lunes, 30 de septiembre de 2019

Qachwa de Chuschi


 QACHWA DE CHUSHI 80
¡Ay way ay way!
maytam qawanki
mamaykichum, taytaykichum
qamunallan karqa
yau, yau.
mamaykichum, taytaykichum
qamunallan karqa
yau, yau.

Era patapis mamay waqachkan
era patapis taytay llakichkan
trigu saruyta mana atispa
habas saruyta mana atispa.

Qakuwa turiy ayniykamuway
qakuwa turiy ayniykamuway
trigu saruyta aynikamuway
habas saruyta aynikkamuway.

Imallaykim turiy nanan ¡ay way!
qakuwa turiy ayniykamuway ¡ay way!
imaq nanaqllansi paniy ¡ay way!
imaq nanaqllansi paniy ¡ay way!

Imallawanraq qinakkullasun ¡ay way!
imallawanraq qinakkullasun ¡ay way!
kachillawancha polvuykullasun ¡ay way!
uchullawnachu qaquykullasun ¡ay way!

May lado erapis, palomay kukulí
urpilla urpinchkan, palomay kukulí
palomay, kukulí.

Patakuna erapis, palomay kukulí
oqiylla oqichkan, palomay kukulí
palomay, kukulí.

 Llullu alberjas sisa sisachantin, pausachay
muyuriq qinallla, pausachay
qechqariq qinalla, pausachay
muyuriq qinallla, pausachay
qechqariq qinalla, pausachay.

 Esta es una danza tradicional del distrito de Chuschi, provincia de Cangallo, Ayacucho. La grabación
que nos sirvió de base es la del casete TESTIMONIO AYACUCHANO – Manuelcha Prado – Carlos
Falconí. Lo interpretan Macedonia Ascarza y Carlos Falconí.

Fuente: Cancionero
Folklórico
Ayacuchano
Recopilación de
Artidoro Velapatiño Castilla
2000 - 2007

domingo, 29 de septiembre de 2019

CHINA saca a 760 Millones de Personas de la Pobreza – Septiembre 2019



EL FUTURO DEL TRABAJO ANTE EL DESMANTELAMIENTO DEL ESTADO

                                                                      -0-
Trabajo y Estado
 

EL FUTURO DEL TRABAJO
 
                             ANTE EL DESMANTELAMIENTO DEL ESTADO
 
*Daniel Gaio
Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento
No. 543: Tecnologías: manipulando la vida, el clima y el planeta
 
         Las innovaciones tecnológicas son presentadas inicialmente como procesos que mejoran las condiciones de vida, reducen el tiempo de trabajo y optimizan el desarrollo. Las transformaciones que se han producido desde la revolución industrial en sus diversas etapas han traído consigo, además de avances, cambios radicales en la estructuración del trabajo y en sus formas de organización. Al mismo tiempo que ciertos puestos de trabajo dejaron de existir, se desarrollaron muchos otros y se produjo un salto en las condiciones de vida de una parte importante de la población.
         Hoy estamos viviendo una nueva transformación en el modelo productivo y económico que plantea nuevos retos para las formas del trabajo. Presentado de diversas maneras, como la 4ª revolución industrial o la industria 4.0, el modelo caracterizado por el acelerado proceso de automatización y digitalización de la economía, la robótica avanzada y el uso intensivo de la biotecnología y la nanotecnología aporta, a diferencia de las otras "revoluciones" productivas, un nuevo aspecto que es la velocidad con la que se desarrolla y que, frente a la falta de una regulación que siga a su ritmo, también aumenta la desigualdad en niveles nunca antes vistos. Las tecnologías, por sí mismas, no son el problema, sino la lógica que impulsa su introducción.
         El PIB mundial se ha triplicado en los últimos 40 años, pero no ha traído beneficios para la población en su conjunto. Datos de la OIT [1] muestran que en 2018, 172 millones de personas en todo el mundo estaban desempleadas, pero que, a pesar de la disminución en comparación con el año anterior, las condiciones de trabajo no han mejorado.
         La misma investigación señala que más de 3.300 millones de personas empleadas no tenían niveles adecuados de seguridad económica, bienestar material u oportunidades de progreso, advirtiendo que los empleos creados por la digitalización son cada vez más precarios, temporales y con escasas posibilidades de negociar derechos.
         En cuanto a la desigualdad, Oxfam [2] señala que el 1% de la población mundial concentra el 99% de su riqueza. Desigualdad que es condicionada por factores como: región, sexo, edad y raza.  Mientras los trabajadores europeos se adaptan, no sin pérdidas, a este nuevo proceso del mercado laboral, los países del Sur Global se enfrentan a la falta de acceso a las tecnologías e Internet, lo que genera una distancia abismal en cuanto al tipo de beneficios y capacidades para participar en esta nueva economía.
         La división del trabajo internacional es aún más desigual
         Una cuestión determinante en el proceso de acumulación de capital y directamente ligada a esta nueva distribución son las cadenas globales de producción, donde existe una clara división entre países que concentran tecnología de punta, desarrollo de productos con alto valor agregado y concentración de "propiedad intelectual" y otros países relegados a una producción con bajo valor agregado, baja capacidad de innovación tecnológica, que se resignan apenas a reproducir o ensamblar productos y equipos.
         Este modelo se caracteriza por una producción fragmentada en varios países, llevada a cabo por una empresa matriz, generalmente transnacional, con sede en el Norte Global, que se encuentra lejos de donde se producen y/o comercializan los productos. La publicación Cadenas Globales de Producción y Acción Sindical, de la Confederación de Trabajadores de las Américas (CSA) muestra que el 20,6% del trabajo global forma parte de las largas cadenas productivas [3], donde la mayor parte de la fuerza laboral no es reconocida por las empresas matrices, ignorando los derechos de millones de trabajadores en todo el mundo.
         Dentro de este mapa de la división de la producción internacional, ¿cuáles son los empleos y sus características para los países latinoamericanos?. El 95% de la fuerza laboral de 25 multinacionales que operan en América Latina (El Salvador, Panamá, Costa Rica, Brasil, Argentina) está compuesto por trabajadores ocultos. Hay 17 trabajadores ocultos en estas cadenas por cada trabajo directo. [4]
         De hecho, nuestra región en particular continúa profundizando su especialización como proveedora de materias primas de origen mineral o agrícola, ubicadas en las primeras fases de las cadenas, mientras que pierde peso en las etapas de mayor elaboración, ubicadas en las fases superiores.
         Al estructurar grandes cadenas de producción, las empresas transnacionales pueden trasladar las cargas sociales, ambientales y laborales y las amenazas para la institución a los últimos eslabones de la cadena, a empresas locales ubicadas en los países del Sur, mientras que los principales beneficios se concentran en las manos de las empresas matrices, generalmente en el Norte, pero también en países como Brasil y México que son sedes de estas empresas matrices.
         La precarización de los derechos como tendencia
         Un estudio [5] de la OIT muestra que entre 2008 y 2014, 110 países se sometieron a reformas legales para debilitar la legislación laboral, aumentando las horas de trabajo, fomentando los contratos temporales, el despido colectivo e interfiriendo en la negociación colectiva y las formas de contratación.
         Las reformas en curso en Brasil desde 2016 están fuera del período de investigación de la OIT, pero forman parte del mismo patrón de recorte de los derechos adquiridos históricamente, favoreciendo así a una mayor inseguridad laboral, la tercerización y los ataques a las organizaciones sindicales.
         Los cambios cada vez más rápidos de los modos de producción y el aumento del nivel de desempleo señalan un futuro poco promisorio para la clase obrera, si no se reformulan estas normas y si la legislación no se adapta a las nuevas características para garantizar la preservación de los derechos y la protección de los trabajadores.
         Brasil en este contexto
         En este marco, la realidad brasileña se agrava tras los reveses que se vienen dando desde 2016, con la destitución de la presidenta Dilma Rousseff y con los gobiernos de Temer y Bolsonaro, caracterizados por el desmantelamiento de las políticas sociales y laborales, así como por una inversión cada vez menor en tecnologías y la priorización de las economías primarias, lo que plantea una perspectiva bastante desafiante para el futuro del trabajo en el país.
         Dentro de la economía mundial, Brasil profundiza su rol como uno de los principales exportadores de productos básicos minerales y agrícolas, que tienden a caracterizarse cada vez más por un alto grado de automatización y robotización, con poca generación de empleo y un gasto cada vez mayor en energía y recursos naturales.
         Esta realidad transfiere no sólo más empleos precarios a estas regiones, sino también modelos económicos basados en la primarización y exportación de bajo valor agregado y, frecuentemente, con altos costos ambientales y sociales.
         Frente a una política de Estado que no prioriza las inversiones en investigación y tecnología y la diversificación de la economía, los trabajadores son vulnerables ante una dinámica de mercado cada vez más cruel y agresiva. En tiempos de disputa mundial por el control de las ganancias obtenidas de la alta especialización de la economía, el proyecto del gobierno que hoy ejerce el poder en Brasil, vinculado al ultraliberalismo internacional, renuncia subordinadamente a las posibilidades de obtener beneficios de las nuevas tecnologías para el desarrollo del país.
         El papel del Estado y la democracia
         Los Estados fuertes y democráticos son fundamentales ante una dinámica económica cada vez más rápida que exacerba las desigualdades. Por otra parte, es necesario incorporar al actual proceso de transformación las políticas sociales y económicas que garanticen derechos más justos y posibilidades de competitividad, como formas de compensación ante los rápidos cambios en el mundo del trabajo. El tema de las tecnologías y su papel en la economía no es una cuestión de determinismo tecnológico, sino de su control y aplicación en beneficio de la mayoría de la población. El Sur Global en general tiene poca participación en este debate, acaparado por las economías desarrolladas y especialmente por las grandes empresas transnacionales.
         Al no tener el protagonismo en esta disputa, nuestras economías y países refuerzan el papel que se les otorga en la distribución internacional del capital como fuentes de materias primas, proveedoras de energía y mano de obra barata.
         Dada la tendencia al desmantelamiento acelerado de las capacidades regulatorias y de control por parte de las instituciones estatales en Brasil, la población trabajadora se encuentra sin mecanismos de protección y defensa. El sector privado brasileño, el mayor beneficiario del golpe judicial, legislativo y mediático, ha recibido diversos tipos de beneficios desde 2016 (impuestos, condonación de deudas con el Estado, facilitación e incentivos en la privatización de empresas públicas, entre otros), además de ser el principal promotor de las contrarreformas laborales implementadas por los gobiernos de Temer y Bolsonaro.
         En este contexto, también existe una creciente tendencia a desconocer los mecanismos de intermediación social construidos desde la redemocratización, así como la criminalización de las diversas formas de organización social en el campo y en la ciudad.
         Transición justa como estrategia sindical frente a los cambios en el mundo del trabajo
Frente a un contexto de ataques, pero entendiendo la urgencia de actuar para hacerles frente, en la actualidad, la bandera sindical de una transición justa puede entenderse como una forma posible y necesaria de responder a un panorama inicialmente devastador para el empleo.
         En una perspectiva de cambio del sistema de producción y de las formas de empleo, un debate que presenta ciertas similitudes con relación a los impactos sobre la clase obrera es el del cambio climático y las transformaciones hacia una economía baja en carbono.
         Tanto la industria 4.0 como la economía baja en carbono traen consigo cambios fundamentales que implican un alto uso de tecnologías con la sustitución de modelos que afectan a un gran número de trabajadores, lo que plantea retos en cuanto a las respuestas necesarias y urgentes para los trabajadores implicados.
         Para una transición justa, abogamos por una política que involucre a los Estados, empresas, trabajadores y comunidades afectadas, donde se garantice que la clase obrera no cargue con la responsabilidad de las transformaciones necesarias o implementadas para una nueva economía, ni de las deudas sociales de las empresas, que no están dispuestas a hacer una transición socialmente justa.
         Esta política debe implicar la capacitación de los trabajadores para las nuevas tecnologías y la recalificación e inserción de los trabajadores de los sectores que serán transformados o dejarán de existir, asegurando la participación de los sindicatos y las comunidades en la formulación de las políticas desarrolladas, incluyendo perspectivas como de género, raza y generacional.  Implica también conseguir la generación de nuevos y mejores empleos sobre la base del trabajo decente y el respeto a la organización sindical.
         Si no se observan esta realidad y esta necesidad, veremos que las nuevas tecnologías ensancharán aún más la brecha entre la precariedad y la miseria sistémica de la clase obrera y las condiciones mínimas para el desarrollo sostenible y la dignidad humana.  Si conseguimos tener un control social en la implantación de estas nuevas tecnologías, seremos capaces de crear un trabajo de calidad, con una reducción de la jornada laboral y una mejora de los parámetros de seguridad y salud en el trabajo.
         *Daniel Gaio es sociólogo, master en Políticas Públicas de Educación por la Universidad de Brasilia.  Funcionario de la Caixa Econômica Federal, dirigente de la Confederación de Trabajadores Financieros (Contraf-CUT) y Secretario Nacional de Medio Ambiente de la Central Única de los Trabajadores (CUT).
 
[1] OIT, 2019.  Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2019. Disponible en: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---publ/documents/publication/wcms_713013.pdf
[3] Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas, 2018.  Cadenas globales de producción y acción sindical. Cartilla didáctica. Disponible en:
[4] Confederación Sindical Internacional, 2017. Escándalo Exportando codicia a través del Canal de Panamá.  Disponible en: https://www.ituc-csi.org/IMG/pdf/frontlines_scandal_2017_es.pdf.
[5] ILO, 2015.  Labour market reforms since the crisis: drivers and consequences / Dragos Adascalitei, Clemente Pignatti Morano; International Labour Office, Research Department. Geneva: (Research Department working paper; No. 5. Disponible en: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---inst/documents/publication/wcms_414588.pdf
 
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COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
27 de septiembre de 2019

jueves, 26 de septiembre de 2019

CRISIS TERMINAL DE LA REPÚBLICA

                                                                            -0-
Perú al Pie del Orbe
UNO
 
CRISIS TERMINAL DE LA REPÚBLICA
 
De José Félix
Archivos adjuntos
24 sept. 21:48
para bcc:
 
         ADJUNTO UN DOCUMENTO PUESTO A CIRCULACIÓN POR EL GRUPO NUEVA CONSTITUCIÓN QUE LIDERA EL DR. DAVID TEJADA PARDO.
         A CONTINUACIÓN UNA SÍNTESIS DE VIDA DEL DR. DAVID TEJADA:
         "En los campos de la gerencia social ha ocupado cargos del más alto nivel político, técnico-profesional y administrativo del Perú, como Viceministro de Salud, Sub-Jefe del Seguro Integral de Salud (SIS, al momento de su creación), Director Nacional Coordinación y Planeamiento Estratégico de CEPLAN, Presidente del Directorio de SALUDPOL. En el extranjero ha sido responsable de los programas de salud de UNICEF – México, Asesor Senior de Políticas Sociales de UNICEF – Bolivia, Director Nacional de Registros Administrativos del Instituto Nacional de Estadísticas de Bolivia, además de asesor de tres Ministros de Salud en Bolivia, para temas de reforma y aseguramiento en salud.
         Con 66 años de edad, tiene más de 40 años de trabajo en áreas vinculadas a la docencia, investigación, diseño, gestión y evaluación de políticas sociales, políticas de salud y análisis económico de la protección y seguridad social, en contextos descentralizados, de los cuales más de 10 años han sido fuera del país, especialmente en México y Bolivia como consultor de Naciones Unidas, en particular UNICEF. Ha combinado la docencia y la investigación, como profesor de pre-grado y post-grado de las más prestigiosas universidades de Perú y Bolivia, con la acción en el ámbito de las políticas sociales, la participación cívica y el compromiso ciudadano".
 
Zona de los archivos adjuntos
 
 
FRENTE A LA CRISIS TERMINAL DE LA
 
REPÚBLICA BICENTENARIA
 
¡URGE UNA CONSTITUCIÓN
 
CON EL PUEBLO Y PARA EL PUEBLO!
 
 
         El pacto social de minorías, de grandes propietarios de la aristocracia urbana y el gamonalismo rural, que dio origen a la República en 1821, a espaldas de la participación y contra los intereses de la inmensa mayoría de los pueblos y naciones del Perú, ha llegado a su crisis terminal y necesita ser renovado con urgencia. La promesa de la vida peruana, anunciada desde la fundación de la República, no se ha cumplido a cabalidad. De no mediar un cambio radical de rumbo, a partir del poder democrático que reside en la soberanía popular, vamos camino a profundizar nuestra condición colonial, subordinada e insignificante en el concierto de las naciones.
         La moribunda República de 1821 no ha logrado construir una nación soberana ni una democracia integral de mayorías al servicio de los pueblos y naciones del Perú. Por el contrario: carecemos de un Estado que incluya a todos nuestros pueblos y naciones, con una ciudadanía igualitaria en el goce de sus derechos individuales y colectivos, con instituciones sólidas y legítimas que garanticen el bienestar de toda la población, sin exclusiones, marginaciones ni discriminaciones. Nuestra economía sigue siendo primario exportadora; anclada a un extractivismo que depreda y despilfarra sin fin; con ausencia de capacidad industrial y tecnológica propia; y; que se encuentra mayoritariamente en manos de un puñado de grupos monopólicos nacionales, que actúan como aliados menores de grandes corporaciones extranjeras y subordinados todos al capital financiero global.
         A las fracturas históricas heredadas de tres siglos de dominación colonial europea, se añaden las exclusiones y desigualdades lacerantes de casi dos siglos de República. Estas fracturas coloniales y problemas republicanos no resueltos se han hecho más complejos y profundos, desde los últimos treinta años en que se entronizó el modelo neoliberal de desarrollo generando una sociedad mercantilizada. El continuismo neoliberal corrupto y depredador ha aumentado las inequidades seculares, precarizado el trabajo, despilfarrado nuestros recursos naturales, privatizado el Estado, desnacionalizado la economía y deslegitimado todos los poderes republicanos.
         La crisis que vivimos en la actualidad es existencial y no solo política, cívica y moral. La corrupción generalizada y los pactos de impunidad son apenas la manifestación más evidente del fracaso de las clases propietarias por dotar al país de un Proyecto Nacional que nos proporcione el horizonte común de un futuro compartido. La tarea de construir un auténtico Estado Nacional Independiente, que incluya a “todas las sangres”, solidario y en causa común con los pueblos de Nuestra América, continúa más vigente que nunca.
         Se nos presenta, en la coyuntura actual, la falsa disyuntiva de escoger entre un Ejecutivo que no gobierna y un Poder Legislativo en quien nadie cree. No se trata de adelanto de elecciones o de vacancia presidencial. Ninguno de los dos caminos es la salida a la crisis existencial nacional. Ambos se sustentan en el continuismo neoliberal corrupto y despilfarrador, la defensa de los intereses de las grandes corporaciones, el entreguismo de nuestros recursos naturales y en una política exterior subordinada a los intereses geopolíticos de los poderes imperiales.
         Recogemos la creciente exigencia popular expresada en la consigna: ¡Que se vayan todos! Pero no se trata de personas ni de los actores protagonistas de la crisis actual. Se trata de que se vayan todas las instituciones de esta moribunda República Bicentenaria, para reemplazarlas por un nuevo Proyecto Nacional que recoja nuestras raíces históricas milenarias, cuyo sujeto político dirigente sean los pueblos y naciones del Perú, constituidos en bloque social de alcance nacional, como legítimos depositarios de la soberanía popular expropiada por los poderes fácticos y, además, portadores de la soberanía nacional vulnerada.
         Para construir con autenticidad el Proyecto Nacional del nuevo Perú al que aspiramos, debemos rescatar la tremenda reserva cultural, moral e intelectual, contenida en lo mejor de las tradiciones milenarias de la matriz andino amazónica forjadora de nuestra plural identidad nacional. La nueva convergencia social multitudinario a la que aspiramos debe ser el resultado de un proceso social que desmonte los cimientos de esta Primera República y que, al mismo tiempo, construya en democracia el masivo proceso constituyente de una Segunda República, ya no minoritaria y colonial, sino soberana y de Todas las Sangres.
         Para ello nos comprometemos a contribuir de manera decidida y perseverante, como Grupo Nueva Constitución, a la construcción social y democrática del Poder Constituyente de los pueblos y naciones del Perú. La Nueva Constitución debe discutirse y organizarse cada día y desde ahora mismo, por lo que no puede esperar a la eventual convocatoria o no de una Asamblea Constituyente.
 
CONSTRUIR EL PODER CONSTITUYENTE
 
DE LOS PUEBLOS Y NACIONES DEL PERÚ MILENARIO
 
GRUPO NUEVA CONSTITUCIÓN
 
de: José Félix <josfeldam@gmail.com>
fecha: 24 sept. 2019 21:48
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DOS
 
         Ahora es ya evidente e innegable que vivimos la fase terminal del sistema dominante a nivel mundial, a nivel regional, a nivel nacional. La actual reunión anual de la ONU lo muestra y demuestra. La actual situación de la OEA lo muestra y demuestra. La actual situación de nuestra Mamapacha Perú lo muestra y demuestra. La dupla Crisis Terminal – Nueva Constitución bien puede ser la consigna central que aglutine a todo el Pueblo Trabajador, como señala el Grupo Nueva Constitución.
         En Abril 2013, el Blog Centenario del Socialismo Peruano, que dirige Hugo Turpo Meza,  preparó y difundió el folleto CRISIS TERMINAL, Ediciones Perú Integral, Lima - Perú. En 59 páginas A-4 y 19 subtítulos, el folleto reúne los artículos que regularmente habían sido presentados por el Colectivo Perú Integral, que dirige Rebeca Montes Sánchez. El folleto puede leerse bajándolo de la parte derecha del B-CSP.
         Es responsabilidad de los lectores del C-PI acusar recibo, redifundir el material recibido,  presentar sus observaciones, hacer llegar sus propuestas. En otras palabras:
 
COEXISTIR – CONVIVIR – COLABORAR – CONCERTAR.
 
         Para el Cambio Social, nadie sobra y todos faltan
 
 
 
 
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
26 de septiembre de 2019

SIN EL GRAN ROBO A MÉXICO, EEUU NO SERÍA LO QUE ES

                                                                 -0-
Nuestra América Nativa. México
 
SIN EL GRAN ROBO A MÉXICO,
 
EEUU NO SERÍA LO QUE ES
 
 
Luis Manuel Arce
Opinión
 
         México revive el Grito de Independencia contra la Nueva España, conocido como Grito de Dolores porque fue lanzado en 1810 por el cura Miguel Hidalgo en la parroquia de esa localidad de Guanajuato.
         El Grito de Dolores es el centro de las fiestas patrias, en plural, porque en septiembre coinciden el inicio y el final de la guerra de independencia que cierra el 27 de ese mes con el desfile del Ejército Trigarante en la ciudad de México una vez derrotadas las fuerzas de ocupación colonialistas.
         Por tanto el 27, pero del año 1821, es considerado como el Día de la Consumación de la Independencia de México, después de 11 años de una cruenta y heroica gesta libertaria que costó la vida a miles de mexicanos y mexicanas.
         Pero el mes de las fiestas patrias coincide con un hecho histórico de la mayor relevancia para México: la caída en combate frente a los invasores de Estados Unidos, de los seis niños héroes de Chapultepec.
         Ellos protagonizaron la última y más dramática batalla contra la guerra expansionista del naciente imperialismo estadounidense que comenzó en 1846 y concluyó en 1948 con el botín de guerra perseguido: todo el gran norte mexicano, poco más de dos millones de kilómetros cuadrados de una notable riqueza en recursos naturales.
         El 13 de septiembre, luego de una enconada defensa del último reducto mexicano, el castillo de Chapultepec, ya sin municiones y escasa comida y vituallas, fueron cayendo en combate, sin rendirse ni dejar de pelear, aquellos cadetes adolescentes que prefirieron morir antes que entregarse vivos al enemigo invasor.
         México les rinde homenaje eterno y permanente desde el Mausoleo erigido en su honor en el bosque de Chapultepec, muy cerca de donde está su tumba y en el mismo escenario donde presentaron tenaz resistencia al usurpador.
         Es hermoso, además, que ese hecho heroico coincida con las fiestas patrias y que el pueblo mexicano lo conmemore con tan fervoroso patriotismo, más allá de las causas políticas históricas que generaron la revolución de independencia de 1810 y provocaron la primera transformación profunda de la vida y la conciencia nacionales.
         En la ceremonia de homenaje a los Niños Héroes como se les conoce, López Obrador dijo que se trata del día más triste de México porque la bandera de Estados Unidos llegó a instalarse en el propio Palacio Presidencial desde el que hoy lanzará sus veinte gritos en recordación al de Hidalgo hace 209 años.
         Todo el mundo sabe, y así lo recogen los historiadores más serios, de que no hubo motivos justificados para la invasión y que se trató de una guerra de rapiña premeditada y con objetivos concretos expansionistas, y que Estados Unidos logró su propósito aprovechando la debilidad de México para defender sus fronteras lejanas.
         Tampoco, lamentablemente, había un clima favorable para otro Grito de Dolores, esta vez contra el vecino del norte, sumado a la desventaja de que en esa ocasión el enemigo ni estaba a miles de millas de distancia y estaba en mejores condiciones militares y operativas para obtener la victoria.
         Lo que hoy son California, Nevada, Utah, Nuevo México y Texas quedaron en manos de los invasores, así como partes de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma tras la firma del ominoso Tratado Guadalupe-Hidalgo del 2 de febrero de 1848 que puso fin a la guerra, y es asumido por los mexicanos como uno de los capítulos más negros de su historia.
         Algunos analistas gastan tinta especulando cómo sería México si no hubiese perdido más de la mitad de sus entonces 4 millones 25 mil 283 kilómetros cuadrados que tenía y lo dejaran con los actuales un millón 964 mil 375. Es cierto que el país perdió un emporio de riqueza que deslumbra al mundo.
         California es el estado dorado de Estados Unidos y símbolo por excelencia del optimismo económico y el más innovador y próspero, del país. Texas es un epicentro mundial de la industria energética con un Producto Interno Bruto de 1,6 billones de dólares, mayor que el de todo México, y si se suman las riquezas del resto, México estaría teóricamente entre los tres países más ricos del mundo.
         Pero, además de ser especulativo, lo que sería México de mantener esos territorios no es el punto del análisis. Lo importante es lo que comentan muchos mexicanos: sin el robo de ese vasto territorio Estados Unidos no sería lo que hoy es.
         Esa conclusión conduce a otra: si en 1848 no se hubiese firmado el Tratado Guadalupe-Hidalgo, Estados Unidos hubiera vuelto a invadir, y lo hubiera hecho una y otra vez siempre que le fuera posible porque el imperialismo es insaciable.
         Ambas conclusiones llevan a otra más: con un vecino así, México siempre va a necesitar un Grito de Dolores, o veinte gritos como ha anunciado López Obrador.
         Del mismo autor
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COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
 
26 de septiembre de 2019