-0-
Centenarios van, centenarios vienen
Centenarios van, centenarios vienen
CENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL
MAESTRO CÉSAR ADRIÁN MENESES SOTO
¡¡¡EN EL PRIMER CENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL MAESTRO
CÉSAR ADRIÁN MENESES SOTO, MI PADRE!!! (1919-08 SETIEMBRE-2019)
Por Omar MENESES VALCARCEL
♫ “Mi Padre un día me habló / para que jamás mintiese,
pero él también se olvidó / de decirme las verdades.
Las realidades de un mundo, / que un día iría a saber,
los traumas que la gente siente / después de crecer…
¡Hablo de ángeles / que yo conocí,
del delirio y la fiebre / que existía,
de mi pequeño cuerpo / que sufría
sin poder yo entender!
¡Y en aquella infancia / ahora tan distante
y aquellos ángeles / que con el tiempo ya perdí.
Mi padre sentía / lo que yo siento ahora
después que yo crecí! ♫
(ROBERTO CARLOS/♫Traumas♫)
LA VIDA QUE ME DISTE… ES LA PROLONGACIÓN DE TU VIDA
INTRODUCCIÓN
Muchas veces me pregunté por qué el Maestro César Adrián MENESES
SOTO, mi padre, no preparó a sus descendientes en el arte de la música
que fue la razón de su existencia. Y sólo después de aproximadamente
medio siglo en que entablé con él esas interminables
conversaciones durante su estancia conmigo (la Real Academia Española
señala diez significados de la palabra Estancia, y para el propósito de
este artículo, utilizo el significado: “3. f. Permanencia durante cierto
tiempo en un lugar determinado”), es que
puedo elaborar este homenaje a su vida y a su propósito en esta vida.
Y es que César Adrián tuvo una vida vertiginosa y agitada como él
mismo la describía. Y cada episodio en su trayectoria era un reto a la
imaginación y a los objetivos que se propuso desde temprana edad. Son
varios hitos que marcaron su personalidad y
su vida, los más importantes a mi entender fueron sus inicios en la
vida musical, su paso por el Seminario Conciliar San Cristóbal de
Huamanga, el abrupto destierro arribando a la capital del Perú, la
muerte de su hermano Grimaldo de Broncopulmonía, la culminación
de secundaria en Lima, su ingreso al Conservatorio Nacional de Música y
luego a la Orquesta Sinfónica Nacional como segundo violín, conocer a
Dora Elena, mi madre y establecer una familia, su condición de profesor
de música en diversos colegios, su viaje al
extranjero, el cumplimiento de su ciclo productivo y su paso a los
cuarteles de invierno; y, como ocurre inevitablemente, esperar con la
calma que los caracterizó que ocurra lo que nos ocurrirá a todos
indefectiblemente.
En el primer centenario del nacimiento del Maestro César Adrián
MENESES SOTO, mi padre, este es mi homenaje al creador de mi existencia.
ANTECEDENTES
Huanta “La Esmeralda de los Andes”, es una provincia de Ayacucho.
Su historia es muy larga porque su pueblo siempre hizo historia. Los
estudios descubrieron la presencia del hombre de Pikimachay quien
habitara la zona hace más de 20,000 años. También
se menciona a los Huarpas, los Waris y los Chancas que se enfrentaron a
los Incas y su expansión al Chinchaysuyo. Luego viene la ocupación
española y el discurrir por innumerables episodios de revolución y
contrarrevolución tanto en la época colonial como
en la época republicana. Esta trascendencia en el imaginario de sus
pobladores es una característica innegable. César Adrián nació en
Huanta, sus ancestros también lo fueron y conoció por boca de ellos esta
frondosa historia y nunca jamás dejó de ser huantino
de corazón, como siempre señalaba.
Sus abuelos fueron Mariano MENESES GARAUNDO y Asunciona MEDINA
KJAHUANA, agricultor el primero y ama de casa la segunda, que tenían un
fundo en el pago de Kjamis donde cultivaban Maíz y otros productos.
Ambos eran bilingües, pues además de ser quechuahablantes
también conocían perfectamente el Castellano. Los hijos de Mariano y
Asunciona fueron: a) Francisco MENESES MEDINA; b) Samuel MENESES MEDINA;
c) Oswaldo MENESES MEDINA; d) Uldarico MENESES MEDINA; y, e) Anatolia
MENESES MEDINA
Don Miguel MENESES GARAUNDO era hermano menor de Mariano. Los
hijos de Miguel fueron: a) Teodoro MENESES MORALES; b) Albina MENESES
MORALES; c) María Jesús MENESES MORALES; y, d) Alberto MENESES MORALES.
Francisco, Samuel, Oswaldo y Uldarico MENESES MEDINA, formaron el
grupo musical “Los Hermanos MENESES” de gran prestigio en Ayacucho y en
todo el sur peruano.
Francisco MENESES MEDINA tuvo los siguientes hijos: a) Porfirio
MENESES LAZÓN; b) Oswaldo MENESES BEJARANO; c) Uldarico MENESES
BEJARANO; d) Alcira MENESES BEJARANO; y, e) Anita MENESES BEJARANO
Sus padres fueron Samuel MENESES MEDINA e Ildaura SOTO MEDRANO y
tuvieron los siguientes hijos: 1) César Adrián MENESES SOTO; 2) Grimaldo
MENESES SOTO; 3) Teodomira MENESES SOTO; 4) Marina MENESES SOTO; y, 5)
Iraida MENESES SOTO
NACIMIENTO DE CÉSAR ADRIÁN MENESES SOTO
Durante mucho tiempo todos nosotros creímos en los datos
registrados en su Libreta Electoral como fecha de nacimiento el 08 de
setiembre de 1921. Pero su deceso el 22 de mayo de 2011 obligó a
gestionar su acta de nacimiento en Huanta, y la sorpresa fue
que, según información oficial de la Municipalidad de Huanta, estaba
registrada la Partida N° 10 con fecha 08 de setiembre de 1919 y nacido a
las 12 meridiano, en la calle Grau. Habíamos desentrañado un misterio.
César Adrián tenía mucha de las virtudes de su padre Samuel
Meneses el famoso Escribano de Huanta que un día tuvo que viajar fuera
del terruño hacia San Juan de la Frontera para seguir escribiendo y
redactando todo tipo de esquelas y actas y cartas y
pergaminos y cuantos textos debían ser escritos en los tiempos en que
la educación era un estatus diferente y estudiar en algún colegio era un
privilegio. Don Samuel Meneses, su padre, además también era el
director del Grupo Musical los Hermanos Meneses que
durante décadas estudió, desarrolló y difundió el género musical
característico de Ayacucho (Huaynos, Solitarios, Marineras, etc.),
música original, auténtica y folklórica que deleitaba, agradaba y
alegraba la vida de los oyentes y escuchas de Huamanga y otras
ciudades. Por eso es que mi padre tenía una caligrafía preciosista
heredada de Don Samuel, así como la destreza inigualable de tocar todos
los instrumentos de cuerdas, de viento, de percusión, y cuanto
instrumento musical llegaba a sus manos orfebres.
SU FORMACIÓN EDUCATIVA
César Adrián MENESES SOTO estudió primaria en la Escuela Fiscal
399 de Huanta que dirigía Luis E. Cavero. La muerte de Monseñor Isaac
SOTO (Hermano de Ildaura SOTO MEDRANO) provocó que él (César Adrián) sea
elegido para continuar la tradición familiar
de contar con un miembro de la familia en las esferas religiosas. Por
eso los años 1933-1934 estudió 1° y 2° de Secundaria en el Seminario
Conciliar San Cristóbal de Huamanga. Luego le pediría a su padre Samuel
MENESES MEDINA que acepte su decisión de no continuar
en el Seminario.
En 1935 empezó nuevamente a estudiar secundaria, pues por haber
abandonado los estudios en el Seminario no le fueron reconocidos esos
años de internamiento. Fue en el Colegio Gonzales Vigil de Huanta donde
estudió secundaria, hasta 1937, es decir hasta
el 3° de secundaria. Un incidente juvenil le obligaría a abandonar su
tierra. Adela Gavilán, joven de 15 años resultó embarazada y el padre de
ella, que era un renombrado sastre del lugar, lo buscaba para cobrar
venganza por la afrenta a su hija.
EL DURO DESTIERRO
Innumerables virtudes había heredado genéticamente César Adrián
que le abrirían puertas y ventanas y otros cerrojos y candados y
delinearían su vida en un perfecto trazo que seguiría su rumbo
zigzagueante y espiralado como sólo puede ser una línea recta
en el contexto del Tiempo y del Espacio infinitesimal como hoy día
podemos comprobarlo por los avances de la Ciencia y de los grandes
descubrimientos del Universo y de la Nanotecnología. Por eso pudo
conquistar Lima Metropolitana expulsado de su tierra natal
por las vicisitudes que tuvo que sortear de lo contrario le habría ido
mal en Huanta; y con esa misma habilidad supo esquivar los golpes que
seguramente sin querer queriendo se hizo acreedor de ellos. Había
llegado a la Capital cuando el Gral. EP Oscar R.
Benavides finalizaba su gobierno y se preparaban las elecciones para
elegir Presidente Constitucional del Perú ese año 1939. El contexto
político se desenvolvía en medio de una conspiración tramada por el
capitalismo internacional y todavía estaban proscritos
los partidos aprista y comunista porque, en esos años, representaban el
peligro de revoluciones bolcheviques. Eran los años que el racismo
limeño veía con encono y desdén a los migrantes, principalmente andinos,
de todas las regiones del país que llegaban
expulsados por la voracidad de los gamonales que se apropiaban de sus
tierras comunales o por la hambruna que rondaba en el campo abandonado y
marginado de todo apoyo del Estado Peruano o por el atraso y abandono
de escuelas y hospitales en las ciudades pequeñas
y medianas. Eran los años en que la polvorosa carretera central, que le
hacía competencia al Ferrocarril Central considerado el más alto del
mundo, llegaba al lugar determinado por su destino invencible donde,
tras largo recorrido por quebradas y montañas
y por valles y nevados, paraban todos los vehículos que trasladaban
productos del campo, animales para el sacrificio y de millares de
personas que las locas ilusiones los sacaban de sus pueblos abandonando
sus casas para ver la capital. Todos los camiones
de carga o vehículos de transporte llegaban por esa vía, así poco a
poco, paso a paso, uno a uno fue adquiriendo el nombre de lo que
conocemos como LA PARADA, aunque ahora ya no tiene ni el esplendor de
antes y ni el caótico crecimiento que experimentó por
su desproporcional extensión en terrenos propiedad de la esposa del ex
Presidente José Rufino Echenique (1851-1855) los cuales eran fértiles
tierras que rodeaban Lima Cuadrada, pero que pasó a convertirse en el
Distrito de La Victoria nombre adoptado en honor
a su generosa contribución al desarrollo urbano recién el 02 de febrero
de 1920 mediante Resolución Suprema. Ya en Lima con su hermano menor
Grimaldo habían alquilado una habitación en la Av. Primavera en
Surquillo. Su primer oficio lo obtuvo en la fábrica
NICOLINI que estaba ubicada en la Plaza Unión. César Adrián se había
trazado la meta de comprar un Violín. Ya había ubicado el lugar dónde
adquirirlo: sería en Jr. Paruro y el precio del Violín que él buscaba
oscilaba entre S/. 62.00 y 70.00 soles, además
debía ser un instrumento europeo. César Adrián tocaba en grupos
folklóricos, y también tocaba Misas en las iglesias que requerían sus
servicios. De esta forma se procuraba dinero extra siendo instrumentista
acompañante en el famoso Coliseo Nacional ubicado
en Jr. Bausate y Meza, esa inmensa carpa de circo donde se presentaban
artistas de todas las regiones andinas y que seguía la tradición del
fenecido Festival de Amancaes de la extinta pampa del distrito del
Rímac.
Él quería continuar la tradición familiar que llevaba en la
sangre, pues su padre Samuel MENESES MEDINA le enseñó a tocar todos los
instrumentos que después le procurarían el sustento necesario para
vivir. Había una dificultad: no podía continuar sus
estudios superiores de música si es que no culminaba su secundaria. Era
consciente que la Sección Superior del Conservatorio Nacional de Música
exigía la presentación de los certificados correspondientes que
demostrasen cumplir este requisito. Entonces en
el Colegio Cristóbal Colón hizo el 4° de Secundaria y en el Colegio
Zarumilla, ubicado en la cuadra 33 de la Av. Brasil, culminó el 5° de
Secundaria. Así, ya estaba preparado para continuar su lucha en pos de
su máximo objetivo de vida: Estudiar en el Conservatorio
Nacional de Música.
EL CONTEXTO POLITICO Y SOCIAL, EL CONSERVATORIO NACIONAL DE MÚSICA Y EL AMOR DE SU VIDA
En 1946, luego del triunfo del Ejército Soviético contra el
Nazismo Alemán, de las Bombas Atómicas en Hiroshima y Nagasaki, de la
constitución de las Organización de las Naciones Unidas (ONU), de la
expansión del campo socialista en Europa del este,
de la creación del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional
(BM-FMI), del triunfo del Frente Democrático Nacional que encumbró a
José Luis Bustamante y Rivero en la presidencia de la República del
Perú, entre otros acontecimientos nacionales e internacionales,
es que César Adrián ingresó al Conservatorio Nacional de Música a
estudiar y perfeccionar su dominio musical del Violín. Todos estos
acontecimientos le suscitaban profundas meditaciones pues su formidable
formación humanista heredada le obligaba a ver el desenvolvimiento
de estos acontecimientos como el camino por el que transitaba la
humanidad hacia el progreso y el desarrollo, pero, a la vez, le obligaba
a fijarse tiempos y metas para lograr ser el músico profesional y
académico en que había prometido convertirse para que
sus padres tuvieran ese resarcimiento por los penosos años en que tuvo
que enfrentar dificultades, inclemencias y carencias. Inclusive ya como
estudiante del Conservatorio, la estrechez económica lo perseguía y le
apretaba el estómago a él y a su hermano menor
que había desmejorado su salud por las inclemencias sociales, políticas
y laborales.
Siempre recordaba que su hermana Teodomira MENESES SOTO murió en
1930. Y, como un destino siniestro y cruel Grimaldo MENESES SOTO murió a
los 22 años de Broncopulmonía el año 1948, cuando residían con César
Adrián en el distrito de Surquillo, ocasionándole
un enorme dolor por la irreparable pérdida de su irremplazable
compañía. Así, se aferró mucho más al estudio y preparación. Ese mismo
año conoció a Dora Elena, mi madre, mientras ambos eran estudiantes. Y
las circunstancias ocurridas los uniría para siempre.
El episodio que Dora Elena recordaría durante toda su vida
refleja las circunstancias específicas de haber conocido a César Adrián
en el Conservatorio. Ocurrió que César Adrián alumno avanzado necesitaba
dar un examen sobre interpretación de una pieza
musical, a la sazón “El Concierto para Violín y Piano de Antonio
Vivaldi”. Para ello era necesario contar con la participación de un
acompañante en el piano, mientras él interpretaba el Violín. Se acercó
al salón de los alumnos intermedios e iniciales, tocó
la puerta, habló con la profesora solicitándole que ella designe a la
alumna más destacada de esa aula y que le pudiera acompañar en dicha
interpretación. Inmediatamente la profesora señaló a Dora Elena como la
más indicada y que cumplía los requisitos señalados.
Ambos fueron presentados en el instante y luego de coordinaciones
previas llegaron al acuerdo de reunirse en el salón de música para los
ensayos respectivos. Luego del primer ensayo César Adrián le proporcionó
la partitura musical a Dora Elena para que ella
siga practicando los acordes musicales.
Al día siguiente cada uno de los dos estudiantes asistía a sus
actividades cotidianas, entonces en el salón de Dora Elena una de sus
compañeras de clases habló lo siguiente: “El señor Meneses ha dicho que
la alumna designada por la profesora no lo acompañó
musicalmente bien”. Esto originó la inmediata respuesta de Dora Elena
que se acercó al salón de César Adrián, sin mediar ninguna explicación
le dijo crudamente: “Así que usted ha dicho que yo no lo he acompañado
bien” y en señal de haber culminado su breve
relación arrojó al suelo la partitura musical proporcionada y se retiró
sin aceptar ninguna justificación o palabra. César Adrián recogió los
papeles dispersos por el suelo, repetía incesantemente: “Señorita…
señorita, yo no he dicho nada” y se quedó con la
palabra en la boca.
Luego de unos días del incidente, César Adrián se acercó al salón
de Dora Elena para tratar de hacerse escuchar en su versión sobre los
hechos. Así nació una relación impulsiva, temperamental, absolutizadora,
de dos personas que estaban unidas por sus
habilidades artísticas y por el amor a la música.
LA FORMACIÓN DE SU FAMILIA EN MEDIO Y A TRAVÉS DE CONTRADICCIONES
Ya habían declarado oficialmente su romance. Desde la cuadra 1 de
la Av. Emancipación en el Cercado de Lima caminaban los dos hacia el
Jr. Huaraz cuadra 9 en Breña. La dejaba y al día siguiente nuevamente se
encontraban en los ambientes musicales y volvían
a sentirse unidos por una fuerza telúrica irrefrenable. Ya involucrados
como pareja, César Adrián tuvo que cumplir compromisos musicales que lo
llevaron a viajar al sur en gira profesional (Arequipa, Cuzco y Puno).
Viajó en abril de 1951 y estuvo ausente durante
cinco meses. Escribía con febril ansiedad a su “Inolvidable Flaquita”
que la extrañaba y que no veía la hora de regresar para acariciarla y
recibir sus atenciones. El tiempo de espera alejado de Lima se le hizo
eterno, y finalmente optó por regresarse por
su cuenta en octubre de 1951, adelantándose a la culminación del
contrato. Su iniciativa se vio fortalecida por la respuesta recíproca de
Dora Elena. Así es como después de nueve meses nació Aldo Julián, para
ser el testimonio viviente de esta locura de Amor
César Adrián MENESES SOTO y Dora Elena VALCARCEL RODRIGUEZ
tuvieron seis hijos: a) Aldo Julián; b) Dora Esmeralda; c) Ciro Omar; d)
Áurea Leticia; e) Frida Ela; y, f) Larry Sigfredo. Todos nacimos en el
hogar de los abuelos maternos, asistidos por mi
abuela que había sido aprendiz en el Convento que administraban las
Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, allí donde hoy día solo
queda la gruta de la Virgen de Lourdes en el Cercado de Lima.
El año 1963, en medio de desavenencias familiares, nos mudamos al
departamento 509, del edificio ubicado en la cuadra 3 de la Av. Manco
Cápac N° 352, quedándose Aldo Julián en casa de los abuelos maternos por
mutuo acuerdo.
En diciembre de 1965 hice el primer y único viaje a Huanta con mi
padre y con Áurea Leticia, regresamos en enero de 1966 también en medio
de desavenencias con la abuela paterna. Son los años en que Julio César
VILA MENESES hijo de la hermana de mi padre,
nos visitaba durante las vacaciones. Años que frecuentábamos las
playas, los cines, los viajes, en que aprendimos algunas habilidades
personales como lavar nuestra ropa, remendar las partes descosidas de
nuestra indumentaria personal, aprender a comprar en
el Mercado Mayorista víveres para la semana
En mayo de ese mismo año, César Adrián tuvo que afrontar y
resolver una denuncia policial, para lo cual recibió apoyo del
Congresista por Huancavelica don Nilo MENESES GALINDEZ que también era
su primo. Como músico profesional, tuvo que encarar los problemas
generados por este episodio, pero las dificultades económicas nos
obligaron a dejar el departamento de la cuadra 3 y trasladarnos donde él
residía en el departamento 416 del edificio ubicado en la cuadra 1 de
la Av. Manco Cápac N° 168, también del distrito
de La Victoria. Las dificultades nos envolvieron durante esos años
hasta que César Adrián obtuvo una propuesta de viajar al extranjero.
Durante la primera etapa de la Junta Militar de Gobierno de
1968-1975 que depuso al gobernante Fernando Belaunde Terry, don César
Adrián fue cautivado por su discurso nacionalista. El Ministro del
Interior Gral. Pedro Richter Prada había sido su compañero
en Ayacucho.
EL VIAJE AL EXTRANJERO
En 1973, César Adrián MENESES SOTO viajó a EEUU con el grupo
INKA. Estuvo alojado en el barrio QUEEN’S de Nueva York. Los integrantes
del grupo fueron: a) Zoila ZEBALLOS, Soprano; b) César Adrián MENESES
SOTO, director (Violín, Guitarra, Charango); c)
Un Arpista Ecuatoriano; y, d) Román, un quenista de Churcampa
Durante seis meses estuvieron contratados en el NIGTH CLUB MACCHU
PICCHU de Nueva York. El grupo musical se desintegró y cada uno tuvo
que buscar un oficio para sustentar su manutención y acopiar dinero para
el pasaje de regreso. César Adrián MENESES
SOTO obtuvo un puesto laboral en una Fábrica de chapas de metal para
bebidas gaseosas.
Rosa ANTEZANA (Empresaria Boliviana) le ofreció que él le
escribiera la música de las obras que ella componía; pero la mala
experiencia internacional, la desarticulación del grupo y las difíciles
condiciones laborales que tuvo que recurrir para regresar
al Perú lo hicieron desistir de cualquier otro objetivo
EL RETORNO AL PERÚ Y EL REINICIO DE SU VIDA
Ya de regreso al Perú, con cierta dificultad retomó sus labores
en la Orquesta Sinfónica Nacional y sus labores de profesor de música de
los colegios Ricardo Bentín, María Parado de Bellido (en el Rímac) y el
Pedro A. Labarthe (de La Victoria), entre
los principales.
El 15 de setiembre de 1976 nació su primer nieto Zergio, y el 17
de agosto de 1978 nació Ana Karina. Luego vendrían mucho otros nietos,
todos ellos sangre de su sangre, carne de su carne.
Cuando en marzo de 1978 yo ingresé al Programa Académico de
Geografía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, al poco tiempo
me mudé del domicilio familiar desarrollando mi propio camino.
En 1988 César Adrián se presentó al concurso nacional para
componer el “Himno al Brujo de los Andes Andrés Avelino Cáceres”
organizado por el Ministerio de Defensa recientemente creado en 1987,
obteniendo el primer puesto en la contienda musical.
En 1998 presentó su solicitud de cesantía al Magisterio Nacional.
En 1999 igualmente presento su solicitud de cesantía a la Orquesta
Sinfónica Nacional.
El año 2000 decide retirarse de Lima para radicar definitivamente
en Huanta, donde había acondicionado el domicilio familiar, su única
propiedad colectiva, y se dedicó a la enseñanza de instrumentos
musicales en el “Centro Musical Samuel Meneses” que
había reservado para las actividades en su tierra natal, así su labor
de acompañar misas y todas otras actividades que requieran sus
servicios.
Todo marchaba dentro de la normalidad, estaba recopilando todas
las piezas musicales que había compuesto a lo largo de su vida
profesional, así mismo los arreglos musicales que eran innumerables,
guardaba como tesoro valioso toda la producción hecha
a través del “Conjunto Musical Huanta” y otras agrupaciones culturales
que había creado y donde había participado; asimismo sus alumnos
progresaban rápidamente y siempre habían requerimientos de sus servicios
profesionales en diversas instituciones de Huanta.
Parecía que la vida le daba otra oportunidad para demostrar que él,
César Adrián, era, nuevamente, “el más gallo de todos los gallos”.
Hasta que llegó ese diciembre del año 2003 en que nos vimos
envueltos en noticias trágicas que sobre él había difundido un alumno
suyo que integraba la Orquesta Sinfónica Nacional y que también era
natural de Huanta. Según la versión que trasmitió este
músico, que motivaron nuestra angustia y congoja, la O.S.N. estaba
preparando un homenaje póstumo. Luego del viaje de urgencia de una
comitiva familiar hacia Huanta esta noticia fue desmentida.
Sin embargo, ese mismo año 2004, poco antes de su cumpleaños
sufrió un accidente domiciliario que obligó a su traslado a Lima. Ya
cuando por las circunstancias obligadas tuvo que resignarse a estar
entre nosotros, al poco… poquísimo tiempo nos conmocionó
para siempre el accidente cerebro vascular que le sucedió a nuestra
madre, Dora Elena, ese fatídico sábado 13 de noviembre, que prolongó
nuestra agonía por cinco interminables días de padecimiento y de dolor
extremos y que ocasionaron esta irreparable e irremplazable
pérdida, aquel jueves 18 de noviembre a las 02:15 horas.
Entonces todos nosotros, para enjugar nuestras lágrimas, volvimos
la mirada a él, en el vano intento de mitigar ese inmenso dolor por
nuestra madre desaparecida de la faz de la tierra. Nos aferramos a su
recuerdo a través de él, la volvimos a ver a ella
a través de él, la hicimos vivir a ella a través de él.
Como dice Dora Esmeralda, fue un privilegio invalorable haberlo
tenido en nuestro lado durante esos años de apacible convivencia nunca
antes vividos con tanta intensidad. Cada momento que compartíamos eran
horas y horas de charlas y de recuerdos y de
memorias y de episodios que estoy poniendo a disposición de todos
ustedes para recordar lo que se tiene que recordar. Nunca antes había
gozado del privilegio de hablar horas de horas con el maestro como lo
llamaban todos aquellos que supieron valorar la superioridad
de su arte y de su sapiencia, de la presencia querida de quien
derramaba tanta y tan magnifica compañía por el sólo hecho de ser un
artista, un maestro, un cultivador de cultura universal. Y el destino
que nos aguardaba tampoco era ajeno a tanta felicidad
compartida, como después se presentaría crudo y desembozado.
Y así como un día aciago llegó con nosotros y compartió sus
vivencias en la plenitud de su lucidez, así también un día aciago se fue
a residir hasta la Curva Nueva Esperanza, al otro extremo de la ciudad,
en la lejana mirada que se interpuso entre nosotros.
Y como siempre ocurre, el tiempo y el espacio son magnitudes que ocupan
su lugar, porque siempre hay un espacio de tres dimensiones (largo,
ancho y altura), pero el tiempo no es el mismo siempre. Y, como dice el
aforismo popular, hay que darle tiempo al tiempo,
y todo es cuestión de tiempo. O, como dice la canción, “El tiempo no se
detiene, ni por amor ni por dinero”.
ENTONCES LLEGÓ LA NOTICIA FATAL
Entonces, llegó la noticia fatal que nuevamente desencajó
nuestras vidas, desgarró nuestra existencia, y nos transportó hasta ese
dolor inmenso que se siente cuando llega la hora final.
A las 00:05 horas del Domingo 22 de mayo de 2011 en el Hospital
Edgardo Rebagliati Martins (Hospital Nivel 4 del Seguro Social) falleció
Don César Adrián MENESES SOTO. Para todos nosotros fue una pérdida
irreparable y todavía no terminamos de consolarnos
y de enjugar nuestras lágrimas. Los años en que vivimos sin nuestra
madre Dora Elena (2004) lo habíamos llenado con su presencia y su figura
señera. Y el tiempo pasa y nos vamos volviendo viejos, como dice la
canción, y tarde o temprano nos envuelve en su
torbellino irremediable y así ocurrió. Al maestro Don César Adrián
MENESES SOTO le rendimos el último adiós en el Velatorio del Hospital
Rebagliati y luego el sepelio en el Cementerio Campo Fe de Puente
Piedra. Los hijos de él estuvimos presentes desde el
inicio de este final hasta la última morada y Aldo Julián viajó desde
Trujillo para estar compartiendo el dolor de la pérdida. Y luego
entonces algunos de nosotros seguimos adelante llevando los temas
personales con las habilidades y capacidades desarrolladas
y luchando permanentemente por enrumbar nuestras vidas a su destino
trazado en medio de sueños y aventuras, en medio de vicisitudes y
recaídas, en medio de problemas y soluciones encontradas sin detenernos
porque … el tiempo pasa … y nos vamos volviendo viejos
….
EPILOGO
La cultura es el conjunto de bienes materiales y espirituales
creados por el hombre en el proceso histórico social del trabajo. La
música es ese bien material y espiritual creado por el hombre. La música
se expresa a través de un instrumento musical.
Los instrumentos musicales son de viento, de cuerda y de percusión. La
‘orquesta’ fue creación de centros de producción musical, de
catalizadores y de forjadores de sonoridad en las ciudades germánicas de
Viena y Mannheim. Una Orquesta Sinfónica está compuesta
por más de ochenta músicos que interpretan las piezas musicales
escritas en el lenguaje del pentagrama. Y el pentagrama se originó a
partir de la ‘notación musical’ del canto gregoriano en la edad media.
El maestro César Adrián MENESES SOTO, está cumpliendo el PRIMER
CENTENARIO DE SU NACIMIENTO. Es un acontecimiento que me llena de
nostalgias, pero también me llena de alegrías. El propósito de su vida
fue ser músico de la Orquesta Sinfónica Nacional
y tocar el segundo violín, y ser parte del conjunto que interpreta
piezas musicales para deleite de quienes pueden oír y degustar y
deleitarse con las notas musicales producidas.
Seguiré indagando en los recuerdos que César Adrián MENESES SOTO
me transmitió, para encontrar esas respuestas a las preguntas que me
persiguen y que me perseguirán hasta que pueda encontrarlas, y estoy
seguro que lo haré. Y ese será el momento apoteósico
que oportunamente transmitiré ahogado en un mar de alegría y de
tristeza.
Como siempre dice mi camarada Héctor Félix Damián, estos son y
serán momentos en que el dolor y la alegría se igualan en intensidad.
Porque todo lo humano es nuestro como dice el de la melena aleonada Carlos Marx.
Y porque como señala el huayno que mi padre siempre interpretaba:
“Ay la vida / se me está yendo / cómo se fue mi suerte. /
Poco a poquito / pero esto no me hará llorar /
a mí jamás me acobardó la muerte. /
El olvido / lo que sí me hace temblar / es el olvido. /
Llegar el día / en que no me han de recordar /
pobre ay de mí / ni mis seres más queridos”
Omar’2019
08/setiembre/2019
07:05 horas
Nota.- Omar Meneses está dando ejemplo de cómo fortalecer
los lazos familiares, base esencial par desarrollar y fortaleces los
lazos en la actividad económica, social, cultural política. Es de
suscribir plenamente que
La cultura es el conjunto de bienes materiales y espirituales creados por el hombre en el proceso histórico social del trabajo.
Destacado Activista del Socialismo Peruano, Omar Meneses sigue
dando ejemplo de perseverancia en los altos ideales del pueblo peruano, y
en especial a las
Nuevas Oleadas de Activistas NOA.
Sinceras felicitaciones.
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
9 de septiembre de 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario