PATRIA
NUEVA Y ECONOMÍA COLONIAL
En
1921 se recordó el Centenario de la Independencia de nuestro país, y en 1924 el
centenario de la Batalla de Ayacucho que selló la independencia de las colonias
hispano sudamericanas. Y el presidente Augusto Leguía tituló su gestión como la
Patria Nueva.
En
1926, preparando sus 7 Ensayos JCM
publicó su artículo Economía Colonial
(8 de enero), donde señala tajantemente que la economía del Perú es una economía colonial.
Ese
primer siglo culminaba con la república
aristocrática, denominada así por Jorge Basadre, coetáneo de JCM, y se
entraba en la patria nueva. Hay,
pues, una flagrante contradicción entre esas líricas denominaciones, por un
lado, y la franca denominación de JCM. Si JCM se equivocó al respecto, todos
sus 7 Ensayos están igualmente
equivocados. Y ahora, cuando sigue estando de moda la sonora denominación de crecimiento económico superior a China,
es menester deslindar esta cuestión básica de nuestra realidad nacional.
Leguía
había tenido un primer período (1908-1912), donde ocurrieron los escándalos del
Putumayo, explotación esclavista del caucho por la Casa Arana al servicio del
colonialismo inglés, que con inenarrable crueldad ocasionó la muerte de más de
30 mil selvícolas. Miembro del Partido Civilista, se separó luego formando el
Partido Constitucional con el que ganó las elecciones de 1919. Pero, para
eliminar la oposición parlamentaria civilista, fraguó un golpe de Estado
precisamente un 4 de julio, día de la Independencia de EUA. Muy claro el
mensaje: se ponía al servicio de la nueva potencia imperial. Un mes después, 3
de agosto, JCM escribía su editorial Un
personal senil y claudicante, que ocasionaría el cierre de su periódico La Razón y su deportación. En él señala
de entrada que el nuevo gobierno “Se ha formado como no podía dejar de
formarse. Como era inevitable que fuera. Algunos ingenuos pensaron en un
régimen de renovación efectiva. Creyeron posible la organización de un gobierno
sano y fuerte, nuevo, idealista” Y desenmascara que los componentes de ese
nuevo gobierno “Son los mismos hombres fracasados en la función pública. Son
los mismos hombres que en hora iluminada se borró del escalafón político. Son
los negros autores del atraso del país”
¿Por
qué ocurre así, de ayer a hoy? Porque “El factor central del fenómeno es la
hegemonía de la gran propiedad semifeudal en la política y el mecanismo del
Estado. Por consiguiente, es sobre este factor sobre el que se debe actuar si
se quiere atacar en su raíz un mal del cual algunos se empeñan en no contemplar
sino las expresiones episódicas o subsidiarias” Es decir, semifeudalidad y
semicolonialidad para JCM van de la mano, son los dos lados de la misma moneda.
Con
la apertura del Canal de Panamá y la I-GM, Estados Unidos desplazaba de América
a Inglaterra y otras potencias colonialistas. En 1926 las importaciones de
Inglaterra descendían al 15.6% mientras que EUA ascendía al 28.5% del total. Y
sus exportaciones descendían al 34.5% mientras que Estados Unidos ascendía al
46.2%, y así la nueva potencia imperial se adueñó del import-export del país,
convertido en simple “depósito de materias primas y una plaza para sus
manufacturas”
La
Patria Nueva consolidó la nueva
economía exportadora primaria (extractiva) atrayendo capitales norteamericanos
y aceptando sus préstamos. Desde entonces se sistematizó la oprobiosa deuda
externa con la que se financió la infraestructura (comunicaciones, caminos,
puertos) Y la modernización de la capital a cargo de empresas extranjeras como
la Fundación, que escondió el atraso del interior del país (Y se le hizo creer
que “de Lima a la gloria” y “Lima, la sucursal del cielo”) Esa deuda externa se
decuplicó, de 12 millones de libras esterlinas en 1919 a 116 en 1929.
Con
el oncenio terminaron los viejos partidos políticos. Y el gobierno se apoyó en
las capas medias (burócratas, burguesía profesional, estudiantes universitarios
que lo nombraron Maestro de la Juventud)
A los obreros los manipuló aceptando sus sindicatos; a los nativos, con la
aceptación formal de sus comunidades. Con el 1° de Mayo y con el Día del
Indio.
El
efímero éxito inicial fue logrado por el alto precio inicial de las materias
primas (algodón, caña de azúcar, minerales en bruto sin valor agregado), pura
exportación primaria.
En
sumisión al capital extranjero firmó el Laudo de la Breña y Pariñas, pasando el
dominio petrolero inglés al nuevo amo, cediéndole suelo y subsuelo a la International
Petroleum Company IPC, no cobrándole impuestos por 25 años y dándole exclusividad
en la exploración y explotación petrolera por 50 años. Y firmó los lesivos
acuerdos fronterizos con Colombia (1922), Chile (1929)
En
el aspecto financiero estableció el Banco Central de Reserva, el Banco
Hipotecario, el Banco Agrícola, con los que se fijaba el valor de la moneda,
préstamos hipotecarios al comercio e industria, préstamos a la agricultura
exportadora. Todo bajo la supervisión del nuevo amo que “no necesita
desembarcar sus marines, sólo necesita desembarcar sus banqueros”, como la
Misión Kenmerer que “modernizó” el aparato financiero del país.
En
lo interno estableció el impuesto a las exportaciones agrícolas que le ocasionó
roces con el sector agrícola exportador. Y lo más aberrante, la “conscripción
vial”, trabajo gratuito de todo varón desde los 18 a los 60 años, doce días al
año o pago equivalente, dirigido evidentemente a la población nativa insolvente
que sin pago alguno tenía que construir más de 45 mil kms de carreteras. En
1928 cedió a perpetuidad los ferrocarriles nacionales a la compañía inglesa
Peruvian Corporation.
Su
Constitución de 1920 establecía la no reelección, pero con un Parlamento sumiso
de “hombres fracasados en la función pública” logró las enmiendas para su
reelección en 1925 y 1929. Después, el crac de 1929 terminó con su fanfarria. Y
es bien sabido que “cuando hay un descontento general surge un general
descontento” (Sofocleto) En Arequipa se fraguó su derrocamiento por Sánchez
Cerro, guiado teóricamente por el Manifiesto
de Arequipa, redactado por Bustamante y Rivero, que sería presidente en
1945 como nuevo salvador de la democracia.
El
crac de 1929 ocasionó el cierre del Banco Perú y Londres, la baja de los
precios internacionales, la devaluación de la moneda, la consiguiente baja de
los salarios, la reducción del Presupuesto de la República, el empobrecimiento
general del país. El descontento del trabajador iba en aumento. Se requería de
un “gobierno fuerte” y por eso surgieron primero Sánchez Cerro (militar,
1930-1933), Óscar Benavides (militar, 1933-1939), Manuel Prado (civil, 1939-1945),
Bustamante y Rivero (civil, 1945-1948)
Con
el crac de 1929 el país quedó en manos de Estados Unidos. Durante la II-GM
(1939-1945), el “demócrata” Prado sirvió fielmente a la democracia estadounidense,
todo para “ayudarle” en la guerra contra el Eje Alemania-Italia-Japón.
JCM
termina su análisis señalando: “Y así, en cada uno de los trances, en cada uno
de los episodios de la experiencia histórica que vamos cumpliendo, nos
encontramos siempre de frente al mismo problema: el problema de peruanizar, de
nacionalizar, de emancipar nuestra economía”
Sin
peruanizar, sin nacionalizar, sin emancipar su base económica, ¿se puede sostener que nuestro país no era
en tiempos de Leguía una semicolonia?
JCM
fallece cinco meses antes del derrocamiento de Leguía. Sus 7 Ensayos quedaron marginados. Quedó marginado su proyecto de
construir el primer gran partido de
masas y de ideas de toda nuestra historia republicana. Tuvieron vía libre Perú: problema y posibilidad de Jorge
Basadre, El antimperialismo y el Apra
de Haya de la Torre.
Entonces,
Patria Nueva fue el papel regalo con
que se escondió nuestra realidad económica. Ni Leguía ni los que lo sucedieron
en el gobierno del país tuvieron la mínima intención de peruanizar el Perú, de
resolver su problema primario el régimen de propiedad de la tierra, que determina el régimen político y administrativo de toda nación
Y
lo que ocurrió entonces ¿no ocurre hasta el presente, etapa tras etapa?
¡Aprendamos la lección que nos deja nuestra
propia historia!
Ragarro
21.01.14
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