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Nuestra América Nativa
AMÉRICA LATINA:
RIQUEZA MINERA Y CONFLICTO SOCIAL
La represión de la protesta de las comunidades locales ante proyectos mineros está alcanzando
niveles preocupantes. Aquí una radiografía a la conflictividad minera en la región.
HIDROBOLETÍN FENTAP 3306
Tendencias 21. Ciencia, tecnología, sociedad y cultura
Revista electrónica de ciencia, tecnología, sociedad y cultura. ISSN 2174-6850
Con su abundancia y variedad de minerales, América Latina atrae
gran parte de la inversión y explotación a nivel mundial. De acuerdo con
datos de la CEPAL, Chile es el principal productor de cobre, Brasil el
tercero de hierro, México el mayor productor
de plata y Perú está entre los primeros de plata, cobre, oro y plomo.
En la región se encuentra además el 61% de las reservas de litio.
Brasil, Chile, México y Perú concentran el 85% de las
exportaciones de minerales y metales de la región. Ahí donde hay una
minera, casi invariablemente surge un conflicto. Según la CEPAL, América
Latina es la zona con más conflictos socioambientales
de explotación minera.
"La falta de apoyo de las comunidades locales a los proyectos
mineros es un hecho innegable y uno de los problemas más graves que
enfrentan las empresas mineras en la región”, dice a DW César Padilla,
coordinador general del Observatorio de Conflictos
Mineros de América Latina (OCMAL).
En opinión de Susanne Friess, asesora en minería y desarrollo
sostenible de Misereor, "la actividad minera tiene un alto impacto sobre
el acceso al territorio y recursos como el agua. En muchos casos las
minas están justamente en donde nace el agua,
por lo que el conflicto surge ya en el momento en que la empresa pide
la concesión”.
El rechazo se manifiesta de distintas formas, desde expresiones
en medios de comunicación, protestas, acciones legales o consultas. No
solamente contra los nuevos proyectos, sino también ante los ya
existentes. Estas manifestaciones se enfrentan con
la represión, el atropello a los derechos humanos, la criminalización y
judicialización de la protesta.
Defensores y representantes de las comunidades sufren las
consecuencias, que van desde amenazas, amedrentamiento, persecución,
secuestro, condenas judiciales y diversas formas de violencia, incluida
la muerte.
Bomba de tiempo
Un caso emblemático es el proyecto Tía María, en una zona
agrícola de Arequipa, en el sur del Perú, donde la comunidad se ha
levantado desde hace años para expresar su rechazo. En la represión de
las protestas han muertos siete personas en diferentes
incidentes en los últimos años. "En Perú, la minería es una de las
actividades que más conflictos genera y como es muy abundante, va
también acompañada de numerosos conflictos”, dice Padilla.
Junto con la abundancia de minerales, Latinoamérica ofrece
atractivas condiciones para las empresas. En el ranking del Instituto
Fraser de los países más atractivos para la exploración y la inversión,
por sus características geológicas y las políticas
de sus gobiernos, Chile -único con sistema de concesión plena- figura
en sexto lugar a nivel mundial y a la cabeza de los latinoamericanos.
Perú escala año a año posiciones.
Las comunidades, en tanto, están en alerta ante amenazas al medio
ambiente, contaminación, problemas de competencia por el uso de agua y
suelo, y destrucción de zonas protegidas. "Las comunidades se quedan sin
agua o el agua está contaminada. Además,
la minería necesita acceder al territorio y surgen problemas de poca
claridad de los títulos”, aporta Friess.
Zonas agrícolas ven amenazada la salud y su medio de
subsistencia. En Las Bambas, en la región del Cusco, Perú, las
autoridades sanitarias no han respondido adecuadamente ante la grave
situación de contaminación por metales pesados, alerta OCMAL.
La enorme cantidad de desechos y movimiento de tierras que genera
la minería es otra causa de rechazo. "Los desechos generan cada vez más
problemas y preocupación. Los casos de Mariana y Brumadinho, en Brasil,
no son únicos. Hay muchos otros en que los
desechos mineros se han convertido en una bomba de tiempo ambiental y
social”, dice Padilla.
Friess observa además que "la mayoría las comunidades que están
en torno a proyectos mineros no obtienen muchos beneficios. A veces
reciben algún pago, que con el tema de la corrupción tampoco llega a
todos o no se distribuye bien”.
Una lucha desigual
"En América Latina la lucha se da entre empresas mineras muy
poderosas y comunidades con posibilidades muy limitadas. Es una lucha
entre David y Goliat. Las comunidades se sienten discriminadas por parte
de la empresa y el Estado, y tienen que pagar
el precio por una política de aprovechamiento de materias primas de la
que ellos son los que menos se benefician”, señala Friess.
La experta explica que "junto con problemas por el acceso al agua
y la tierra, está la falta de participación de la comunidad en todas
las etapas del proceso. No pueden opinar sobre nada, más bien tienen que
someterse a decisiones que otros toman y,
conociendo muchos otros casos en su región o país, no están dispuestos a
pagar ese precio sin una lucha”, dice Friess.
A la fecha, OCMAL registra más de 470 proyectos mineros en
América Latina, la mayoría (112) en Chile. Allí también se observa la
mayor cantidad de conflictos (49), seguido de México y Perú, donde al
igual que en Colombia, la conflictividad se ha intensificado
en el último tiempo. Estudios de OCMAL registran un alza de la
criminalización de la protesta, con los mayores casos en Perú, México,
Guatemala, Ecuador y Colombia.
Capitales extranjeros y doble estándar
A excepción de Chile, que mantiene la empresa estatal Codelco, en
la mayoría de los países las mineras han pasado a manos de empresas
privadas transnacionales. Canadá, seguido del Reino Unido, es el
principal inversor en minería metálica y en los últimos
años se observa la irrupción de capitales chinos, con cierta relevancia
en Perú, Chile y México.
"Canadá mantiene un doble discurso de respeto a los derechos
humanos, un discurso vacío, pues no se hace cargo de los efectos que
producen sus empresas mineras y ha ido construyendo una deuda en
términos ambientales y sociales”, dice Padilla.
Un caso emblemático es el de Mariano Abarca, opositor a la minera
Blackfire en México, "quien pidió protección en la embajada canadiense y
denunció las amenazas que estaba profiriendo una empresa minera de ese
país, pero ni la embajada ni el gobierno
hicieron nada y fue asesinado”, relata Padilla.
Según el experto, "lo que una empresa minera extranjera deja en
un país, en términos de impuesto a la renta y otros, es muchísimo menor
de lo que se debiera invertir en reparación y en protección ambiental.
El saldo final para el patrimonio ambiental
y social es negativo”.
El coordinador de OCMAL apunta también a la responsabilidad de
los estados al firmar acuerdos y tratados comerciales que favorecen a
las empresas por sobre el impacto que la extracción minera tiene en la
sociedad y el ambiente.
Conflictos mineros en América Latina
En América Latina hay 266 conflictos y cinco transfronterizos, en
283 proyectos mineros involucrados en la región, además de 220 casos de
criminalización de la protesta:
-México……...45
-Guatemala…..10
-Nicaragua….... 7
-Panamá……….7
-Brasil……......26
-Ecuador……
.9
-Perú…………42
-Bolivia………10
-Chile………...49
-Argentina....... 28
Fuente: OCMAL, septiembre 2019
de: Georgina Carlos
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fecha: 16 sept. 2019 18:04
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La represión de la protesta de las comunidades locales ante proyectos mineros
está alcanzando niveles preocupantes.
Aquí una radiografía a la conflictividad minera en la región
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20 de septiembre de 2019
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