mantiene latente.!
2.-
Treinta y tres son los Estados
que levantan su pendón
en pro de la integración
para no ser sojuzgados.!
Seguimos colonizados
después de la independencia
por la nefasta presencia
del abejorro imperial
con su veneno letal
que birló nuestra existencia.!
3.-
Está iniciado el camino
de justicia y libertad,
que forje la identidad
del caribeño y latino.!
Con emblema diamantino
Nuestra América está alzada
en grandiosa barricada
fundiendo la Patria Grande
que majestuosa se expande
con bandera desplegada.!
4.-
Bolívar, el Campeador,
con su espada libertaria,
José Martí, luminaria,
y Fidel, el conductor.!
El sendero integrador
es camino del progreso,
sin pausa ni retroceso,
es la ruta de la paz,
el resultado eficaz
del histórico proceso.!

Segunda Parte
1.-
El camino integrador
para América Latina
y el Caribe se encamina
con paso de vencedor.!
Siguiendo al Libertador,
y sintiendo su presencia,
va creciendo la conciencia,
y el continente se inflama,
y este proceso se llama
la Segunda Independencia.!
2.-
Liberación del dictado
del amo del capital..
A nivel continental
el imperio ha fracasado.!
La OEA ya es el pasado
y eso no tiene regreso,
aquí no habrá retroceso
todos lo pueden jurar,
nadie resucita al TIAR
de su histórico deceso.!
3.-
Amanece el Continente,
un nuevo sol ilumina
a la América Latina
y al Caribe, justamente.!
El proceso es envolvente:
lo político y social,
financiero y cultural,
todo mismo nos hermana,
ha sonado la campana
con repique universal.!
4.-
La CELAC ha contemplado
a Nuestra América indiana,
a la Patria Americana,
como un gigante integrado.!
Como el mundo liberado
de las coyundas de ayer,
construyendo un nuevo ser
rebosante de alegría,
con plena soberanía,
y ejerciendo su poder.!


Tercera Parte
1.-
Un proceso integrador
que no tiene precedente
hoy anima al Continente
con toda fuerza y vigor.!
Siguiendo al Libertador,
en su lucha legendaria,
nuestra esencia solidaria,
es la espada que camina
de México a la Argentina
con su fuerza libertaria.!
2.-
Esto suena a rebelión
contra aquel viejo pasado,
de dominio descarado
de saqueo y agresión.!
En México la invasión
con toda su indignidad
se le llevó la mitad,
y nunca se dijo nada,
Guatemala fue asaltada
“en pro” de la libertad.!
3.-
Nicaragua, El Salvador,
Dominicana, Granada,
Haití, Cuba, masacradas,
por el imperio agresor.!
Con la fuerza del terror
en Honduras, Panamá,
su huella marcada está
en la Patria Borincana,
es la práctica villana
la que nunca volverá.!
4.-
Nuestra América amanece
en todas nuestras naciones,
aprendiendo las lecciones
la conciencia crece y crece.!
Y en la lucha prevalece
el sentimiento unitario,
el apoyo necesario,
el abrazo fraternal
a nivel continental
poderoso y solidario.!

Cuarta Parte
1.-
A la bella Puerto Rico,
la Isla- Perla antillana,
Patria Nuestra Americana,
este verso le dedico.!
Y de paso reivindico
su derecho soberano
a incorporarse de plano
a las filas del CELAC,
a nuestra Comunidad,
por latino y antillano.!
2.-
Puerto Rico está sumida
a la férula imperial,
un rezago colonial
en esa tierra querida.!
Mas ella no está vencida,
se combate y con vehemencia,
se lucha por la existencia
libre, digna y soberana,
ya resuena la campana
por su pronta independencia.!
3.-
Pedro Albizú, camarada,
te rendimos todo honor,
se encuentra el pleno vigor
tu enseñanza denodada.!
Tu bandera no fue arriada,
sigue en combate tu gente,
su patriotismo es creciente,
nuestra causa es apoyada,
de manera destacada,
hoy por todo el Continente.!
4.-
A la Patria Borincana
le mandamos desde Quito
un TE QUIERO al infinito
con llegada hasta La Habana.!
Y allá en la tierra cubana
se fundan en un abrazo,
gigante cual Chimborazo,
las patrias bolivarianas,
alfaristas y martianas,
con tremendo fogonazo.!


            El poema de José Regato señala vivamente las vicisitudes de Nuestra América.
ALBA, UNASUR, MERCOSUR, CELAC, poco a poco y paso a paso se van abriendo campo, enfrentando a la OEA, TIAR, ALCA, CEPAL, CONSENSO DE WASHINGTON, CÍA, BASES MILITARES, ALIANZA PACÍFICO, que poco a poco pasarán a la historia como la ALIANZA PARA EL PROGRESO, engendro yanqui para enfrentar la influencia de la Revolución Cubana.
            Actualmente Bolivia, Ecuador, Venezuela en Sud América (aparte de Cuba y Nicaragua en Centro América y Caribe) son tres países que concitan la atención internacional. Tres países que ahora cuentan con satélites artificiales, para desarrollar su educación, ciencia y facilitar sus comunicaciones nacionales.
            Debemos tener siempre presente que Haití fue el primer país de Nuestra América en lograr su Independencia, un 3 de enero de 1804. Y, además, el primer país donde los esclavos de origen africano lo lograron. Mostraron su solidaridad apoyando la revolución en Venezuela, con la única condición de lograr ahí y en toda Nuestra América la manumisión de los esclavos.
            Debemos tener siempre presente que Puerto Rico, “asociado en sociedad” a los Estados Unidos, lucha por su Independencia, ya no del viejo colonialismo hispano sino del actual colonialismo yanqui.
            Entonces, CELAC, UNASUR, deben concitar nuestro estudio y comprensión.
            José Regato, decimista como sencillamente se nombra, entre otros poemas tiene para su país un poema muy actual, en uno de cuyos versos señala bellamente que:
el País ecuatoriano,
libre, digno, soberano,
hoy levanta su bandera
alfarista y montonera,
con ideal bolivariano.!
            Así se va forjando CELAC, así se va forjando UNASUR.
                                                              Ragarro
                                                             29.01.14

miércoles, 29 de enero de 2014

Homenaje al maestro José María Arguedas

ARGUEDAS

Un Tema de Actualidad UNO CHILE VS PERÚ… Y EL GANADOR ES…


El año 2014 se inaugura con la espera de un nuevo fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que dirimirá un diferendo fronterizo sobre territorio marítimo entre Perú y Chile. La Corte ha fijado para el próximo lunes 27 de enero la fecha en que dictará su decisión acerca del litigio en el que ambos países han presentado sus alegatos.
La mayoría de los conflictos limítrofes en América Latina han tenido su origen en un mapa del continente delineado por un sistema que creó instancias políticas a las que se les adjudicó mayor o menor relevancia en la estructura colonial acorde su riqueza y al peso de sus aportes a la metrópoli. Los monarcas europeos se atribuyeron la potestad de establecer límites en territorios desconocidos, con linderos disimiles en los que instauraron órganos de gobierno sin considerar otros factores que no fueran su viabilidad para el control político en función de aportar riquezas a las realezas. Manifiestas diferencias de puntos de vista en el manejo de sus intereses comerciales llevaron a que las colonias portuguesas se independizaran como un solo y gran Estado nacional que dio origen a Brasil, mientras que las españolas se fracturaron llevando al nacimiento de un variado abanico de nuevas naciones, de heterogéneas dimensiones geográficas, población y potencial económico.
Las oligarquías triunfantes al finalizar la guerra de independencia pudieron usufructuar de las nuevas condiciones políticas al apoderarse de los Estados nacionales para ponerlos al servicio de sus intereses particulares en detrimento de los pueblos y del ideal integracionista que persiguieron los padres fundadores de nuestras naciones. Aquel ideal que llevó a ciudadanos de Venezuela, Nueva Granada, Quito, Perú y Charcas, del Río de la Plata y Chile a luchar indistintamente por la independencia sin importar a que bandera servían y cuál territorio estaban liberando fue abandonado en la medida del tiempo y el avance del siglo XIX hacia el futuro.
Comenzaron a primar intereses comerciales de grupos criollos que se aliaron con el gran capital, sobre todo con el británico, para iniciar la explotación y expoliación de los recursos naturales que en gran dimensión se descubrían en las entrañas de la tierra, los campos y los mares de nuestra región.
Ese fue el marco para nuevos conflictos, que ahora (pleno siglo XIX) tenían un carácter intraoligárquico. Vale decir que el apoderamiento y uso que las élites hicieron del Estado, transformaron vía educación y cultura el interés particular de estas clases, en interés nacional creando un falso concepto de Patria que llevó incluso a los sectores más humildes de la población a olvidar que el origen de su situación de exclusión no estaba fuera de las fronteras nacionales sino en el propio país. Así, eran llamadas a filas, jóvenes humildes que en guerras fratricidas morían en defensa de intereses exclusivos y de potencias extranjeras, bajo el disfraz de defensa de la Patria. Finalmente, olvidaban o no sabían que el Libertador Simón Bolívar nos había legado la idea suprema de que “para nosotros, la Patria es la América”
Este es el origen de algunos conflictos limítrofes que aún perduran en el tiempo, entre ellos el que motiva estas líneas y que ha conducido una vez más a que las élites chilenas y peruanas convoquen a un supuesto interés nacional para lograr una presumida unidad que en realidad beneficia intereses particulares de ambos países.
En este caso, ya en 1835 Perú sufría contratiempos internos entre diversas facciones de la minoría selecta que había surgido victoriosa de la Independencia. El presidente boliviano Andrés Santa Cruz participó directamente a favor de uno de los grupos en disputa con resultado adecuado a sus intereses. Esta situación devino en la creación de la Confederación Peruano-Boliviana que despertó de inmediato la suspicacia del gobierno chileno toda vez que dicha alianza tendía a cuestionar la hegemonía de Chile en el Pacífico sur, territorio de grandes riquezas y muy activo en el comercio marítimo, considerando que distaban muchos años para la apertura del canal de Panamá.
En 1837 se produjo -después de incursiones en ambos lados de la frontera- una intervención militar chilena en Perú que fue derrotada por el ejército confederado al mando de Santa Cruz. Sin embargo, en un segundo momento de esta fase del conflicto las fuerzas bolivianas fueron vencidas por el ejército chileno en 1839 y la Confederación Peruano-Boliviana fue disuelta. Chile emergió victorioso de esta guerra. Sin embargo, el virus de la desconfianza y el resentimiento había permeado muy fuertemente y para siempre las profundidades del sentimiento “patriótico” de cada país.
En 1879, los intereses capitalistas europeos fueron causa de primer orden de una nueva guerra entre los mismos actores. En Chile fundamentalmente, pero también en Bolivia y Perú se habían descubierto importantes yacimientos de salitre. Este mineral era esencial para la elaboración de pólvora, lo que le llevó a transformarse en material estratégico desde el punto de vista de los intereses bélicos de las potencias. Empresas británicas azuzaron en secreto las rivalidades latentes y los intereses comerciales particulares de las burguesías mineras, todo lo cual complotó para generar un conflicto entre los tres países. Aunque en 1874 parecía que se habían creado condiciones para un acuerdo favorable a todas las partes, prevaleció –una vez más- el interés de grupos que privilegiaron el conflicto a favor de la búsqueda de maximizar sus ganancias en la zona, lo cual llevó nuevamente a la confrontación bélica que -con más fuerza aún- fue introducida en el imaginario popular como de objetivos nacionales, identitarios y libertarios. Lo cierto es que el usufructo de la minería condujo en los tres países a situaciones de explotación extrema de los trabajadores y a la sustracción indiscriminada de la riqueza nacional a favor de una minoría.
Por segunda vez, Chile triunfó en este conflicto. Como resultado del mismo y negociaciones posteriores que se extendieron hasta 1929, Bolivia perdió la provincia de Antofagasta y con ello su costa en el Pacífico y Perú la provincia de Tarapacá hasta Arica. Chile se consolidó como la primera potencia del Pacífico a costa de la expoliación de territorio boliviano y peruano. Sin embargo, los grandes ganadores fueron los intereses capitalistas británicos que se apoderaron de toda la riqueza mineral del territorio obtenido por Chile.
Hoy asistimos a consecuencias aún no resueltas de ese conflicto: una delimitación marítima de los nuevos linderos nacionales. Los puntos de vista a favor que cada país esgrime son sustentados en argumentos que seguramente tienen justa validez. La verdad histórica no necesariamente tiene relación con la verdad jurídica. Es la difícil tarea que tendrán que dirimir los magistrados de la Corte, pero ellos no son historiadores, son jueces. Los que acuden a ese tribunal saben que el dictamen puede ser a favor o en contra, pero también saben que en el sistema internacional, más allá de toda sentencia que tenga validez jurídica en el marco del derecho internacional, es el poderío de una nación respecto de otra la que conduce al acatamiento o no del fallo. Así fue cuando la Corte Internacional de Justicia dictaminó a favor de Nicaragua contra Estados Unidos de 1986 y el más reciente, también a favor de Nicaragua en contra de Colombia el año pasado. Ni uno ni otro han acatado la sentencia. Todo el mundo sabe que en la
Haya no necesariamente gana el que tiene la razón, sino el que contrata mejores abogados capaces de exponer los argumentos con mayor solidez y, –vale decirlo- en algunos casos se impone el fervor y el sentido patrio con que algunos juristas defienden los intereses de su país.
En este caso, se sigue acudiendo a la exacerbación de absurdos odios alimentados interesadamente. Cuando la selección nacional de futbol de Chile fue a jugar a Lima en la eliminatoria mundialista reciente, arrebatados hinchas peruanos estuvieron toda la noche en las afueras del hotel donde se hospedaban los chilenos tocando tambores y emitiendo insoportables sonidos encaminados a alterar el descanso necesario de los futbolistas. Los periódicos limeños lo llamaron la “importante contribución del jugador número 12”. Otros siete equipos sudamericanos fueron a jugar a Lima. En ninguno de esos casos, el jugador número 12 se hizo presente. Mientras los fanáticos peruanos se despojaban de su propio sueño, los representantes de le élite chilena que asistieron al encuentro deportivo, tomaban whisky en un encumbrado salón limeño con sus pares peruanos. Al día siguiente compartieron el palco del estadio. Seguramente, cada cierto tiempo, llamaban telefónicamente desde Lima a su casa en Santiago por la preocupación de haber dejado a sus hijos con una siempre peligrosa “nana peruana”
Ahora, por una parte, el presidente Humala convocaba a quienes según la prensa de Lima son sus “adversarios políticos más férreos” ( los ex mandatarios Alan García y Alejandro Toledo) en pro de una socorrida unidad nacional que no les impide llegar a acuerdos en el Parlamento para favorecer una presencia extranjera que vulnerando las leyes nacionales, avasalla a los trabajadores peruanos y destruye el medio ambiente con su acción indiscriminada contra la naturaleza y los ciudadanos de las comunidades cercanas a los sectores donde se han instalado.
De otra, su par chileno, Sebastián Piñera, citaba al Consejo de Seguridad Nacional, instrumento de la institucionalidad legada del pinochetismo en el cual por mandato constitucional el poder civil se subordina al militar. Haciendo uso del mismo discurso de sus antepasados en el siglo XIX, Piñera, apeló a la unidad nacional para salvaguardar “un mar que es chileno”. Detrás de tal invocación están los intereses (esos si de unidad) entre el gobierno y la oposición bacheletista que no dudaron en ponerse de acuerdo para aprobar una nueva Ley de Pesca a favor de los grandes grupos económicos que lucran con la explotación del mar en detrimento de los pequeños y medianos pescadores que con su labor cotidiana viven y alimentan a sus familias. En este caso, el saliente presidente chileno desearía asegurarle a los usurpadores del mar, los 37.900 km cuadrados ricos en recursos pesqueros que la Corte Internacional de Justicia le otorgará o no el próximo 27 de enero.
Sergio Rodríguez Gelfenstein
(BARÓMETRO INTERNACIONAL, especial para ARGENPRESS.info)
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asunto: ARGENPRESS.info - Resumen de noticias del 24/01/2014 12:05
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DOS
EL FALLO DE LA HAYA Y LA UNIDAD NACIONAL
El litigio marítimo con Chile que habrá de resolverse en forma definitiva el próximo lunes 27 de enero, cuando el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya haga conocer una resolución inapelable y obligatoria, por tanto, para ambas partes; ha servido para diversos efectos.
Por un lado, ha atizado los dolorosos lazos que unen a peruanos y chilenos, hermanados y enfrentados a lo largo de la historia. Evocaciones alusivas a la lucha por la Independencia de ambos países y al papel jugado por chilenos como Bernardo O´Higgins en el Ejercito Libertador Sanmartiniano, por un lado; y remembranzas de los más dramáticos episodios de la Guerra del Pacifico (1879-1883), cuando nuestras poblaciones fueron cruelmente diezmadas por el ejército invasor, por otro; han servido como alimento cotidiano en este contexto concreto en el que se han cantado mensajes de odio y amistad algo más que en otros tiempos.
Más allá de estas convergencias, y diferencias, sin embargo, cabe aludir aquí al hecho que la decisión de la Corte Internacional está inscrita en un escenario concreto, cuando el Perú busca un camino de salida a su más honda crisis; y cuando Chile procura recuperar su identidad diezmada por el régimen fascista de Pinochet y gobiernos posteriores que administraron ese suelo a espaldas de los intereses populares.
En otras palabras, cuando Ollanta Humala esboza tímidos proyectos de cambio sin atreverse siquiera a caminar hacia ellos; y Michelle Bachelet comienza una segunda gestión de gobierno que su país espera sea mejor y más definida que la anterior, cuando vivió maniatada por una constitución heredada de la dictadura; los tambores bélicos no son necesarios. Asoman tan solo como amenazas dolientes contra pueblos hermanados por el atraso y la miseria.
En ambos países, curiosamente, la inminencia del fallo de la Corte ha servido para presentar la imagen de una “unidad nacional” que -todos sabemos- es casi un producto de exportación.
En Chile, en efecto, no habrá “unidad nacional” mientras no se procesen atinados proyectos de reconciliación, que sólo serán viables, si transitan por la ruta de la verdad y la justicia.
Pensar en la “unidad nacional” en el país de Mapocho -la patria de Neruda- en tanto existan desaparecidos y torturados, además de asesinos y torturadores gozando de la mayor impunidad; es no sólo una ingenuidad, sino también una insensatez.
Los seres humanos no están hechos para “poner la otra mejilla”, como aspira el Evangelio, sino para construir un mundo racional en base a principios de convivencia universal.
Algo parecido puede asegurarse con relación al Perú ¿Podemos hablar de olvido y de perdón cuando aún están cerradas y escondidas las tumbas de millares de peruanos vilmente asesinados en los años de la violencia?
Ya sé. Hay “causas superiores”, nos dirán. Sí, pero eso podrán decirlo quienes no sintieron en su propio cuerpo ni en su alma el cincel doloroso de la muerte y la tortura, ejecutada por gentes que hoy gozan de prebendas infinitas sustraídas a las propias poblaciones esquilmadas.
Podrán hacerse muchos discursos en torno a la “unidad nacional indispensable en esta hora”, claro, pero ¿qué nos une a la Mafia anti peruana que robó y masacró impunemente a nuestro pueblo y que se dispone a volver a hacerlo con mayor rencor y frescura aún en el futuro?
¿Qué nos une a Alberto Fujimori o a Alan García, que entregaron al capital extranjero -y también chileno- bienes y recursos nacionales, incluyendo aeropuertos, líneas aéreas, transporte, empresas de servicio y otros? ¿Acaso no sabemos que si ellos volvieran a la gestión gubernativa incurrirían en la misma conducta anti peruana del pasado reciente?
No tiene sentido lacerar heridas generadas por una guerra de antaño entre países vecinos, entre otras razones porque esa guerra fue creada y alimentada por los mismos “grandes intereses” que medraron a costa del Perú y de Chile todo el tiempo.
Y es bueno darse cuenta, en forma definitiva, que los trabajadores peruanos y chilenos tienen entre sí mucho más lazos de amistad y de solidaridad, que nos unen; que vínculos y dependencias con las oligarquías nativas que los explotan.
Objetivamente, por encima de diferencias de otro orden, Luis Emilio Recabarren y José Carlos Mariátegui, al igual que Luis Figueroa o Isidoro Gamarra; podrían darse un abrazo fraterno sin grima y sin rencores.
Por lo demás, no hay, en nuestro tiempo, peligros reales de guerras entre países fronterizos, salvo que sean urdidos artificialmente por el capital financiero y los grandes intereses imperiales, como sucede en el Medio Oriente y regiones aledañas.
Pero si por ventura eso ocurriera, trabajadores peruanos y chilenos podrían, en su mismo suelo, luchar con más éxito contra sus propios opresores y abrir paso a una verdadera y legítima hermandad latinoamericana; que es lo que todos estamos empeñados en forjar, y lo que se afirma día a día con los procesos liberadores, que corren sueltos en nuestro continente..
Los peruanos no debiéramos nunca dejar de leer a Mariátegui ni pensar en sus sabias reflexiones. El Amauta nos dijo en la revista “Variedades” en diciembre de 1928: “El deber de la Inteligencia, sobre todo, es, en Latino-América, más que en ningún otro sector del mundo, el de mantenerse alerta contra toda aventura bélica. Una guerra entre dos países latino-americanos sería una traición al destino y a la misión del Continente. Sólo los intelectuales que se entretienen en plagiar los nacionalismos europeos, pueden mostrarse indiferentes a este deber. Y no es por pacifismo sentimental, ni por abstracto humanitarismo, que nos toca vigilar contra todo peligro bélico. Es por el interés elemental de vivir prevenidos contra la amenaza de la balcanización de nuestra América, en provecho de los Imperialismos que se disputan sordamente sus mercados y sus riquezas”.
No se trata de una frase extraída de contexto, sino de una reflexión lógica derivada de la experiencia política del Amauta, que recoge las lecciones de la Guerra del Pacífico y las proyecta en el escenario continental en ese entonces amagado por el peligro -luego concretado- de la Guerra del Chaco, que trajo dolor y sufrimiento, inútiles, a pueblos hermanos: Bolivia y Paraguay.
Es bueno, entonces, que esperemos el Fallo de La Haya con tranquilidad y sin expresiones del patrioterismo ramplón que algunos alientan. Y que busquemos siempre anudar lazos entre pueblos hermanos porque más allá de las contingencias de hoy, está el porvenir que nos espera, y que será pan y luz para los pueblos
Cambiando de tema. El pasado lunes 20 de enero, el historiador peruano Antonio Zapata publicó un artículo en el diario “La República”, referido a la fundación de Vanguardia Revolucionaria. Quizá por falta de información o exceso de optimismo, afirma algo que no tiene nada que ver con la verdad. Sostiene que en el Congreso refundación de la CGTP - junio de 1968- VR contaba “con el 30% de delegados”.
Es preciso aclarar eso. En ese evento, se registró un clima unitario muy fuerte que permitió que todas las ponencias se aprobaran virtualmente por unanimidad. No hubo votaciones de confrontación. Ocurrió, sin embargo, una cuando la elección del primer Consejo Nacional de la Central.
Era nuestro deseo que esa misma unidad permitiera la integración de una lista de consenso que fuera aprobada por aclamación en el Congreso. Vanguardia Revolucionaria resolvió enfrentar ese criterio y optó por “marcar la diferencia” inscribiendo una lista propia. Eso nos obligó a proponer, en aras de la unidad, que consumada la elección, cada lista tuviera en el nuevo Consejo un número de cupos proporcional a su porcentaje de votos. Y así fue.
Nuestra lista, encabezada por Isidoro Gamarra, obtuvo el 83% de los votos congresales, por lo que alcanzó 15 de los 18 puestos del Consejo Nacional. La lista de VR, liderada por Rolando Riega, logró el 17% de los votos, con derecho a tres puestos. Así se hizo la historia. Que el buen amigo Zapata, la conozca (fin)
Gustavo Espinoza M.
Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera http://nuestrabandera.lamula.pe
Gustavo Espinoza Montesinos guesmon_1941@yahoo.com.pe
fecha: 25 de enero de 2014, 9:25
asunto: Rv: PERU. EL FALLO DE LA HAYA Y LA UNIDAD NACIONAL
firmado por: yahoo.com.pe
TRES
            La Corte Internacional de Justicia, Corte de la Haya, ha emitido dos fallos respecto a límites en Nuestra América, el fallo Nicaragua-Colombia (19.11.12): Nicaragua tiene razón en su reclamo. Y ahora el fallo Perú-Chile (27.01.14): Perú tiene parcialmente razón en su reclamo. Pero nuestro país no tenía fronteras con Chile. A raíz de la derrota en la infausta Guerra del Pacífico (1879-1883) Chile se apropió toda la costa boliviana y el sur del país (Arica Tarapacá) Entonces, el otro aspecto del fallo implica que el Perú acepta definitivamente el despojo, el “derecho de vencedor”
            Bien recuerda Sergio Rodríguez Gelfenstein “la creación de la Confederación Peruano-Boliviana”, pocos años después de la Independencia, que fue rechazada por Chile (y también por Argentina), y que para 1879 “los intereses capitalistas europeos fueron causa de primer orden de una nueva guerra entre los mismos actores” La barbarie del ejército agresor fue estrenada en la guerra franco-alemana en 1870 por el ejército de Bismark, lo que impulsó el histórico levantamiento de la Comuna de París, 1871. El ejército prusiano perpetró increíbles crueldades, incluso el “repase” contra soldados heridos y caídos. Pero luego gobierno francés y gobierno alemán se dieron la mano para aplastar la rebelión comunera. Eso mismo hizo el ejército chileno entrenado por los vencedores alemanes, contra el ejército peruano entrenado por el vencido ejército francés. Y, ¿acaso no se coludieron las oligarquías chilena y peruana contra la heroica resistencia del pueblo peruano? Basta recordar al Prado de entonces, presidente que huyó con lo recaudado para armar a última hora el ejército nacional. Y la cruel represión de la Rebelión de Atusparia, 1884, por el gobierno provisional luego de la derrota.
            Bien recuerda Gustavo Espinoza Montesinos los “dolorosos lazos que unen a peruanos y chilenos, hermanados y enfrentados a lo largo de la historia” Y más aún, señala que “por encima de diferencias de otro orden”, Luis Emilio Recabarren, fundador del partido proletario en Chile, y José Carlos Mariátegui, fundador del partido proletario en nuestro país, “podrían darse un abrazo fraterno sin grima y sin rencores”
            En 1929, cuando el acuerdo limítrofe Perú-Chile, se reunieron obreros peruanos y chilenos para abogar por la unidad de los trabajadores. Y JCM abogó por la unión de las repúblicas sudamericanas. Por eso es de actualidad el comentario de JCM acerca del conflicto boliviano-paraguayo, y que muy acertadamente reproduce GEM.
            Si en 1879 estaba detrás de la disputa el extractivismo minero, (salitre para fertilizantes y explosivos), ahora está detrás la disputa por el extractivismo pesquero y petrolero. Décadas atrás no éramos “país minero” sino “país pesquero”. Ahora la rapiña une y enfrenta por igual a oligarcas chilenos y peruanos al servicio de las transnacionales. Pero bien señala la sabiduría popular que lo único permanente es el cambio. Ahora Tenemos UNASUR, y está a la orden del día qué comprender por Socialismo y cómo actuarlo, pasando de la teoría a la práctica.
            La unidad nacional no la hará la oligarquía. En cada país la hará el pueblo trabajador organizado. Por eso está vigente la preparación de la organización del Socialismo Peruano para forjar un Perú Integral.
                                                                    Ragarro
                                                                   28.01.14