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Miércoles,
01/01/2014 04:14 PM
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1° de
diciembre de 2014
INTRODUCCIÓN
1. Este libro termina de escribirse un
mes después de la desaparición física del presidente Hugo Chávez Frías y no
podría haberse escrito sin su intervención en la historia de América Latina. Muchas
de las ideas que se exponen en este trabajo están relacionadas de una u otra
manera al dirigente bolivariano, sea a su pensamiento, sea a sus acciones a
nivel interno, o a nivel regional y mundial. Nadie puede dudar que entre la
América latina que recibió y la América latina que dejó hay un abismo.
2. Cuando triunfa en soledad, en las
elecciones presidenciales de 1998, ya el modelo capitalista neoliberal
comenzaba a hacer aguas. El dilema no era entonces otro que refundar ese
modelo, evidentemente que con cambios, entre ellos una mayor preocupación por
lo social, pero movido por la misma lógica de la búsqueda del lucro; o avanzar
en la construcción de otro modelo. Chávez tuvo la audacia de incursionar por
este último camino y para denominarlo decidió utilizar la palabra socialismo a
pesar de la carga negativa que ella tenía. Especificó que se trataba del
socialismo del siglo XXI diferenciándolo así del socialismo soviético
implementado durante el siglo XX. No se trataba de “caer en los errores del
pasado”: en esa “desviación estalinista” que burocratizó al partido y terminó
por eliminar el protagonismo popular.
3. Pensó -como Mariátegui- que el
socialismo del Siglo XXI no podía ser ni calco ni copia, sino “creación
heroica” y, por eso, habló de un socialismo bolivariano, cristiano,
robinsoniano, indoamericano. De un socialismo imaginado como una nueva
existencia colectiva donde reine la igualdad, la libertad, una democracia
verdadera y profunda; donde el pueblo llegue a tener el rol protagónico, donde
exista un sistema económico centrado en el ser humano y no en la ganancia, una
cultura pluralista y anticonsumista en que el ser tenga primacía sobre el
tener.
4. La necesidad del protagonismo popular
era una de sus obsesiones y es el elemento que lo distancia de otras propuestas
de socialismo democrático. Estaba convencido de que es a través de ese
protagonismo que las personas crecen, ganan en auto confianza, es decir, se
desarrollan humanamente.
5. Pero esto hubiese quedado en meras
palabras si Chávez no hubiese promovido la creación los espacios en las que
estos procesos participativos pudiesen darse plenamente. Por eso ha sido tan
importante su iniciativa de crear los consejos comunales (espacios comunitarios
autogestionados), los consejos de trabajadores, los consejos estudiantiles, los
consejos campesinos, para ir conformando una verdadera construcción colectiva, que
debe plasmarse en una nueva forma de Estado descentralizado cuyas células
fundamentales deberían ser las comunas.
6. Pero el líder venezolano no era un
iluso como algunos podrían pensar, sabía que las fuerzas que se oponían a la
materialización de este proyecto eran enormemente poderosas. Pero ser realista
no significó para él caer en la visión conservadora de la política concebida
como el arte de lo posible. Para Chávez el arte de la política era hacer
posible lo imposible, no por simple voluntarismo sino porque, partiendo de la
realidad existente buscó crear las condiciones para que ésta cambiara. El
entendió muy bien que para hacer posible en el futuro lo que en ese momento
aparecía como imposible, era necesario cambiar la correlación de fuerzas tanto
en el plano interno de su país como en el terreno internacional. Y durante todo
su gobierno trabajó en forma magistral para lograrlo, entendiendo que para
construir fuerza política no bastan los acuerdos de cúpula sino que lo
principal es construir fuerza social.
7. Vislumbró muy bien que una sociedad
alternativa al capitalismo implicaba, al mismo tiempo, una globalización
alternativa a la globalización neoliberal. Nunca pretendió intentar construir
el socialismo en un solo país. Tuvo completa lucidez de que esto no era posible
y por eso es que se preocupó con tanto ahínco en crear una correlación de
fuerzas a nivel de la región y a nivel mundial que facilitara su construcción.
8. Chávez percibió tempranamente las
particularidades de este proceso de transición que se iniciaba en su país y que
sería el precursor de procesos semejantes en otros países de América Latina,
entre ellas que ese tránsito no se realiza a partir de cero, se realiza
partiendo del aparato de Estado, del sistema económico y de la cultura
heredados y, por lo tanto, si se ha elegido la vía institucional es necesario
cambiar las reglas del juego institucional como primer paso para, desde allí,
ir venciendo los inmensos obstáculos que sabía se le irían presentando en el
camino.
9. Entendió también que, para ir
caminando hacia una sociedad en que el Estado debía desaparecer como una
institución por encima de la sociedad transformándose en un instrumento al
servicio de la sociedad y controlado por ella, se requería de un Estado fuerte.
Será justamente este Estado fuerte el que irá creando las condiciones
internacionales para lograr la soberanía nacional y la integración continental
y el que irá impulsando internamente el cambio de las instituciones heredadas
por unas instituciones que permitan realmente construir la nueva sociedad
(nueva Constitución, nuevo cuerpo de leyes, desarrollo mayor de los poderes
locales, etcétera, etcétera). Y lo más importante, será ese Estado heredado -pero
poblado ahora de cuadros revolucionarios- el que promoverá la organización y el
protagonismo popular a través de los cuales se irá gestando un nuevo Estado
desde abajo.
10. Muchas de las ideas que acabo de
exponer serán desarrolladas ampliamente en este libro que es una actualización,
ampliación y profundización de los temas abordados en mi libro: Inventando para
no errar. El socialismo del siglo XXI (1) publicado en 2010. En él he
incorporado párrafos completos de mis más recientes artículos y de trabajos
anteriores relacionados con los temas abordados. Me pareció que no era
necesario autocitarme, que bastaba poner a pie de página las fuentes que han
inspirado esas ideas para que el lector pueda recurrir a ellas si así lo estima
conveniente.
11. El libro consta de tres partes.
12. La primera parte: América Latina
avanza, se refiere a un breve recuento de lo que ha sucedido en América latina
en estas últimas décadas, a la modificación del mapa político que va
ocurriendo, a las movilizaciones sociales que explican mucho estos cambios, a
los hechos que nos indican que ha habido un cambio en la correlación de fuerzas
entre los Estados Unidos y nuestra región, y en los intentos de recolonización
y disciplinamiento que la primera potencia imperial está realizando en nuestro
subcontinente. Esta parte termina con una tipología que agrupa a los distintos
gobiernos a modo de información, porque yo pienso que más que encuadrar
gobiernos en una determinada clasificación, lo que tenemos que tratar de hacer
no es quedarnos en sus declaraciones sino evaluar su desempeño teniendo siempre
en cuenta, no tanto el ritmo con que avanzan, sino la orientación en la que se
encauzan, las medidas que adoptan, ya que el ritmo dependerá en gran medida de
los obstáculos que vayan encontrando en su camino.
13. La segunda parte: Hacia dónde avanzar:
El socialismo del siglo XXI procura hacer comprender al lector por qué hablar
de socialismo si esa palabra tiene una carga tan negativa, qué cosas hay que
rescatar del pensamiento original de los clásicos del marxismo, qué nuevas
reflexiones han surgido a partir de la práctica en algunos gobiernos de América
Latina, cuál es la característica de la transición que estamos viviendo, qué
pueden hacer estos gobiernos a pesar de las grandes limitaciones en las que se
encuentran insertos, y finalmente, qué criterios debemos tener en cuenta para
hacernos un juicio del desempeño de cada uno de ellos. Todos elementos que nos
pueden servir –pienso- para orientar nuestro caminar.
14. La tercera parte: El instrumento
político para construir una nueva hegemonía aborda el tema de cómo lograr la
correlación de fuerzas necesaria que nos permita ir venciendo los obstáculos e
ir avanzando en la construcción de la nueva sociedad, y la relación que ello
tiene con el tema de la hegemonía. Sostengo que en muchos lugares del mundo la
hegemonía cultural de la burguesía ha comenzado a resquebrajarse, pero que ello
no significa que se haya consolidado una nueva hegemonía popular y que, para
que eso ocurra, no bastan las grandes movilizaciones populares de rechazo al
sistema, sino que se requiere la intervención de una instancia política.
Consciente del amplio rechazo existente a la política y los políticos, explico
que no se trata de los partidos tradicionales de izquierda del pasado, sino de
la nueva instancia que no manipule a los movimientos sociales sino que se ponga
a su servicio. Explico por qué la existencia de un instrumento político es
necesaria para la construcción del socialismo del siglo XXI, cuáles deberían
ser sus principales tareas, qué tipo de militante y de cultura política
necesitamos hoy, sostengo que es fundamental combatir el burocratismo en el que
suelen caer dirigentes de los partidos y del gobierno y termino defendiendo la
necesidad de la crítica pública para salvar al instrumento político y al
gobierno.
15. Mis lectores deben saber que lo
esencial de este libro no se elaboró a partir de lecturas -aunque evidentemente
muchas han sido las ideas que he obtenido de valiosos esfuerzos intelectuales
de muchos investigadores-. Este trabajo no habría sido posible sin las luchas y
las experiencias prácticas que se han ido dando en diversos países de Nuestra
América y que he tenido la posibilidad de estudiar en el terreno mismo. Son
muchas las colaboraciones anónimas que aquí se hayan plasmadas. Quisiera hacer
una mención especial a mi compañero Michael Lebowitz, muchas de cuyas ideas han
sido incorporadas en él, y a Ximena de la Barra quien lo leyó en su última
etapa de elaboración e hizo valiosos aportes y sugerencias. Agradezco a todas y
todos los que con pasión revolucionaria y prácticas coherentes a esa pasión -tanto
en el terreno de la investigación como de la acción- han hecho posible este
resultado. Mi gran esperanza es que este esfuerzo contribuya a aportar un
granito de arena a hacer posible en un futuro ya no tan lejano lo que hace un
cuarto de siglo atrás parecía imposible.
Marta Harnecker
5 de mayo 2013
Socióloga, politóloga, periodista y
activista, Marta Harnecker se convirtió en referencia fundamental para la
izquierda marxista con la publicación, a finales de los años 60, de su libro Los conceptos elementales del materialismo
histórico. Con múltiples reediciones, el libro ha alcanzado una difusión de
difícil repetición en el campo de la teoría marxista.
Tras cursar estudios con Louis
Althusser, Harnecker regresó a su Chile natal, del que tuvo que exiliarse al
producirse el golpe militar contra el gobierno de Salvador Allende. En Cuba,
Marta Harnecker dirigió el centro de investigación Memoria Popular
Latinoamericana (MEPLA) y continuó su extensa obra, que hoy sobrepasa los
setenta títulos. Su interés por los nuevos movimientos sociales y la relación
de éstos con la política orgánica se ha visto reflejada en libros como La izquierda en el umbral del siglo XXI
(1999), o La izquierda después de Seattle
(2001). Ardiente defensora de la revolución bolivariana, ha publicado también
los libros Hugo Chávez Frías: un hombre,
un pueblo; Venezuela: militares junto
al pueblo; y Venezuela: una
revolución sui generis, estos dos últimos en El Viejo Topo.
Publicado en español por: El Viejo Topo en España; la Secretaría de La Paz en Guatemala; IPTK, en Sucre, Bolivia; y en Caracas,
Venezuela, dividido en tres libros de bolsillo, por XSTAK producciones. Ha sido
traducido al inglés por Monthly Review
en su edición de verano jul-ago 2010 y en francés por Les Editions Utopia, Paris, nov.2010. Se prepara una traducción al
griego. Se puede encontrar en formato
digital en:
Fwd: Chavez reconfiguro el mapa
sociopolitico mundial
de:
Jose Gabriel ruiz santamaria <comasolven8@gmail.com>
para: A Viviana Moscoso
<centrobolivarianoph@yahoo.es>,
fecha: 7 de enero de 2014, 8:33
enviado por: gmail.com
firmado por: gmail.com
Nota.-
Las
tres partes del libro presentan la realidad actual: el evidente cambio en la
correlación de fuerzas EUA-Nuestra América, el reavivamiento de la palabra y
concepto Socialismo, el porqué de la necesidad de un instrumento político tras
la propaganda del Socialismo Siglo XXI
Marta
Harnecker propagandiza una nueva forma
de Estado descentralizado cuyas células fundamentales deberían ser las comunas.
Es así de actualidad la diferencia entre célula
biológica del capitalismo y célula
económica del socialismo.
Ragarro